Inés Arrimadas, Ignacio Aguado y Miguel Gutiérrez, en en el Orgullo LGTBI.
Más de millón y medio de
personas acudieron, según los organizadores, al día grande del Orgullo LGTBI,
en Madrid, marcado por las negociaciones para investir a un nuevo presidente de
la Comunidad. La manifestación estuvo compuesta por 43 carrozas. Pero, entre la
fiesta y las reivindicaciones del colectivo, quien salió peor parado fue
Ciudadanos, cuyos miembros fueron insultados. Después de estar bloqueados
durante dos horas por los asistentes, a la altura del Museo del Prado, y, tras
recibir gritos y acusaciones de “Fuera, fuera” y “Esto es lo que pasa por
liaros con los fachas”, finalmente, los naranjas decidieron retirarse, escoltados
por la Policía Nacional.
La portavoz de Cs, Inés
Arrimadas, aseguró que “ha sido un día de vergüenza y de infamia”, mientras
acusaba a Podemos y al PSOE de haber alimentado “este odio” contra la formación
naranja. “La democracia en España, si no corta este tipo de actitudes, está en
peligro”, dijo, apelando a los partidos que “llevan semanas calentando (el
ambiente) contra Ciudadanos, como hicieron antes de la manifestación del 8 de
marzo”. La FELGTB había prohibido a Ciudadanos tener carroza en la manifestación,
pero su presidenta, Uge Sangil, aseguró que “podía estar como todo el mundo” en
una manifestación, advirtiendo sin cesar que el colectivo no permitiría que se
revirtiesen sus derechos. Por su parte, Íñigo Errejón, en declaraciones a la
Sexta, advertía que no se podía “pactar con homófobos y venir al Orgullo. Me
parece normal que la gente manifieste pacíficamente su protesta porque uno no
puede estar los viernes con los homófobos y los sábados en el Orgullo. Uno
puede elegir pactar con quien quiera, pero, si pacta con Vox, con una fuerza
política que dice que venir al Orgullo denigra a las personas, no puede esperar
que la gente le sonría. En la vida uno puede ser lo que quiera, pero no puede
ser hipócrita; tiene que ser coherente”.
También el ministro del
Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, se pronunció sobre el papel de
Ciudadanos en las reivindicaciones del colectivo. Poco antes del inicio de la
marcha, instó en un discurso ante las delegaciones LGTBI socialistas a luchar
contra “esa derecha que no tiene tapujos en limitar” los derechos de la
diversidad. Grande-Marlaska sostuvo que es irresponsable o ilusorio pensar que no
va a tener consecuencias “pactar con quien, de una forma descarada, incluso
obscena, trata de limitar los derechos. Sabemos lo que nos jugamos”. Y aseguró
que los derechos LGTBI “son derechos humanos, una batalla del conjunto de la
sociedad”.
“¡Ministro Marlaska,
dimita, porque es usted un irresponsable! Ha puesto la diana sobre Ciudadanos
para que luego 4 radicales vayan a lanzarnos botellas”, se apresuró a declarar
Inés Arrimadas en un acto sobre la maternidad subrogada, repitiendo una frase
que estos días ha hecho popular la formación liberal: “Nadie ha salido del
armario por su condición sexual para tener que meterse en otro armario por su
ideología o por el partido al que vota”. El PSOE reaccionó defendiendo a su
ministro. Adriana Lastra, su portavoz parlamentaria, comentó en redes sociales,
indignada: “La capacidad de manipulación de Ciudadanos llega a límites
insospechados: tratan la mani del Orgullo como una mani fascista, mientras la
mani de Colón junto a Vox y La Falange la denominan “constitucionalista”. Ya no
engañáis a nadie”. Tras los incidentes, el PP quiso mostrar su apoyo al partido
de Albert Rivera, asegurando a través de su cuenta oficial en Twitter que están
“siempre a favor del respeto, la igualdad, la tolerancia y la libertad”.
Según un informe pericial
filtrados en el El País de hoy, Ciudadanos no siguió las instrucciones y
consejos de la Policía Nacional para garantizar su seguridad y la ausencia de
incidencias en la manifestación del Orgullo LGTBI, el pasado sábado. Fuentes
policiales aseguran que “no hay constancia” de “agresiones físicas” a los
dirigentes de la formación naranja presentes en la manifestación y desmienten
que hubiera nada más que insultos y el lanzamiento aislado de una botella de
plástico vacía y algo de agua. Según esos datos, Ciudadanos no siguió “en
ningún momento las instrucciones policiales ni sus consejos”, recordando que no
estuvieron nunca aislados, sino que, aparte del operativo policial, estuvieron
acompañados por agentes de “paisano” integrados en su grupo. Se insinúa que el
partido buscó deliberadamente la polémica y el choque con los manifestantes
adversos. El dispositivo constó de hasta 20 agentes en su asistencia, y sólo a
la tercera advertencia, Ciudadanos hizo caso a la Policía y abandonó el
Orgullo, justo cuando recibió la mayor parte del agua que se les arrojó.
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