Felipe González. Ilustración de Javier F. Ferrero.
Así titula Víctor Chamizo
en un reportaje publicado en Nuevarevolucion.es, en el que dice: “Siente uno
vergüenza ajena de escuchar a Felipe González defender el régimen de Franco,
aunque pretenda hacerlo comparándolo con el régimen bolivariano de Venezuela,
con el único objetivo de lanzar mierda sobre Unidos Podemos. Por muy mala que
sea la política de Maduro, por mucho que uno esté en contra, por mucha aversión
que tenga a su forma de hacer política, no puede aplicársele la más mínima
comparación con la férrea dictadura de un general que asesinó vilmente a miles
de personas, y que encarceló a otras tantas, bajo la acusación de ‘no compartir
la ideología de un dictador criminal y asesino’.
“El señor González se
está posicionando, ya no en la derecha, sino en el fascismo. El PSOE debería
recapacitar sobre este hecho, y expulsarlo del partido. Del mismo modo que el
Parlamento debería ilegalizar el franquismo y todas las asociaciones,
organizaciones y partidos políticos relacionados con él. En ningún país europeo
sería concebible, ni la existencia de estas organizaciones, ni declaraciones
como las de Felipe González. ¿Se imaginan a alguien diciendo eso mismo de
Hitler o de Mussolini?
Chamizio prosigue: “La
Falange y otras formaciones de parecido corte deberían invitarle a los actos
del 20-N, un día en el que las fuerzas de orden público debieran cargar contra
todos los que portan banderas, escudos y todo tipo de simbología del régimen
que con ese encono defiende el señor González. Pero las fuerzas de orden
público están para emplearse a fondo con la gente que reivindica derechos
–derechos que están escritos con letras de oro en la Constitución que González
se arroga como suya– y con hombres y mujeres indefensas que tratan de
introducir una papeleta dentro de una urna. Las fuerzas de contención de este
sistema que Felipe González defiende no van a salir a contener a la riada de
fascistas que saldrán el 20-N a la calle, pertrechados de navajas y de objetos
contundentes.
Víctor Chamizo dice comprender,
con el alma lacerada, la aversión y la falta de entendimiento que había y hay entre
Julio Anguita y Felipe González. “Yo mismo, en uno de los grandes errores hacia
mis principios, creí en este deplorable individuo. Por tanto, puedo decir
públicamente, para descargar el peso que me oprime el pecho, que estaba
completamente equivocado, por no haber sido capaz de ver más allá de las
palabras y los gestos de semejante personaje. Pido perdón a mis compañeros de
la izquierda por no haber estado donde debería haber estado, y por haber
rebatido posiciones con las que hoy no puedo estar más de acuerdo”.
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