Nacido hace 75 años, el
norteamericano Joseph Stiglitz, ex economista jefe del Banco Mundial, exasesor
de los presidentes Bill Clinton y José Luis Rodríguez Zapatero, ejerce hoy como
profesor en Columbia. Polemista habitual, junto a Paul Krugman, Joseph Stiglitz
es el dream team de los economistas progresistas y parece disfrutar desmontando
verdades que otros colegas consideran indiscutibles. En una entrevista publicada
en El País y firmada por Luis Doncel, Stiglitz ataca con igual fiereza el auge
de líderes populistas, el aumento de la desigualdad o la gestión europea de la
crisis. Pero, sobre todo, encuentra su archienemigo en Donald Trump, un presidente
al que acusa no solo de una política fiscal desastrosa y de impulsar una guerra
comercial de consecuencias imprevisibles, sino de atacar “los ideales
americanos de libertad, democracia y justicia para todos”.
Stiglitz aplaude sin
ambages la decisión del Gobierno español de aumentar un 22% el salario mínimo,
hasta 900 euros mensuales, un paso, según dice, “largamente esperado”. Frente a
los augurios catastrofistas del Banco de España —que cifra en 150.000 empleos
el coste de subir el suelo salarial— o a la más moderada Comisión Europea —que
esta semana redujo el impacto a 70.000 puestos de trabajo—, Stiglitz niega la
mayor. Para él, subir el salario mínimo tiene un impacto “insignificante o
incluso positivo” sobre el empleo. Cita un centenar de estudios hechos en EE
UU. “Allí, los datos son abrumadores. Y no se refieren a subidas del 22% como
en España, sino incluso del 100%, como en Seattle”, asegura. Stiglitz atribuye
las críticas a la decisión de Pedro Sánchez a una visión antigua basada en la
presunción de que el mercado de trabajo funciona como cualquier otro mercado
definido por la oferta y demanda, idea que Stiglitz considera “una especie de
creencia religiosa”. “Los estudios muestran que no es así”, concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario