Imagen panorámica de la manifestación por el Primero de Mayo celebrada este lunes en el centro de Madrid
Cuarenta años después
de su legalización, los sindicatos volvieron ayer a salir a la calle para
exigir a la patronal un pacto salarial y al Gobierno la derogación de las
reformas laborales, que permitan tener salarios y empleos dignos. El Primero de
Mayo se presentó bajo el lema “No hay excusas. A la calle”. Y los principales
sindicatos, CCOO y UGT, se manifestaron en todas las capitales de provincia y
ciudades españolas más importantes.
En Madrid, la
manifestación central contó con la presencia de los secretarios generales de
CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Pepe Álvarez, para pedir “empleo
estable, salarios justos, pensiones dignas y más protección social”. Hubo, según
los organizadores, unos 40.000 manifestantes y “más de medio millón” en toda
España. Los sindicatos amenazaron a los empresarios con “un calvario” si no se
alcanza un pacto salarial, advirtiendo de que “la conflictividad en este país
va a crecer, a menos que la recuperación empresarial se traslade a los
salarios”. Admitieron que “España crece pero reparte mal su riqueza”. Advirtieron
que, para que el crecimiento económico llegue a todos, “se debe crear empleo estable y de calidad que
pase por poner en marcha un plan de choque por el empleo y devolver el
equilibrio de fuerzas en la negociación colectiva” para que empresarios y
sindicatos “puedan negociar en igualdad de condiciones”.
También asistió el
secretario general del Podemos, Pablo Iglesias, el coordinador federal de IU,
Alberto Garzón, y el secretario general del grupo parlamentario de Ciudadanos
en el Congreso, Miguel Gutiérrez. Iglesias y Garzón cargaron contra la
corrupción del PP que “roba a manos llenas”. El líder de Podemos subrayó que el
Primero de Mayo es “el día de la dignidad democrática” que, en España, está “amenazada
por un partido que está parasitando las instituciones del Gobierno”. Acusó al
PP de ser “el partido más corrupto” de Europa, además de representar “una
amenaza para los derechos de los trabajadores y para la democracia”. Y criticó
a Mariano Rajoy “que se está riéndose de los españoles”. Por su parte, Alberto Garzón, coordinador
federal de IU, dijo: “Hoy es el día de la clase trabajadora. Por lo tanto, lo
primero que tenemos que decir es que los sindicatos son su última línea de
defensa, conscientes de que más de 4 millones de personas en nuestro país cobran
menos de 300 euros al mes. Todas estas cuestiones tienen mucho que ver con las
reformas laborales aprobadas por los anteriores gobiernos”. Valoró que “no nos
podemos quedar sentados en los escaños, dedicándonos a hacer declaraciones o a
pedir dimisiones que al Gobierno le entran por un oído y le salen por el otro. Vamos
a actuar y la herramienta que nos permite el Parlamento es la moción de
censura”.
La marcha finalizó en
la Puerta del Sol en la que los secretarios generales a nivel nacional y
madrileño de los sindicatos reivindicaron la necesidad de derogar las dos
reformas laborales de 2010 y 2012 y pidieron un cambio urgente en la política
económica y social del país.
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