La
primera crítica generalizada contra el nuevo gobierno griego de Alexis Tsipras
ha sido la falta de ministras. A este respecto, Iñigo Sáez de Ugarte pone los
puntos sobre las ies en un artículo titulado: “La falta de ministras de Syriza
y lo que nos dice la sociedad griega”, con el que comienza: “No quiero chafar
ninguna polémica pero la información de que no hay mujeres en el nuevo Gobierno
de Syriza que dimos todos los medios no parece correcta. No hay ninguna
ministra, pero sí hay seis viceministras. Al igual que en otros países, los
viceministros (lo que aquí llamamos secretarios de Estado) tienen estatus de
miembros del Gabinete en Grecia, y por eso en la jura del cargo celebrada en la
tarde del martes ministros y viceministros llevaron a cabo el juramento
mezclados y en grupo, como se puede apreciar en las fotos”.
Sáez
de Ugarte dice que no es lo mismo ser ministro que ministra y precisa que hay
otra mujer en un puesto relevante, la presidencia del Parlamento. “Los
acostumbrados a ver a Jesús Posada, gran amigo de Rajoy, en el Congreso
pensarán que eso no es muy importante, pero la elegida en Grecia tiene un
perfil distinto. Zoi Konstantopulu, abogada, fue en la legislatura
anterior una de las diputadas de Syriza más destacadas en la lucha contra la
corrupción y muchos esperan que siga presionando en esa línea. Los
diputados de Nueva Democracia le pusieron el mote de Robespierre, lo que deja
claro que ella siempre ha estado dispuesta a llegar hasta el final para acabar
con el Estado clientelar en favor de sus militantes que durante décadas han
erigido ND y el Pasok. Creo que se ha escrito varias veces que resulta difícil
que en un país haya ministras si no hay antes diputadas en un número
significativo. Y en eso hay pocos países europeos que estén muy arriba. En este gráfico con
datos de marzo de 2014 la media es del 26,9% (España tiene un 39,7%). Países como Francia
(26,2%) y Gran Bretaña (22,6%) están por debajo de la media.
“Está
claro que, en la política griega, la
presencia de la mujer es un problema sin resolver. Grecía tenía en la anterior
legislatura un 21% de mujeres en el Parlamento. Tras estas elecciones, el
ascenso ha sido mínimo: 68 de 300 hacen un 22,6%. El porcentaje de mujeres en
el grupo parlamentario de Syriza es algo mayor: 44 de 149, un 29,5%. Los demás
partidos tienen porcentajes mucho más reducidos. Por ejemplo, en Nueva
Democracia son 10 de 76 (un 13,1%) y en el KKE son 2 de 13 (un 15,3%). Son
tantas las esperanzas puestas en Syriza en la izquierda europea que parece que
tienen que estar en la vanguardia en todos los campos. Ya nos han repetido
hasta la extenuación que Grecia no es España, pero lo que es seguro es que
Grecia es Grecia, lo que significa que no ha cambiado tanto una sociedad muy
tradicional, con una fuerte carga nacionalista y en la que la religión cuenta
con un papel en la vida pública muy superior al habitual en Europa Occidental.
Quien piense que estas cosas tienen poco que ver con el papel de la mujer en la
política se está equivocando.
“Lo
que es cierto –concluye Sáez de Ugarte– es que en algunos asuntos todo es
cuestión de voluntad política. Renzi nombró en Italia a ocho mujeres en
un Gabinete de 16 miembros, la primera vez que en Italia había paridad en el
Gobierno. Como Italia también es Italia, hubo gente, como la diputada Rosy
Bindi, del partido de Renzi y presidenta de la comisión parlamentaria
antimafia, que dijo que algunas ministras habían sido elegidas porque eran
jóvenes y por su aspecto físico”.
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