Bidafarma, la farmacéutica beneficiada en la que trabaja la mujer de Moreno Bonilla.
Juan Manuel Moreno Bonilla junto a Manuela Villena López, su esposa.
Desde que Juan Manuel
Moreno Bonilla preside la Junta de Andalucía, la Sanidad pública está bajo la
lupa de la Justicia. En los últimos meses, los tres últimos gerentes del
Servicio Andaluz de Salud (SAS), fueron investigados por presunta corrupción en
adjudicaciones que pudieron beneficiar a hospitales privados con más de 300
millones de euros. Y el mes pasado, reflotó un nombre que estuvo en el centro
de la polémica durante lo peor de la pandemia: Bidafarma, una cooperativa
farmacéutica en la que trabaja con un alto cargo Manuela Villena López, esposa
de Juan Manuel Moreno Bonilla. Los contratos firmados con esta corporación por
la vía urgente durante el año 2020 estuvieron incluidos en la comisión de
investigación de mascarillas del Congreso de los Diputados, para despejar las
sospechas sobre el “procedimiento de contratación y adjudicación”.
A pesar de esto, y en
medio del presunto caso de corrupción del SAS, el Ejecutivo regional firmó un
nuevo convenio en el ámbito educativo. Se trata de un acuerdo de prácticas con
los centros de FP de Granada, Málaga y Sevilla, en los que unos 8.000
estudiantes realizan cursos de Sanidad, Comercio y Marketing y Electricidad y
Electrónica. Todos ellos podrán optar a realizar sus prácticas en Bidafarma, lo
cual ha reavivado las sospechas sobre el “lugar privilegiado” que tiene la
cooperativa con respecto a la Junta de Andalucía.
Pese a que desde la
corporación en la que trabaja la mujer del líder del Ejecutivo regional
defendieron a este medio que desempañarían esta labor “sin contraprestación
económica alguna”, el posible trato de favor a Bidafarma puso a Moreno Bonilla
bajo la lupa. En diciembre de 2020, la Junta de Andalucía firmó un nuevo
convenio sin concurso. La empresa de Villena López sería la encargada de
gestionar el almacenamiento, la custodia y el transporte de las primeras dosis
de la vacuna en Andalucía. Desde Bidafarma aseguraron, una vez más, que la
tarea se realizaría de “forma gratuita y desinteresada”, lo cual no evitó que
la manera en la que se adjudicó este convenio a la empresa en la que trabaja la
mujer del presidente autonómico levantara sospechas. Lo que vino a confirmar la
anomalía de todas las adjudicaciones del Ejecutivo regional con la
farmacéutica, ¡así como la “relativa a todas las comunicaciones realizadas, por
cualquier vía, entre el Grupo Bidafarma, (trabajadores o persona relacionada
con la misma), con la Junta de Andalucía (representantes, empleados o cualquier
persona que mantenga una vinculación), empresas, entes u organismos públicos dependientes
de la Junta de Andalucía, en relación a las contrataciones efectuadas con
Bidafarma”.
Por último, la Cámara
Baja requirió a la Junta de Andalucía toda la información sobre “las
subvenciones o ayudas económicas concedidas al Grupo Bidafarma por parte de
cualquier administración, empresa, ente u organismo público dependiente de la
Junta de Andalucía”, con al menos información sobre el “tipo de subvención o
ayuda; fecha de concesión; importe de la concesión; consejería o departamento
otorgante y cualquier otro dato de información relacionada con dicha ayuda”.
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