La Alianza Atlántica, celebrada en Madrid la semana pasada, aprobó su concepto estratégico para la próxima década con más gasto, más despliegue militar y dos nuevos miembros, Suecia y Finlandia, tras la invasión rusa de Ucrania. 300.000 soldados de reacción rápida en Europa, en lugar de 40.000, listos para moverse por los diferentes flancos en función de las decisiones de los mandos militares. Más despliegue estadounidense. Y todo esto después de habérsele diagnosticado la “muerte cerebral” hace apenas dos años y medio. “La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) —escriben Andrés Gil, Irene Castro y Javier Biosca Azcoitien en ElDiario.es — sale de la cumbre de Madrid con más armas, más efectivos, más presencia política y militar y con un nuevo plan para la próxima década que exige más gasto y señala una amenaza principal: la Rusia de Vladímir Putin. Más soldados, más frontera, más miembros, más armas y más EEUU. Finlandia y Suecia, miembros de la UE, entrarán en la Alianza Atlántica en la cumbre de Madrid, el plan deseado pero que, en las vísperas, parecía tambalearse. Y supondrán 1.300 kilómetros más de frontera de la Alianza Atlántica con la Rusia de Vladímir Putin quien, a finales del año pasado, pedía unas nuevas normas de seguridad en Europa por sentirse amenazado por la OTAN, que no ha dejado de crecer hacia el Este desde la caída del Muro de Berlín. ‘Putin quería menos OTAN y tiene más OTAN’, no se cansa de repetir el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg. ¿Qué consecuencias tendrá eso para el futuro de la seguridad en Europa? Los miembros de la Alianza Atlántica defienden que da más seguridad por su capacidad disuasoria. Queda por ver si eso efectivamente aplaca en el futuro al Kremlin o no. Pero la OTAN en Madrid no solo se amplía sino que, tanto en su declaración como en su nuevo concepto estratégico, la guía para los próximos diez años, santifica un mayor gasto militar, paralelo al acordado en la UE por los 27. La OTAN siempre ha fijado el 2% del PIB como el gasto deseable en Defensa, y ahora se habla incluso de gasto mínimo. Pedro Sánchez, de hecho, ya ha anunciado un aumento presupuestario que vaya acercando el gasto español a esos umbrales, frente a un rechazo mayoritario de la población, según la encuesta de Simple Lógica. La UE ha reaccionado a la invasión rusa de Ucrania, canalizando 2.000 millones de euros en armas a través del llamado 'Instrumento para la Paz'; los Estados miembros están entregando armas bilateralmente a Kiev y los 30 miembros de la OTAN han acordado acelerar el presupuesto de Defensa”.
La cena de los miembros de la OTAN, ofrecida por los Reyes en el Palacio Real.Fue el pasado martes, 28 de junio, cuando uno a uno, los líderes asistentes a la 32ª Cumbre de la Alianza Atlántica fueron subiendo las escalinatas del Palacio Real, pisando moquetas tupidas, entre paredes decoradas por la Real Fábrica de Tapices y con una Guardia Real que escoltaba a todos los invitados. España no organizaba una cena de esta categoría desde diciembre de 2019, cuando se celebró la cumbre del clima COP25. Entre los primeros en llegar, Pedro Sánchez, que se despistó y seguía caminando sin pararse para la foto. Entre los últimos, el presidente de Estados Unidos, acompañado de su esposa. El presidente de Luxemburgo, con su marido. Al primer ministro británico, acostumbrado a tratar con majestades, se le notaba mucho más suelto a la hora de saludar y posar frente a las cámaras. Al inicio de la cena, Felipe VI hizo un brindis en el que recordó la importancia de Europa y la unidad de la OTAN frente a nuevas amenazas y desafíos, mencionando expresamente a Rusia. El rey mencionó la relevancia de la cumbre y la esperanza de uno resultados positivos. Y Felipe y Letizia ofrecieron la cena de gala para dar la bienvenida a los líderes de la OTAN y a sus acompañantes. Eran 58 invitados, entre los que se encontraban los presidentes de los 30 estados que integran la OTAN, además de otros representantes de ocho países que fueron igualmente invitados. El chef, Paco Roncero, cocinero de 53 años, jefe de cocina del Casino de Madrid, con dos estrellas Michelin y ganador del Premio Nacional de Gastronomía en 2006, fue el encargado de diseñar el menú: un cóctel compuesto por trece aperitivos muy diferentes entre sí, pero con una marcada presencia española en sus platos. La cena comenzó con un cóctel compuesto por trece aperitivos muy diferentes entre sí, pero con una marcada presencia española en sus platos. Los reyes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su mujer, Begoña Gómez, y el resto de comensales degustaron las aceitunas esféricas, el brioche de atún rojo a la mostaza antigua, el ceviche de corvina con leche de tigre, air bag de picaña y bogavante con sopa de aceite y pomelo rosa. Hubo igualmente tortillas de camarón, sardinas marinadas con salsa romescu, tacos de ternera glaseada, gildas de salmón ahumado, croquetas de gamba al ajillo, kikos con guacamole, buñuelos de bacalao y gazpacho al aceite de albahaca. El plato principal fue merluza con salsa menier, tapioca y huevas de trucha. Se apostó por el pescado y no por la carne. El postre, muy peculiar, estaba compuesto por una ligera espuma de coco con granizado de menta y fruta de la pasión. Y entre las bebidas para acompañar los platos, vino tinto, blanco y espumoso, además de agua. Total, que, más que una cena de homenaje a la OTAN, aquello parecía dedicado a la degustación de diplomáticos y mandatarios de vacaciones en España.
El miércoles, 29, se celebró otra cena institucional para los líderes de la OTAN y sus acompañantes en el Museo del Prado de Madrid. El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y los 6 miembros de la UE que no pertenecen a la OTAN (Suecia, Finlandia, Chipre, Irlanda, Malta e Irlanda) fueron fotografiados entre los mejores cuadros de la famosa pinacoteca y la imagen proyectada al mundo fue, según los expertos, todo un acierto de organización por parte de nuestro país. La foto de familia principal tuvo lugar en la gran sala donde está expuesta “Las Meninas” de Velázquez, el cuadro más popular del Prado. Además, se pudo ver a dirigentes como el británico, Boris Johnson, o el francés, Emmanuel Macron, admirando los cuadros, apartándose del grupo, para disfrutar el momento previo a la cena. Era la primera ocasión en la historia de las cumbres de la OTAN que se celebraba una cena de trabajo en la que aparecían unidos los líderes de la Alianza y de la UE, alineados con el papel y espíritu constructivos de España tanto en la Alianza Atlántica como en la Unión Europea. Previo al inicio de la cena euroatlántica, la Orquesta Sinfónica de Kiev, dirigida desde 2018 por el italiano Luigi Gaggero, actuó durante unos minutos, como gesto de apoyo permanente a Ucrania, país unido a los principales procesos culturales europeos y con un patrimonio dentro del mapa diverso de la gran familia europea. El menú, a cargo del chef, José Andrés, Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2021 y líder de la ONG World Central Kitchen, comenzó con un entrante: un gazpacho de bogavante con verduras de verano. Aunque, previamente, a modo de aperitivo, se sirvió un bacalao, naranja y remolacha. El plato principal fue una espaldita de cordero cocinada a baja temperatura con puré de limón. El postre, bautizado como “sabores de Madrid”, combinó el fresón de Aranjuez, el anís de Chinchón, el barquillo y el caramelo de violeta. Andrés hizo un reconocido trabajo realizado en favor de los afectados en crisis humanitarias, siendo especialmente reseñable la ingente labor humanitaria desplegada en Ucrania, atendiendo a los refugiados en los países fronterizos desde el inicio de la guerra, donde repartió más de 60 millones de comidas. Para esa noche se sirvieron dos cenas por separado: una para los mandatarios, presidentes y primeros ministros, en el Claustro de los Jerónimos; y otra, para sus cónyuges o acompañantes, en la sala de las Musas. Previamente, los invitados recorrieron algunas de las galerías más señaladas del museo, como la de El Greco y la de Diego Velázquez.
A la Cumbre de la OTAN acudieron cuatro mujeres y 27 hombres en el epicentro de la toma de decisiones frente a 17 mujeres y dos hombres en la comitiva de acompañantes. Fue la panorámica de las altas esferas de la política internacional. “Si no se percibe que las mujeres están dentro de las estructuras del poder, ¿no es necesario redefinir el poder?”, pregunta la feminista Mary Beard en su libro 'Mujeres y poder: un manifiesto', publicado en 2018. A juzgar por la panorámica que dejó la celebración de la Cumbre de la OTAN en Madrid, y por las dos agendas paralelas de los dirigentes y sus acompañantes, la respuesta era inequívoca: sí. Y pareció seguir siéndolo. Mientras que una más que abrumadora mayoría de hombres redefinía la estrategia de la OTAN, la mayoría de sus acompañantes, 17 mujeres y dos hombres, visitaron parajes emblemáticos. Desde el lunes, cuando Jill Biden aterrizó en Madrid, la reina Letizia ejerció de anfitriona mientras el rey Felipe VI despachaba en Zarzuela. E, iniciada la Cumbre, fue la reina quien lideró la comitiva de consortes. El miércoles visitaron La Granja de San Ildefonso (Segovia), el museo Reina Sofía y degustaron productos típicos. En la foto de familia hecha en La Granja, los dos únicos hombres fueron Gauthier Destenay y Juraj Rizman. Destenay era el marido del primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, y Rizman acudió como pareja de la presidenta de Eslovaquia, Zuzana Čaputová. La comitiva de consortes se tomó otra foto de familia, la de los asistentes a la cumbre de la OTAN en el recinto de IFEMA.
Pero, el papel principal de la Cumbre recayó sobre 27 hombres y sólo cuatro mujeres: Mette Frederiksen, primera ministra de Dinamarca; Katrín Jakobsdóttir, primera ministra de Islandia; Kaja Kallas, primera ministra de Estonia; y Zuzana Čaputová, presidenta de Eslovaquia. Las dos últimas fueron las primeras mujeres en llegar a la presidencia de sus respectivos países y, en el caso de las primeras ministras de Dinamarca e Islandia, las segundas. Sólo una veintena de mujeres ejercen en el mundo como lideresas ya sea como presidentas, primeras ministras o monarcas, en alguno de los 193 países de la ONU. Y 119 países nunca fueron presididos por féminas. Al ritmo actual, las Naciones Unidas calculan que la igualdad de género en las más altas esferas de decisión no se logrará en menos de 130 años. La ONU también calcula que no se alcanzará la paridad de género en los cargos a nivel ministerial antes de 2077. España, tras la última remodelación del Gobierno, se ha convertido en un ejemplo. Un 63,6% del Ejecutivo son mujeres, el que más presencia femenina tiene de Europa. Pero las puertas del poder están solo entreabiertas. Según el INE, en el año 2021, el porcentaje de mujeres en el conjunto de consejos de administración de las empresas que forman parte del Ibex-35 es del 30,7%. Una cifra escandalosamente baja, si observamos cuántas de ellas forman parte de la cúpula: no llegan al 6%. Concretamente, sólo cinco mujeres ocupan las más altas responsabilidades en alguna de las 35 empresas del Ibex. Son Ana Botín (presidenta de Banco Santander), María Dolores Dancausa (consejera delegada de Bankinter), Beatriz Corredor (presidenta de Red Eléctrica de España), Cristina Ruiz (consejera delegada de Indra) y Marta Ortega (futura presidenta de Inditex, a partir de abril de este año). Dos de ellas, Botín y Ortega, son herederas de las empresas familiares.
A diferencia de otras Cumbres de la OTAN, la registrada este año en Madrid ha tratado de abordar la guerra de Ucrania y sus percusiones, un escenario bélico que ha traído consigo una reestructuración de las decisiones en la Unión Europea y de la Alianza para responder a las actitudes invasoras de Vladimir Putin. Juanlu Sánchez así lo reconoce: “Más allá de los argumentos críticos que ya hemos comentado y que ellos no compartirán, la OTAN sale reforzada y, si la cosa se pone más fea todavía con Rusia en pocos años, esta reunión será recordada como histórica porque fue cuando se confirmó la resurrección de la alianza militar de Occidente contra la Amenaza Rusa. Además, España ha dado una imagen impecable como anfitriona. No ha fallado nada y, si se trataba de agasajar y de impresionar, los líderes mundiales (y sus parejas) han tenido momentos cumbres”. Con este telón de fondo, el presidente del Gobierno y jefe del país anfitrión, Pedro Sánchez, cerró los actos de la Cumbre. Ensalzando en todo momento que los líderes reforzaran su mensaje de “unidad y fortaleza” ante la amenaza rusa, Pedro Sánchez no ha ocultado su euforia ante el éxito de organización de esta cumbre de la OTAN. “España ha reforzado su posición en la escena internacional, nos hemos mostrado como un país moderno, sólido, que quiere trasladar un mensaje en defensa de un orden internacional basado en reglas”, afirmó el líder del Ejecutivo. Y el presidente nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, admitió que la cumbre de la OTAN fuera un verdadero éxito para los intereses del país. De hecho, el dirigente conservador felicitó al presidente del Gobierno por su buen hacer a la hora de organizar esta cita internacional. Y deslizó que por su “sentido de Estado, por supuesto, estará a la altura de las circunstancias”. Restó así importancia a la postura de Unidas Podemos. Pero Ione Belarra, la ministra de Derechos Sociales y secretaria general del partido morado, respondió, contundente, en los pasillos del Congreso ante la posibilidad de aumentar el gasto militar: “Nosotros hemos pensado siempre que España necesita mucho más una renta garantizada que más inversión en tanques o en armas”…
Javier Portillo publica en Vozpópuli que ex cargos del PSOE consultados ven un “interés personal” (y a Putin) en el giro atlantista de Sánchez. “En verdad, el actual atlantismo español llama la atención por proceder de un Ejecutivo en el que habita Unidas Podemos, una formación antiOTAN que se borró de los fastos del 40 aniversario del ingreso de España en la Alianza. Pero también sorprende la evolución del propio Sánchez, que, en unos años, ha pasado de pregonar desde la oposición que ‘sobra el Ministerio de Defensa’ a situarse como ferviente defensor de los acuerdos de la OTAN en materia de aumento de gasto militar. Moncloa está exultante por el resultado de la cita de Madrid y por el ‘excelente’ y ‘perfecto’ papel de España, reconocido por todos los aliados. Ese supuesto ‘interés personal’ del presidente del Gobierno estaría, según estas fuentes, encaminado al salto internacional que Sánchez se plantea en caso de que resulte perdedor en las próximas elecciones generales. Como explicó este diario, el líder socialista baraja sustituir al belga Charles Michel al frente del Consejo Europeo para acompañar a la presidenta de la Comisión, la germana, Ursula Von der Leyen. Pero si ésta cae, trataría de coronarse en su puesto con el beneplácito del canciller de Alemania, el socialdemócrata, Olaf Scholz, y del presidente francés, el socioliberal ‘Enmanuel Macron’. Según fuentes gubernamentales, la cena euroatlántica en el Museo del Prado, donde se produjeron imágenes ‘espectaculares’ que han dado la vuelta del mundo, fue un empeño personal del presidente. El núcleo duro de Moncloa sabía que el formato, un anfitrión que enseña las obras maestras del arte de su país, era un punto fuerte de Sánchez y decidió aprovecharlo. El presidente, con gran dominio del inglés y del francés, los idiomas cooficiales de la OTAN, se desenvolvió con soltura ante los casi cuarenta primeros espadas de los países miembros de la Alianza. Sánchez desplegó todo un trabajo de relaciones públicas, consciente de que la primera beneficiada sería España, pero también él mismo. Tras dos años y medio al frente del Ejecutivo de coalición con Podemos, Sánchez enfrenta un escenario político y económico tremendamente hostil, que como reconoce su equipo más cercano en Moncloa, le lleva a ser mejor valorado fuera de España que dentro. Y la guerra en Ucrania, desencadenada por la invasión rusa de Kiev, tiene mucho que ver. Los ex altos cargos del PSOE consultados no dudan en señalar el día 24 de febrero de 2021 como hito geopolítico que explica el atlantismo del Gobierno de Sánchez. La guerra en Ucrania ha cambiado el mundo y no gravitar alrededor de la Alianza Atlántica en estos momentos hubiera sido ‘contraproducente’ para el Gobierno. No cabe otra para un Gobierno de izquierdas que alinearse con Estados Unidos (…) El aparato de Moncloa considera que Sánchez se ha mostrado como un ‘actor global’ y ha devuelto al país a la esfera de reconocimiento e influencia internacional del que nunca debió haber salido. Pero a Sánchez le despertará pronto un terrible dolor de cabeza. La resaca de la fiesta Atlántica en Madrid se dejará sentir en Moncloa. El presidente del Gobierno está convencido de que sacará adelante en el Congreso los compromisos con la OTAN que suponen un incremento del gasto en Defensa. Pero no solo. También aceptar la llegada de los dos buques de guerra estadounidenses a Rota (…) Precisamente, Sánchez, que no acostumbra a dar puntada sin hilo, está intentando apropiarse del lenguaje de Díaz. Y está vendiendo la necesidad de aceptar los compromisos atlánticos como un ‘acuerdo de país’, las mismas palabras que la líder morada en Moncloa repite hasta la saciedad. El entorno de Díaz, no obstante, señala que no habrá divergencias entre los morados como ocurrió con el envío de armas”.
La ONU denuncia lo ocurrido en la valla de Melilla y pide a España y a Marruecos que no hagan uso de “fuerza excesiva”.Poco antes de esta cumbre, la ONU dijo formalmente que la muerte de al menos 23 inmigrantes que intentaron llegar a España desde Marruecos por la valla fronteriza de Melilla debe ser investigada con urgencia por ambos países. Lo declaró el pasado martes la OACDH (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos). En el incidente en la frontera, según la ONU, los inmigrantes africanos fueron “golpeados con porras, pateados, empujados y apedreados por funcionarios marroquíes en su intento de escalar la valla”, dijo la portavoz de la OACDH, Ravina Shamdasani. “Este es el número más alto registrado de muertes en un solo incidente durante muchos años de inmigrantes que intentaron cruzar de Marruecos a Europa a través de los enclaves españoles de Melilla y Ceuta”, dijo. Y reconoció que, según los informes, 140 guardias marroquíes sufrieron heridas. Shamdasani instó a Marruecos y España a garantizar que los derechos humanos de los migrantes estén protegidos en su frontera común y que los agentes fronterizos se abstengan de cualquier uso de fuerza excesiva. Por todo ello, pidió una investigación independiente en vista de los “relatos contrapuestos” de lo que ha sucedido: “Les pedimos que tomen todas las medidas necesarias junto con la Unión Europea, la Unión Africana y otros actores internacionales y regionales relevantes, para garantizar que se implementen medidas de gobernanza fronteriza basadas en los derechos humanos”. “Estos incluyen el acceso a vías migratorias seguras, acceso a evaluaciones individualizadas y protección contra expulsiones colectivas y devolución, así como contra arrestos y detenciones arbitrarias”, añadió. Por su parte, el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, también hizo alusión al caso de Melilla y lo calificó de “inaceptable”. “Hemos visto el uso también de una fuerza excesiva por parte de las autoridades, que debe ser investigada porque es inaceptable”, denunció.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, asistió a las jornadas de la Cumbre de la OTAN.David Bollero, en su artículo en Público “La OTAN ilustra el fracaso de la política”, nos recuerda el aire triunfalista de fortalecimiento con que se inició el miércoles la Cumbre de la OTAN en Madrid “cuando, en realidad, si se analiza objetivamente, lo que ilustra es un fracaso rotundo de la política. La necesidad imperiosa de incrementar el gasto militar —en el caso de España, como mínimo, ha de doblarlo— delata la incapacidad de los miembros de la Alianza para el mantenimiento de la paz y, por mucho que intenten desviar la mirada hacia otro lado, la falta de unidad y entidad de la Unión Europa (UE), absolutamente incompetente para desmarcarse de la OTAN y hablar de tú a tú a EEUU, al que continúa rindiendo una pleitesía obscena. ¿Recuerdan aquella teoría que circuló durante muchos años en el mercado que apuntaba que eran las compañías de antivirus las que creaban los virus para mantener su negocio y justificar su existencia? Pues cierta o no, es lo mismo que sucede con la OTAN, cuyo mandamás, esto es, EEUU, es quien lleva las riendas y fuerza, sino inicia directamente, conflictos bélicos que le ayuden a reclamar más OTAN. En la misma guerra de Ucrania y pese a que es obvio que el máximo responsable es Putin, la Alianza, sus ansias expansionistas y su soberbia imprudente han tenido mucho que ver. La maquinaria de marketing político se ha puesto en marcha y todas sus piezas, convenientemente engrasadas, ya giran al son de EEUU, incluido Felipe VI, que en los prolegómenos de la Cumbre llegó a asegurar que ‘la Alianza está demostrando su valor como faro de libertad’. Una afirmación difícil de sostener considerando que, en apenas dos décadas de este siglo la OTAN, ya ha dejado más 350.000 civiles muertos y 38 millones de desplazados... o que ilustra la particular concepción de liberta del monarca, que apuesta por defender ‘un orden basado en reglas en Europa’. El tufo a superioridad moral es insoportable, esa misma supremacía de valores que hace fracasar la política y la honestidad. Por mucho que la ministra de Defensa, Margarita Robles, trate de vender a la opinión pública la necesidad de reforzar el arsenal armamentístico, esto no sería necesario si no se provocaran o evitaran los conflictos por la vía diplomática y se desplegaran políticas inclusivas, también en materia de relaciones internacionales. No es el caso de la OTAN y mucho menos de EEUU, tendentes a arrasar con su rodillo y a amenazar con esa Defensa de que presume Robles y que no difiere gran cosa de antecesores suyos como el señor de la guerra Pedro Morenés… Escuchar a Pedro Sánchez defender los Derechos Humanos (DDHH) en su comparecencia previa a la Cumbre es, cuanto menos, hipócrita, días después de su aplauso al comportamiento de la gendarmería marroquí que provocó la matanza de decenas de personas migrantes. Ni Sánchez, ni EEUU ni la OTAN pueden dar lección alguna de respeto por los DDHH después del modo en que han vendido al pueblo saharaui, tirándolo a los pies de los caballos del invasor ilegal que es Marruecos”…
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, interviene en una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados.“En la sesión de control al Gobierno del 29 de junio – escribe en ‘Público’ Aníbal Malvar bajo el título ‘Marlaska y la mentira’–, el diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, interpeló a Marlaska sobre la irrupción, durante la masacre en Melilla del pasado viernes, de agentes marroquíes en suelo español. Invasión ilegal que este panfletillo simpático y volandero había certificado horas antes, publicando unas imágenes incontestables. ‘Da por hechos probados que gendarmes marroquíes entraron en territorio español’, bramó Marlaska. ‘Falsedades de este tipo, salvo existencia de prueba, le sugiero que no las repita’. Este desprecio del ministro a la evidencia periodística es inexplicable cuando estamos hablando de 37 muertos. Pero Marlaska tenía buenos maestros. Federico Trillo y José Bono, por poner solo dos ejemplos. Nuestro ministro fue a principios de este veloz siglo el juez encargado de la investigación del accidente del Jak-42, en el que murieron 62 militares españoles que volvían de Afganistán. Gobernaba el PP del patriotísimo José María Aznar, que había embarcado a nuestros soldados en un pajarraco chatarrero llamado Jak-42 y, una vez culminada la tragedia, había permitido que se remitieran a los familiares ataúdes con los restos de los muertos mezclados sin mayor autentificación, cual desperdicios de casquería. El entonces juez estrella archivó el caso sin realizar investigación alguna y protegiendo en todo momento a Trillo, a Bono y a los encubridores uniformados de estos, todos encorvados bajo el peso de sus incontables medallas. ‘Desde el principio, se ha cercenado la investigación [por parte de Marlaska] y se han denegado diligencias [por Marlaska también] que eran necesarias para el esclarecimiento de los hechos’, alegó el fiscal Javier Zaragoza instando a la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional a reabrir la investigación en enero de 2008. Marlaska, inasequible al desaliento, impulsó un par de paripés y al final logró el archivo definitivo de la causa en mayo de 2012. Buen trabajo, chaval. Meses después, fue premiado con su ingreso como vocal en el Consejo General del Poder Judicial a propuesta (ojo al dato) del Partido Popular. Es Marlaska juez reacio a investigar según qué casos, si nos enfangamos en la cara sucia de su trayectoria judicial. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Amnistía Internacional y el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura ya han observado en varias ocasiones que nuestro hoy ministro ha dejado correr con elegante displicencia varios casos de tortura que fueron llegando a sus manos. Siempre el dolce far niente ha sido el modus operandi de Marlaska en lo referente a derechos humanos. Igual convendría ponerle al frente de una checa metaverso para que se distraiga, y no a la cabeza de un juzgado o de un ministerio. Tras las últimas citas electorales, mucho han hablado nuestros todólogos y politólogos de la desmovilización de la izquierda como causa de los recientes triunfos del PP y de Vox. Con tipos como Marlaska o Margarita Robles en el Gobierno, no hace falta que nos desmovilicemos nosotros, porque ya nos inmovilizan ellos con esta gota malaya de despropósitos. Cómo vamos a votar izquierda, si esa llamada izquierda mayoritaria nos coloca, después, a apologetas (por omisión) de la tortura al frente de las más altas jefaturas del Estado. Democracia plena, nos dicen. Ya tal”.
Otras imágenes, fotomontajes y fotos sorprendentes:
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, en su visita al Museo del Prado antes de la cena de trabajo, admirando en solitario las obras expuestas. En un momento dado, el primer ministro británico decidió apartarse del tumulto de líderes mundiales para contemplar en solitario y con tranquilidad algunos de los tesoros pictóricos del museo madrileño.
La organización realizó un cambio de última hora en la carta de comidas de la cafetería de Ifema, rebautizando la ensaladilla rusa y cambiándoselo por el nombre de ensaladilla tradicional. Sin embargo, el plato y sus ingredientes fueron los mismos. La comida “sorprendió” a los funcionarios internacionales, aunque se agotó en cuestión de horas. El chef, José Andrés, sirvió a los altos mandatarios la tapa clásica, pero añadió bolitas de tomate y la apodó como “ensalada Kyiv”. Todo menos seguir llamándola ensaladilla “rusa” .
El humor en la prensa de esta semana: Forges, Puebla, El Roto, Peridis, Enrique, Eneko, Manel F., Vergara, Antón, Asier yJavier…
El humor isleño de Pep Roig.
Los vídeos de esta semana:
Arranca cumbre histórica de la OTAN en Madrid
Los Reyes ofrecen una cena de gala para los asistentes
a la cumbre de la OTAN | EL PAÍS
La Base #84 - OTAN: la cumbre de la inflación
Pedro Sánchez aplaude la actuación de la gendarmería
marroquí responsable de la matanza de migrantes.
Polònia - 30/06/2022
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