Isabel Díaz Ayuso, y su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, en la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Juanlu Sánchez escribió
aye en “AlDía, el siguiente texto: “Hay gente acostumbrada al mal y sabe ganar
batallas en el infierno. Hay gente como Miguel Ángel Rodríguez que en mitad de
la tormenta perfecta, con el novio de tu jefa confesando un grave delito
económico, con tu jefa y tú pillados mintiendo y amenazando, con informaciones
preocupantes sobre la relación que hay entre las empresas de la trama y tu
Gobierno, con cómo se paga la casa de la presidenta, con testaferros y empresas
pantallas de por medio, en ese momento de caos, es capaz de reaccionar, activar
la cuenta atrás de un explosivo que, en ese momento no detecta casi nadie, y
pegárselo al enemigo como una lapa.
“La bomba jurídica
estalló anteayer: el Tribunal Supremo ha abierto una investigación al fiscal
general del Estado, denunciado por el novio de Ayuso por desmentir un bulo de
Miguel Ángel Rodríguez contra la propia Fiscalía. El resumen corto: cuando
surge el escándalo fiscal, M.Á.R. se inventa que es un tema tan menor que hasta
la Fiscalía le ha ofrecido al novio de Ayuso pactar una multa y ya está, pero
que “desde arriba” bloquearon esa opción. Algunos medios (porque para qué
contrastar lo que te diga Miguel Ángel Rodríguez) lo publican tal cual. Y entonces
el equipo de comunicación de la Fiscalía hizo un comunicado negando la versión
de M.Á.R. y aclarando que es el abogado de González Amador el que se dirige a
ellos con la propuesta de pactar para evitar males mayores. A eso se aferra el
entorno de Ayuso para denunciar al fiscal de revelación de secretos, por hablar
de temas fiscales de un ciudadano anónimo. Pero ahí el Supremo dice que no hay
delito porque lo que había en esa nota era información ya revelada.
“Sin embargo, en lugar de
dejarlo ahí, el Supremo busca una tabla de salvación para la querella: afirma
que Álvaro García Ortiz sí puede ser responsable de revelación de secretos
porque alguien tuvo que filtrar a los medios aquel correo donde González Amador
se declaraba culpable de dos delitos ante Fiscalía. Ese correo lo recibieron al
menos 18 personas así que está todo por demostrar. ¿Y quién será el juez del
Supremo encargado de mirar esto? El juez que no quiso condenar al PP por la
Gürtel. Una explosión perfectamente sincronizada”.
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