Una de las viviendas de Fraguas.
Más de 73.000 firmas de apoyo a los seis jóvenes
procesados por repoblar la aldea de Fraguas.
Seis jóvenes, que
pretendieron repoblar la aldea de Fraguas, fueron juzgados en una vista donde
la acusación particular, ejercida por la Junta, finalmente rebajó la petición
de cárcel a dos años para cada uno de ellos. La sentencia les condena, en
concreto, a un año y tres meses de cárcel, a una multa de seis euros diarios
durante 12 meses por delitos contra la ordenación del territorio, y a tres
meses más de prisión por un delito de usurpación, con otra multa de seis euros
diarios durante 90 días. Aunque la condena no conlleva entrada en prisión, el
texto de la sentencia sí prevé la privación de libertad para los seis jóvenes
en el caso de que no paguen las multas, que suman 16.380 euros, y la
responsabilidad civil derivada de los gastos de demolición del pueblo de
Fraguas y el traslado de los escombros, cifra que los repobladores calculan en
30.000 euros pero que está por concretar por el personal técnico de la Junta de
Comunidades de Castilla-La Mancha.
Los seis jóvenes Isaac
Alcázar, Isabel Turina, Gonzalo Aracil, Milagros Aguilera, Daniel Gómez y
Javier Pablo Ruggiero, integrantes de la Asociación de Repobladores Rurales de
la Sierra Norte, han sido condenados por trabajar en la rehabilitación de este
antiguo núcleo poblacional desde hace cinco años. Un lugar que fue abandonado
tras la expropiación forzosa sufrida por sus vecinos en el año 1968, y que
hasta la llegada de estos 'okupas' había permanecido abandonado y en ruinas. Un
fallo en el que se indica que Fraguas se encuentra en un monte de utilidad
pública que forma parte del Parque Natural de la Sierra Norte, cuyo suelo es
rústico no urbanizable de especial protección. Asimismo, la sentencia incide en
que los repobladores sabían que no tenían autorización administrativa y que las
obras que estaban realizando no eran autorizables, pese a lo cual llevaron a
cabo tareas de reconstrucción de edificaciones sobre las ruinas de las
preexistentes, instalaciones y acopio de materiales y efectos.
En un principio, la Junta
solicitó cuatro años y cuatro meses de pena para cada uno de los jóvenes,
acusándoles de delitos contra la ordenación del territorio, usurpación y daños
contra el medio ambiente, aunque en el último momento la Administración
autonómica retiró el delito de daños, por lo que la pena final solicitada fue
reducida. Por su parte, los acusados defendieron que, en ningún caso, su
proyecto pretendía destruir la naturaleza sino, por el contrario, cuidarla,
reconstruir la zona y permitir que fuera nuevamente repoblada. Afirmaron que
realizaron varios intentos para regularizar su situación, pero que no
encontraron más que rechazos, señalando que todavía confiaban en que pudieran negociar
con el Gobierno regional y que éste apostase por “verdaderas acciones y
políticas estructurales” para acabar con la despoblación”. Y el colectivo de
repobladores de la Sierra Norte de Guadalajara entregó en la Delegación de la
Junta castellano‑manchega más de 73.000 firmas de apoyo al proyecto de
rehabilitación de Fraguas.
Tras conocerse la
sentencia condenatoria, los repobladores de Fraguas han recibido numerosas muestras
de apoyo a través de las redes sociales. Entre ellas las de Ecologistas en Acción de
Guadalajara, colectivo que ha expresado a través de las redes su “total apoyo
al trabajo realizado por los pobladores de Fraguas”. Y consideran la sentencia “injusta”.
“Nos han condenado, y si no pagamos la multa iremos a la cárcel”, señala a El
Salto Lalo Aracil, uno de los condenados. “Esperábamos una sentencia favorable
y que tuvieran que ir por la vía administrativa, ya que es un tema más de
jurisdicción civil”. Fraguas es un pueblo que Franco hizo desaparecer y los
jóvenes repobladores se dedicaron, en parte, a reconstruir y a cultivar. Desde
Izquierda Unida Castilla-La Mancha subrayan que el “único delito” de estos
jóvenes ha sido “repoblar tierras abandonadas para buscarse un modo de vida
alternativo”. Juan Ramón Crespo, el coordinador regional, dice que, con esta
sentencia, se demuestra que “el Gobierno de Castilla-La Mancha reprime con
prisión la repoblación”. David Llorente, diputado regional y portavoz de
Podemos en las Cortes, califica esta sentencia como una “vergüenza”, al tiempo
que traslada a los jóvenes condenados todo su apoyo “frente a la represión del
Gobierno de Castilla-La Mancha”.
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