El caso Urdangarin hace temblar la monarquía.
Nunca la monarquía española ha sido tan duramente criticada como últimamente. Siempre hubo voces críticas que la pusieron en tela de juicio por su falta de transparencia pero las acusaciones que hoy caen directamente en Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina y yerno del rey, tocan muy de cerca a don Juan Carlos y menoscaban la imagen y prestigio de la Corona. Los expertos sostienen que la investigación sobre el duque de Palma es de una “tremenda gravedad”. Y si en algo coinciden expertos y partidos de izquierdas consultados es en el caso que rodea al duque de Palma, una ‘malísima noticia’ de una ‘tremenda gravedad’ para la Corona. Tanto que puede estar, de hecho, socavando la reputación de la Casa Real. “Un deterioro nada trivial para una institución cuya imagen, ‘muy delicada’, se basa en el prestigio –acentúa Antonio Torres del Moral, catedrático de Derecho Constitucional de la UNED y experto en la monarquía española–. Esa es la primera incógnita que ahora se abre camino. Pero hay más: la futura actitud del rey si el duque fuera al final imputado, la necesidad de tasar las incompatibilidades con actividades privadas para miembros de la Familia Real y la reapertura del debate sobre la transparencia”.
El rey, junto a su hija menor, Cristina, a su yerno, Iñaki.
Göran Rollnert, constitucionalista de la Universidad de Valencia, asegura que se trata de un escándalo cualitativo, de presunta corrupción. “El daño más importante a la Corona –sentencia Gaspar Llamazares, de IU–, desde la Transición. Su credibilidad está tocada. Hablamos de posibles delitos muy graves. El que más, el presunto tráfico de influencias, el utilizar el nombre de la Corona para lucrarse. Nada es comparable”. Antón Rodríguez Castromil, profesor de Opinión Pública de la UCM, señala que la Corona se ve contagiada. “Cuando hay cinco millones de parados, recortes, sacrificios, la Casa Real también entra en los cálculos de los ciudadanos, que se preguntan si les compensa la monarquía. Y este caso entra de lleno en esta cuestión”. Otros analistas como Teresa Freixes, catedrática de Derecho Constitucional de la Universitat Autònoma de Barcelona, son más cautos. Reconocen que “un caso como el del duque no es agradable” y puede mancillar el crédito de cualquier institución. “Pero, una cosa es la Corona, otra, la familia y otra, Urdangarin. No es un tótum revolútum, aunque vox pópuli las mezcle”. Y el socialista Gregorio Peces-Barba, uno de los padres de la Carta Magna, añade que “la gente sabrá comprender porque no le compete al rey”. Y reivindica que, bajo ningún concepto, se puede decir que también la monarquía es vulnerable a la corrupción”. Tesis refutada por Gonzalo Caro, miembro del Colegio de Politólogos y Sociólogos, para el cual “es inevitable que la gente asocie el nombre de Urdangarin a la Casa. Y los medios no le tratan como a un particular, sino como yerno del monarca”. Un tema que la misma Zarzuela no ha sabido tratar como correspondía, con información seria, sino adaptándose más bien a la imagen frívola explotada por las revistas del corazón.
Algunos estudiosos de la monarquía, en vista del alejamiento del yerno del Rey, a instancias del mismo, aconsejaron un silencio que podía beneficiarle, juntamente con una extrema prudencia. Otros, como Antonio Torres del Moral, Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Educación a Distancia, discrepan: “La Casa está tardando en sacar un comunicado. Debe ponerse del lado de la democracia, no del yerno”. Rollnert aporta otra razón para “salir ya al paso”, sin demora: “Está imputado el socio del duque (Diego Torres, su sucesor en la presidencia de Nóos) y tres excargos valencianos por los contratos a Urdangarin. La infanta Cristina, que está en la línea de sucesión al trono, es copropietaria de una de las empresas implicadas en el escándalo (Aizoon SL). Y, además, hay un contundente informe de la Agencia Tributaria. A la Zarzuela le perjudica la pasividad”. Tanto Rollnert como Torres del Moral inciden en que no debe dejarse escapar una virtud capital para las monarquías. “Necesitan un comportamiento ejemplar. No se pueden permitir ni la más mínima sombra de duda”, arguye el primero. “Si la Familia Real se asimila a una familia normal –afirma el segundo– se cuestiona entonces su estatus privilegiado. La Corona tiene que aparecer impoluta, cosa que no se requiere a un presidente de la República, pues si no gusta, se le echa”. El jurista de la UNED subraya que no se puede dejar engordar la bola de nieve, “alimentar el rumor”. Y el catedrático se declara “leal” a la Corona, de ahí que clame “ser jurídicamente severo con la Casa, pues la adulación es una solemne majadería”.
Sólo en el caso de que Urdangarin sea finalmente imputado, la mayoría de analistas apunta la posibilidad de que sea “apartado” de la Familia Real, aunque señalan que él mismo, motu propio, se podría apartar de la Corona. Queda al aire el paso que dé la infanta. Desde la Zarzuela, reconocen que “no hay precedentes” en España de expulsión de un miembro de la Casa. “El duque apenas ha participado en actos públicos en los últimos años, más allá de aquellos de índole familiar. No obstante, él podía pedir que se le apartase”. ¿Y si, finalmente, hay imputación y es condenado? Torres del Moral no lo duda: “O se divorcian o la infanta renuncia a sus derechos sucesorios”. La mayoría de expertos consultados cree que el camino hacia la transparencia está desbrozado. Ya es insorteable, juzgan. “Ha faltado sentido común y picardía –estima José Apezarena, editor del diario El Confidencial Digital, especialista en la Casa Real Española–. Es un problema de cabezonería, no de principios. Se hará y no tardará mucho. Se cae por su propio peso”. La Zarzuela parece haber tomado nota. Lleva meses anunciando que desnudará poco a poco sus cuentas. “Muy pronto tendremos buenas noticias –confiesa un portavoz oficial a Público– Existe la voluntad de ser mucho más transparentes, porque además es una demanda de la sociedad perfectamente legítima que entendemos”. Al contrario de la monarquía británica y sueca, las más transparentes en el espectro europeo, de la española se ignora el desglose de la partida de los Presupuestos Generales del Estado, el conjunto de rentas, patrimonios e intereses de la familia o los impuestos que pagan. Sus asignaciones no están sometidas al control del Tribunal de Cuentas, según la propia web de la Corona. El Gobierno de Zapatero no llegó a aprobar su Ley de Transparencia. Rajoy prometió una norma. Esta semana, en cuanto se agravaron las sospechas en torno a Urdangarin y su círculo, siguieron las imputaciones y trascendió, que los duques y sus empresas adquirieron bienes por casi 7,3 millones en cuatro años. Torres del Moral afea a PSOE y PP que perpetúen el “tabú” de la Corona Rodríguez Castromil, como otros expertos, insiste: “La monarquía va a tener que renovar su discurso ante la sociedad para obtener la legitimación con su gestión del día a día. Reinventarse, hacerse valer más allá de las portadas del corazón”.
Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina durante un acto en Washington.
Iñaki Urdangarin y su esposa, la infanta Cristina de Borbón, llevan una vida discreta y alejada de los focos desde que, en el verano de 2009, se instalaron en Washington, en el exclusivo barrio de Chevy Chase, donde residen las familias más adineradas de la capital estadounidense. Dos expatriados de lujo que perciben unos ingresos de más de un millón de euros anuales, además de la vivienda, el colegio de los niños y sus viajes privados a España, según cuenta “El Confidencial” de fuentes cercanas a la Casa Real. Los ingresos del duque de Palma incluyen, además, otras retribuciones en especie, entre ellas el alquiler de la lujosa casa que los Urdangarin-Borbón ocupan en Chevy Chase, la escolarización de sus cuatro hijos en el elitista liceo de Rochambeau o los frecuentes viajes privados que la Familia Realiza a España. El Ministerio de Asuntos Exteriores se encarga de los desplazamientos oficiales de Urdangarin y de la infanta Cristina como miembros de la Familia Real. La última vez que la pareja estuvo en España fue el pasado 12 de octubre con motivo del Día de la Fiesta Nacional, acompañando al rey y a la reina Sofía en el desfile militar y la posterior recepción en el Palacio Real de Madrid. El Estado también se hace cargo de los gastos de seguridad de Urdangarin y su familia en Washington, cuya responsabilidad recae en cinco miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado que son relevados cada tres meses. La infanta Cristina ejerce en Washington como directora del Área Social de la Fundación La Caixa, cargo que ya desempeñaba cuando vivía con Urdangarin y sus hijos en Barcelona, donde la familia ocupaba un chalé en el barrio de Pedralbes por el que pagó cerca de seis millones de euros. La hija menor del Rey no solo conservó su empleo al desplazarse a la capital estadounidense, sino también su sueldo, que asciende a 250.000 euros anuales, según las fuentes consultadas, cercanas a la Casa Real .
Todas las fuentes jurídicas relacionadas con este caso consideran “inevitable” la imputación del duque de Palma. Diego Torres, socio principal de Urdangarin en el instituto beneficiado por los contratos públicos entre 2004 y 2006, lleva seis meses imputado por falsedad documental, prevaricación, fraude a la Administración y malversación de fondos públicos. En los autos que justifican los registros se atribuye a Urdangarin y a Torres el montaje de una red cuyo principal reclamo es el instituto sin ánimo de lucro (Nóos) para captar fondos públicos que luego desviaron a varias empresas de su propiedad. En los contratos que conseguían a través de Nóos, “se fijaban unos precios totalmente desproporcionados por los servicios que prestaban”. Para demostrar que Torres y Urdangarin idearon esta fórmula de apropiación de fondos públicos, el juez señaló que el Instituto Nóos, sin ánimo de lucro, y el resto de las empresas privadas con ánimo de lucro y propiedad de Urdangarin o Torres, tenían “el mismo domicilio social real y sus respectivos empleados desarrollaban sus servicios para el Instituto Nóos, de forma tal que solo nominalmente cobraban la nómina de una u otra sociedad”. Junto a dicho instituto se citan: Nóos Consultoría Estratégica SL, Intuit Strategy Innovation Lab y Virtual Strategies, y se recuerda que “su labor, independientemente de cual fuese la empresa contratante, era desarrollar servicios en relación con los eventos y proyectos realizados por el Instituto Nóos”. Los investigadores judiciales sostienen que el núcleo principal de toma de decisiones en Nóos estaba formado por Urdangarin, Torres y la esposa y dos cuñados de éste, que se encargaban de los departamentos jurídico y financiero del instituto. Pese a que la infanta Cristina de Borbón, hija del Rey Juan Carlos, y su secretario, Carlos García Revenga, figuraban como vocal y tesorero de la junta directiva de Nóos hasta 2006, los investigadores judiciales consideran, con toda la documentación analizada, que estaban “apartados del conocimiento del área financiera”. Pese a ello, la infanta Cristina posee a medias con su marido la promotora inmobiliaria Aizoon, una de las empresas que recibieron fondos públicos desviados a través de Nóos.
Fórum sobre el deporte celebrado en Mallorca en 2005. Urdangarin es el quinto por la izquierda. Tolo Ramón.
El socio de Urdangarin declara al juez que la promotora inmobiliaria de éste y de Cristina de Borbón cobró al instituto Nóos por los servicios prestados. Las facturas que se incluyen en el sumario del caso acreditan que la inmobiliaria Aizoon facturó al menos 275.000 euros al instituto Nóos en el ejercicio de 2005. La investigación evalúa en un 170% el beneficio que Urdangarin y su socio obtenían sobre el coste de los congresos que organizaban para el Gobierno balear. De esa manera, habrían ganado casi 1,5 millones de euros de los 2,3 millones que cobraron al Ejecutivo de Jaume Matas por organizar en Palma dos congresos sobre turismo y deporte en los años 2005 y 2006, que duraban dos días. Hay salidas de más de medio millón de euros de la estructura societaria montada por Urdangarin y Torres hacia paraísos fiscales. Esta vía está siendo indagada al suponer que se pudo enmascarar fiscalmente una cantidad superior. Más de un centenar de empresas y corporaciones componían la cartera de Nóos. Los mayores abonos fueron de organismos públicos: el Gobierno de Baleares, la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Valencia pagaron 3.5 millones en tres años. Nóos, la empresa sin ánimo de lucro, capturaba fondos públicos y privados y los desviaba a una red de empresas particulares con ánimo de lucro que eran propiedad del presidente del Instituto, Iñaki Urdangarin y de su socio principal y gerente, Diego Torres. Todo ello, con la ayuda de los Gobiernos del PP en Baleares y en la Comunidad Valenciana, durante los mandatos de Jaume Matas y Francisco Camps.
La reina Sofía se dejó fotografiar junto a Iñaki Urdangarin y su esposa, Cristina, durante una visita que realizó la semana pasada a Washington. La revista ¡Hola! captó la imagen de los duques de Palma, saliendo de la residencia de éstos. El reportaje se publicó con el consentimiento de la Reina, no como en otras ocasiones en las que los servicios de seguridad de la Casa del Rey impidieron que hubiera fotos, por tratarse de visitas realizadas en el ámbito familiar. Doña Sofía aprovechó su presencia en Nueva York para asistir a la cena anual que preside en el Queen Sofía Spanish Institute y viajar, a continuación, a Washington, en donde visitó a los duques y a sus cuatro hijos. La Reina se alojó en la casa de los duques durante cinco días y se la vio salir a pasear y acudir a varios restaurantes con su familia. Los duques de Palma tienen previsto pasar la Nochebuena en el palacio de La Zarzuela con el resto de la Familia Real, para viajar a continuación a Vitoria, donde vive la familia Urdangarin. El año pasado celebraron la Nochevieja en su casa de Pedralbes en compañía de la Reina. Ahora, esa vivienda, que se encuentra en el ojo del huracán, ya que los duques pagaron seis millones de euros por ella, está alquilada.
“Solicitamos a la Casa Real que haga pública la distribución de su presupuesto y las rentas, patrimonios y cargos de cada uno de sus miembros”. Así comenzaba una petición propuesta por Izquierda Unida en la red social Actuable que pretendía recabar apoyos en forma de firmas con el fin de pedir “transparencia” sobre las cuentas y el patrimonio de la Familia Real. El texto de la petición, dirigida al Congreso de los Diputados, recordaba que, aunque la Constitución dice que “el Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su familia y Casa y distribuye libremente la misma”, en ningún caso se habla de que tenga que ser de forma opaca. Por ello este partido solicitaba a la Casa Real que hiciera públicos anualmente:
1.- La distribución de la cantidad percibida por el Rey para el sostenimiento de su familia y Casa de los Presupuestos del Estado incluyendo las rentas y salarios.
2.- El patrimonio de cada miembro de la Casa Real, incluyendo las acciones que se tengan en cualesquiera sociedad.
3.- Los ingresos y rentas que tenga cada miembro de la Casa Real, su origen y las actividades a las que se deben.
4.- Las organizaciones, ONGs, patronatos, etc... en los que ostenten cargos los miembros de la Casa Real
5.- Los regalos recibidos por miembros de la Casa Real o por Patrimonio Nacional cuyo uso y disfrute corresponda a ellos. Como defensores de la transparencia pensamos que es imprescindible que se hagan públicos tales datos, pero, además, consideramos que la propia Casa Real debe ser la primera interesada en publicarlos para alejar cualquier posible duda especialmente en las circunstancias actuales.
El miércoles, 30 de noviembre, se dijo que la infanta Cristina, afectadas por la situación de su marido, lo mismo que la Infanta Elena, con la de separación del suyo, Jaime de Marichalar, iban a sufrir cierto cambio en la línea de flotación de la Monarquía. Que la Casa Real había decidido cortar por lo sano e iba a dejar de donarles la asignación mensual con cargo a los presupuestos Generales del Estado y que podrían ser excluidas de la Familia Real. Ambas pasarían a ser familia del Rey pero sin ejercer, como ahora, funciones de representación de la Corona. Su mantenimiento dependería exclusivamente de sus ingresos privados (la primogénita de los Reyes es directora de Proyectos Sociales y Culturales de la Fundación Mapfre, y su hermana es responsable del Área Social de la Fundación La Caixa E Iñaki Urdangarin trabaja para Telefónica Internacional), lo que evitaría que, en el futuro, nuevos escándalos sigan socavando la imagen de credibilidad de la institución. Se apuntó a que esta situación cambiaría radicalmente antes incluso de que Felipe de Borbón accediera al trono. Fuentes oficiales de la Casa Real confirmaron que se planeaba limitar, “posiblemente en 2012”, el concepto de Familia Real a los reyes, los príncipes de Asturias y sus hijas, Leonor y Sofía. Y que las infantas Elena y Cristina y, por supuesto, el marido de la segunda, Iñaki Urdangarin, pasarían a tener un rango equivalente al de las hermanas del rey, Pilar y Margarita de Borbón, parientes del monarca pero no miembros de la Familia Real sin que representasen a la Corona en actos oficiales ni recibiesen fondos procedentes de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). La difusión de este plan, adelantado el miércoles por la agencia Europa Press, se produjo horas después de que llegase a los kioscos la edición semanal de ¡Hola! en la que publicaba las fotos de la reina en Washington junto con su hija Cristina y su yerno, Iñaki Urdangarin. Lejos de mencionar la investigación sobre el conglomerado Nóos como causa esencial o secundaria para restringir el número de componentes de la Familia Real, las fuentes de la Zarzuela recalcaron: “Cada vez hay menos motivos para que las infantas (Elena y Cristina) sean miembros de la Familia Real porque tienen sus actividades en fundaciones (Mapfre y La Caixa, respectivamente)”. El papel de las hijas del rey, añadieron dichas fuentes, se aproxima cada vez más “al de las hermanas del rey”.
Pero, he aquí que, horas después de dar a conocer estos cambios de la Casa Real, Urdangarin y las infantas vuelven a pertenecer a la Familia Real exactamente como antes. La Zarzuela se acelera en rectificar la interpretación dada 24 horas antes, asegurando que no va a sufrir recorte alguno. En un escueto comunicado difundido, matiza sus propias declaraciones, asegurando que han sido malinterpretadas e informa de que la composición de la familia de Juan Carlos I no va a sufrir recorte alguno. La Unidad de Relaciones con los Medios de Comunicación asume la responsabilidad de “haber contribuido” a que varios medios difundieran el plan de La Zarzuela para limitar la composición de la familia del jefe del Ejecutivo a los reyes, el heredero, su esposa y sus dos hijas, Leonor y Sofía. Una medida que iba a suponer, según la propia Casa Real, que las dos infantas no recibieran en el futuro dinero público, dentro de la asignación anual que destinan los presupuestos a La Zarzuela. Según ese plan, Elena y Cristina habrían dejado, además, de asistir a actos oficiales en representación del rey. El anuncio y el desmentido de la Casa Real se produce en pleno escándalo del “caso Urdangarin” y a pocas semanas de que el duque de Palma pueda ser citado por el juez como imputado.
Dice el Palacio de la Zarzuela en un comunicado publicado el día 8 de diciembre:
1.- La composición de la Familia Real española viene definida en el Real Decreto 2917/1981, de 27 de noviembre, por el que se establece el Registro Civil de la Familia Real.
2.- Las informaciones y comentarios que, desde esta Unidad, se efectuaron a algunos medios sobre número de actividades oficiales realizadas en los últimos años por los diferentes componentes de la Familia Real, nada tienen que ver con su pertenencia a la misma.
3.- La Unidad de Relaciones con los Medios de Comunicación lamenta profundamente haber contribuido a que algunos medios hayan recogido de forma equívoca o errónea este tema.
Es decir, que las infantas Elena y Cristina son miembros de la Familia Real y lo seguirán siendo. El comunicado, emitido de manera urgente, recuerda que todos los inscritos en le Registro Civil de la Familia Real lo son por derecho propio. E intenta dejar claro que el rey no tiene planes de privar a sus hijas de su concisión de miembros de la familia ni de los títulos que disfrutan, ni renunciarán a línea de sucesión al trono. Pero la Casa Real sigue sin pronunciarse sobre la actual situación de Iñaki Urdangarin y sobre la investigación judicial a la que sus negocios están sometidos.
La revista “El Jueves” arremete contra la Casa Real. “IñakiNavaja. El último chorizo”, dice la portada, mostrando un dibujo que parodia a Iñaki Urdangarin. “Po fueno, po fale, po malegro. Totás, ya mindultará mi suegro”, añade. Asimismo, ya en páginas interiores, la revista se pregunta si la Infanta Cristina y la Casa Real están al margen de este feo asunto. “¿Le parecía a la infanta normal comprar un palacete en Barcelona por 8 millones de euros, por muy Duques de Palma que fueran?”, se pregunta la revista. “Era lo normal en aquella época, ¿no? Los precios de los pisos estaban inflados por culpa de la burbuja inmobiliaria”, contesta el dibujo que parodia a la Infanta Cristina. “¿Es posible que, a pesar de formar parte de la junta directiva y del consejo de administración de las empresas implicadas, la infanta Cristina no se enterase de nada?”, sigue preguntando. “Yo no me entedaba de nada. Ya saben... eso de los genes de los Bordbones. En dealidad mi hedmana y yo nos padecemos mucho”, vuelve a contestar el avatar de Cristina. Tampoco el Rey y la princesa Letizia se libran. En la sección Seguimos indignados, la revista parodia una escena entre el Rey y Urdangarin. “Este escándalo afectará a la sucesión. Así que hay que cambiar la constitución”, se pregunta el avatar del monarca. “¿Para que reine Doña Elena y no don Felipe?”, responde Urdangarin. “¡No jodas! ¡Para que reines tú! Que eres el espabilao de la familia”, finaliza el avatar de don Juan Carlos, mientras la parodia de Letizia dice: “¡Me equivoqué de marido! ¡Voy a quitárselo a tu hermana!”.
“La lista de Urdangarin” titula Manuel Rico en su blog “La trinchera digital”. “La lista de clientes de la trama empresarial montada por Iñaki Urdangarin, que hoy desvela este diario (“Público”), deja pocas dudas sobre la utilización del nombre de la Casa Real para hacer negocios. Si existió un delito de tráfico de influencias lo tendrá que determinar la Justicia, pero hasta el más encendido cortesano admitirá que Urdangarin no habría podido pasar el cepillo entre las grandes empresas del país sin su carta de presentación como miembro de la Familia Real.
“El demoledor informe de Hacienda parece una prueba más que suficiente como para llamar a declarar al duque. Pero hacen bien el juez José Castro y el fiscal Pedro Horrach, que han tenido la valentía de tirar de esta delicada manta, en no precipitarse. Hay demasiada gente interesada en que den un paso en falso para quitarles el caso, así que deben medir con prudencia todas sus actuaciones.
“Los datos que ya se han publicado en la prensa sobre este escándalo real afectan principalmente a Urdangarin, que es sobre quien pesan las sospechas de haber cometido varios delitos. Pero también abren incógnitas sobre el papel de la infanta Cristina. Igual que se criticó a la dirigente del PP Ana Mato porque en el jardín de su casa crecían flamantes Jaguars y ella al parecer no se enteraba, también cabe pensar que la hija del rey no imaginaría que los palacetes y los pisos caían llovidos del cielo. Y si además resulta que Cristina de Borbón figura como copropietaria de una de las sociedades de la trama, más motivo aún para que ofrezca explicaciones públicas”.
Ignacio Escolar, en su blog Escolar.net, titula “El balonmano”, en el que dice: “Está imputado el socio de Iñaki Urdangarin, Diego Torres. Están imputados los responsables de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia que firmaron los contratos con esa ONG ‘sinónimo’ de lucro. Están imputados también una decena de personas más que trabajaban en las empresas satélite del Instituto Nóos, que durante años presidió Iñaki Urdangarin. Tres preguntas evidentes: ¿a qué espera la Justicia para imputar al duque de Palma, a Iñaki Urdangarin? ¿Qué más hace falta para, al menos, tomarle declaración ante el juez? ¿No debería también la Fiscalía Anticorrupción investigar las cuentas de su mujer, la infanta Cristina, copropietaria al 50% de Aizoon SL, una empresa que se llevó 1,5 millones de euros del dinero que recogió la trama Nóos?”. Escolar habla de las pruebas abrumadoras que rodean al yerno del rey: “Son abrumadoras: es el mayor escándalo para la monarquía española desde que se aprobó la Constitución. El grupo Nóos, usando la jefatura del Estado como tarjeta de presentación, recaudó más de 16 millones de euros entre instituciones públicas y empresas privadas. Es casi el doble de la asignación que cobró el rey este año de los Presupuestos Generales del Estado para el sostenimiento de su familia y su casa”. Y termina recordando; “En la larga lista de clientes del grupo Nóos aparecen 103 entidades: bancos, petroleras, ayuntamientos, autonomías… Entre todos los trabajos destaca, por su valor simbólico, un estudio de 134 páginas por el que Telefónica pagó 106.720 euros. Se titula ‘El compromiso con los stakeholders’ pero el subtítulo es mucho mejor: ‘Manual para la práctica de las relaciones con los grupos de interés’. Es un deporte de élites del que parece saber mucho Urdangarin. Hay quien lo llama talonmano.
”Urdangarin se presentaba a Camps y Matas como un rey mago –escribe Matías Vallés en su blog ‘Al Azar’, bajo el título de ‘El rey mago Undangarin’–, que transformaría los euros en influencias en las alturas palaciegas. Su inteligencia consiste en haber localizado a dos dirigentes tan sensibles a estos argumentos como ajenos a la procedencia pública del dinero que gestionaban. El duque de Palma Arena no actuaba como yerno del rey, usurpaba la posición de favorito o valido. Este vínculo filial no daña tanto a Juan Carlos de Borbón como a su hijo Felipe. Mientras el heredero giraba por España para cimentar una legitimidad que no sólo garantiza el mandato constitucional –véase a José Luis de Vilallonga o a Sabino Fernández Campo–, su cuñado seguía el rastro percibiendo los diezmos de sus esfuerzos. El esposo de la infanta Cristina no daña a la institución monárquica en sí, lesiona su continuidad.
“Se da por hecho el uso y abuso de la Familia Real a cargo de Urdangarin, pero una eventual declaración como imputado –sin precepto de veracidad–, podría suponer un descargo de sus responsabilidades sobre otros íntimos, por algo su esposa ocupa cargos en la inmobiliaria matrimonial. De ahí que el duque deba desprenderse por propia voluntad del manto protector regio, sin imposiciones de La Zarzuela. Y al margen del ámbito penal, los dineros públicos abonados incurren en desmesura frente a los exiguos servicios prestados, por lo que se impone la restitución monetaria para preservar el buen nombre de la familia perceptora”.
Entramos en el humor de la semana con El Roto, seguido de Kimikelx, Ferran y otros.
O con el humor semanal de Manuel Fontdevila en La raya, Leyes no escritas, Catapulta, Pecado y penitencia y Preparando la sorpresa.
El de Territorio Vergara en Desmentidos, El flechazo, En cristiano y Merkozy y Carmeron dice no.
O el de Pep Roig, desde Mallorca, con ¡Manos arriba, esto es política!, Botones, Máscaras afuera, Vive y Artículo de humor.
Sugerimos, para terminar con buen pie este largo paseo dominical, una visita al Ministerio de los Andares Tontos.
1 comentario:
Para mí, lo más desconcertante de este tío, (de Urdangarín) es que -al menos de momento- rompe la trayectoria providencial y potrera del Forrest Gump español por excelencia. Creo que se trata sólo de una situación pasajera y equívoca. El tipo está tocado por una plumilla de ala desprendida del arcangel San Gabriel y para él, "la vida es como una caja de bombones. Nunca sabes el que te toca."
chiflos.
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