El ecuador de la campaña electoral.
Aunque el inicio oficial de la campaña electoral era el 6 de mayo, a las 0 horas, un partido como el PP, movido por sus ansias desmedidas por ganar, lanzaba sus huestes a la calle, colocando sus pósteres y pidiendo el voto en varias ciudades de Castilla-La Mancha, Andalucía y Asturias. Según la ley, la campaña sólo podía hacerse desde la medianoche y no antes. En la sede del PP en Génova, se reconoció el “despite” de la empresa encargada de la instalación y se dijo que dichos carteles serían retirados, pero el PSOE ya había anunciado que llevaría a cabo acciones legales. En algunos de ellos, aparecía la foto de la secretaria general del PP y candidata a la Presidencia de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, junto al lema electoral –“Centrados en ti”– y el logotipo del partido. La empresa Sundis, contratada por el PP para la campaña envió un correo electrónico a la sede nacional de este partido, reconociendo que había habido un “fallo de coordinación” de sus equipos de instalación. Sundis añadía que ella era la única responsable de la instalación antes de la fecha especificada por el Partido Popular y lamentaba “profundamente este error y los inconvenientes” que había generado. El PSOE, por el contrario, anunció la presentación de recursos ante las respectivas Juntas Electorales Provinciales, considerando que se trataba de una “práctica condenable y no casual”.
Gómez y Lissavetsky intentaron conjurar los malos augurios del CIS.
Acaba de empezar la campaña electoral posiblemente más truculenta y menos objetiva tanto para el PP como para el PSOE. Los “populares” llevan meses preparándola y no están dispuestos a dejarse vencer de nuevo por los socialistas. Éstos tampoco quieren que la apisonadora del PP pase sobre ellos. Convencidos de que pueden remontar los pésimos pronósticos anunciados por el mismo CIS, los socialistas, con el líder del partido, Tomás Gómez, y el aspirante al Ayuntamiento, Jaime Lissavetzky, intentan conjurar los malos augurios. José Blanco, vicesecretario general del PSOE, pide casi con desesperación a los madrileños “que no se queden en casa” para que su voto “sirva para mejorar la vida de las personas”. Algunos creen que resultado electoral del 22-M puede ser demoledor. El PP no deja de sonreír por los buenos augurios que se presentan. Piensan conservar sus gobiernos autonómicos y sus alcaldías, con refuerzos importantes en Madrid y en Valencia. Pero, los socialistas, que se han adentrado en un túnel oscuro y desconocido, se resisten a salir malparados en la noche del próximo día 22. De momento, el ex presidente, Felipe González, estuvo con Gómez y Lizzavetzky en el Auditorio Parque de Aluche, en donde protagonizó el mitin central de la campaña. Algunos repiten, sin acabar de creérselo. Otros creen que el tirón de González en Madrid puede ayudar bastante a ambos candidatos en la doble cita con las urnas.
El mismo día, Cayo Lara, coordinador de IU, hace acto de presencia en una empresa de José María Ruiz-Mateos. Se sube a unos cajones y se dirige a los afectados por el desastre de Clesa, unos trabajadores que llevan ya cinco meses sin cobrar. No en un tono mitinero, sino más bien paternalista, pedagógico y protector, dice: “El futuro se pone negro cuando te ponen en la puta calle. Pero nos queda la rebeldía, la indignación, y hay razones para combatir”. Cayo pide que éste sea un “delito tipificado”. Critica al Gobierno por dejar que la banca privada se vuelque en la “economía especulativa” y no potencie la “economía productiva” en el caso Clesa y la banca pública. Recuerda que IU “está al servicio de los trabajadores” y es un “instrumento para ayudar a los de abajo”. Y lamenta no tener más fuerza en escaños por culpa de la Ley Electoral y la escasa “conciencia” de la clase obrera. “Si nos movilizáramos igual que con un Barça-Real Madrid –dice para que todos entiendan claramente lo que quiere expresar–, seríamos invencibles”.
Mientras tanto, desde Valencia, Francisco Camps abre la campaña con un retrato idealizado del País Valencià, sin hacer una sola referencia al “caso Gürtel”. “Ser valenciano –dice, plenamente autoconvencido– es algo realmente impresionante”. Sabe que los datos del CIS dan a su partido una reedición ampliada de su mayoría absoluta: 60 diputados autonómicos para el PP, frente a los 54 actuales. Y concluye: “Hoy tenemos que estar contentos y pletóricos: el PP ganará en toda España”. En Sueca, en donde luego acude, comparte una paella con más de 200 militantes y simpatizantes del PP, besos y aplausos de las señoras mayores y el apoyo de toda la ejecutiva local. Corre el vino entre gritos de exclamación como “¡Ay, tío Paco, que grande eres!”, sin que nadie le recuerde sus problemas con la Justicia ni la existencia del “caso Gürtel” porque los únicos dispuestos a hacerlo son los indiscretos periodistas, pero, como de costumbre, no aceptan las preguntas de la prensa. En su discurso, Camps condensa algunas de las estrategias que desplegará en campaña: elevar la contienda a nivel nacional, recordar la importancia que tiene para el PP la cantera de votos del País Valencià, presentar estas elecciones como unas “primarias” para los comicios generales y sacar del poder a Zapatero a quien recientemente calificó de “mala persona”. En cambio, no tiene inconveniente en definirse como la quintaesencia de la identidad valenciana. Y, debido a los problemas de espalda que le llevaron, hace pocas semanas, a pasar por el quirófano, comenta que, por prescripción médica, todos los días camina, habiendo elegido para ello la Albufera, como muestra de valencianía. Y, en un arrebato de autocomplacencia, dice: “Es una oportunidad de caminar y de sentir nuestra tierra, la grandeza de nuestra comunidad y el orgullo de ser valenciano”, lo que provoca grandes aplausos de su público, embelesado. Por supuesto, ni una palabra sobre sus problemas judiciales, “orquestados por el PSOE para desprestigiarle”, que le llevaron de nuevo al banquillo.
Promotores del manifiesto ciudadano.
En la misma Valencia y el mismo día, una decena de destacados dirigentes presentan públicamente un manifiesto muy representativo de la sociedad valenciana en el que se insta a la ciudadanía a indignarse y a votar. En el “Manifiesto ciudadano para luchar contra la abstención”, se destapan seiscientos mil parados, 30.000 alumnos en barracones y un gobierno maniatado por la corrupción y gestionado por el PP que se vanagloria de unas listas encabezadas por imputados por la Justicia. Lo que insta a los ciudadanos a indignarse y a votar. El escrito es una reedición del espíritu de “Ja en tenim prou” (“Ya basta”), movimiento que surgió hace cuatro años y que desembocó en un vídeo-denuncia contra Camps, similar al “Hay motivo”, del 2004. Sin embargo, el PP venció y aumentó la mayoría. Manuel Alcaraz, profesor de derecho constitucional de la Universidad de Alicante e impulsor del manifiesto, cree que la derecha lo ha hecho muy bien y la izquierda muy mal. “El PP ha creado un modelo basado en el turismo de masas, en el urbanismo y en los grandes acontecimientos, y ha conseguido que la ciudadanía lo identifique con la idea de progreso”. Frente al mismo, “la izquierda carece de alternativa y, además, vive ensimismada en el debate de sus esencias”. El autismo de Camps ha propiciado, según Sergi Tarín, en Público, que asociaciones y plataformas hagan el papel de verdadera oposición. Y el PP visualiza en ellas al enemigo a batir. “Nos sentimos perseguidos”, dice Alfons Álvarez, de Salvem el Botànic, para quien Camps se ha empleado con contundencia en contra de la sociedad civil crítica. La última legislatura está sembrada de ejemplos: el apagón de TV3, las multas a Acció Cultural, el estrangulamiento económico de sindicatos críticos o la criminalización de asociaciones como Salvem el Cabanyal, que se opone a la destrucción del barrio de pescadores de Valencia. “Nos hemos curtido tanto –apunta Antoni Gisbert, de Acció Cultural– que de esta mesa podrían salir los “consellers” del futuro gobierno valenciano”.
Once implicados en las listas del PP valenciano. Falta en el recuadro José Joaquín Ripoll, Presidente de la Diputación de Alicante, igualmente imputado por corrupción.
En Alicante, Cayo Lara entra a matar el mismo día en que se informa sobre los 19.000 millones que los obispos reciben al año de las arcas públicas. IU propone crear 400.000 empleos públicos con el dinero dedicado a la Iglesia, con salarios de 25.000 euros al año. “Nunca se ha dado tanto dinero a la Iglesia –argumenta Lara– y nunca ha criticado tanto los derechos y libertades que se han aprobado en el Congreso”. El pabellón Florida Babel bota de entusiasmo. Y alude, “sin mirar a nadie”, a los “palomos ladrones protegidos en Castellón”, haciendo referencia a Carlos Fabra, líder de la Diputación e imputado por varios delitos, al “coleccionista de trajes”, en Valencia, Francisco Camps, y a “las gaviotas cagonas en las basuras”, en Alicante, (el “caso Brugal”). Marga Sanz, la candidata a la Generalitat y líder de Esquerra Unida (EUPV), recuerda que el PP valenciano lleva en sus listas a 11 implicados por corrupción. Entre ellos, a la misma alcaldesa de la ciudad, Sonia Castedo, y al presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll. Y recuerda que Camps puede sentarse en el banquillo con los cabecillas de la Gürtel. “No son cuatro trajes, es la financiación ilícita de un partido que nos hace mobbing político y nos deja sin más recursos que nuestros brazos y nuestras cuotas. ¡Y eso lo tenemos que parar!”.
“Cuantas campañas llevamos escuchándoles decir: ¡Que viene la derecha! –exclama el coordinador de IU, desde Barcelona, a la que acude para lanzar otro mitin–. Cómo es posible que lleven cuatro años haciendo políticas de derechas y ahora saquen el espantajo de la derecha? Nosotros tenemos nuestros propios miedos: miedo a perder el trabajo, a reclamar más salario, a sindicarse, a no poder pagar la hipoteca, a no llegar a cotizar lo suficiente para tener una pensión digna, a opositar… En cambio, otros no tienen miedo. Son los ‘especuladores’, los banqueros, los corruptos o los que se ponen al servicio del poder económico. Los ‘pudientes’, tienen sólo un miedo: el que los de abajo, algún día, pierdan el miedo”. Lara defiende que el presidente no puede alentar ese “espantajo de la derecha” cuando “pacta sistemáticamente todos los días con ella en el Parlamento”. La medicina para frenar esa “lucha de clases” que los “ricos” están “ganando” es sencilla para IU, y no cesa de repetirla en la primera fase de la campaña: rebelión, sublevación, indignación. La idea de la contestación social a los ajustes también es presentada por Joan Herrera, secretario general de ICV, y Alfonso Salmerón, candidato de la coalición por L'Hospitalet: “Quieren que pasemos del Estado del bienestar al Estado de la caridad. Hay que decirles que no a aquellos que se sienten impunes”, socialistas y CiU, grita Herrera, guiñando el ojo a los electores del PSOE. Y Salmerón: “Los vuestros somos nosotros, los que no nos hemos resignado”.
La agresividad más exasperante es la que enfrenta el PSOE contra el PP y viceversa, a medida que se acorta la campaña. IU espera que, más pronto o más tarde, el PSOE utilice “el voto del miedo”, que viene a ser sinónimo de voto útil. El jefe del Ejecutivo, ironiza Lara, ha pasado de decir a los jóvenes “No os fallaré” a lanzarles un “Os recortaré y os seguiré recortando”. Pero, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acusa de mentir “como un bellaco” al que diga que los socialistas han llevado a cabo recortes sociales y que en su mandato ha disminuido el Estado del bienestar, y advierte que, “con el PP, sí habrá un retroceso”.
Montoro, portavoz de Economía del PP acusa al PSOE de mantener a España, “al bordo del precipicio”.
En la sesión de control del Parlamento al Gobierno, el miércoles pasado, Zapatero pide a Rajoy que llame la atención a Cristóbal Montoro, portavoz económico del PP, por decir que España está al borde del precipicio. Zapatero asegura que eso es “falso, irresponsable y desleal”. El vicepresidente Rubalcaba añade que el PP está “igual que hace un año”, sin apoyar “prácticamente ninguna medida del Ejecutivo para salir de la crisis económica” y pretendiendo “que España se vaya al precipicio para llegar al poder”. Por su parte, Elena Salgado, vicepresidenta económica del Gobierno, afea las palabras de Montoso, al que acusa de “distorsionar” la realidad, criticando al Ejecutivo sin importarle “crear alarma” sobre un posible rescate financiero a España. Pero, Montoro vuelve a poner en duda la solvencia económica de España: “Hemos vuelto a mayo de 2010, somos un país vulnerable”... Y vuelve a responsabilizar de los cinco millones de parados al presidente Zapatero, al que llega a acusar de haber situado a España “al filo de la navaja”. Por lo que Salgado le espeta: “Su pronóstico no se va a cumplir por mucho que lo intente”.
El PP es hostigado en Lavapiés. El Partido Popular de Madrid acude al barrio madrileño a realizar un acto de campaña, pero es abucheado por un centenar de personas. Fuertemente resguardado por la Policía Municipal, el orador del PP invita a la concurrencia a reflexionar sobre su actitud: “Yo les animo, por ejemplo, a que intenten hacer este tipo de manifestaciones en Cuba”. Lo que provoca gritos y silbidos contra el partido. Y los organizadores del acto terminan denunciando a los manifestantes contrarios al mitin, por “agredir a los miembros del partido, a quienes lanzaron huevos y llamaron fascistas y asesinos”. Representantes del PP declaran que los que le “reventaron” el mitin (al que solo asistieron 15 simpatizantes del PP, frente a más de 100 vecinos que les increpaban) fueron “ocupas que les habían amenazado”. Sin embargo, en la grabación que reproducimos más abajo, no se observan las agresiones a las que se refieren los conservadores. Los partidos deciden paralizar el jueves la campaña electoral por el terremoto habido en Lorca (Murcia). Mariano Rajoy acude a la localidad y no tardado mucho en colgar en su perfil de Facebook las fotos que se ha hecho con los damnificados. Un acto más de propaganda electoral que piensa le dará estupendos créditos.
Pío García Escudero, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, bajo unas réplicas de los carteles que han disparado la polémica.
“¿Quién puede pensar que un gobernante se pueda reír porque en su país hay cinco millones de personas que lo están pasando mal?”, se pregunta Tomás Gómez, candidato del PSM a la Comunidad de Madrid. E informa que la Junta Electoral de Navalcarnero ha ordenado retirar “los carteles” electorales en los que aparecía él riéndose junto al presidente del Gobierno y una leyenda: “Cinco millones de parados”. Se trata de una idea promovida por su principal rival político, el Partido Popular. Esperanza Aguirre abrió la campaña colocando en varios puntos de la región esos enormes carteles rojos. Francisco Granados, jefe de campaña, se apresura a interpretar la letra pequeña de las declaraciones de Gómez. Advierte a los socialistas de que no se apunten todavía una victoria porque la decisión de la que presumen sólo se refiere a Navalcarnero, no a los carteles, todos con fondo rojo y sin el logo del PP, con los que la derecha ha sembrado algunos puntos kilométricos de la red de carreteras. Y lanza el último órdago del día: “Sigo sin saber qué es lo que le parece mal al señor Tomás Gómez sobre los carteles: si le molesta que le recordemos que han creado cinco millones de parados o sus propias palabras publicadas en El País”. Esta última es una alusión a otro de los carteles, que puede verse en la carretera de Toledo, a la altura de Leganés, en el que se lee: “Me gustaría para Madrid lo que Zapatero ha hecho en España”. La Junta Electoral Central (JEC) resuelve al fin que es “contrario al principio de transparencia realizar una campaña de publicidad electoral utilizando los símbolos, colores y tipografía que habitualmente identifica a otro partido y pueden inducir a error”. Los socialistas madrileños remiten a la Junta Electoral Provincial y a las juntas de zona para que sea “acatada de forma inmediata” y se “lleve a cabo la retirada de la campaña electoral del PP de Madrid”.
El ministro José Blanco ataca sin piedad a Cascos y elogia con igual énfasis al secretario general, Javier Fernández.
La dirección socialista se declara satisfecha por lo conseguido en el arranque de la campaña. Pero no debe ser del todo cierto cuando, el martes, Zapatero sube a la red con una agresividad desconocida en él. En el PSOE, se considera que la legalización de Bildu está suponiendo una interferencia negativa, alimentada por situaciones imprevisibles como la aparición de un ex-preso de ETA, pidiendo el voto para la formación abertzale. Y se reconoce la necesidad de introducir alguna rectificación en el juego propio. José Blanco, “el jefe” del partido y coordinador de su campaña, salta a la pista como Zapatero, hablando del PP como de “la derecha más extrema” y añadiendo que probablemente implantaría el copago sanitario como había hecho con el “copago educativo”. Los socialistas acuden a Langreo (Oviedo), cuyo secretario general, José Ángel Fernández Villa, no falta a la cita. Allí, Blanco defiende que “el voto de castigo” que se barrunta para el PSOE debe dirigirse al PP. Señala que son ellos “los que comparten mesa y mantel con los apóstoles de la codicia y la especulación que provocó la crisis” y que la derecha “ensucia nuestra democracia con un electoralismo despreciable, utilizando el terrorismo cuando los terroristas están más débiles que nunca”. Afirma que Rajoy “está dispuesto a cualquier cosa para llegar al poder”, como demostró al no tener ningún reparo en “agitar el terrorismo como argumento electoral” ni en “alarmar a los mercados para que desconfiaran de la economía española”. Y concluye que el líder de la oposición es “un patriota de pacotilla” por “dar la espalda a su país cuando más lo necesita”. Quienes comparten los valores que defiende el PSOE, “somos más” y, por tanto, “tenemos que ser más el día 22 en las urnas” o habrá “un paso atrás”.
Mariano Rajoy, rodeado de sus candidatas.
Esperanza Aguirre, Ana Botella, Rita Barberá, María Dolores de Cospedal –escribe Qaesar bajo el título “Mujeres y feminismo en el PP”–... Mujeres que pesan mucho en el Partido Popular. Mujeres, entre otras, con las que Mariano Rajoy posó en el arranque de la campaña electoral con la intención de lanzar un mensaje feminista aderezado de colores y sonrisas. Pero el feminismo de una organización no se mide tanto por las mujeres que la integran como por las ideas que defiende. Y, en demasiadas esferas del PP, se echan en falta medidas encaminadas a ir enterrando las desigualdades por razón de sexo. Rajoy está rodeado de mujeres en la foto, pero apenas se ven pinceladas de feminismo entre tanta sonrisa. La atmósfera de la imagen está teñida de machismo, porque, en ese grupo, hay mujeres con un pensamiento tan machista como lo pueda tener un hombre. El PP es un partido muy dado a los chistes machistas, que ridiculiza de manera soez muchas medidas contra la discriminación de la mujer. Además de con mujeres, Rajoy debería rodearse de dirigentes que rechacen los comentarios casposos y los chistes obscenos sobre la mujer, que acostumbran a soltar cuando tienen ocasión. Ese sería un primer paso para que la derecha española empiece a comprender el universo de la mujer y a introducir entre sus filas un debate serio sobre las nuevas realidades que la rodean, incluyendo asuntos tan complejos y delicados como el aborto o la violencia machista”.
Rafa García Almazán.
“Lo intuíamos –escribe Rafa García Almazán en su blog Kabila–, es más, lo sabíamos, pero siempre quedaba la duda. Parece que en campaña electoral debería existir un plus de agresividad por parte del periodista, con el fin de que la faena del diestro político no sea de un lucimiento espectacular por falta de preguntas incisivas. Pero no, la fidelidad a la marca política es total, también en tiempos de campaña electoral, o quizá más por eso. Ahí tenemos dos ejemplos a los dos “grandes” líderes. “La Razón” le ha efectuado una entrevista al bueno de Mariano y nos hemos enterado de cuestiones políticas importantes, por ejemplo de que no tiene coche –¡vaya morro! tiene uno del PP a su disposición con chófer y guardaespaldas incluidos–, de que no debe nada, que hojea ocho periódicos al día, que va a recorrer 12.000 Km en esta campaña, que está estudiando inglés, que recibió siete regalos en su cumpleaños, que no toma más de dos cafés al día, etc. Vamos como se puede apreciar una entrevista a fondo, con enjundia. De la corrupción, de las listas con imputados, de medidas para salir de la crisis, de la crítica al Constitucional, y de tantas otras cosas, nada de nada.
“Por otra parte –continúa García Almazán en su artículo “Medios de comunicación subalternos” correspondiente al 10 de mayo pasado–, la Sexta, en el programa de Eva Hache, esta periodista –a la que yo admiro y sigo en su faceta de humorista— le hizo una entrevista a Zapatero que parecía una charla para el Diez Minutos, de donde hemos sacado conclusiones magníficas: por ejemplo, que al presidente le llama al móvil alguna compañía telefónica para ofertarle servicios, o que le llama una mujer equivocadamente y se queda pasmada e hipnotizada al saber que su error le ha llevado a hablar con el presidente del gobierno. Que quiere mucho a su familia. Que tenía pensado no repetir más de dos legislaturas, desde el primer día. También hemos sabido gracias a esta entrevista que él no tiene culpa de la crisis y que ésta se va a acabar pronto. Pero claro del fracaso de los recortes sociales para parar la crisis, o del caso de los ERE’s en Andalucía, o de la presentación del alcalde de Benidorm, ni mu. Verdaderamente estas entrevistas las podía haber hecho cualquiera, mismamente Belén Esteban, son más del mundo rosa y buscan una salida amable del entrevistado, sin entrar en ninguno de las cuestiones candentes. Y es que con este periodismo, convertido en “La voz oficial de…” los políticos están a sus anchas, se explayan contando anécdotas y sin recibir ni una crítica a su gestión, se hacen los simpáticos. Y es que los amiguetes están para eso. Una desvergüenza y falta de respeto para la audiencia, pero al público que le den, que ya está acostumbrado”.
Gran parte del humor de esta semana, encabezado por dos dibujos de Forges, hace alusión a la campaña electoral. Le siguen varios ejemplos de El Roto y Medina y otros.
Le sigue el humor semanal de Territorio Vergara: Se suspende la campaña, Mientras tanto, Nuevos fichajes, Fenómenos extraños y Estado de bienestar.
Manel Fontdevila nos dibuja: En Lorca, Rumbo al 22-M, Cómo se hace el periodismo, Emigrantes abandonados y Primos hermanos.
Y Pep Roig, desde Mallorca nos presenta: Calla, vota y traga; Popolítica, Campaña basura y Política basura.
Terminamos con dos videos: uno sobre F. Camps, el presidente del PP de la Comunitat Valenciana, presidiendo el acto de inauguración de la campaña electoral del PPCV junto con la candidata al Ayuntamiento de Valencia, Rita Barberá.
Y el segundo sobre lo ocurrido en Lavapiés:
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