viernes, 24 de diciembre de 2021

La otra cara de las luces de Vigo.

 

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, presume con orgullo, de las luces y atracciones desplegadas cada año por la ciudad.

 Este año las luces navideñas de Vigo se encendieron el pasado 20 de noviembre y no se apagarán hasta después del día de Reyes. El alcalde, Abel Caballero, presume con orgullo de ellas y de las atracciones que por estas fechas despliega de nuevo, colocando a su ciudad bajo los focos y atrayendo miles y miles de visitantes. Sin embargo, no hay que buscar demasiado para encontrar en Vigo a gente descontenta, frustrada y hastiada ante un fenómeno que, durante casi dos meses, altera radicalmente sus vidas, sobre todo si viven en el centro, zona cero de una fiesta que consideran demasiado larga. Ramón Martínez lo recuerda en Efe: “La Alameda ya no existe. Secuestran tu barrio durante más de un mes. No puedo ni bajar a los perros, te cierran las calles de un día para otro. Hay gente que no puede, literalmente, entrar en sus garajes”.

“El bullicio es insoportable, con música a todo volumen. Han puesto una feria, perrito piloto, atracciones, tómbolas”, se queja Elena, que vive en la calle García Olloqui. Y su insatisfacción es compartida por muchos vecinos del centro, tanto que un grupo de ellos se está planteando iniciar un procedimiento judicial para defender sus derechos, como explica la cabeza visible de esta iniciativa, que vive cerca de la noria instalada en la calle Colón, y que prefiere mantener su anonimato. Abogada de profesión, Elena remitió un escrito en 2019 al Ayuntamiento exponiendo sus quejas de las que no obtuvo respuesta alguna, y lo volvió a intentar este año. Señaló que temía las limitaciones a sus derechos fundamentales, como el derecho a la libre circulación, a la seguridad y salud pública, a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, a una vivienda digna y adecuada libre de ruidos o al de la intimidad personal y familiar. “Están vulnerando la mayoría de nuestros derechos como ciudadanos”, clama esta letrada, dispuesta a interponer una denuncia ante el contencioso administrativo “para que esta situación no se repita en los años venideros porque es una tortura”. Al final sí recibió, desvela, un vasto documento que es “muy bonito sobre el papel, pero que, en la práctica, es imposible de ejecutar porque no tienen medios”.

Como ejemplo, pone el acento en cuestiones de higiene, y refiere casos de personas que orinan en la calle y en los garajes porque “hasta hace nada, no había sanitarios y ahora hay cuatro, pero busca un baño a ver si lo encuentras, son unos contenedores sin señalizar, la gente va a las cafeterías, les dicen que no, y orinan en los garajes”. “Esto no se puede permitir en plena pandemia”, señala y advierte que “la Alameda por las mañanas está toda llena de gaviotas comiendo las porquerías de la noche anterior”. Ninguna de las fuentes consultadas cuestiona las luces ni el hecho de que el alcalde haya hecho de la Navidad viguesa un reclamo turístico, lo que cuestionan es el cómo. “El peor sitio para intervenir es el centro de Vigo”, confiesa un conductor de un camión de Bomberos, que escoge también el anonimato, opción recurrente que habla de una potencial “tormenta perfecta”. Cinco conductores y conductoras de ambulancias fueron preguntados y las quejas son coincidentes: “Como siempre, es un coñazo circular por la ciudad en estas fechas y casi imposible en días señalados, lo que está suponiendo un gran problema”.

jueves, 23 de diciembre de 2021

El abrazo de una leona con un humano.

 

Sirga a Valentín Gruener, el ecologista que la rescató, se abraza a Sirga.

Primero fue un cocodrilo vegetariano amigo de unos monjes quien dejó a medio mundo atónito con su peculiar y peligrosa amistad. Ahora ha sido una leona la que se ha ganado el cariño y la sorpresa de las redes sociales con sus continuas demostraciones de afecto hacia su cuidador, el ecologista Valentín Gruener. Su amistad con la leona empezó cuando Sirga, era tan solo una cachorra. Valentín la salvó con unos pocos días de vida cuando su madre se negó a alimentarla y se quedó deshidratada a punto de morir. Desde entonces, Valentín ha cuidado de ella y ambos se han hecho inseparables. Y la leona está tan agradecida que nunca le ha hecho daño a su cuidador, todo lo contrario, le abraza continuamente y le da cariño.

En abril del año pasado, Greuner empezó a compartir sus vivencias con Sirga y, en un vídeo, ambos se hicieron virales hasta superar algunos más de 30 millones de visualizaciones. Cuando la madre de Sirga dejó de alimentarla, Valentín se hizo cargo de ella y logró salvarla. Entonces, desde hace un año y medio, la relación con la felina se ha hecho más entrañable, naciendo entre ellos una bella amistad. “Sirga es increíblemente dulce para ser un gato muy grande”, declara irónicamente Gruener a NCB News. “Cuando voy a verla, ella siempre me abraza como en el vídeo”. Ahora, los dos se han convertido en verdaderas estrellas de las redes sociales.

La serie de imágenes del ecologista con un animal salvaje y peligroso de unos 150 kilos que podría matar a una persona en cuestión de segundos y que es capaz de correr hasta llegar a ráfagas de 80 kilómetros, se han hecho constantes. De hecho, el león africano es considerado uno de los animales más peligrosos del planeta, que lo convierten en un depredador inigualable. “De alguna manera, Sirga es un embajador de la naturaleza", afirma el fundador del Modisa Wildlife Project. Allí, en una reserva de Botswana cercana a la casa de Valentin Gruener, vive Sirga, que, a sus nueve años todavía no le ha dado ningún problema a su amigo. “Un león no es una máquina que quiere matar a alguien”, deja claro el ecologista. “Son bastante predecibles y, en realidad, bastante inofensivos para nosotros”.

El conmovedor abrazo de una leona al hombre que la rescató




miércoles, 22 de diciembre de 2021

Los que ganan y los que pierden la lotería.

 

Loteros en huelga

Huelga de loteros. “Las condiciones son dramáticas”.

Pocos son los españoles que no pienses que les puede tocar hoy la lotería de Navidad. Para una mayoría la suerte pasa de largo. Pero ¿y si esta vez toca?”, se preguntan muchos, dejándose vencer por la duda. En caso positivo, tampoco a los afortunados les salen las cuentas. Según apunta Acierto.com, el 70 por ciento de los ganadores dilapida el dinero en los cinco primeros años o antes. ¿El motivo? Principalmente, falta de conocimientos financieros y mala gestión del dinero, a pesar de que el 25 por ciento de los agraciados considera que sabe cómo hacerlo. Y sólo muy pocos lo consiguen.

Cada español destinó este año una media de 66,60 euros a comprar lotería, lo que supone unos tres décimos por persona. Los residentes en Castilla y León parecen ser los que más dinero dedican a este fin, seguidos de los de Asturias, La Rioja y Aragón. Por el contrario, lo que menos se dejan llevar en este sentido son los ciudadanos de Melilla, Ceuta y Baleares. El ranking de gasto lo lideran Madrid, Andalucía, Cataluña y la Comunidad Valenciana. En lo que respecta al perfil del comprador, los hombres participan ligeramente más que ellas (52% versus el 48%) y la franja de edad se sitúa entre los 45 y los 55 años.

Frente al aumento de billetes de lotería vendidos, cabe observar los que se encargan de repartirlos. El gremio “Loteros en la lucha” tiene previsto concentrarse hoy frente al Teatro Real para reivindicar la subida de las comisiones que llevan 17 años congeladas. Se trata de una manifestación contra las administraciones del gremio. La organización espera que acudan 1.500 personas a manifestase frente al Teatro Real, lugar donde se desarrolla el sorteo más famoso del año. Por cada producto que venden ganan un cuatro por ciento de su precio. Una ganancia que consideran “insuficiente”, especialmente en la época de Navidad: por cada décimo de 20 euros los loteros ganan 80 céntimos. Dicha comisión lleva congelada desde hace 17 años: “El IPC ha subido a récord histórico, sube el sueldo mínimo, la cuota de autónomos, la luz… Pero a nosotros no nos llega para cubrir gastos”, denuncia Joaquín Monroy portavoz de Loteros en la Lucha.  Y asegura que, durante el año, apenas cubre los gastos y difícilmente gana un sueldo digno: “Si la vida sube y yo sigo vendiendo lo mismo y saco lo mismo, los gastos te van comiendo”.

Félix López-Rey, conocido por su faceta política —actualmente es concejal por Más Madrid en el Ayuntamiento— se dedica, desde hace más de 30 años, a la profesión de lotero. Para él, la imagen que tiene la sociedad del gremio “está distorsionada”. “Estamos acostumbrados a ver grandes colas en administraciones famosas como la de Doña Manolita, pero esa no es la realidad”, cuenta Félix. El día a día de un lotero supone una jornada laboral muy larga, sin fines de semana, ni vacaciones. “Para muchos profesionales la única manera de subsistir es a base de hacer kilómetros”, relata Félix. Se trata de un gremio con siglos de historia, lo que conlleva que la media de edad de sus trabajadores sea bastante elevada y el desplazamiento se torna difícil para muchos de ellos.

“Hay gente que no tiene para cubrir los gastos, pasando auténticas penurias, y cierran cada vez más administraciones. El otro día un lotero me decía que gana 300 euros al mes, no te da ni para coche, gasolina y alquiler. Llevaba diez años sin irse de vacaciones”, narra Monroy que denuncia lo injusto de sus condiciones que califica de “dramáticas”. Por ello, sus exigencias versan sobre una subida “considerable” de las comisiones. “La solución no es una subida del 0,5 o de 1 punto, lo que sería insuficiente”, reivindican desde la asociación. Tampoco consideran una solución la subida de los precios, la creación de nuevos juegos o la convocatoria de reuniones informativas. Loteros en la Lucha exige “soluciones realistas”, que pasan por mesas de negociación que permitan un reparto “más justo del dinero”. Para él esta manifestación y huelga es “un toque de atención” para la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado, que lleva casi dos décadas sin subir la comisión. “SELAE tiene una de las facturaciones más altas entre las empresas públicas del país, factura entre 8.000 y 9.000 millones de euros”, asegura el portavoz.. Se trata de un gremio con más de 250 años de historia, a lo largo de los cuales nunca ha habido movilizaciones de este calibre. “Queremos demostrar que somos capaces de organizarnos para que las cosas cambien. La Sociedad Estatal no pensaba que esto podría ocurrir alguna vez”, afirma Monroy.