viernes, 20 de abril de 2012

¿Entró la Corona en barrena? (Y IV)


El rey pide perdón a la salida de la clínica.



El rey Juan Carlos de Borbón, que el miércoles salía de una clínica, pronunciando las 22 palabras que pasarán a la historia –“Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”–, acaba de recibir un galardón: el “Premio Infiel Honorífico a toda una vida”, otorgado por la polémica red social, Ashley Madison. Dicho premio le fue otorgado por “haber hecho de su ajetreada vida amorosa una continua conquista de mujeres de las más distintas procedencias, mientras que la legal se alejaba de su coto de caza para pasar largas temporadas en Londres”. Tampoco es la primera vez que Ashley Madison recurre a la figura de Juan Carlos para llamar la atención. En agosto de 2011 colocó un cartel con la imagen del rey en la Gran Vía madrileña que sólo duró unas horas. En el cartel, que ocupaba toda la fachada de un edificio de la céntrica calle, aparecían fotografías del rey Juan Carlos, el príncipe de Gales y el ex presidente de EEUU, Bill Clinton, junto a la pregunta “¿Qué tienen estas ‘realezas’ en común?”. El faldón del anuncio respondía a la pregunta con otra frase “Deberían haber utilizado Ashleymadison.com”. Pero volvamos al tema de la caza de elefantes, motivo de la equivocación por la que el rey pide hoy perdón.






“A veces, los días nos traen burlas renovadas en las fechas más inesperadas. En un 14de abril, aniversario de la digna República española, llegan las noticias de que Juan Carlos de Borbón (a quien los ciudadanos podían suponer preocupado, es un decir, por el estado progresivo de ruina del país, trabajando para sacar a España del hoyo) ha sufrido un accidente mientras se encontraba en Bosuana, a donde había ido a cazar elefantes, una ocupación que, por lo visto, debe considerar imprescindible, con la que está cayendo. Si hubieran podido, como en otras ocasiones, sus cortesanos y funcionarios del besamanos hubieran ocultado los hechos”. Así comenzaba el artículo “Matar elefantes” que el historiador, Higinio Polo, escribía para “Crónica Popular”. Un artículo que terminaba con las siguientes consideraciones: “No es la primera vez que Juan Carlos de Borbón, un rey caprichoso, roza el ridículo y esquiva después el bulto. Lo ha hecho en muchas ocasiones: cuando fue a ver las pingüineras antárticas, o cuando cazó un oso en Rusia, en circunstancias lamentables; o cuando, hace unas semanas, proclamó que no le dejaban dormir los problemas del país y de la juventud, y unos minutos después se puso a hacerlo en la mesa del acto que presidía. A estas alturas de reinado, son tantas las picardías, tantas las burlas, tan repetidas las bufonadas insultantes, tan constante el abuso que hace el monarca de la prudencia del país, que se hace difícil imaginar qué esperamos para renovar el aire viciado de esta habitación lóbrega y oscura, cerrada, en que se ha convertido España…”. De ahí que Polo declare, indignado, de que ya está bien de que no podamos saber cuánto tiempo más tendremos que soportar esta monarquía, “este escarnio, esta sucesión de familiares corruptos, de parásitos próximos, de escándalos, que sigue los pasos de la corte de los milagros que narrara Valle-Inclán. No sabemos a qué punto de codicia llegarán estos incompetentes empresarios que viven satisfechos en esta corte de los milagros, en que, mientras el país se hunde, el jefe del Estado se marcha a cazar elefantes. Si tuviera dignidad, si mirase un instante la charca pútrida, la asfixiante atmósfera en que se ha convertido el país, si reparase en el sufrimiento social que el despilfarro y la incompetencia de los suyos han creado, Juan Carlos de Borbón abdicaría de inmediato y España terminaría con una servidumbre que será duramente juzgada por la historia… y para combatir la crisis en que nos han metido, Juan Carlos de Borbón se va a matar elefantes. Ya está bien”.




Terminal de Air Botswana en Gaborone, en 1976.



En su blog Trichera Digital, Manuel Rico informa, como hace habitualmente, de forma concisa y breve. En esta ocasión es sobre el tema del rey, y lo títula: “Informar, abdicar, votar”. Dice del monarca que es alguien acostumbrado a vivir con todos los gastos pagados durante 60 años y que es imposible que no pierda contacto con la realidad. “Lee de vez en cuando unas frases que le preparan sus asesores sobre lo mucho que le quita el sueño el paro juvenil, y luego retoma su vida de cacerías, yates y amantes germanas”. Rico, tras anunciar el accidentado viajecito real a Botsuana, pasa a recordar lo que debería ser una oportuna serie de actuaciones:
1) La Casa del Rey tiene que informar de forma inmediata sobre los patrocinadores de la cacería. ¿Quién la ha pagado? ¿Cuánto ha costado?
2) La Casa del Rey debe informar de forma inmediata sobre el coste de la cacería para los españoles que pagan sus impuestos. ¿Cuál es el precio de desplazar los escoltas y el médico de Juan Carlos I a Botsuana durante cinco días? ¿Qué otros gastos se han abonado vía Presupuestos?
3) La Casa del Rey debe aclarar de forma inmediata si Juan Carlos I ha realizado algún tipo de gestión, durante los últimos años, para favorecer los negocios de los patrocinadores de la cacería.
4) Dada la manifiesta irresponsabilidad demostrada por Juan Carlos I, la Casa del Rey debe poner en marcha los mecanismos necesarios para que abdique en un plazo razonable.
5) Los principales partidos deben comprometerse a convocar, antes de que finalice la legislatura, un referéndum para que los españoles puedan pronunciarse sobre la forma de Estado que prefieren. Los ciudadanos menores de 52 años no pudieron participar en el referéndum de 1978 y los mayores de 52 años votaron a favor de una Constitución que devolvía la democracia a España, pero en unas circunstancias que hacían imposible cualquier debate sobre la monarquía. Ha llegado la hora de que los españoles puedan votar en libertad sobre este tema.




Alberto Sicilia, investigador en física teórica, publica en su blog Principiamatrsupia la siguiente carta al rey don Juan Carlos: “Me llamo Alberto Sicilia, y soy investigador de física teórica en la Universidad Complutense de Madrid. Hasta el año pasado, enseñaba en la Universidad de Cambridge. Decidí regresar a España porque quería contribuir al avance científico de nuestro país. A las pocas semanas de llegar, me llevé la primera alegría: Francisco Camps obtenía un doctorado cum laude apenas 6 meses después de dimitir como presidente de la Generalitat. Escribí dos cartas para felicitarle, pero no me respondió. Paco debe estar muy ocupado. Quizás le contrató Amancio Ortega para que diseñe la colección de trajes primavera-verano. Abrí la segunda botella de champán al conocer los Presupuestos Generales recién presentados. La inversión en ciencia se recorta en 600 millones de euros. Imagínate que se nos ocurre apostar por la investigación y acabamos ganando un Nobel: quebraríamos el orden geopolítico mundial. Hasta ahora, los Nobel científicos son para británicos, alemanes, franceses o americanos. Nosotros nos llevamos los Tours, los Rolland Garros y las Champions League. Si empezásemos a ganar también en ciencia, ¿qué consuelo quedaría para David, Angela, Nicolas y Barack? He sufrido la tercera y definitiva conmoción al saber de tu safari. Dicen los periódicos que costó 37.000 euros, dos años de mi salario. Los que nos dedicamos a la ciencia no lo hacemos por dinero. Al terminar nuestras tesis doctorales en física teórica, algunos compañeros se fueron trabajar para Goldman Sachs, JP Morgan o Google. Quienes continuamos investigando lo hicimos por pasión. La ciencia es una de las aventuras más hermosas en las que se ha embarcado la especie humana. Al regresar a España, entendí que atravesábamos una situación económica complicada. Por eso acepté trabajar con muchos menos recursos de los que ofrecía Cambridge y un sueldo inferior al que ganaba cuando era estudiante de primer año de doctorado en París”.




“Juancar –prosigue Sicilia–, tengo que darte las gracias. Tu aventura en Botsuana me ha hecho comprender, definitivamente, cómo es el país al que regresé. Regresé a un país donde el Jefe del Estado se va a cazar elefantes mientras cinco millones de personas no tienen empleo. Un país donde el Jefe del Estado se opera de prótesis de cadera en una clínica privada, mientras miles de compatriotas esperan meses para la misma intervención. Un país donde el Jefe del Estado se va de vacaciones en jet privado mientras se fulminan las ayudas a las personas dependientes. Que yo me marche a otro lugar para seguir mis investigaciones no será una gran pérdida para España. No soy el Einstein de mi generación. Pero me desespera pensar en algunos físicos de mi edad que son ya referentes mundiales en las mejores universidades. Muchos de ellos soñaban con regresar un día a España. Teníamos la oportunidad de cambiar, al fin, la escuálida tradición científica de nuestro país. Nunca volverán. Hemos convertido España en un gran coto de caza. Pero aquí no se persiguen elefantes ni codornices, sino investigadores. Dentro de poco podremos solicitar subvenciones a WWF por ser especie en extinción”.




Cayo Lara, coordinador general de IU, declara, en una entrevista a RNE: “No entendemos que alguien, por el hecho de ser hijo de…, tenga que ser jefe de un Estado. ¿Y si sale tonto? ¿Tenemos que cargar con un jefe del Estado tonto? Tendrá que ser el que elijan los ciudadanos para bien o para mal”. Lara señala que la operación del rey no tiene que servir para crear una “cortina de humo” de los problemas reales del país, ya que el “drama fundamental” de España es el desempleo. “Parece que asistimos a un episodio de la Escopeta Nacional”, valora al comentar la situación de Iñáki Urdangarín, de Felipe Juan Froilán y del propio rey Juan Carlos. Lara critica el viaje del rey a Batsuana, del que no se sabe con qué recursos fue realizado, y califica como “una falta de ética profunda”. Recuerda que la caza de elefantes es el “gran negocio” del comercio del marfil. Critica la “puesta en escena” del perdón de Juan Carlos. Asegura que el monarca “quiere morirse en la cama como rey” y que “no podemos tener un jefe de Estado permanente con total impunidad”, que su formación aceptaría la decisión de los ciudadanos de continuar con la monarquía o de establecer un régimen republicano y que un cambio conllevaría una “transformación democrática profunda”. Para Rajoy, el monarca fue “muy claro” en sus disculpas y da por terminada la polémica. Jesús Posada, presidente del Congreso, califica de “excelente” y de gesto, “muy propio” el de don Juan Carlos. Rubalcaba y la dirección federal del PSOE consideran que “ha hecho bien”, con pedir perdón. Pero, el portavoz del PSC, Jaume Collboni, que aprueba también la disculpa, se pregunta: “Un presidente de república ¿no hubiera dimitido por lo sucedido en los últimos meses?” Otros políticos, de la izquierda real, no se dejan seducir por este gesto real. Alfred Bosch, portavoz de ERC en el Congreso, advierte que la “opacidad” de la Casa Real “no se resuelve pidiendo disculpas”. El portavoz de Esquerra añade que “el problema no es Don Juan Carlos”, sino “la institución monárquica”. ¿Y el pueblo, qué opina el pueblo? Eso sólo lo sabremos si es consultado en un referéndum. Pero el Gobierno ya lo ha dicho: no está por la labor.

jueves, 19 de abril de 2012

19 de abril ¿Entró la Corona en barrena? (III)


El rey pide disculpas.



El rey recibió ayer el alta en el hospital USP San José de Madrid. El monarca aprovechó para pedir disculpas públicamente ante una cámara de televisión por irse de caza a Tosuana: “Lo siento mucho –dijo–. Me he equivocado. No volverá a ocurrir”. El conservador, Jesús Posada, presidente del Congreso de los Diputados, aseguró alegrarse “mucho” de su rápido restablecimiento y calificó de “excelente” el gesto que tuvo al pedir disculpas. También los socialistas reaccionaron positivamente por este gesto del rey. José Martínez Olmos, portavoz en materia sanitaria del PSOE en el Congreso, señala que le parece positivo y “honra” al jefe del Estado, aunque el PSC espera algo más. Por el contrario, el portavoz de ERC en el Congreso, Alfred Bosch, advierte de que la “opacidad” de la Casa Real “no se resuelve pidiendo disculpas” y por eso seguirá adelante con sus iniciativas como que el jefe del Estado sea sometido al control parlamentario. El portavoz de Ezquerra aclara: “No hablamos de una travesura que se resuelva pidiendo disculpas, hablamos de un problema institucional, de una crisis”. Y añade que “el problema no es don Juan Carlos, sino la institución monárquica” y que la “opacidad no se resuelve pidiendo disculpas”. El diputado de IU, Gaspar Llamazares, considera que “están bien” las disculpas ofrecidas, pero precisa que sería mejor “una rectificación” y que se aumente la transparencia en la Casa del Rey.




Por otra parte, la institución conservacionista WWF/España (antes WWF/Adena) es la sección española de una de las mayores organizaciones mundiales dedicadas a la conservación de la naturaleza. El pasado domingo, miles de personas pidieron por Internet que el rey dejase de ser miembro de esta asociación. WWF España ya no quiere que el rey sea su presidente honorífico, cargo que ostentaba desde su fundación. Juan Carlos del Olmo, secretario general, explica que esta decisión se tomó el pasado martes, tras “el aluvión de críticas” recibidas, sobre todo del exterior, al conocerse la noticia de que el Rey practicaba la caza de grandes animales en África. WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) está presente en 100 países, tiene unos 5 millones de socios, y es la organización que “más invierte” en la conservación de elefantes, tanto en África como en Asia. El rey entró en WWF de la mano de un grupo de personas, interesadas en la naturaleza y en la caza, ya que, en aquella época, era frecuente ver “la naturaleza a través de la caza”. Pero la organización “ha cambiado y evolucionado, como la sociedad”, y, con el paso de los años, ha crecido y se ha hecho global. Según explican, en los países europeos, “hay una sensibilidad muy arraigada hacia los animales”, y la mayoría de las quejas han llegado de fuera de España.



El Roto, en El País.


José Antonio Zarzalejos publicaba, en “El Confidencial” del pasado domingo, el artículo: “Historia de cómo la Corona ha entrado en barrena”, en el que comienza diciendo: “El Rey ha hecho que el vaso de muchas paciencias haya rebosado. La opinión pública –y publicada– recibió ayer con perplejidad la noticia de que Don Juan Carlos había sido operado en la Clínica San José de Madrid durante la madrugada del sábado de una fractura múltiple de cadera a consecuencia de una caída en Botsuana mientras participaba en una cacería de elefantes. Se desvelaba así la razón por la que el Jefe del Estado no había aparecido en público desde el pasado domingo de Resurrección, ni siquiera para visitar a su nieto mayor, Felipe Juan Froilán… el Jefe del Estado –al parecer, invitado– se había trasladado a Botsuana, país al que se desplazó también en 2005, para practicar la caza mayor de elefantes, ocultando el viaje bajo el eufemismo de su carácter privado”. Mas adelante, añadía: “Se estima gravísimo que Don Juan Carlos haya estado cazando en Botsuana cuando se ha desatado una grave crisis internacional con Argentina a propósito de Repsol-YPF y se ha incrementado la ofensiva de los mercados contra la deuda soberana española… A mayor abundamiento, existe cierto ‘bochorno’ por la falta de sensibilidad del Jefe del Estado, al desvelarse que caza elefantes, especie en recesión cuyos colmillos son mercancía de valor en las transacciones negras de marfil, en detrimento de países pobrísimos como Botsuana que están siendo esquilmados… Pero parece claro que, si España ya tenía un grave problema con su modelo de Estado –el autonómico–, a partir de ayer –81º aniversario de la proclamación de la II República Española–, el país tiene un muy serio problema con la forma de Estado, es decir, con la Monarquía parlamentaria porque la Corona ha entrado en barrena con un más que preocupante diagnóstico político y social”.



Este elefante republicano no será disparado por el Rey.



Antonio Piera, escribe en Malablancayenbotella el artículo “El Rey la tiene pequeña” en el que dice: “Cualquiera que lea sólo este titular podría pensar que me voy a referir aquí al tamaño del miembro viril de su majestad. Lejos de mí tamaña indiscreción, hasta ahí podíamos llegar…. Aunque ya se sabe que sólo se desea lo que no se tiene, no van por ahí los tiros (permítaseme una licencia tan inoportuna). No. La cosa que, a mi entender, tiene pequeña Juan Carlos I, rey de España, es la sensibilidad. En un país malherido por la crisis inventada por los banqueros, que son curiosamente quienes más se aprovechan de ella, en un país en el que cerca de cinco millones de ciudadanos están sin trabajo y se las ven y se las desean para llevar a casa algo de comer, en ese reino suyo en el que los bancos echan a la calle a los parados y a sus familias porque no pueden pagar la hipoteca, su rey, el mismo que reclama a los demás austeridad y 'trabajar todos juntos para superar la crisis' se gasta entre 30.000 y 37.000 euros en matar a un pobre elefante que no le ha hecho nada, eso, sin contar los viajes de avión propios y de su séquito y algunas otras minucias. No es que sea pequeña. La sensibilidad que demuestran el monarca, sus consejeros, sus asesores o su misma familia es diminuta. No es de recibo. No es aceptable. Ni se corresponde con la dolorosa realidad de gran parte de sus súbditos, que están perdiendo a dentelladas de ajuste los derechos que les definían como ciudadanos, ni tiene explicación alguna desde la lógica y la coherencia de la responsabilidad y la ejemplaridad exigibles a un Jefe del Estado. Como tampoco lo es que la gente se tenga que enterar de estos hechos gracias a una fractura ósea, fruto de un accidente –porque si no, no se habría sabido–, ocurrido precisamente el mismo día en que en esta España mía muchos, como yo, celebramos la memoria de la proclamación de la II República. 'Justicia poética', que dice mi amigo Adrián. No creo que ni a los elefantes muertos ni a los parados españoles les parezca suficiente justicia”.



RGAlmazán escribe, en su blog “Kabila” el artículo: “Y Juan Carlos, de caza mayor” en el que dice: “Lo de la caza debe llevarse en los genes, y así no es de extrañar que a los niños, aunque tengan trece años, les enseñen a disparar. Es inevitable. ¿Dónde se ha visto un rey o un miembro de la casa real que no sea cazador? Además, hay que mirar a lo alto. Un monarca no puede ser un simple cazador. Las liebres y los conejos son para los mindundis. Tiene que ser un cazador de caza mayor, ¡faltaría más! Y, ¿qué mayor que un elefante? Cazar elefantes es lo mínimo si se quiere ser un rey de verdad, un tipo duro, un macho real. Además se va uno a Bostwana, que aquí no hay elefantes, y con el dinero de los contribuyentes –la cosa es baratita, sólo cuesta 37.000 euros, una miseria– se pone uno a pegar tiros hasta decir basta, o hasta que se caiga. Esa es la labor de un rey. El pueblo que se joda y sufra la crisis que para eso no tiene sangre azul. Ya me gustaría saber cuánto ha supuesto el viaje real, puesto que ha tenido que ir un avión con equipo sanitario a traer al monarca deportista… En fin, un cachondeo de mucho cuidado. Un jeta cazando elefantes a costa del erario público, mientras que la gente sufre una crisis de caballo. Claro que a él qué más le da, al fin y al cabo, en algo tendrá que gastar ese pastón que se lleva de los presupuestos y que nadie controla”. Y termina con una súplica: “Distinguido rey de las Españas Imperiales, no se me caiga más, que la Sanidad pública está en crisis”.



“Por ironías del destino –escribe Cive Pérez, bajo el título ‘La república como necesidad de higiene democrática’, en su blog “Carnet de Paro”–, en la misma fecha del aniversario de la proclamación de la IIª República española, la Casa Real comunica que el monarca ha sufrido un accidente en Botsuana. Cazando elefantes, por cierto. Mientras el Rey se divierte, España atraviesa un momento álgido de la crisis económica. Y cinco millones de desempleados, la mitad de ellos jóvenes, apenas tienen lo justo para sobrevivir. Parece llegado el momento de introducir un poco de higiene democrática en este país. Esta familia real es poco presentable… ¿Dónde estaba el Jefe del Estado durante la última semana, justo en un momento crucial en que España se enfrentaba a una gravísima crisis económica? Pues bien, mientras subía la prima de riesgo de la deuda soberana, se desplomaba la Bolsa y Argentina amenaza con nacionalizar Repsol, y el Gobierno dicta severos recortes en Sanidad y Educación, Juan Carlos I ni siquiera estaba solazándose en la Babia patria, sino realizando actividades cinegéticas en Botsuana… ¿Refleja esta actitud de Juan Carlos I la responsabilidad de un Jefe de Estado en un momento tan delicado como el que atraviesa España? Si añadimos los últimos acontecimientos que se producen en el seno de la Casa Real (caso Urdangarín, niño Froilán manejando escopetas) llegamos a la conclusión de que, lo que tal vez sea bueno para la prensa del papel couché, no es bueno para España. Un país que necesita con urgencia que se introduzca un poco de higiene democrática. Y aunque no fuera más que por el hecho de que es un sistema en el que el Jefe del Estado es elegido por los ciudadanos —y por tanto, revocable en las urnas— la República es mucho más higiénica que la monarquía”.



El rey en un safari, posando entre sus trofeos, bisontes abatidos a tiro.



“¿Es responsable –se pregunta Ignacio Escolar– que el jefe del Estado desaparezca en pleno acoso de los mercados contra la deuda española, en la semana en la que España es el epicentro de la crisis del euro? ¿Es ejemplar que el rey se gaste en unos días de excéntrico safari lo que a un español medio le cuesta ganar casi dos años de trabajo? ¿Es adecuado cazar una especie amenazada como el elefante africano por mucho que en un país como Botsuana sea un lujo legal? Por supuesto, nadie plantea que el rey no tenga derecho a unos días de ocio y asueto, o que su condición de jefe del Estado le prive de toda intimidad. Pero faltan aún muchas explicaciones que la Casa Real debería dar. ¿Pagó el rey de su bolsillo el safari o se dejó invitar? ¿Por quién? Las personas que financian al jefe del Estado estos caprichos –en caso de que se trate de un regalo– ¿tienen negocios con la Administración o intereses en España? ¿Cuánto cuesta del dinero de todos los españoles desplazar hasta Botsuana a los escoltas, al médico y a los asistentes que viajan con el rey? ¿A cuántos safaris equivalen esos 170.000 euros que, en gesto austero, anunció que iba a recortar de sus gastos anuales la Casa Real? El escándalo del elefante africano no es anecdótico. No lo puede ser cuando la monarquía española lleva ya meses de escándalo en escándalo, cuando la crisis económica disuelve la confianza de los ciudadanos en todas las instituciones, cuando ni su propia familia se libra de la mancha de la corrupción…. Si los Borbones pretenden seguir reinando por muchos años en España, necesitan algunas reformas urgentes y un cambio de actitud. El rumbo actual les lleva a una ruptura con la sociedad de consecuencias aún hoy imprevisibles”.



También se pueden leer cometarios favorables al monarca que alaban incluso los errores del monarca. Como muestra, unos párrafos de Salvador Sostres, columnista de El Mundo, con su artículo “Un rey que no dispara no es rey ni es nada”. Entre otras barbaridades, Sostres no se avergüenza de repetir: “La figura real crece en esplendor y en nobleza al lado de un elefante abatido. ¡Qué buen disparo! En mala hora resbaló y han tenido que operarle. Gajes del oficio. Pero a un hombre no se le juzga por las veces que cae sino por las veces que es capaz de levantarse y no tengo ninguna duda de que cuando don Juan Carlos se recupere de este percance volverá a disparar, volverá a hacer de Rey y de Borbón, y a estar a la altura de su insigne estirpe, regia e incontestable. Queremos reyes que disparen, aunque a veces resbalen. Y también que sus nietos disparen, aunque se hieran el pie: forma parte del aprendizaje. Los reyes y sus familiares tienen que cazar y que montar a caballo, dar grandes fiestas, y protagonizar de vez en cuando algún escándalo de faldas… El Rey fue en África símbolo y representación de la libertad y la democracia abriéndose y camino y disparando contra la naturaleza brutal y desordenada. El eco de sus disparos es música de Bach, culta y refinada, frente al tam-tam tribal y arbitrario”.



Ayer y hoy he sido elegido en Paperblog para ser el autor del día, lo que me llena de agradecimiento. Y más, después de haber sobrepasado, desde hace una semana, el millar de visitantes diarios, llegando el sábado pasado a 2660. Un reto, gracias a todos mis lectores.

Mañana: ¿Entró la Corona en barrena? (y IV)

miércoles, 18 de abril de 2012

¿Entró la Corona en barrena? (II).


Foto del Rey y sus enfermedades. Elaboración de El País.



El pasado fin de semana, los españoles se enteraban de que su rey, Juan Carlos I, que había desaparecido de España, se había trasladado secretamente a Botsuana para participar en una cacería de elefantes. Tras su operación de pulmón, los médicos le habían recomendado no volver a cazar ni fumar vegueros, una de sus debilidades. Dejó de fumar, pero no de cazar. Y, en un gesto nada ejemplar, el Rey se permitió olvidarse por unos días de los graves problemas económicos de su país, desplazándose hasta Sudáfrica para cazar elefantes en una cacería para gente rica y sin problemas económicos. Llamaba la atención que el Rey realizara un viaje tan largo y estuviera en un campamento de caza donde podían sucederle imprevistos, como así ocurrió. En una caída en el campamento, el Rey sufrió una fractura en la cadera derecha. La Casa del Rey lo confirmaba el sábado en un comunicado. El monarca se había desplazado días antes a Kuwait, en un intento de garantizar un aumento de las exportaciones de crudo a España, en un viaje relámpago del que informó al presidente del Gobierno. Pero nada dijo, al parecer, del viaje a África para cazar elefantes. Un accidente y operación que colocan a don Felipe y a doña Letizia, quienes asumieron los actos de la agenda del monarca, en un difícil primer plano, en momentos políticos y económicos muy delicados en la zona euro.





Lara critica que al Rey la crisis no le quita el sueño.



Los partidos a la izquierda del PSOE criticaron este viaje del rey a Botsuana, tachándolo de una tremenda “falta de respeto” en un tiempo de grave crisis económica. El desplazamiento del rey trascendió a los medios sólo al conocerse la operación de una rotura de cadera tras sufrir “un tropezón” mientras estaba en ese país. Socialistas y conservadores guardan un prudente silencio sobre este asunto, aunque no todos por igual. El ICV (Inicitiva per Catalunya Verts) pretende que la Casa Real dé explicaciones sobre la salida de Juan Carlos de Borbón. Laia Ortiz registra esta semana en el Congreso una batería de preguntas sobre lo que “ha costado el viaje y la devolución del dinero gastado. También pregunta al Gobierno si cree “tolerable” que Zarzuela se gaste dinero para que el rey vaya a cazar elefantes, mientras se recortan 10.000 millones en educación y sanidad. En este sentido, la diputada eco-socialista quiere saber si el Gobierno “no cree que ya va siendo hora de que la Ley de Transparencia incluya las partidas para saber en qué se gasta el dinero la Casa Real. Es inconcebible que, ante el mayor recorte de la historia, el jefe de Estado se dedique a ir de cacería”, ha declarado Ortiz, tras calificar de “obscenidad” las imágenes filtradas del rey junto a un elefante muerto. Lara (IU), por su parte, dice que se nota que al rey la crisis “no le quita el sueño” En un acto conmemorativo de la II República, Cayo Lara comentó: “El rey está demostrando una falta de ética y respeto a mucha gente en este país que esta sufriendo mucho. No se puede decir que al Jefe del Estado le quite el sueño que miles de jóvenes estén en paro en España, ya que decide marcharse a un país africano a matar elefantes”.




Tomás Gómez se saltó el silencio de su partido (PSOE) al declarar que el rey tiene que elegir entre sus responsabilidades o abdicar para poder hacer otro tipo de vida, esto es, poder irse a cazar elefantes a Botsuana en plena crisis. “Ha llegado el momento –dice el secretario general del PSM y portavoz en la Asamblea de Madrid– de que la Casa Real se plantee, en este caso el jefe del Estado, que tiene que elegir entre las obligaciones y las servidumbres de las responsabilidades públicas o una abdicación que le permita disfrutar de una vida diferente”. Afirma que lo sucedido es “poco edificante” y no es lo que esperaban “los españoles de la Casa Real en momentos de crisis”. El lehendakari Patxi López afirma en la cadena Ser que “no estaría mal” que el rey Juan Carlos pidiera disculpas a la ciudadanía tras conocerse el viaje, viaje del que la Casa Real no dio antes ninguna explicación. López destaca que el rey, “como todos, tiene derecho a su espacio privado”, aunque matiza que “en los tiempos que corren, hay ciertas cosas que la ciudadanía no entiende, y ese viaje es una de ellas”. José Antonio Griñán, presidente en funciones de Andalucía, califica el viaje de “inadecuado e inoportuno”. Jaume Callboni, portavoz del PSC, pide al rey “una disculpa pública y una rectificación urgente”. Esteban González Pons, del PP, desliza críticas a través de Twitter a la caza de elefantes. Fuentes de la Moncloa insisten en que Rajoy conocía el viaje del Rey, pero no el objetivo ni las circunstancias. Iñigo Urkullu, presdiente del PNV, tacha de “frivolidad absoluta” la actuación de don Juan Carlos. El BNG critica el gasto que supuso este viaje y asegura que “no es de recibo que, con la que está cayendo y con lo que está sufriendo la sociedad, el rey se dedique a cacerías en Botsuana”. Los nacionalistas gallegos considera consideran que sería “escandaloso” que estas cacerías del monarca se pagasen con dinero público.



Las organizaciones y partidos defensores de derechos de los animales denuncian esta práctica tan “vergonzosa” como habitual de la familia real, que esta vez salta a la palestra mediática con ocasión del accidente sufrido por Juan Carlos de Borbón. Juan López de Uralde, portavoz de Equo y expresidente de Greenpeace España, asevera que el viaje del rey denota que la Casa Real está “fuera de la situación actual”. “La caza de elefantes –responde a Europa Press– responde a estereotipos del siglo XIX que son rechazados por las sociedades actuales”. Javier Moreno, portavoz de Igualdad Animal, reprueba que, mientras el Gobierno pide austeridad a todos los españoles, “el rey se va de vacaciones a pagar miles de euros por matar”. Y destaca su indignación frente a una afición que el monarca comenzó a los 24 años, cuando todavía no había sido coronado. “Se da la coincidencia –dice– de que ahora mismo hay dos miembros de la familia real ingresados por asesinar animales. La gente es cada vez más consciente de que no hay nada que pueda justificar la caza”. No obstante, considera que más pronto que tarde estas prácticas pasarán a formar parte del pasado. En la misma línea, el partido animalista PACMA condena que los miembros de la casa real reincidan en una afición “en la que cada año mueren millones de animales y decenas de personas de forma accidental”. PACMA reprocha que el Rey se desplace hasta África para cazar elefantes, gastándose entre 7.000 y 20.000 euros por cada animal abatido. Y recuerda que el gasto medio de un safari asciende a 35.000 euros por persona. Laura Duarte, portavoz de esta formación, señala: “Parece vergonzoso que el rey derroche dinero de todos en una actividad violenta carente de ética y a la que se debería poner fin”.


Mañana: ¿Entró la Corona en barrena? (III)