martes, 16 de septiembre de 2025

No pasaron…

 

Decenas de personas con banderas de Palestina en la Gran Vía antes de pasar el domingo la Vuelta Ciclista a España, en Madrid (España).

Los manifestantes propalestinos cortaron el recorrido de los ciclistas en el Paseo del Prado.

Ese fue el título que puso ayer Juanlu Sánchez en su sección Al Día. “La Vuelta ciclista a España -decía- no llegó a la meta en Madrid. Los manifestantes cortaron calles por las que tenían que pasar los ciclistas y hubo un punto en el que el pelotón no pudo avanzar más. La organización declaró la cancelación de la última etapa, suspendió las ceremonias de entrega de premios al ganador y tuvo que evacuar a los equipos del centro de la ciudad. La participación del equipo de Israel, fundado para el blanqueo internacional, había pasado más o menos desapercibida hasta el día 27 de agosto. De hecho, ese equipo había participado antes en otras pruebas en España. Pero ese día, cinco personas se metieron en una carretera de la provincia de Girona justo antes de que pasaran los corredores del Israel-Premier Tech, y, aunque fueron desalojados rápidamente por la Policía, la imagen se vio en directo por televisión…Todo lo que ha pasado desde entonces no tiene nada que ver con La Vuelta, ni con los ciclistas, ni con el deporte. Simplemente que ese día, al ver a esas cinco personas en aquella carretera de Girona, mucha gente se dio cuenta de que aquella prueba ciclista era una oportunidad al alcance de la mano para cortocircuitar por una vez la propaganda israelí, siempre tan escurridiza, y desahogar la indignación por el genocidio. Y había que aprovecharla”.

El blindaje policial preparado para la etapa final de La Vuelta, en Madrid, no pudo detener la fuerza de miles de manifestantes que en diferentes puntos del circuito conseguían este domingo frustrar la celebración del campeonato de ciclismo. Las protestas que han marcado la celebración de esta competición desde su inicio buscaban la expulsión del equipo Premier Tech, fundado por un empresario sionista. “Esta Vuelta la gana Palestina”, corearon miles de personas en el centro de la capital tras conocer que la organización había cancelado la etapa.

“El domingo se intentaron cortar calles y avenidas mucho antes de que llegaran los ciclistas, sin poner en peligro su integridad física. Y un grupo de gente aplaudió a los ciclistas que salían del centro: ‘Ciclismo sí, gencidio, no’, gritaban. No fue lo único que vimos, claro. Hubo momentos muy puntuales (pero son los que verás por televisión) en los que algunos grupos sí buscaron el cuerpo a cuerpo con la Policía y lanzaron objetos, antes de la cancelación y cuando ya se había conseguido el objetivo. Hay dos detenidos. Pero si, durante la tarde, hubo gases lacrimógenos, pelotas de goma y empujones no fue porque esa violencia fuera generalizada sino porque la orden inicial para la Policía era ‘no permitir que los manifestantes corten el circuito de La Vuelta’ y un buen número de manifestantes querían hacerlo. Y, como en tantas otras manifestaciones en las que se cortan calles sin permiso, llega un momento en que para evitarlo tienes que usar demasiada violencia. Y no merece la pena. En ocasiones da igual, pero esta vez, con un presidente del Gobierno que durante el día había dicho sentir ‘orgullo’ por las protestas contra el genocidio, y con una sensibilidad popular claramente a favor, los manifestantes ganaron el pulso. Carrera cancelada. El boicot se convirtió entonces en una celebración y la celebración en una gran manifestación contra el genocidio”.

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