Los ministros 'rebeldes'.
Los ministros
‘rebeldes’ no sólo no renuncian al dinero del Congreso, sino que algunos
incluso ganan hasta 22.000 euros más ahora que están en funciones y trabajan lo
mínimo. El actual Gobierno en funciones somete a un bloqueo el Congreso de los
Diputados, negándose a informar y ser controlado por los representantes de los
ciudadanos. Los miembros del Ejecutivo
de Mariano Rajoy, se autoproclaman por
encima de la Cámara, y se niegan a
rendir cuentad de sus actividades. Lo que ha llevado a un conflicto entre los
dos poderes en el que, según un informe jurídico, el Gobierno está
comportándose directamente de manera ilegal. El argumento de Moncloa de que
ellos están ya ‘de paso’, y por tanto por encima de cualquier control, es una
forma de ‘golpismo’ autoritario que, de darse en otro sitio como en Venezuela,
sería duramente criticado por los ‘boicoteadores’ y el partido al que
pertenecen.
Jorge Fernández Díaz se
aseguró repetir por Barcelona, Alfonso Alonso por Álava, José Manuel Soria por
Gran Canaria, y Fátima Báñez por Huelva. Rajoy es hombre que paga favores a los
fieles. E incluso Cristóbal Montoro, al que no querían ni en su natal Jaén, ni
en Sevilla, ni en Almería, acabó siendo colocado en la lista de Madrid en
puesto ‘asegurado’. Todos ellos han seguido percibiendo sus sueldos íntegros,
no sólo de ministros en funciones (que es exactamente igual de cuando sí
funcionaban), sino también en concepto de ‘Indemnización por ejercicio del
cargo’ (el popular y erróneamente conocido como ‘plus de vivienda’).
Cuatro de los ministros
‘rebeldes’ al Congreso, curiosamente, ganan más de lo que percibían cuando eran
ministros ‘normales’ y acudían a las
comisiones parlamentarias. Es el caso del ministro de Exteriores, José Manuel
García Margallo, el de Agricultura,
Isabel García Tejerina, el de Justicia, Rafael Catalá, y el de Educación, Iñigo
Méndez de Vigo. Cuatro ministros cuya situación de ministros en funciones y en
rebeldía parlamentaria, paradójicamente, les vale para ganar más dinero que
cuando eran sólo ministros, cumpliendo con su trabajo. Entonces sus ingresos se
limitaban a sumar los 69.671 euros, que es el sueldo de cada ministro. Ninguno de
ellos, ni estos cuatro, ni los otros cinco, ni la vicepresidenta, ni el
Presidente, tienen por el momento previsto cambiar nada de su actual
privilegiada situación. Ni la de su negativa a comparecer ante sus compañeros
diputados, ni la de cobrar su suplemento en condición de parlamentarios.
En casi diez meses,
Rajoy sólo ha contestado a seis preguntas de la oposición. Su presencia ante el
Congreso de los Diputados se ha limitado, además, a dos comparecencias
adicionales: una, el 15 de julio, y otra, el 18 de agosto. En ambas ocasiones,
para informar de asuntos relacionados con un consejo europeo de la UE y la
participación española en el tercer programa de ayuda a Grecia. Nada más. Los
ministros han estado presentes en tres sesiones de control más, todas ellas en
la anterior legislatura, pero no todos comparecieron para responder a las
preguntas de los diputados. El argumento de que no se deben a unas cámaras que
no le han conferido su confianza ha desatado un enfrentamiento institucional
entre el parlamento y el Ejecutivo que lleva camino de acabar en el Tribunal
Constitucional.
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