jueves, 10 de julio de 2014

Sólo Tapias apuesta sobre una consulta sobre la república y está a favor de otra en Cataluña.

De izquierda a derecha, Medina, Sánchez y Plaza.
 
El debate entre los tres candidatos del PSOE –Eduardo Medina (38 años), Pedro Sánchez (42) y José Antonio Plaza (52)–, celebrado el pasado lunes, puso de relieve una coincidencia en la voluntad común de acentuar el perfil progresista y de izquierda del partido, en combatir los privilegios y la corrupción y en dialogar para resolver el problema catalán. En contraste con sus posiciones, Eduardo Madina y Pedro Sánchez coincidieron en casi todo, sin cuestionar la forma de Estado, pero insistieron en que el PSOE tiene alma republicana. En materia social, los tres se reclamaron de la clase trabajadora, aunque cada uno de ellos es un hombre rico. Sánchez y Tapias apostaron por la intervención política en la economía y por una banca pública sólida. En materia de empleo, Madina  propuso un amplio plan de formación para los jóvenes y los mayores de 50 años en paro. Y los tres plantearon un pacto de rentas entre sindicatos y patronal y la supresión de la reforma laboral.

Sin embargo, la posición de izquierda la defendió con más tesón y claridad José Antonio Pérez Tapias, quien admite una consulta en Cataluña que sirva para orientar la reforma constitucional que los tres han considerado necesaria. Tapias apostó claramente por la apertura de un proceso constituyente y por la República e invocó la memoria histórica y los muertos todavía en las cunetas. Fue el único que citó a personalidades inequívocamente de izquierda como Salvador Allende y Antonio Machado, y el único que se mostró proclive a la convocatoria de un referéndum entre monarquía y república en un proceso constituyente; Sánchez y Madina dieron argumentos para soslayar el tema advirtiendo que la prioridad es el blindaje de los derechos humanos y sociales: la educación, la sanidad, la vivienda, etcétera.

Pedro Sánchez proclamó que el PSOE será “el partido de la honradez intransigente” y recordó que, en Andalucía, la Junta instó la investigación de los EREs y asumió las responsabilidades políticas. Madina recomendó al PP una comisión de investigación sobre la trama Gurtel como se hizo en Andalucía sobre los Eres. Anunció su propuesta de crear una sala especial anticorrupción en la Audiencia Nacional y de trasladar a España la ley británica de transparencia. Ambos coincidieron en que se debe reformar el derecho de gracia para que el Gobierno no pueda indultar a los corruptos. Pero el candidato de la Izquierda Socialista anunció, además, “su compromiso explicito” de que, en caso de ser elegido secretario general “con el aval y el voto de los militantes del partido”, no concurriría al proceso de primarias abiertas para la candidatura a la Presidencia del Gobierno. Pérez Tapias consideró esta decisión como “una manera de garantizar que el proceso y el calendario se cumplen en tiempo y forma aprobado” y que “se realiza de forma transparente, imparcial y con absoluta neutralidad para que otros opten a ese puesto”, facilitando “la participación y potenciando la apertura del PSOE a la ciudadanía”. Y exigió, en fin, que cesaran en el cargo público los que resulten imputados en corrupción, sin esperar a la apertura de la vista oral como sostienen Madina y Sánchez. Se anticipó a denunciar la reforma del 135 de la Constitución y dijo que “es una piedra de molino atada a la sostenibilidad del Estado social”.

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