El pasado martes, los
primeros ministros de Polonia, República Checa y Eslovenia viajaron a Kiev, en
pleno asedio, para mostrar su apoyo al presidente Zelenski. Ucrania sigue
siendo la víctima de una agresión y la solidaridad es generalizada. La reacción
de los países del Este frente al apoyo a Ucrania es también una manera de
apoyarse a sí mismos. Zelenski ha pronunciado más claramente que nunca una idea
que puede ser interpretada como una forma de ir allanando las negociaciones:
“Está claro que Ucrania no es un miembro de la OTAN. Nosotros entendemos esto.
Somos gente razonable. Durante años hemos oído que supuestamente teníamos las
puertas abiertas, pero ahora se nos dice que no podemos entrar ahí. Esto es así
y debemos admitirlo”. Esa renuncia formalizada era una de las condiciones de
Rusia para cesar los ataques, aunque de muy poco ha servido hasta el momento.
Tras tres semanas de
guerra, Ucrania sigue resistiendo ante la ofensiva rusa, que se ha
intensificado sobre la capital y el presidente ucraniano, Volodymir Zelensky,
ha admitido en una reunión por videoconferencia con el primer ministro británico,
Boris Johnson, que Ucrania no entrará en la OTAN y ha denunciado que “la
invasión de Rusia ha destruido todo lo que mantenía nuestra seguridad en la
región. Pero reconoció que “la OTAN aún no se ha atrevido a cerrar el cielo
ucraniano a los misiles y aviones rusos, y las tropas rusas continúan
bombardeando ciudades ucranianas pacíficas y matando personas, haciendo
estallar casas, hospitales y escuelas”.
El jefe de Estado
ucraniano también insistió en la necesidad de aumentar las sanciones a Rusia
hasta que cambien su retórica agresiva y sus intenciones. A su juicio, se debe
prohibir que la flota rusa utilice puertos internacionales, se debe aprobar la
desconexión total de los bancos rusos de SWIFT, el reconocimiento de Rusia como
estado terrorista, así como el embargo de cualquier comercio con Rusia. “Creo que
todos conocemos esta práctica y estas tragedias: misiles y bombas, helicópteros
y tanques, ataques cibernéticos, todo eso está en el arsenal de la Rusia
actual. Y, si Ucrania no sobrevive, todo estará dirigido contra Europa”.
Pero, mientras Zelensky asumía el
no de Ucrania en la Alianza, Rusia incrementaba su ofensiva contra Kiev, que
ha vuelto a despertarse con el sonido de las bombas con varios muertos y
heridos en ataques a edificios residenciales. El alcalde Kiev anunciaba que,
desde este martes 15 de marzo a las 20.00 horas hasta las 7 de la mañana de hoy,
jueves, se decretaba el toque de queda durante 36 horas. Según la ONU, la cifra
de refugiados desde la invasión rusa supera ya los 3 millones de personas, y el
martes, en Mariúpol, una de las ciudades sitiadas, un convoy de 160 vehículos lograba por fin salir tras varios intentos fallidos, a través de uno de los
corredores humanitarios acordados con Moscú.
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