Hace 84 años, la madrileña Puerta
del Sol se convertía en el epicentro del júbilo nacional. Era el 14 de abril de
1931 y la España monárquica de Alfoso XIIII amanecía republicana. Y así
continuó, una vez iniciada la guerra civil hasta el 1 de abril de 1939,
final de la misma, que dio paso a la dictadura del
general Francisco Franco. (Anteriormente, de 1873 a 1874 ya se había
proclamado por primera vez la Iª República en
España, experiencia que tan sólo duró once
meses). Tras el período del Gobierno Provisional –abril-diciembre de 1931, durante el
cual se aprobó la Constitución de
1931 y se iniciaron
las primeras reformas–, la historia de la Segunda República Española se divide
en tres etapas. Un primer bienio (1931-1933),
durante el cual la coalición republicano-socialista, presidida por Manuel Azaña, llevó
a cabo diversas reformas que pretendían modernizar el país. Un segundo bienio (1933-1935), llamado por las
izquierdas bienio negro, durante el cual gobernó el Partido
Republicano Radical de
Alejandro Lerroux,
apoyado desde el parlamento por la derecha católica de la Confederación
Española de Derechas Autónomas (CEDA),
que pretendió “rectificar” las reformas del primer bienio. Durante el mismo, se
produjo la insurrección socialista conocida como Revolución de 1934,
que, en Asturias, se
convirtió en una auténtica revolución social,
y que, finalmente, fue sofocada por el gobierno con la intervención del
ejército. La tercera etapa viene marcada por el triunfo de la coalición de
izquierdas conocida con el nombre de Frente Popular en las elecciones
generales de 1936, y que sólo pudo gobernar en paz durante cinco
meses a causa del golpe
de Estado del 17 y 18 de julio, promovido
por una parte del ejército que desembocó en la Guerra Civil Española.
Durante la Segunda
República Española en guerra (1936-1939)
se sucedieron tres gobiernos: el presidido por el republicano de izquierda José Giral, aunque durante su corto mandato (de
julio a septiembre de 1936) el poder real estuvo en manos de los cientos de comités
que se formaron cuando estalló la revolución
social española de 1936; el siguiente gobierno fue presidido por el
socialista Francisco Largo
Caballero, líder de uno de los dos sindicatos –la Unión General
de Trabajadores (UGT);
junto con la Confederación
Nacional del Trabajo (CNT)–
que habían protagonizado la revolución; y el tercer gobierno, presidido por el
también socialista Juan Negrín, como consecuencia de la caída de
Largo Caballero tras las Jornadas de Mayo,
y que gobernó hasta principios de marzo de 1939, cuando se produjo el golpe de estado del coronel Casado que puso fin a la resistencia
republicana, dando paso a la victoria del bando sublevado, encabezado por el general Franco. A partir de entonces, la
República dejó de existir en territorio español, pero sus instituciones se
mantuvieron en el
exilio.
Alfonso
XIII abandona España el 1 de abril de 1939.
El agotamiento del sistema
político de la Restauración y la incapacidad de la monarquía de asumir sus
errores durante la Dictadura fueron básicamente las causas que motivaron la
instauración del régimen republicano. La clase obrera consideró el rey, Alfonso
XIII, más aislado que nunca, como el símbolo de la opresión. La clase media no
le perdonaba los siete años de dictadura. El nuevo gobierno, presidido por el
general Dámaso Berenguer, trató inútilmente de volver a la
situación anterior a la Dictadura, pero era imposible. En el verano de 1930, con el gobierno
en plena crisis, se produjo un pacto de unión entre diversos sectores del nuevo
republicanismo. El así denominado “Pacto de San Sebastián”, clave en el
tránsito de la monarquía a la república y firmado por representantes de las
principales fuerzas sociales de izquierdas, posibilitó una futura acción
conjunta antimonárquica. La proclamación de la República fue acogida con
euforia por la mayoría de la población. Alfonso XIII abandonó
palacio, autoexiliándose voluntariamente. Antes de marcharse dejaba a los
españoles esta proclama: “Las elecciones celebradas
el domingo, me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo [...].
Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz
forcejeo con quienes las combaten. Pero, resueltamente, quiero apartarme de
cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro, en fraticida guerra civil
[...]. Espero conocer la auténtica y adecuada expresión de la conciencia
colectiva, y, mientras habla la nación, suspendo deliberadamente el ejercicio
del poder real y me aparto de España, reconociéndola como única señora de sus
destinos”.
Fragmentos de la Constitución,
aprobada el 9 de diciembre de 1931.
La república quedó instaurada
inmediatamente y a ojos de la opinión mundial pudo considerarse como un
maravilloso ejemplo de civismo y madurez política. Su primer jefe de gobierno
fue Alcalá Zamora.
En el nuevo gabinete, ya podía identificarse un alto componente de miembros de
corte anticlerical que ejercían profesiones liberales y representantes de la
Institución Libre de Enseñanza. Los más destacados ministros de ese primer
gobierno republicano fueron Miguel Maura (Gobernación), Fernando de los Ríos (Justicia), Casares Quiroga (Marina), Alvaro de Albornoz (Fomento), Marcelino Domingo (Educación) y Manuel Azaña (Guerra).
Madrileños
en la Plaza de Canalejas, celebrando la proclamación de la IIª República.
Nada más formarse este nuevo
gobierno, la República, tuvo su primer problema ante la reaparición del
catalanismo político, que debía su fuerza a una combinación de la expansión
económica catalana y su renacimiento literario (Jocs Florals). Desde el balcón
de la Generalitat su líder, Francesc Macià,
proclamó la Republica Catalana. Varios ministros viajaron rápidamente de Madrid
a Barcelona para persuadir a Macià de
que abandonara su idea y se mostrara favorable a la adopción de un estatuto de
autonomía promulgado por las Cortes, a lo que accedió. Sin embargo, menos de un
mes después de la proclamación de la República (11 de mayo de 1931), el
anticlericalismo que ésta había desatado se convirtió en violencia callejera.
Después de un enfrentamiento entre monárquicos y republicanos el día anterior,
los partidarios de la República prendieron fuego a seis iglesias en Madrid. La Policía republicana no hizo nada para impedir la quema de los conventos. Manuel Azaña, futuro presidente de la República, dijo ese día: “Todos los
conventos de Madrid no valen la vida de un republicano”. Los católicos
practicantes no olvidaron ni perdonaron esta actitud de las autoridades. Por su
parte, los republicanos promulgaron una Ley de Defensa de la República. El 28
de junio de 1931, se celebraron elecciones con un notable índice de
participación que superaba el 70%. El sistema electoral, que primaba las
mayorías otorgó un rotundo triunfo al Gobierno provisional, formado tras las
elecciones de abril.
La IIª República Española.
Esos eran los principios
fundamentales de la Constitución de la II República Española:
1. El
principio de igualdad de los españoles ante la Ley, al proclamar a España como
“una república de trabajadores de toda clase”.
2. El
principio de laicidad, por el que se iba más allá de la mera separación entre
la Iglesia y el Estado para adentrarse en un ámbito de total eliminación de la
religión de la vida política.
3. El
principio de elección y movilidad de todos los cargos públicos, incluido el
Jefe del Estado.
4. El
principio monocameral, que suponía la eliminación de una segunda Cámara
aristocrática o de estamentos privilegiados y por el cual el poder legislativo
sería ejercido por una sola Cámara.
5. Se
preveía la posibilidad de la realización de una expropiación forzosa de
cualquier tipo de propiedad, a cambio de una indemnización, para utilización
social así como la posibilidad de nacionalizar los servicios públicos.
6.
Amplia declaración de derechos y libertades. Concesión del voto desde los 23
años con sufragio universal. (En junio de 1931, las mujeres podían
salir elegidas, pero no votar)
7.
Separación de la Iglesia y el Estado, además del reconocimiento del
matrimonio civil y el divorcio.
El
sufragio femenino se aplica por primera vez en las elecciones de 1933.
Algunas frases pronunciadas por
los republicanos sobre la República:
- “A la
república solo ha de salvarla pensar en grande, sacudirse de lo pequeño y
proyectar hacia lo porvenir. (José Ortega Y Gasset)
- “Al
conquistar nuestras libertades hemos conquistado una nueva arma; esa arma es el
voto” (Francisco I. Madero).
- “Benevolencia
no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino
voluntad de bien”. (Antonio Machado Ruiz).
- “Cuerpos
que nacen vencidos, vencidos y grises mueren: vienen con la edad de un siglo, y
son viejos cuando vienen”. (Miguel Hernández)
- “El
hombre es libre, tiene que ser libre. Su primera virtud, su gran hermosura, su
gran amor es la libertad”. (Juan Ramón Jiménez).
- “Fui
nombrado presidente de la República, y no de mis amigos”. (Domingo Faustino
Sarmiento).
- “La
espada de los libertadores tiene que estar, de ahora en adelante, sometida a
las leyes de la República”. (Francisco de Paula Santander).
- “La
libertad no hace felices a los hombres, los hace sencillamente hombres”. (Manuel
Azaña)
- “Si
los españoles habláramos sólo y exclusivamente de lo que sabemos, se produciría
un gran silencio que nos permitiría pensar”. (Manuel Azaña)
- “La
libertad no la tienen los que no tienen su sed”. (Rafael Alberti)
- “Los
grandes derechos no se compran con lágrimas sino con sangre” (José Marti)
- “Todo lo que en las condiciones de la vida no se
renueva o transforma, o se corrompe o es foco de corrupción” (Nicolás Salmerón).
Alegría por las calles madrileñas,
tras declararse la IIª República.
Pero ¿por qué gusta tanto la república?
Porque es más igualitaria. En pleno siglo XXI, ¿puede optar cualquier español a
cualquier puesto de representación política? No, porque España es una monarquía
y las monarquías son hereditarias. Y hay que apellidarse Borbón para ser jefe
del Estado. En pleno siglo XXI, ¿pueden los españoles evaluar periódicamente a
quien encarna la primera magistratura de la nación y cambiarlo en caso
necesario? No, porque España es una monarquía y el mandato del rey es
vitalicio, salvo que decida abdicar. ¿Puede sostenerse la Jefatura del Estado
en algo distinto de la voluntad popular? No, pero España es una monarquía y las
monarquías suelen sustentarse en razones históricas o sentimentales. España,
que pertenece a un continente donde ya sólo uno de cada cinco países son
monárquicos, ¿debe ir contra el designio de los tiempos? No. Por eso me gusta la
república. Y el próximo martes, 14 de abril, se cumplen 84 años
de la proclamación de la IIª República española, una experiencia democrática
abruptamente interrumpida por el golpe franquista y a la que siguieron casi
cuatro décadas de dictadura.
La Legión de
Honor para los deportados españoles. Pierrette, posando junto a la foto de su
marido, José Sáez Cutanda.
El Gobierno francés ha decidido recientemente otorgar la más
alta condecoración del Estado a los supervivientes españoles que pasaron por
los campos de concentración nazis. Ha tenido que ser un país extranjero, una
vez más, el que reconozca como héroes a esos andaluces, catalanes, gallegos,
valencianos, castellanos… que lucharon por la libertad de España y de Europa.
Es un acto que deja en muy mal lugar a los burócratas que dirigen las riendas
de nuestro país. Pierrette, esposa de José
Sáez Cutanda, un deportado español, se siente profundamente feliz. Desde que
murió su marido, en junio del 2014, colabora activamente con la Amicale
française de Mauthausen. El Gobierno francés se ha puesto en contacto con la
asociación para comunicarle que ha decidido conceder la Legión de Honor a todos
los deportados españoles que permanecen con vida. Pierrette está preparando el
dossier con los nombres y direcciones de todos los deportados españoles. “Son
pocos –dice– porque la mayoría ya ha muerto. Pero más vale tarde…”. La anciana
no olvida que otros españoles ya fallecidos recibieron en su día esta misma
distinción o alguna otra condecoración por parte del Gobierno y el Ejército
galo. “En España, en cambio, son los grandes olvidados. Mi José nunca tuvo un
homenaje. En 2006, hicieron un acto en Albacete para recordar a los deportados
de esa provincia, pero él ya había muerto”.
José
Cáez Cutanda.
En febrero de 1939, José Sáez
cruzó la frontera de Francia con su unidad, camino del exilio en los campos
para los refugiados españoles donde sobrevivieron en condiciones infrahumanas.
Luego, se enroló en las Compañías de Trabajadores Extranjeros, militarizadas
durante la guerra mundial. Y se encontró súbitamente inmerso en el inmenso y
atroz torbellino que se desató tras el avance alemán de la primavera de 1940 en
el frente occidental. Casi doscientas compañías formadas por españoles, junto a
varios miles de combatientes españoles de la Legión Extranjera y los Regimientos
de Marcha, fueron recluidas en el campo de prisioneros Stalag XI B, en
Fallingbostel. Más de 7.000 españoles fueron clasificados por la Gestapo, con
la ayuda de agentes franquistas y la connivencia del régimen títere de Vichy,
como “rotspaniers”, es decir rojos españoles, pero con el añadido increíble de
apátridas, agravado por ser luchadores antifascistas, lo que les introducía
directamente en el circulo gobernado por las SS. Su destino era un campo de concentración del máximo rigor,
Mauthausen, en Austria, con una función principal: el exterminio mediante
cualquiera de los muchos métodos de sufrimiento, trabajo extenuante, hambre
durante años, hacinamiento, enfermedades y epidemias, cámaras de gas, inyecciones
letales, castigos y palizas. Y allí permanecieron con su uniforme a rayas hasta
que, el 6 de mayo de 1945, llegaron las tropas aliadas que liberaron el campo. José
Sáez se recuperó con el tiempo y reconstruyó su vida en Francia, junto a su
infatigable compañera Pierrette, viajando cada año a su Bormate natal. Hasta
que muriera, en junio de 2004.
Marcial
Mayans.
La
derecha española (los hijos, nietos y herederos políticos del franquismo)
presionó para que los deportados españoles se les mantuvieran en el olvido. El
poeta y novelista José Manuel Caballero Bonald afirma: “El final del franquismo
supuso el despertar de una esperanza y la entrada en un futuro, incierto, pero
distinto. Era, pensando en todo lo que había pasado, el final de una historia
con culpables. Ese borrón y cuenta nueva de la transición a muchos nos parecía
injusto. Nos parecía que, de alguna forma, el franquismo debería haber sido
juzgado. Y no lo fue. Yo, personalmente, me sentía muy poco satisfecho con ese
proceso hacia la libertad y pensaba que todos los culpables estaban actuando en
plena transición. Opino que, en la transición, se omitió el pasado y se hizo
que la historia de aquel tiempo fuera una historia sin culpables. Aunque quizá
no había otra manera de hacerlo, yo no estoy de acuerdo. El franquismo exigía un
juicio”. Los padres de la Constitución tuvieron una pistola en la nuca que
amenazaba con acabar con la incipiente democracia si no se mantenía la verdad
histórica del franquismo. Y Felipe González no aprovechó sus 15 años de mandato
y su amplia mayoría para acabar con ese inaceptable chantaje. El barcelonés
Marcial Mayans, a sus 94 años, así lo explica: “La derecha no hizo nada, eso ya
sabíamos que iba a ser así. Ha habido otros gobiernos más favorables, con los
socialistas, pero hay que decir las cosas por su nombre, y ellos no hicieron
nada. Ni González ni otros, nada de nada. Eso es lo que me sabe más mal. Que la
derecha nos ignorara. Que son los hijos de los que mandaban con Franco, no deja
de ser normal. Pero los otros...”. Días antes de la liberación, los
18.000 prisioneros del subcampo de Ebensee sabían que los SS planeaban
exterminarles. Marcial Mayans fue uno de los deportados que ejecutaron un plan
que permitió abortar ese criminal plan. Pocas horas después, las tropas
estadounidenses liberaron el campo. Marcial pudo dejar crecer su bigote, que
tanto había echado de menos durante los años de cautiverio. Un bigote que le
sirvió, en 1936, para alistarse en el Ejército republicanos; tan solo tenía 16
años. Hoy, Francia nos saca los colores, condecorando
a los españoles que lucharon por la libertad de todos, mientras aquí seguimos
mirando para otro lado. ¿Se atreverá algún grupo o partido político a paliar
esta injusticia histórica? Menos mal que el gobierno francés, que no el
español, concede a los deportados españoles la Legión de Honor. Como dice
Pierrette: “Más vale tarde…”
A por la IIIª República.
Pero
volvamos a la República. A diferencia del año pasado, pasado mañana habrá una
manifestación unitaria en Madrid convocada tanto por la Junta Estatal
Republicana como por la Coordinadora Republicana
de Madrid. Bajo el
lema “Por la Tercera República”, los manifestantes recorrerán la calle Alcalá,
desde Cibeles hasta la Puerta del Sol, a partir de las 19 horas. En el
llamamiento a esta protesta, participarán formaciones políticas y colectivos
como Izquierda
Unida, Partido Comunista de España, Izquierda Republicana, Los Verdes,
Republicanos, las Juventudes Comunistas o Unión Cívica por la República.
En otras localidades, también se están preparando movilizaciones. En cada
capital de provincia, habrá una manifestación o concentración, reivindicando la
Tercera República. “En el siglo XXI, la monarquía es algo obsoleto que forma
parte de ese régimen del 78 que nos han impuesto”, asegura Fran Pérez, secretario de
Organización de Izquierda Republicana y de Solidaridad y Derechos Humanos en
IU.
Valentín Ruíz, Gloria Aguilar y Francisco
Pérez en la sede de la JER en Madrid.
“En
Castilla y León han convocado diferentes manifestaciones y en Andalucía,
caravanas y marchas por provincias, donde también se harán reconocimientos a la
gente que luchó por la libertad, con actividades como flamenco o poesía”,
informa Gloria Aguilar. Además del martes, durante todo el mes de abril hay
convocados multitud de actos en favor de un cambio del modelo de Estado. “La
siguiente semana vamos a dar por concluida la campaña de recogida de firmas que
iniciamos tras la abdicación del anterior monarca y las entregaremos en la
Comisión de Peticiones del Congreso”, relata Aguilar, añadiendo que también están
trabajando “para la celebración del Encuentro Estatal Republicano, donde
planificaremos las próximas acciones hacia nuestro objetivo, que es iniciar en
España un proceso constituyente que nos lleve a una república federal,
solidaria, participativa, laica y que reconozca el libre derecho a la
autodeterminación de los pueblos”. Fran Pérez concluye: “Hay programados actos
en todas partes, pidiendo una ruptura democrática que impulse un proceso
constituyente, así como contra la impunidad de los crímenes del franquismo”.
Manuel Vicent escribe en El País: “Pese a que la Segunda República, que tantos sueños
había despertado, terminó en una guerra fratricida, cada año cuando se acerca
el 14 de abril la conciencia republicana vuelve a instalarse en el horizonte de
muchos españoles. Para unos es solo una idea platónica; para otros es una meta
política que debe ser conquistada de nuevo. Denostada o añorada, lo cierto es
que aquella primavera de 1931, para la mayoría de ciudadanos que no la
conocimos, ha quedado como una reserva natural, que a los ingenuos imbatibles
nos permite imaginar que una política limpia, feliz y creativa es posible.
Impulsada por el regeneracionismo, la República estableció su primera meta en
la conquista de la cultura como un derecho al alcance de todos, el único camino
para llevar este país a la modernidad. En solo dos años el analfabetismo, un
mal español endémico, fue prácticamente erradicado. La primera medida del
Gobierno de Azaña fue subir el sueldo a los profesores y maestros hasta
entonces condenados al hambre, y a continuación comenzó a levantar escuelas e
institutos, a crear ferias del libro y misiones pedagógicas por los pueblos
hasta entonces olvidados. Las reyertas parlamentarias llevaron pronto al encono
social. Fue precisamente la cultura y la enseñanza el principal campo de
batalla que dividió la política en bandos irreconciliables a derecha e
izquierda, debate que todavía permanece en nuestros días. En el fondo la
República es solo una categoría de la mente, un anhelo de limpieza política y
moral, un clima propicio para que florezcan las artes y las ciencias con la
igualdad de oportunidades para el talento y el esfuerzo. Si este propósito hoy
se cumpliera no habría necesidad de cambiar de régimen: nuestra Monarquía se
convertiría automáticamente en republicana y serían los Reyes los primeros en
celebrar el 14 de abril”.
Cartel aparecido en Internet,
en “La Memoria viva”.
Tras más de 40 años dedicados al
estudio de la historia contemporánea de España, Paul Preston, historiador
inglés, escribió su último libro (El final de
la guerra, Editorial Debate) en uno de los
momentos más trágicos del episodio bélico. En él, un Gobierno siempre legítimo
pero en agonía, sufre un nuevo golpe de Estado que termina, dejando el destino
del país en manos de Franco.
Creer en sus promesas de misericordia condujo a lo que Preston califica como
“una tragedia innecesaria”. Preston subtitula el tomo: “La última puñalada a la
República”. E ironiza: “El libro se podía haber titulado El bueno, el feo y el malo”. Su obra se centra en tres personajes
esenciales para comprender aquellos hechos de 1936: Juan Negrín, presidente de la República entre mayo de
1937 y, ya en el exilio, hasta 1945; Julián Besteiro,
que formó parte del golpista Consejo Nacional de Defensa que entregó
Madrid a Franco, y Segismundo Casado, el militar que promovió aquella rebelión
en el seno de lo que quedaba del Gobierno republicano. Este es, sin duda, el
que peor sale parado. Preston documenta cómo Casado engañó a todos – comunistas,
anarquistas y militares– para recabar
apoyos, mientras negociaba con los militares rebeldes de la Quinta Columna de
Madrid. A través del testimonio de coetáneos suyos, el personaje aparece
retratado como un ser ególatra, ladino y con ansias de protagonismo.
Terriblemente candoroso si creía realmente en una rendición sin represalias
sangrientas, simplemente malvado si no fue así, Besteiro es calificado por el
hispanista como “idealista”, hasta el punto de vivir una especie de delirio de
“ingenuidad culposa”, en el que, aún en una de las infectas y abarrotadas
cárceles de posguerra donde fue a parar, seguía vislumbrando la posibilidad de
una reconciliación nacional. Negrín queda no solo como
el que, a partir de la masacre de Paracuellos, intenta restar virulencia a la
represión republicana, sino el que se ve convencido de la necesidad de ganar
tiempo hasta el final, para así permitir a la comunidad internacional ejercer
una presión que nunca llegó, garantizando mejores salidas a los soldados y a la
población civil que permanecer en España. Preston cree que el momento que mejor
ilustra a Negrín es cuando, después de ver pasar por la frontera francesa a
500.000 exiliados y antes de volver a Valencia, afirma: "La primera parte
ya la hemos hecho. La segunda hay que hacerla ahora". El golpe de Estado
liderado por Casado se lo impediría.
'The Economist' advierte que el “misterioso”
Rajoy puede llevar a España a “una espiral de muerte”.
El
semanario económico 'The Economist' no se fía de que Rajoy tenga realmente un
plan para salir de la crisis. En su último número, la revista señala que España
podría estar entrando en una “espiral de la muerte al estilo griego”, y expone
como pruebas el déficit del 9%, la tasa del desempleo por encima del 25% y los
movimientos de protesta contra las medidas de austeridad, que “están mostrando
destellos de violencia”. “Muchos se preguntan si el señor Rajoy tiene alguna
estrategia para restaurar la confianza en los mercados y entre los españoles”,
afirma el semanario, en un artículo titulado 'El
misterioso Rajoy'. Por otro lado,
la revista recoge la opinión de algunos expertos que consideran que “las estadísticas
de paro están infladas”, y que “la familia se mantiene fuerte” y constituye el
principal colchón de la economía española. “Sin embargo, los problemas de Rajoy
–subraya 'The Economist', quien resalta que además de la crisis económica,
ahora tiene que enfrentarse a otro problema constitucional inesperado, generado
por el presidente de la Generalitat de Cataluña– están empeorando, no
mejorando”. La revista destaca que Cataluña es “una de las regiones más
endeudadas, pero también una de las mayores contribuyentes netos”. En este
sentido, asegura que el partido de fútbol entre el Barcelona y el Real Madrid
de este domingo es “uno de los que tiene más carga emocional de la historia”.
Por esta razón, considera que Rajoy se enfrenta a “dos grandes riesgos
gemelos”, que son “la ruptura del euro y la desintegración de España”. Por
último, 'The Economist' se refiere a los dos tipos de problemas que veía
Franco: los que resolvería el tiempo y los que ni siquiera el tiempo puede
resolver. “Rajoy debería rechazar esta forma de pensar. Su actitud tranquila
ayudará a España si se enfrían las tensiones, pero no sirve para postergar
decisiones que sólo son cada vez más difíciles”, concluye el artículo.
“Un
siglo, caminando en círculos y ahí seguimos”. Es la primera composición
fotográfica de hoy. Le siguen otras como: “En casi un mes de vida que llevamos, somos la página con
más crecimiento”, “El DNI que suponemos tiene la Infanta”, “Mirushté”, “Este
nos saca de la crisis, sí señor”, “Rajoy, haciendo torrijas y unos chorizos al
Gürtel, la especialidad de Génova”, “Cuidaíto conmigo, eh”, “La niña de Rajoy
vota a Podemos”, “El cambio y el recambio”, “La casilla del ático de Rouco
Varela”, “Manuela Carmena (Jueza
anticorrupción), más de treinta años dedicada a la Justicia, y Esperanza
Aguirre (Condesa corrupta), viviendo de la política” y “Ciudadanos propone
subir el IVA reducido (10%) y superreducido (4%) al 16-19%. Pero tranquilos!
que bajará el del 21% al 16-19%”.
El humor de esta semana en la prensa: El Roto, Peridis, Forges,
Harca, Pat…
Pep Roig
publicó: Sospechosos al poder, Los ciudadanos, “paganos” a escote (con Julio
Martínez, conseller de Turismo, y Alvaro Jijón, concejal del Ayuntamiento), Nace
el PPDATANS (PP+Cidatans), Aplausos por imperativo formal y Bolsillos
politizados.
Terminamos con cinco vídeos. El primero, sobre 14 de abril de 1931. Ante el triunfo electoral republicano en las grandes ciudades, Alfonso XIII abandona España y se proclama la segunda República española.
Las voces de Niceto Alcalá-Zamora e Indalecio Prieto o imágenes de lo que ocurrió en la Puerta del Sol el 14 abril de 1931 son algunas de las joyas documentales recogidas en una película que ha estado perdida desde entonces y que rescata imagen y sonido inédito del Gobierno provisional de la II República.
Republicana hasta la médula. La memoria de Carmen Arrojo (Madrid 1918) atesora los recuerdos de aquellas primeras horas de la proclamación de la II República y, como bienes preciados, los acaricia con mimo cada vez que habla de ellos. Una jovencísima Carmen de apenas 13 años comprendía a la perfección el clima político que se avecinaba a su alrededor y albergaba con esperanzas el cambio del que tanto se hablaba en el seno familiar.
Republicana hasta la médula. La memoria de Carmen Arrojo (Madrid 1918) atesora los recuerdos de aquellas primeras horas de la proclamación de la II República y, como bienes preciados, los acaricia con mimo cada vez que habla de ellos. Una jovencísima Carmen de apenas 13 años comprendía a la perfección el clima político que se avecinaba a su alrededor y albergaba con esperanzas el cambio del que tanto se hablaba en el seno familiar.
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