De izquierda a derecha, Medina, Sánchez y Plaza.
El debate entre los tres candidatos del PSOE –Eduardo
Medina (38 años), Pedro Sánchez (42) y José Antonio Plaza (52)–, celebrado el
pasado lunes, puso de relieve una coincidencia en la voluntad común de acentuar
el perfil progresista y de izquierda del partido, en combatir los privilegios y
la corrupción y en dialogar para resolver el problema catalán. En contraste con
sus posiciones, Eduardo Madina y Pedro Sánchez
coincidieron en casi todo, sin cuestionar la forma de Estado, pero insistieron
en que el PSOE tiene alma republicana. En materia social, los tres se
reclamaron de la clase trabajadora, aunque cada uno de ellos es un hombre rico.
Sánchez y Tapias apostaron por la intervención política en la economía y por
una banca pública sólida. En materia de empleo, Madina propuso un amplio plan de formación para los
jóvenes y los mayores de 50 años en paro. Y los tres plantearon un pacto de
rentas entre sindicatos y patronal y la supresión de la reforma laboral.
Sin embargo, la posición de izquierda la defendió
con más tesón y claridad José Antonio Pérez Tapias, quien admite una consulta en
Cataluña que sirva para orientar la reforma constitucional que los tres han
considerado necesaria. Tapias apostó claramente por la apertura de un proceso
constituyente y por la
República e invocó la memoria histórica y los muertos todavía
en las cunetas. Fue el único que citó a personalidades inequívocamente de
izquierda como Salvador Allende y Antonio Machado,
y el único que se mostró proclive a la convocatoria de un referéndum entre
monarquía y república en un proceso constituyente; Sánchez y Madina dieron
argumentos para soslayar el tema advirtiendo que la prioridad es el blindaje de
los derechos humanos y sociales: la educación, la sanidad, la vivienda,
etcétera.
Pedro Sánchez proclamó que el PSOE será “el
partido de la honradez intransigente” y recordó que, en Andalucía, la Junta instó la investigación
de los EREs y asumió las responsabilidades políticas. Madina recomendó al PP
una comisión de investigación sobre la trama Gurtel como se hizo en Andalucía
sobre los Eres. Anunció su propuesta de crear una sala especial anticorrupción
en la Audiencia
Nacional y de trasladar a España la ley británica de
transparencia. Ambos coincidieron en que se debe reformar el derecho de gracia
para que el Gobierno no pueda indultar a los corruptos. Pero el candidato de la Izquierda Socialista
anunció, además, “su compromiso explicito” de que, en caso de ser elegido
secretario general “con el aval y el voto de los militantes del partido”, no
concurriría al proceso de primarias abiertas para la candidatura a la Presidencia del
Gobierno. Pérez Tapias consideró esta decisión como “una manera de garantizar
que el proceso y el calendario se cumplen en tiempo y forma aprobado” y que “se realiza de forma
transparente, imparcial y con absoluta neutralidad para que otros opten a ese
puesto”, facilitando “la participación y potenciando la
apertura del PSOE a la ciudadanía”. Y exigió, en fin, que cesaran en el cargo
público los que resulten imputados en corrupción, sin esperar a la apertura de
la vista oral como sostienen Madina y Sánchez. Se anticipó a denunciar la
reforma del 135 de la
Constitución y dijo que “es una piedra de molino atada a la
sostenibilidad del Estado social”.
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