Argentina: “Dura derrota del gobierno de Kirchner”
El ex presidente argentino, Néstor Kirchner, esposo de la actual presidenta, Cristina Fernández, ha presentado su renuncia como líder del gobernante Partido Justicialista (PJ). La debacle oficialista en las elecciones legislativas del domingo propició la pérdida de la mayoría en las dos cámaras y la derrotado en cinco de las principales circunscripciones. “Cuando un resultado no es el que uno pensó en su momento –dijo Kirchner, justificando su decisión– debe tener las actitudes que le corresponden”. Héctor B. Trillo, en el artículo “Final de juego” publicado en Argenlibre, escribe: “La campaña electoral que acaba de terminar ha sido, creemos que sin lugar a dudas, una de las más aciagas de la historia política del país. Y sin duda la más fraudulenta de todas desde el retorno de la democracia en 1983. Tanto el gobierno nacional como la mayoría de los gobiernos provinciales han dedicado tiempo y gran cantidad de dinero del erario a solventar a los candidatos oficialistas. Se recurrió a todo tipo de artimañas para descalificar a los adversarios y, prácticamente, no se aportaron ideas o programas de ninguna índole. El ex presidente buscó la manera de postularse como candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, recurriendo a artilugios que le permitieran, ante una justicia dócil y francamente indigna, alcanzar la legalidad”. Inmune hasta el momento a toda crítica política, Néstor Kirchner se retiró con un lamento que le llegó demasiado tarde: “Tenemos que dignificar la política”.
Néstor Kirchner admite el duro golpe para el Gobierno que preside su esposa, Cristina Fernández. El partido en el poder ha perdido la mayoría en las dos Cámaras del Parlamento y ha caído en las circunscripciones de la capital, Buenos Aires, y en las provincias de Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Entre Ríos y Santa Cruz. “Esta vez nos tocó perder –reconció con resignación–. Hemos luchado con toda dignidad. Pero perdimos por muy poquito”. Kirchner fue derrotado por el millonario empresario, Francisco de Narváez, y la misma presidenta saldrá debilitada, al perder la mayoría en el Congreso. En cambio, De Narváez se declara ganador: “Hemos derrotado a la vieja y mala política. Es momento de unir y no de dividir”.
La presidenta atribuye la caída de los apoyos del oficialismo al desgaste de seis años de gestión, desde el triunfo de Kirchner en 2003, y a “errores que serán analizados”. Cristina Fernández ofreció una conferencia de prensa en la Casa de Gobierno donde se prestó a las preguntas de los periodistas. Fernández no dio señales de cambios en su estrategia, ni en la forma, ni en el fondo. Limitó el impacto de la derrota del oficialismo, minimizó el triunfo de la oposición y cargó, una vez más, contra los medios de comunicación. Los resultados electorales pronostican una difícil gobernabilidad en los próximos meses.
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