Recibo un mensaje de Juanlu Sánchez, de Eldiario.com, en el que reseña que, tras ocho años de investigación para abrir la caja B, se inició otro juicio de la caja B. “Comenzó a juzgarse otro caso derivado del uso de dinero negro en la financiación del PP. En la Audiencia Nacional se rascará sobre el uso de 880.000 euros en B para pagar las obras de remodelación de la sede principal de la calle Génova de Madrid. Las implicaciones para el PP pueden ir mucho más allá. En calidad de testigos, pasarán por el tribunal Mariano Rajoy, Aznar, Cospedal, Arenas, Acebes y Francisco Álvarez Cascos. Su testimonio será incómodo, porque casi todos aparecen directa o implícitamente como receptores de los sobresueldos que salieron de la contabilidad paralela manejada por Bárcenas. Aquí un repaso de dos décadas de ‘entregas’ en ‘sobres’”. Juanlu me recuerda que este nuevo juicio, un suplicio jurídico y mediático para los populares, se puede alargar hasta el mes de mayo y con semanas de hasta tres sesiones matinales. Que Pablo Casado trata de marcar distancias. Que, a pesar de ser pupilo y delfín en diferido de José María Aznar, se vende como el líder que vino a acabar con las malas prácticas. Y que su mano derecha ha llegado a decir que, si Casado no hubiera ganado las primarias, “el PP estaría ahora mismo en disolución”.
Bárcenas confiesa a
Anticorrupción que ‘Rajoy destruyó los papeles de la Caja B sin saber que yo
guardaba una copia’. Reconoce que, finalmente, ya no los posee porque alguien
se los robó. Tras varios días de silencio, Génova reacciona negándolo todo: la
negociación con Bárcenas, aseverando que emprenderá acciones legales “contra
cualquier infundio o calumnia de estrategias procesales que permiten mentir y
difamar”. Dice que “la actual dirección nacional del PP nunca ha hablado con
delincuentes”. Señala que Bárcenas sigue intentando desmarcarse de “un PP que
ya no existe”. Casado asegura que no les “temblará el pulso para actuar contra
cualquier militante contra el que se demuestre conductas irregulares, sea quien
sea”. Reta a Bárcenas a revelar la identidad de las personas con las que afirma
haber negociado. Repite que emprenderá acciones legales “contra cualquier
infundio o calumnia de estrategias procesales que permiten mentir y difamar”. Sostiene
que, en las primarias, proclamó “pasar página”, que enmarcó los escándalos de
corrupción en “las actuaciones de las personas que determine la Justicia, y que
ya no tienen responsabilidades políticas por decisión de la actual dirección”.
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