viernes, 17 de diciembre de 2010

Revilla, el imprescindible.


De "El Mundo".


Del diario "Aquí".


Publicado en Ricón del Náufrago, Douce hacía el pasado lunes un retrato de los políticos que se consideran imprescindibles. Concretamente, de Revilla, que hoy recogemos en esta página.

“El Náufrago –reconocía, como rescoldo de su subconsciente freudiano– siente pánico y horror de los Pontífices, los Infalibles, los Soberanos, de los que se consideran tan sabios, que se creen a sí mismos, ‘imprescindibles’. No hay personajes más peligrosos que aquellos que se desconocen a sí mismos, se creen los escogidos de los dioses para ‘guiar’, ‘acaudillar’ a una masa de súbditos e hijos de una patria.

“Sé que los periódicos, otros ‘Imanes’, barren para casa y según a quién leas, ves dos imágenes completamente diferentes. Es lo que tienen los otros ‘infalibles’ que reparten doctrina, su doctrina. Donde uno rotula a grandes cíceros: ‘Revilla: soy imprescindible’, el otro, recoge en su portada seis imágenes, con estos subtítulos: ‘Puro énfasis’, ‘Plena atención’, ‘Unanimidad’, ‘Satisfacción’, ‘Amor, a la tierruca’, ‘Entusiasmo’. Unos y otros han sido ‘testigos’, más o menos bien recibidos, porque a los primeros les obligaron a que dieran la cara y se pusieran de pie para que todos los asistentes vieran quiénes son los ‘non gratos’, los otros fueron ‘bien quistos’ porque barren para casa.

“Volviendo a los ‘imprescindibles’. Temo a los que así se consideran, los que se identifican con una idea o un país, porque no son ‘ellos’, sino con lo que ellos se apropian, los que creen que una región no es que sea ‘suya’, sino que es él mismo y así va pregonándolo por platós, por estudios de radios, delante de una cámara o un micrófono y cuando deben dar la cara porque algunos ciudadanos piden que les arregle su problema, huyen por la puerta de atrás para no dar la cara. En esos casos, cuando no hay que regalar anchoas, es cuando uno es ‘IMPRESCINDIBLE’.

Debo recordar que los cementerios están repletos de gente que se creyó “imprescindible”.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Iñaki Gabilondo: “Creo que llegué al final”.


El periodista Gabilondo recibe de manos del secretario general de CCOO, Fernández Toxo, el premio a la Libertad de expresión 2010. EFE J. L. PINO.
El lunes pasado, Iñaki Gabilondo recibía con “amargura” y “melancolía histórica”, el premio a la Libertad de Expresión 2011 que concede la Fundación 1º de Mayo de CCOO. El periodista donostiarra comentó en su discurso que, con la decisión de Prisa de desvincularse de CNN+, “es muy probable que termine mi vida profesional como periodista”. Se mostró “preocupado y triste” por el futuro de los compañeros que trabajan con él, convencido de que “ya no tengo ninguna duda de que finaliza mi tiempo como conductor de grandes programas”. Porque, a pesar de su edad –67 años–, Gabilondo, un todoterreno de la radio y la televisión que se resiste a que le desguacen, reconoce haber sido “un privilegiado por haberme podido dedicar a este oficio”. Ignacio Fernández Toxo, el secretario general de CCOO, le definió como un “periodista de raza” y apuntó que “no corren buenos tiempos para la libertad de información”. Subrayó que “sin libertad, no hay información, hay propaganda”. Y espera que ésta no sea la última estación en su trayectoria, porque “seguimos necesitando los Iñakis Gabilondos del periodismo”.

En declaraciones a los periodistas, Gabilondo, quien recientemente fue nombrado consejero de la Cadena Ser, manifestó que, a pesar de la situación, seguirá trabajando “hasta que tenga mil años” y que hará “mil cosas”. No me sorprende su reticencia a engrosar el número de parados. Aunque pienso que, a su edad, debería dejar el paso a los más jóvenes y dedicarse a lo que verdaderamente le gusta, pero sin el sueldo que hasta este momento ha disfrutado. A estas alturas de la vida, Gabilondo ya no solo no se sorprende de nada sino que la misma nada le puede provocar tanto como el conseguirlo todo. Y hoy, tanto como ayer, cualquier atisbo de noticia le sugiere miles de preguntas. Recuerdo la entrevista que me concediera a finales de mayo de 1981, cuando aún le faltaban casi tres décadas para retirarse. Este periodista que se consideraba “hijo de mayo del 68” me contaba: “He pasado semanas y semanas recorriendo Andalucía y entrevistándome con el pueblo-pueblo sólo para poder descubrir la última causa de un ”olé” que salta del corazón de unos espectadores ante una manifestación popular. Y me he desesperado porque no la he encontrado”. Yo no sé si, a estas alturas de su vida, ya la encontró o se acumuló a otras muchas cuestiones que se fueron presentando.

Por lo que a mí me toca, más que a plantear nuevas preguntas, que a los periodistas nunca nos faltan, le invito a sentarse sin prisas ante la vida y a contemplarla sin las premuras de esta profesión. Seguro que, en sus tiempos jóvenes, corrió delante del toro de San Fermín hasta que se dio cuenta, por una foto que le hicieron, de los pocos centímetros que le separaban de los cuernos en una caída que tal vez tuvo. Y hoy sigue corriendo como los más valientes, pero detrás y no delante del morlaco. Claro que siempre hay quien se atreve a dar una palmada al bicho que le hace cambiar repentinamente de sentido, persiguiendo a quienes le perseguían. Entonces Gabilondo puede que se acuerde de toda su juventud, de aquel mayo francés del 68 y de que toda su sangre de aventurero se identificaba con la de su pueblo en lucha. Y puede que siga corriendo, como si el mismo diablo le estuviera pisándole los talones.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Si Gurb se hiciera cargo del caso Wikileaks.


Gurb, afectado por el poderoso influjo de la Luna.

En su novela “Sin noticias de Gurb”, Eduardo Mendoza cuenta la búsqueda de un extraterrestre, desaparecido, tras adoptar la apariencia de la vocalista Marta Sánchez, en la jungla urbana barcelonesa. El protagonista de la narración no es Gurb, sino otro alienígena que sale en pos de él, cuyo diario constituye el esqueleto de la narración. El relato es de carácter satírico. Imitando el mismo, “El maravilloso influjo de la luna” (blog de Inquietudes de una administrativa-economista-madre-compañera-limpiadora-cocinera y lectora) nos presentaba, del pasado día 8, el presente diálogo, en el que el personaje de la novela de Mendoza se hace cargo del caso Wikileaks:

Gurb: ¿Quién es el tal Julian Assange?

Respuesta: Es el editor y portavoz de Wikileaks. Ha recibido varios premios relacionados con los medios de comunicación.

Gurb: ¿Le han detenido por recibir demasiados premios?

R: No, es que ha publicado en Internet una información que era secreta.

Gurb: Si era secreta, ¿cómo es que la tenía?

R: Porque alguien, desde dentro del sistema norteamericano se la ha facilitado para que la publicase, porque no creo que se la diese para que la guardase con su colección de cd’s.

Gurb: ¿Por eso le han detenido?

R: No, le han detenido en Londres para que declare acerca de unas denuncias de abusos sexuales y coacción.

Gurb: ¿Acosó sexualmente a alguien para recibir la información?

R: No, fue algo que supuestamente ocurrió en Estocolmo, a dónde fue para dar una conferencia, pero la fiscal desestimó la denuncia por no encontrar indicios de delito, y unos meses después ha sido otra fiscal, la que ha tramitado la petición de extradición para que Assange vaya a declarar a Suecia.

Gurb: Porque Assange es sueco.

R: No, es australiano.

Gurb: Entonces, ¿lo único que quieren es que vaya a Suecia para hablar con la Policía?

R: En realidad, parece ser que el Gobierno sueco y EEUU están ultimando los detalles de su extradición a USA, si es que Assange vuelve a Suecia .

Gurb: ¿Porque en EEUU ha cometido algún delito sexual?

R: No, pero quieren demostrar que las publicaciones de Wikileaks son ilegales.

Gurb: ¿Son informaciones pornográficas?

R: No, son informaciones relacionadas con las embajadas de EEUU en todo el mundo.

Gurb: !Ah¡ Y como él ha robado en Norteamérica esos datos tan secretos, le quieren detener.

R: No, le quieren extraditar para aclarar la denuncia sobre abusos sexuales

Gurb: ¿En EEUU?

R: No, en Suecia.

Gurb: Entonces, ¿por qué lo han detenido en Londres?