Gobierno-oposición. Otra oportunidad perdida.
“La relación entre Gobierno y oposición –dice un editorial de El Correo– nunca podrá estar libre de cierta tensión. Al fin y al cabo, la política democrática de cualquier sistema parlamentario consiste en la confrontación pública de proyectos como mecanismo para producir la alternancia en el poder. Lo que no sería de recibo es que, tanto por parte del Gobierno como de la oposición, se utilizara la búsqueda del pacto como una mera estratagema para desgastar al contrario, haciéndolo culpable ante la opinión pública de la falta de un acuerdo que ninguno de los dos de verdad persigue. Trabájense, pues, los acuerdos que resulten posibles y deseables. Pero evítese, a la vez, que la dificultad de alcanzarlos se convierta en excusa de la inactividad para el Gobierno, ni en instrumento de desgaste para la oposición. Es un riesgo en el que uno y otro están ya a punto de incurrir para su propio descrédito ante la opinión pública”.
La reunión del pasado miércoles en la Moncloa no sirvió para lo que la mayoría espera desesperadamente. Ni hubo comparecencia conjunta del presidente del Gobierno con el líder de la oposición, que se opuso a ella, ni hubo halagos mutuos, sino más bien ciertas indirectas de cada cual, ni mucho menos un respaldo común a la política económica. Sólo dos acuerdos –el apoyo al plan de rescate de Grecia y el respaldo a la reestructuración de las cajas de ahorro– frente al desplome de la Bolsa, las amenazas de los inversores, la larga sombra de las agencias de rating, los editoriales de la prensa extranjera, la debilidad general del euro, los 4,5 millones de parados…
Hacía 18 meses que no acordaban una reunión formal. Y llegaron, al fin, a entrevistarse en medio de la tempestad financiera y con unos índices alarmantes de desconfianza ciudadana que les afectan casi por igual a los dos. Pero, la necesidad de enviar a los ciudadanos un mensaje de unión, fortaleza y confianza, parecía ser la mejor credibilidad política para mantener el encuentro. Por el contrario, muchos creen que fue otra oportunidad perdida. Zapatero necesitaba la foto y la posibilidad de enviar un mensaje más contundente de lo habitual a los ciudadanos “Pero –escribe Rosa Paz en El Periódico.com– Rajoy se mostró, una vez más, atrapado en su convencimiento de que, si sabe aprovechar la crisis para acorralar al Gobierno, ahora sí, con un empujoncito, hunde a Zapatero y despeja el camino al poder. Por eso, de la reunión no salieron acuerdos –aunque fueran mínimos– sobre cómo recortar el déficit o sobre qué reforma laboral afrontar, que hubieran contribuido a transmitir una imagen de fortaleza de país”. En cambio, Rajoy aprovechó para criticar a su anfitrión y postularse, una vez más, como nuevo inquilino de la Moncloa, ofreciendo “una fórmula mágica para la crisis que mantiene oculta en su chistera”.
“Alcanzar únicamente acuerdos sobre la reforma de las cajas de ahorro y sobre el préstamo a Grecia, cuando el país entero les miraba, en espera de planes para resurgir, resultó una decepción humillante y ofensiva que demuestra que España está en manos del peor presidente del Gobierno desde la muerte de Franco y de una oposición incapaz de desalojar de la Moncloa a quien está destruyendo a España, encabezando la oleada de esfuerzo, sacrificio y regeneración que el país necesita para resurgir”. Así lo escribía Franky el pasado jueves. “La reunión entre Zapateroy Rajoy, en la Moncloa, que había concitado las esperanzas de esa media España que se siente al borde del colapso, fue un encuentro decepcionante en el que no hubo acuerdos sobre las grandes emergencias que amenazan con hundir a España: el endeudamiento público, el despilfarro de los gobernantes, la reforma laboral, el inaplazable adelgazamiento del Estado y el drástico plan de austeridad, ahorro y esfuerzo colectivo que España necesita para resurgir… La reunión entre los dos políticos más poderosos de España, fue tan frustrante que la bolsa ni siquiera reaccionó y siguió hundiéndose. Se ha desaprovechado una oportunidad de oro, quizás la última posible, para cambiar de vía e iniciar la ruta hacia el verdadero progreso, que es el sacrificio y el esfuerzo colectivo para recuperar el trabajo, la prosperidad y la felicidad de los ciudadanos”.
Al finalizar la reunión, el líder del PP se negó a comparecer junto a Zapatero en la sala de prensa monclovita, y el presidente del Gobierno fue incapaz de convencerle de ello. Al contrario de lo sucedido en el país vecino, en el que hubo un pacto a la “portuguesa”, entre ejecutivo y oposición, aquí el mensaje no caló en los mercados y el Ibex se desplomó otro 2,3%, creando una situación más que crítica. La entrevista entre los dos grandes líderes del país fue recibida por la prensa con cierta decepción. Según “El País”, la sensación en los dos cuarteles generales, tras la reunión, fue de decepción. “El Mundo” subrayó que Zapatero y Rajoy se encuentran “en las antípodas. Cada uno sigue en lo suyo y no hay entendimiento en lo esencial”. “ABC” apuntó que Rajoy se presentó como alternativa a Zapatero. “Público” tituló que Rajoy aprovechó “para hacer campaña” y que la “actitud electoralista” del líder del PP provocó “irritación” en La Moncloa. “La Razón” adviertió: “No es suficiente”.
Excepto para el PP y el PSOE, para el resto de partidos, la cita entre Zapatero y Rajoy en La Moncloa fue vista de forma crítica. Para el coordinador general de IU, Cayo Lara, fue “una tomadura de pelo” que no se hablara “de qué van a hacer con los 4,6 millones de parados”. Para José Antonio Duran Lleida, de CiU, creció “la poca ambición y el poco sentido de Estado” que han demostrado. Para Pedro Azpiazu, del PNV, “no se dio la talla”. Rosa Díez, del UPyD, calificó el encuentro de “deprimente”. Joan Ridao, de ERC, denunció el intento de centralizar y privatizar las cajas. Joan Herrera, de ICV se expresó en el mismo sentido. Las únicas que parecían contentas, fueron las Cajas.
Al margen del encuentro en la Moncloa, Jordi Sevilla abogó por un acuerdo entre el ejecutivo y la oposición. Un acuerdo que permita a España afrontar la salida de la crisis económica con garantías y un compromiso político para desarrollar las medidas diseñadas, incluso si se produce un cambio de siglas en el Gobierno. El ex ministro de Administrativas Públicas se expresaba así el día antes de que se produjera la primera entrevista en La Moncloa. Según él, lo peor de la crisis ya ha pasado, pero, a continuación aseguró que no se creará empleo hasta que el PIB se incremente lo suficiente, cosa que no ocurrirá hasta el último trimestre del año 2011 ó el primero del 2012. En su intervención en el foro de la Asociación para el Progreso de la Dirección, Sevilla defendió una política de reformas y no de recortes. “Recortar el gasto público “es fácil, pero sólo una reforma dará consistencia, continuidad, equidad y eficiencia”. “Se trata –añadió– de quitar lo que no funciona y no de gastar mucho o poco, sino de gastar bien”. Según él, España no saldrá de la crisis como entró, es decir, como la octava potencial mundial. Y expresó que el reto que el país tiene por delante será “asumible”, apostando por el talento, un don que, “se agota a nivel individual pero nunca colectivamente”.
Cristóbal Montoso está convencido de que la reunión entre el líder de su partido y el presidente del Gobierno, salió “regular e incluso mal” porque faltaron contenidos. Montoro señala que quien debe poner orden dentro del sector público es el Ejecutivo, pero el portavoz económico del PP en el Congreso demuestra que no tiene ni idea de música. “El Gobierno central –pone como ejemplo– es el director de orquesta y, si desafinan los violines, tiene que decirles que bajen el tono”. Cuando, por mucho que éstos bajen de tono, seguirán desafinando. Así que mejor está cuando no utiliza la música para explicar sus argumentos desafinados. Montoro apunta que “no se puede confiar en la buena voluntad de la gente, ni siquiera en la buena voluntad de los gobernantes con independencia de su posición política”. Explica que “un alcalde está para gobernar la ciudad, no para hacer la política macroeconómica de España, y el Gobierno, para promover leyes en el Congreso y el Senado”. Que España le debe mucho dinero a los mercados, porque éstos se lo han estado prestando, y que lo que están haciendo ahora es analizar las posibilidades que tiene el país de devolver ese dinero. Afirma que España debe responder a esta situación con políticas económicas internas. “Lo que hace de cortafuegos a la crisis es hacer los deberes en casa, evitar el déficit del Estado. Lo que ven los mercados es que cada vez tenemos más deuda y por eso desconfían más. Por eso hay que hacerlo al revés”. Montoro apunta que, “si el Gobierno sigue sin reaccionar y, cuando reacciona, lo hace provocando más crisis”, su partido utilizará “todas las herramientas que existen en el sistema de libertades” para ofrecerse como alternativa de Gobierno.
“No podía haber peor preludio para la reunión Zapatero–Rajoy –publica el 5 de mayo ‘El Republicano-digital’– que el clima de miedo que se extendió ayer por la bolsa española y otros círculos económicos españoles. Y por si esto hubiese sido poco, la desconfianza internacional arrolló las declaraciones de Zapatero cuando éste pretendió poner calma en la opinión pública. Ambos políticos alcanzaron pactos puntuales en lo que se refiere al rescate financiero a Grecia y a una supuesta reestructuración del sistema financiero nacional. Desgraciadamente para todos nosotros, esta reunión, de apenas una hora, no ha servido para lograr un gran pacto nacional que dé un golpe de timón y cambie el rumbo de los acontecimientos. Los motivos que condenaban este encuentro al fracaso son muchos. La antipatía personal que existe entre Zapatero y Rajoy es un abismo casi insalvable y las diferencias políticas e ideológicas son tan amplias que parece cosa imposible tender algún puente de entendimiento entre ambos partidos…”
“Es posible que el Partido Popular pueda ser alternativa de gobierno –continúa ‘El Republicano’–. Es posible que tuviera el valor de aplicar alguna de las medidas necesarias para frenar la crisis y cambiar el rumbo. Lo que sí es seguro es que el Partido Popular no ha sabido transmitir ese concepto. La apreciación de muchos, hoy, es que sí ha habido pacto. Un pacto de no agresión sobre ciertos flancos débiles que ambos partidos tienen. Por lo demás, ni liberalización de empleo, ni contratos y despidos, ni contención de gasto público, ni ninguna otra medida que pueda parar la sangría a la que nos está sometiendo este Gobierno. Como mucho, una supuesta reforma de la Ley de Cajas que, a buen seguro, no contemplará el retirar de los consejos de administración a los cargos políticos que se aseguran el control de las entidades para los partidos políticos”.
El Tribunal Supremo decide el próximo 12 de mayo si reabre o no la causa contra Camps, presidente de la Generalitat valenciana, por un delito de cohecho impropio. El alto tribunal decidió finalmente admitir a trámite los recursos que la fiscalía y el PSOE valenciano presentaron tras el cerrojazo del juez De la Rúa. En el partido están muy preocupados por lo que puede suceder y dicen que, si el caso se reactiva, Camps estará “políticamente muerto”. Pero Rajoy sigue apoyando a Camps y hasta proclama ante el público: “Yo voy a apoyarlo y va a ser el candidato a las próximas elecciones”. Y cuando un entrevistador le pregunta por lo que puede pasar si el Tribunal reabre “el caso de los trajes” presuntamente regalados por la trama Gürtel, Rajoy se envalentona. “Que diga la Justicia lo que quiera –dice en Onda Cero–. No van a condenar al señor Camps el día 12”. Hay quien interpreta sus palabras como si siguiera contando con Camps, aunque le imputen, pero a sus colaboradores les inquieta lo que pueda pasar con los temas pendientes e interpretan el modo de actuar de Rajoy para mantener “el orden y la tranquilidad”. El presidente del PP niega que esté buscando su relevo y hubiera hablado con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Cayo Lara, coordinador general de IU, considera que Mariano Rajoy, “desprecia” al Estado de Derecho con sus declaraciones en defensa del presidente de la Generalitat valenciana, tras asegurar que éste será el candidato del partido en las elecciones autonómicas del próximo año ya que no se cree “lo de los tres trajes”.
Refinería CEPSA, Gibraltar, San Roque.
“Algo huele mal en la gaditana Bahía de Algeciras en donde se ubica uno de los polos petroquímicos más importantes de todo el continente europeo. En lugares como Puente Mayora o Guadarranque, las casas se mezclan entre chimeneas de industrias contaminantes. Y los jardines de las casas se cubren de restos de lluvia ácida. Las fábricas, denuncian los vecinos de la zona, han hecho mella en su salud y el índice de enfermedades graves supera con creces el de la media española” Con estas palabras de presentación comienza un reportaje televisivo que TVE había presentado sobre la influencia de las industrias de la salud de los habitantes de Algeciras (Cádiz) que se iba a emitir el pasado lunes. “Algo huele mal” se canceló tras una llamada de la empresa petrolera CEPSA, una de las firmas con mayor presencia en esta localidad, a la dirección de Informativos de TVE.
Galería de imágenes de fotógrafos de la agencia Magnum, con motivo del Día de la Libertad de Prensa:
Irán (Abbas)
Manifestación en Washington contra la guerra de Vietnam (Marc Riboud)
Nicaragua (Susan Meiselas)
Argentina (Elliott Erwit)
Israel (Leonard Freed)
Los de Manuel Fontdevila (Modelo antiguo, Grecia, La cifra y 24.188 empleos)
O Territorio Vergara (Y dice el griego… Criminalidad económica, La reunión y Empresariado)
O los de Pep Roig (Autopatriotismo, Constancia, ¡Prrrfff! Y Concepto)
Y para terminar, los vídeos: Promoción, anunciando el reportaje de TVE censurado “Algo huele mal”.
Un diálogo de españoles tan difícil de comprender como el de Rajoy y Zapatero
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2 comentarios:
"El problema es Zapatero." Lo dicen por todas partes.
Chiflos
Yo no estoy tan seguro y me atrevo a impartir responsablidades entre ambos líderes, el del PP y el del PSOE.
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