José Sacristán lleva seis décadas
dedicándose a la interpretación y actuación. Nacido en el seno de una familia
campesina procedente de Castilla ha presenciado cómo ésta ha ido evolucionando.
En “Las Furias”, una suerte de tragicomedia llevada a la gran pantalla en la
que el actor interpreta al padre de un clan que sobrevive combatiendo en su
microcosmos de secretos, traumas, enfermedades y amor, el actor reconoce que el
concepto de familia se ha democratizado. “Mi padre –reconoce en una entrevista
a Marina Alías, en Vozpópuli– militaba
en el Partido Comunista y había entonces un esquema de comportamiento familiar
dictado por el régimen franquista en el que lo primero que había que hacer era
bautizar a tus hijos y no se autorizaba el divorcio... Todo lo que ha ido
pasando en estos últimos años ha ido colocando a la familia en un territorio
más abierto. Desde mi punto de vista todo esto es mucho mejor, opine lo que
opine el señor Rouco Varela, que pienso que no va a coincidir conmigo”. Sacristán no se muerde la lengua a la hora de
valorar los últimos movimientos en el ámbito cultural. “No tengo nada en contra
del señor Íñigo Méndez de Vigo, pero sí en contra de este Gobierno por el
deprecio total y absoluto que sienten por la cultura. Es casi insultante”,
lamenta. “No hay más cojones con el IVA del 21%, perdón por el término, pero es
una insolencia total. Hay muchas cosas que me ponen furioso”, reconoce.
Miguel del Arco, director de la
película, arriesga al extrapolar la narrativa griega sobre las Erinias a una
familia de la España actual que, consumida por los miedos, se engaña para
resistir. Para ello, ha tirado de tablas a la hora de reclutar a un elenco de
actores con vasta experiencia en teatro. “Ese vaivén de teatro y cine ha sido
siempre una cosa muy fluida que, de repente, no sé quién comenzó a separar con
muros. Solo son formas diferentes de contar historias y de investigar sobre la
condición del ser humano, pero complementarias. Todo el elenco con el que trabajo
son actores que pasan del teatro al cine, o del cine a la tele, con una
normalidad apabullante”, explica. “Se llama Las furias porque los griegos
dieron forma narrativa a algo que nos sucede cuando, de repente, explotamos… Creo
que frases como 'Me llevan los demonios' o 'Se desataron las furias' tienen su
origen dentro de la mitología griega y, aunque tú no hayas leído a Sófocles,
sabes lo que es una tragedia griega y hay algo que rezuma alrededor de la
peripecia vital de la familia Ponte Alegre", precisa el director.
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