Ya se puede ir sin
mascarilla al cine, al supermercado, a clase, a la tienda de ropa, al bar... Ir
sin ella al trabajo ya depende de las normas de la empresa. Y también hay que
llevarla encima cuando se viaja en bus, en metro o en taxi. Pero no podemos
negar este momento simbólico. Aunque sea una despedida incompleta, estamos
diciendo adiós a la mascarilla 700 días después de estar sujetos a ella y no
poder mostrar ni la sonrisa ni la tristeza que nos ha embargado durante este
tiempo.
Claro que no cabe olvidarse
del virus: ya no existe la tasa de incidencia diaria, pero sí sabemos que, en
la última semana, se han registrado 455 muertes por culpa de la Covid-19. Son
muchas personas. Y la Policía sigue buscando al responsable de otra estafa al
Ayuntamiento de Madrid, tras haber descubierto que el Consistorio comprase un
millón de tapabocas a un señor llamado Philippe Haim Solomon. Una identidad que
resultó ser falsa.
Pero, repito, al fin
llegó la liberta de ir por la calle después de más de dos años, siendo
obligatoria en todos los espacios interiores. Una medida, que entró ayer en
vigor, al modificar el Ministerio de Sanidad el sistema de vigilancia del coronavirus,
y pese a la subida de la incidencia acumulada, que sobrepasa la barrera de los
500 casos entre los mayores de 60 años.
La decisión tomada por
algunos comercios o supermercados como Mercadona, en donde el uso de las
mascarillas será voluntario para sus trabajadores, y recomendado para “personas
sensibles” al coronavirus, una medida contrasta con la de otras cadenas, como
es el caso de Carrefour. La cadena francesa explica que en todos sus centros de
trabajo se mantiene por ahora el uso de las mascarillas, y que “en función de
la evolución de la pandemia se tomarán nuevas medidas”. Eroski, por su parte,
obligó el martes a sus trabajadores a llevar el cubrebocas, para tener cierto
margen para “leer el Real Decreto, analizarlo, y tomar después la decisión”. El
Corte Inglés acordó que sus empleados deberían seguir utilizando la mascarilla
cuando atiendan a un cliente con proximidad física -como puede ser en pruebas
de maquillaje-, pero también si el cliente al que atiende el empleado sí la
lleva. Además, es obligatoria en la atención de mesas y barras en hostelería,
platos preparados y pastelería, así como en el mostrador de frescos.
El balance total registrado
desde el inicio de la pandemia se eleva a 11.736.893 contagios y 103.721
fallecidos totales. La incidencia acumulada sobrepasa los 500 casos y es aún
más elevada en varias comunidades como en Navarra (1.059), Galicia (1.049),
Asturias (977), Castilla y León (904), Extremadura (638), Canarias (630), La
Rioja (628), Cantabria (612) y País Vasco (602). Además, también superan la
media nacional Baleares, Murcia y Ceuta. Solo se encuentran por debajo de los
300 casos Andalucía y Madrid.
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