El trato de Correos a dos
empleadas que sufrieron un aborto mientras estaban en su puesto de trabajo ha
sido denunciado al juzgado de Instrucción número 3 de Parla (Madrid). Según la
denuncia, las dos carteras habían pedido a sus jefes cambiar temporalmente de
puesto para evitar las tareas del reparto y la carga de peso, pero la empresa
se lo denegó. El primer caso ocurría el 1de noviembre del 2011 y el segundo, en el mismo mes de 2012. “Estas dos
trabajadoras –dice la denuncia presentada por la CGT – salieron a repartir bajo la amenaza del jefe
de unidad de que, de no ser así, informaría a sus superiores para que le
aplicaran el régimen disciplinario por el incumplimiento de tales órdenes”.
Los problemas, según el sindicato
CGT, que se ha encargado de presentar las denuncias, empezaron tras la entrada
en vigor, a finales de 2011, de un protocolo que supuestamente se hizo para
proteger a las mujeres embarazadas. Sin embargo, en opinión del sindicato y de
las mujeres que han denunciado su caso, en la práctica, el protocolo tiene el
efecto contrario: mientras que antes a las trabajadoras embarazadas que lo
solicitaban les facilitaban siempre un puesto en un centro de clasificación o
le adjudicaban tareas de oficina, las pautas fijadas ahora no contemplan ningún
cambio antes de la semana 18 de gestación, tan solo la prohibición de hacer
reparto en moto y de realizar carga y descarga en el muelle. A partir de la
semana 18, las embarazadas quedan eximidas de algunas tareas, pero, según las
afectadas, estas directrices son poco compatibles con el trabajo diario.
Los dos abortos de empleadas de la oficina de Parla que el diario “El País”
publicaba el pasado domingo bajo el título “Un juez investiga a Correos por el
trato a dos carteras embarazadas”, ocurrieron con un año de diferencia: el
primero en noviembre de 2011 y el segundo, en el mismo mes de 2012. En el
primer caso, la mujer era trabajadora eventual de Correos, estaba en las
primeras semanas del embarazo y había presentado un informe médico que advertía
de que su embarazo era de riesgo porque venía precedido de un aborto anterior.
En el segundo, se trata de una empleada fija en avanzado estado de gestación
que también había comunicado su estado por escrito.
El juzgado ha centrado su investigación en un supuesto delito contra la seguridad en el trabajo, que castiga con penas de prisión de entre seis meses y tres años las infracciones en las normas de prevención de riesgos laborales que pongan en peligro la vida o la salud de los trabajadores. La denuncia señala a diez jefes de Correos, entre ellos, el director de Recursos Humanos, Luis Pérez Capitán; el director dela
Subdirección de Promoción de la Salud , Antonio Díaz Ruiz; y
el jefe de los Servicios Médicos, Manuel Alirangues Santos. A los dos casos que
investiga el juez se suman al menos otras cuatro denuncias presentadas en los
dos últimos años ante la
Inspección de Trabajo por el trato de Correos a trabajadoras
embarazadas. Todas ellas explican casos similares en los que los jefes les
pusieron trabas o rechazaron cambiar a un puesto más sedentario a carteras
embarazadas que habían pedido no salir a repartir en la calle.
El juzgado ha centrado su investigación en un supuesto delito contra la seguridad en el trabajo, que castiga con penas de prisión de entre seis meses y tres años las infracciones en las normas de prevención de riesgos laborales que pongan en peligro la vida o la salud de los trabajadores. La denuncia señala a diez jefes de Correos, entre ellos, el director de Recursos Humanos, Luis Pérez Capitán; el director de
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