Manu Pineda asegura en,
Eldiario.es, que los Gobiernos europeos se están comportando de forma
hipócrita, cobarde e irresponsable, con las personas migrantes: tanto con las
que abandonan sus casas y pueblos por motivos económicos, como con las que
huyen de unas guerras potenciadas, fomentadas o provocadas por las llamadas
“democracias” occidentales. “La Unión Europea y sus Estados miembros han tenido
un alto grado de responsabilidad en los conflictos bélicos actuales, bien por
la intervención de sus ejércitos, bien por formar parte de la más terrible
maquinaria de guerra que haya dado la historia de la humanidad: la OTAN. Los
bombardeos y acciones de esta organización están destruyendo una gran cantidad
de pueblos: Afganistán, Yugoslavia, Iraq, Libia, Burundi, Sudán, República
Centroafricana, Eritrea, Ucrania, Yemen, Siria, y así hasta un largo etcétera…
Pero el conflicto (la
intervención extranjera) que más desplazamientos está provocando es el de
Siria, con más de once millones de desplazados hasta el momento. “De ellos,
cuatro millones han salido de su país y se han trasladado a Jordania, Líbano o
Turquía. Muchos han conseguido, con la venta de todos sus bienes, el dinero
suficiente para poder trasladarse a Europa y soñar con iniciar una nueva vida
en espera de que se acaben los bombardeos que destrozan sus casas, hijos y
sueños, y poder volver a su tierra, de la que nunca quisieran haber salido... Estos
regímenes cuentan con el apoyo político y militar de la UE para instigar una
guerra que está destrozando al pueblo sirio. Las familias que piden refugio en
Europa no vienen huyendo de una catástrofe natural. Sus pueblos no han sido destrozados
por un terremoto o un tsunami. Son los aliados de la UE, con armas
proporcionadas, entre otros, por sus países miembros y con su apoyo político de
la UE, los que están destrozando sus casas, hospitales y centrales eléctricas,
así como los que están asesinando a sus hijos. La UE y sus Estados miembros
tienen responsabilidad en cada uno de los crímenes que están cometiendo sus
aliados con las armas que ellos les proporcionan”.
El pasado mes de
septiembre, la Comisión Europea aceptaba el reparto de 160.000 personas que era previsible
que solicitasen ser refugiadas. En este reparto, al Estado español le
correspondía la acogida de 17.680 personas refugiadas. Pero, nuestro Gobierno
nunca tuvo intención asumir este compromiso. De hecho, solo ofreció 50 plazas
y, finalmente, tan solo ha acogido a 18 personas. El resto de los Estados
miembros no ha actuado mejor: en total, acogido solo 160 personas de las
160.000 comprometidas. A esto hay que sumar una serie de medidas restrictivas de
no pocos gobiernos y la aprobada por el parlamento danés, de larga trayectoria
en políticas socialdemócratas, que permite desvalijar a los refugiados que
lleguen a su territorio. “Esta clara imitación del discurso xenófobo no ayudan
a combatir a los partidos de ultraderecha, sino que más bien los potencian.
Europa vive una situación similar a la de los años treinta, cuando Gobiernos y
partidos o ‘demócratas y progresistas’ quisieron contemporizar con el fascismo
manteniéndose neutrales, en lugar de combatirlo desde el principio de forma
tajante y valiente”… “Hoy podemos declarar que los teóricos principios
fundacionales de la Unión Europea murieron ahogados en el Mar Egeo o en el
Estrecho de Gibraltar, y que han sido enterrados bajo el barro de Idomeni”.
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