El hombre que no saludóa Hitler. Esa foto se convirtió en un emblema del desafío. Pero fue su certificado de defunción en vida (Museo de la Memoria - Berlín).
Mamá, papá y las dos niñas. Meses después él terminaría muerto en el frente, ella en una cámara de gas y las pequeñas en un orfanato (Senri No Michi).
La
foto es famosa en el mundo entero y fue editada junto al reportaje escrito por
Gustavo Londeix y publicado en Clarín.com del que entresacamos esta historia.
Se trata de August Landmesser, el hombre que hace 80 años no saludó a Hitler y
se atrevió a casarse con una judía. Una historia con finales dramáticos para
todos los involucrados. A pesar del paso del tiempo. En ella se ve a miles de
personas saludando a Adolf Hitler en la Alemania nazi. “El saludo, adoptado por
el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, debía ir acompañado del grito de
¡Heil Hitler! Todos lo hacían. Por convicción o por miedo. Pero Landmesser se
negó”.
Nacido
el 24 de mayo de 1910 en Pinneberg, Alemania, el heroico rebelde era trabajador
de la empresa Blohm + Voss, en Hamburgo. En 1931, se afilió en el Partido Nazi,
aunque no lo hizo por simpatías sino para conseguir trabajo, ya que la
afiliación era recurso esencial para obtener uno. En 1934, Landmesser se había
enamorado. Fue cuando se cruzó con Irma Eckler. Ella también se enamoró
perdidamente, pero llevaba consigo un estigma para esa época y ese lugar: era
judía. La pareja llenó una solicitud para casarse, en agosto de 1935. Pero la
misma fue rechazada ya que las Leyes de Nuremberg, promulgadas en aquella época
lo impidieron. Un alemán no podía casarse con una judía. No les importó. Se
fueron a vivir juntos.
Landmesser
fue expulsado del partido nazi. Al hombre no le importaba. Sólo le interesaban
Irma e Ingrid, la hija que ambos tuvieron en octubre de 1935. El 13 de junio de
1936, el Partido Nazi organizó el bautismo de una nueva nave de la Armada
alemana, la Horst Wessel, en los astilleros de Blohm + Voss de Hamburgo. Los
obreros asistieron en masa y realizaron el saludo nazi. Salvo Landmesser, que
se mantuvo de brazos cruzados. Y su emblemático desafío entró a la historia.
Aunque fue su certificado de defunción en vida. Al año siguiente, en 1937, el
gobierno nazi emitió una directiva secreta: “En caso de unión entre un hombre
alemán y una mujer judía, la pareja debe ser llevada a la custodia protectora
inmediatamente después de que se hayan completado los procedimientos legales.
La directiva no es para divulgación pública”. La pareja estaba a punto de tener
a su segunda hija: Irene.
Landmesser
trató de huir de Alemania con su mujer embarazada e hija para dirigirse a Dinamarca.
Pero fue detenido en la frontera y otra vez le impusieron las Leyes de
Nuremberg, por las cuales fue acusado de “deshonrar a la raza” y de “infamia
racial”. Landmesser fue absuelto en mayo de 1938 por insuficiencia de pruebas,
pero dos meses después fue arrestado nuevamente porque seguía viviendo con Irma
y sus hijas, ya que también había nacido Irene. Su amor y valentía le costó que
lo enviaran tres años al campo de concentración de Börgermoor, donde se
utilizaba a los reclusos para la fabricación de armamento. Su condena puso en
marcha el edicto secreto e Irma, detenida, fue pasando de un campo de concentración
a otro: primero en Oranienburg, donde el nazismo le quitó a sus dos hijas, que
fueron enviadas a un orfanato. El padrastro ario de Irma pudo recuperar a
Ingrid, que fue criada por su abuela. Irene, en cambio, quedó en el orfanato. Irma
fue trasladada a otros dos campos de concentración: Lichtenburg y Ravensbrück.
De allí fue llevada en 1942 al campo de Bernburg, donde la asesinaron en una
cámara de gas.
En
enero de 1941 August Landmesser salió en libertad. Pero fue reclutado y enviado
al frente. Nunca pudo reunirse con sus hijas ni saber el destino de su esposa.
El hombre terminó combatiendo en el Bewährungsbataillon 999. En noviembre de
1944 fue reportado como desaparecido y presuntamente muerto en una batalla en
Ston, una población de la actual Croacia. Finalmente, en 1949 fue declarado
oficialmente muerto.
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