Pedro Sánchez, a manos de Ana Pastor.
Con este titular de Iñigo
Sáenz de Ugarte en Eldiairo.es, el presidente socialista hace un balance de sus
primeros 100 días en el cargo, tratando de explicar y justificar su actuación
en los momentos más conflictivos. “La entrevista de Ana Pastor a Pedro Sánchez,
en La Sexta, la noche del domingo, nos ha permitido confirmar dos hechos
básicos en la decisión del Gobierno español de autorizar la venta de bombas a
Arabia Saudí para su uso en la guerra de Yemen. Hubo una amenaza directa del
Gobierno saudí de poner fin a las relaciones económicas con España, y toda esta
crisis se originó por lo que fue un error de la ministra de Defensa, según la
versión ofrecida por Sánchez.
“Hay algo más que admite
varias interpretaciones, pero que Sánchez dejó claro en una de sus respuestas.
Está muy bien tener una política de derechos humanos, pero no tanto si eso pone
en peligro inversiones y puestos de trabajo. Una guerra en la que han muerto
decenas de miles de personas es algo terrible, pero un Gobierno puede colaborar
con ella, aunque sea de forma reducida, y no sentirse responsable. ¿Por qué?
Tiene mucho dinero que perder. En varios medios de comunicación, se informó de
que el Gobierno saudí había protestado por la decisión de Margarita Robles de
suspender la entrega de bombas guiadas por láser en un contrato aprobado por el
anterior Gobierno y ya pagado por el cliente. El Gobierno no se atrevió a
concretar mucho más. Los saudíes, a diferencia de la crisis que han tenido con
Canadá, prefirieron optar por la discreción y no hacer público su enfado.
Seguro que pensaban que este era un problema que podían arreglar sin levantar
la voz.
Sánchez -explica Sáenz de
Ugarte- fue bastante claro en la entrevista: “El dilema que tenía este Gobierno
era romper las relaciones comerciales, económicas y políticas con un tercer
país, con el impacto que eso podía tener en determinadas zonas de este país,
por ejemplo, la bahía de Cádiz, o cumplir con un contrato que firmó la anterior
Administración”. El peligro consistía en perder el contrato de construcción de
cinco corbetas por valor de 1.800 millones de euros en las instalaciones de
Navantia, en Cádiz y Ferrol. Esa fue la amenaza que llegó de Riad. La ministra
de Defensa quedó completamente desautorizada. Fue señalada como la causante de
esta crisis. Sánchez dijo que Robles no fue consciente de las dimensiones
comerciales de esa decisión, con lo que hay que suponer que la tomó sin
consultarla con Exteriores, Economía o Moncloa. Cabe la posibilidad de que esto
no haya sido así, pero los comentarios de Sánchez hacen pensar que el Gobierno
tuvo que reaccionar ante una situación creada por Defensa”. Sáenz de Ugarte lo
constata en la frase: “No es lo mismo ser ministro que presidente –eso lo sabemos
todos–, pero la humillación política sufrida por Robles es de las que dejan
huella”. Y resume: “Los derechos humanos, para los que se los puedan permitir.
Aunque esto no lo diga la legislación”. La periodista acabó la entrevista con
un agradecimiento irónico hacia el presidente: “Gracias por cumplir, 5 años
después, su promesa de venir”.
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