Ni siquiera la tercera
ola ha conseguido frenar el ocio nocturno ilegal en Madrid, una ciudad
percibida como el centro de la fiesta. Desde hace unos meses, las escenas se
repiten un fin de semana tras otro y los medios de comunicación informan del
importante aumento de fiestas ilegales detectadas por la Policía. Pese a las
amenazas del delegado del Gobierno en Madrid, las asociaciones de vecinos
denuncian la laxitud y la sensación de “barra libre” del Gobierno de Isabel
Díaz Ayuso ante la extensión de estos eventos en la capital, mientras fuentes
policiales tienen claro que estas actividades seguirán mientras haya
restricciones. Pese a ello, el delegado del Gobierno no deja de aplicar “el
peso de la ley sobre los responsables”.
Las cifras se repiten una
semana tras otra. La Policía Municipal de Madrid cancela centenares de fiestas
ilegales en domicilios y otros locales que incumplen claramente la normativa
contra la pandemia, sin mascarillas y sin distancia de seguridad. Y de nada
sirven los centenares de sanciones por hacer botellón o por saltarse el toque
de queda. El problema, lejos de paliarse, se ha acentuado en casas privadas, en
bares o locales destinados a otro uso, como puede ser un almacén, pese a la
intensificación de controles. Así lo
anunció el delegado del Gobierno en la región, José Manuel Franco, quien dio a
entender que existen redes de “profesionales” dedicadas a organizar fiestas en
el centro de Madrid. Y los representantes vecinales del centro de Madrid
denuncian que se están ofertando en internet paquetes por 150 euros que
incluyen viaje desde Francia a Madrid en avión y fiestas en pisos turísticos.
Sin embargo, los vecinos, no culpan a la Policía, sino que señalan a las
autoridades de la Comunidad de Madrid por la sensación de “impunidad” que se
vive en la capital ante esas fiestas.
Paris-Match publicaba hace
unos días un reportaje que criticaba duramente la actitud del Gobierno regional
de Isabel Díaz Ayuso a la que acusaba de fanfarronear con el covid. En este
sentido, el pasado 6 de febrero el consejero madrileño de Hacienda y Función
Pública, Javier Fernández-Lasquetty, defendía la apuesta por “mantener Madrid
abierto”, y celebraba la afluencia de turistas franceses detectada en las
últimas semanas, aprovechando que aquí las limitaciones derivadas del
coronavirus son menores que en su país. “Nos alegra muchísimo si en este
momento están viniendo ciudadanos de Francia, lo peor sería que sucediera lo
contrario”, declaraba Lasquetty al tiempo que indicaba que Madrid demuestra “que
se puede luchar eficazmente contra la pandemia sin llegar al cierre total”.
Ajeno a la polémica de la
laxitud de las medidas, el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco Franco
quiso enviar un mensaje contundente: “Vamos a investigar y llegar hasta las
últimas consecuencias. Hay un registro de pisos turísticos en Madrid y hay que
ver quiénes son los propietarios que alquilan estos pisos y hay que ver a quién
se alquila estos pisos. Luego también hay ver lo que sucede dentro de estos pisos.
La situación es muy complicada, pero vamos a investigar desde quién promueve
estas fiestas hasta las condiciones en que se alquilan estos pisos. El peso de
la ley caerá sobre los responsables”.
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