sábado, 24 de diciembre de 2016

Cuando el Gobierno es un títere de las compañías eléctricas.

  Antonio Moreno Alfaro, creador de la web estafaluz

Antonio Moreno Alfaro, ingeniero industrial jubilado creó la web estafaluz, en donde se cuentan las más de 9.000 reclamaciones recibidas y la total impunidad de las grandes eléctricas con pagos por parte de los usuarios de 12.000 millones de euros por servicios inexistentes y subidas continuadas de las facturas. Un incremento que, a lo largo de este año que termina, ha subido más del 28 por ciento. Según cuenta Moreno, la denominada mafia del kilowatio “está formada por dos familias principales: la familia política, integrada por el PSOE y el PP, que aporta el Boletín Oficial del Estado (BOE) y la protección de la Administración Pública y el Congreso, y la familia financiera, formada por las cinco grandes compañías integradas en Unesa, que actúa de capo y marca las directrices a la familia política. Hay una tercera familia, formada por las empresas multinacionales fabricantes de contadores de energía eléctrica, pero su importancia es secundaria, ya que está subordinada a las compañías eléctricas, debido a que éstas adquieren al menos el 90% de su producción y forman parte de los consejos de administración de dichas empresas. Si los ciudadanos fueran conscientes de la impunidad  que el Gobierno ha permitido a las eléctricas, habría una revuelta popular”.

Moreno Alfaro inició la lucha en 1994. Desde entonces ha conseguido reunir documentos oficiales que demuestran de forma fehaciente e irrebatible que el Gobierno colabora activamente desde 1984 en dos delitos, en connivencia con las compañías eléctricas y las multinacionales fabricantes de contadores de energía eléctrica. “Hay verdaderamente un vacío legal con importantes consecuencias. Primera, los usuarios llevamos pagados casi 12.000 millones de euros a las compañías eléctricas por un servicio inexistente, y segunda, los 13 millones de contadores electromecánicos que aún no han sido sustituidos por contadores telegestionables carecen por completo de fiabilidad, marcando casi la totalidad de ellos más kWh de los realmente consumidos por los usuarios. La protección dada por la familia política a la familia financiera permite a ésta actuar con total impunidad, pues dicha protección paraliza u obstaculiza la investigación de todos los delitos que denuncio, incluso a pesar de las numerosas pruebas documentales existentes y de que algunos de ellos hayan sido reconocidos por escrito por sus autores y queden al descubierto mediante una simple multiplicación de dos números”.

Antonio Moreno cree que los ciudadanos no son conscientes del poder de corrupción que tiene la mafia del kilowatio y del perjuicio económico que les ocasiona dicha corrupción. “Si los ciudadanos lo fueran, habría una revuelta popular. Desde el nueve de junio de 2008, en que abría la página web, he recibido más de 9.000 consultas, de las cuales he atendido unas 6.500, sin contar las de respuesta inmediata.  Desde principios del mes de octubre no atiendo casi ninguna consulta, por estar dedicado principalmente a redactar y documentar las tres denuncias de las que hablé antes. La información que me han facilitado las personas que me han consultado me ha permitido reunir una extensa documentación que pone claramente de manifiesto tanto la planificación con la que las compañías eléctricas cometen sus abusos como la colaboración activa o pasiva de la Administración Pública, colaboración sin la cual dichos abusos serían imposibles”.

El motivo de que los españoles tengamos uno de los precios más altos del kWh doméstico es debido, según cuenta  Moreno Alfaro, “a que el Gobierno es un títere de las compañías eléctricas. Y ello hasta el extremo de obedecer al pie de la letra las directrices marcadas por Unesa y de copiar dichas directrices, incluidas comillas y faltas de ortografía, en documentos oficiales, aunque el documento oficial sea el BOE y la medida ordenada por Unesa sea el encubrimiento de la estafa en los precios de alquiler de los contadores electromecánicos, con objeto de continuar cometiendo legalmente dicha estafa tras haberla puesto yo al descubierto con documentos oficiales requisados por inspectores de la Comisión Europea”.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Este año jugué a la lotería y perdí, como siempre.

Montoro os desea la mejor de las suertes para el día de hoy, en la Loteria de Navidad.

Este año, volví a caer en la trampa de comprarme un décimo de la lotería, pese a que me habían advertido que el Gordo se suele repartir y que cada jugador tiene una entre 100.000 posibilidades de que, en del Sorteo Extraordinario de la Navidad, toque el premio Gordo de 400 euros. Me dejé llevar por una intuición de que me iba a tocar un buen pellizco algo y cedi a la tentación. “Existe una probabilidad entre 100.000 –comentó a Europa Press Manuel de León, investigador del Instituto de Ciencias Matemáticas– porque hay 100.000 números diferentes y 999.999 de que no te toque”. Pero lejos de toda certitud me dejé llevar por la intuición, como la mayoría de españoles, dejándole al Gobierno la posibilidad de hacer caja de nuevo.

Un matemático como Manuel León asegura que, debido a la existencia del reintegro, hay algo más de un 15% de posibilidades de ser agraciado con algún otro premio. Y sostiene que “quince de cada cien números aproximadamente se llevarán algo”. Además, contaba con la superstición de que algunos números fueran más buscados que otros. Manuel de León insistía en que “todos” los números tienen la misma probabilidad de salir premiados, por lo que “no hay número feos”.  Así que me quedé con ese décimo y la ilusión de tener algo de suerte.

Pero llegó la hora de mover los bombos y mi número no salió ni por carambola. Entonces me aclararon que era más probable ganar en el Sorteo de 'El Niño' que en el de Navidad porque tiene más premios y, por lo tanto, hay más reintegros. Pero la advertencia me llegó demasiado tarde y, ante el evidente fracaso, ya no quiero volver a tentar  a la fortuna.  Además, ya me advirtieron que si ganaba el gordo debía dejar un parte importante para el Estado. “Si esperas ganar un millón y son 800.000 euros eso no va en el sentido de animar a la gente a comprar lotería”, me advirtió un amigo quien apuntó que, “al final, quien gana siempre es Hacienda”. 

Luego me he pasado el resto del día recordando porcentajes. Cuanto menos gastas más te toca, dicen los entendidos. Pero ¡cómo había caído de nuevo en la tentación de acariciar el Gordo de Navidad. Me he repetido que, por muy atractivos que sean los vídeos de promoción de la lotería, no volveré a dejarme engañar por mi intuición. Porque, aunque sean 20 euros los que perdí, prefiero gastármelos en algo más útil como comprarme un libro o ver una película. Y no dejaré que el Estado, sea de derechas, sea de izquierdas,  me engañe una vez más con sus fantasiosas posibilidades.

jueves, 22 de diciembre de 2016

La frenética carrera gastronómica del rey emérito.


  Don Jan Carlos y la piloto de Fórmula 1, Carmen Jordá.

“A estas alturas –escribe Buscón en Vozpópuli, bajo el título ‘Las extrañas compañías de Don Juan Carlos’– no hay propietario de restaurante Michelín que se precie, que no haya tenido la oportunidad de agasajar a Don Juan Carlos con sus viandas. Quien más y quien menos ha sido testigo de honor de la frenética carrera gastronómica que el rey emérito comenzó en el minuto uno de su jubilación. Un periplo que le ha llevado por 20 restaurantes galardonados en poco más de dos años. Todos con la misma rutina. Mejor en el comedor que en el reservado, largas sobremesas, firma en el libro de honor y foto con el propietario. Casi ninguno de ellos se extraña cuando le ven aparecer. Lo que si despierta curiosidad es quien será el afortunado o afortunada que compartirá mesa y mantel con tan real compañía. Porque eso sí, en este correteo por el paraíso de la restauración española su majestad siempre elige buenas compañías. Sobre todo, invitados que le hagan olvidar los tediosos almuerzos de antaño en Zarzuela en los que Doña Sofía llevaba escrupulosamente la cuenta de calorías, colesterol y gluten. 

La última parada gastronómica con estrella Michelín fue la semana pasada. Don Juan Carlos eligió el restaurante madrileño Gaytán, propiedad de la joven promesa Javier Aranda. “El cocinero agasajó al rey y a sus invitados con un menú degustación de 121 euros por cabeza que fue regado convenientemente con una botella de Remírez de Ganuza. De todo ello disfrutaron junto a Don Juan Carlos una pareja de mesa y mantel poco común, Juan Villar Mir (hijo) y la piloto de Fórmula uno, Carmen Jordá. El primero, flamante presidente de OHL, ya ha salido más veces en la foto junto al Rey. De hecho padre, hijo y yerno alardean con orgullo de la excelente relación que les une con los cuatro reyes españoles. Una amistad a prueba de bombas y de escándalos de corrupción como los que han sacudido a la constructora este año (para eso somos compiyoguis)”.

Buscón concluye acertadamente: “Villar Mir no es un extraño para Don Juan Carlos, la que sí es nueva en esta escena es Carmen Jordá, brindando con el rey por la Navidad. La espectacular piloto de la escudería Lotus F1 Team seguro que alegró la tarde a Don Juan Carlos sobre todo si desplegó todo el encanto que ella misma asegura tener en su página web: ‘Carmen es inteligente e increíblemente decidida, cree que la mujer tiene un lugar que ocupar en los deportes de motor, como en cualquier otro deporte del mundo.  Sirve de inspiración a todas las mujeres que luchan por hacerse un hueco en el deporte profesional de motor o en cualquier disciplina y seguirá luchando para alcanzar sus propios objetivos’. No sabemos si uno de esos objetivos le llevó a comer con Don Juan Carlos el pasado martes, lo que sí sabemos es que lo pasaron bien y que las risas se alargaron hasta la sobremesa”.