Bailar con la más fea.
El "No" de Iceta.
El doble “no” de Iceta en la
investidura y la persistencia con la que defiende su postura no hay que verlos
solo como un “no” a Mariano Rajoy sino, sobre todo, como un “no” a Susana Díaz.
Más allá del nuevo Ejecutivo popular, lo que aquí se dirime es el futuro
liderazgo del PSOE en un congreso federal con dos contendientes: por un lado,
un representante sanchista y, por el otro, Susana Díaz, solo ella, sin
representantes ni intermediarios, sabedora de que, por fin, le ha llegado el
momento y de que no habrá camino de rosas tras el desgaste del último mes. “Para
Iceta –escribe Nacho Cardero, en Caza Mayor– es como si enarbolara el discurso
del PP. Lo último que quiere es que salga airosa en su asalto a la muralla de
Ferraz. Lo que traslucen estas palabras es una profunda desconfianza, por no
decir resquemor, de los socialistas catalanes hacia la lideresa andaluza, que
no tanto hacia Mariano Rajoy, pues al fin y a la postre el PP es nuestro
enemigo, sabemos de qué pie cojea y con él nos batimos el cobre en el campo
ideológico. En cambio, Susana Díaz no, Susana es de los nuestros, socialista, y
nos ha traicionado. El PSC la considera su némesis en Cataluña. Iceta enarbola
el discurso del PP. Lo último que quiere es verla salir airosa en su asalto a
las murallas de Ferraz”. No podemos olvidar que Díaz pretende ser entronada.
Ella quiere conseguir la secretaría general sin oposición cuando llegue su
hora. Y, en ese momento, no quiere competir con nadie, sino una alfombra roja y
vítores, como Julio César a su llegada a Roma. El PSC pesa alrededor de un 10%
en los órganos de dirección del PSOE. Así que muerto el PSC, se acabó la rabia,
con el camino expedito para Susana Díaz. Aunque ésta no lo va a tener fácil.
Si bien el partido socialista
está prácticamente partido por la mitad, lo que haga el PSC en los próximos
días puede ser la puntilla para el partido que Pablo Iglesias fundara en 1879. Miquel Iceta, primer
secretario de los socialistas catalanes y firme partidario del “No es No”, sabe
que en política todo vacío tiende a llenarse rápidamente. Miquel Giménez lo
clarifica en su artículo ‘Iceta baila con la más fea o la caída del PSC’: “Es
lo que le ha pasado al PSC en los numerosos municipios en los que había
gobernado cómodamente hasta ahora, actualmente en manos de Esquerra, Podemos,
sus marcas blancas, las CUP o alianzas entre los tres. Pero la lógica de su
mentalidad brillante – es uno de los políticos más inteligentes de España– cede
ante sus filias y sus fobias. Pasional hasta la médula, se ha empeñado en
buscar una solución al problema del PSC y del PSOE formulando apuestas
arriesgadas, como la Operación Borrell, que debería culminar en la candidatura
del ex ministro socialista a la presidencia del gobierno”.
“Iceta no renuncia a la vieja
táctica del Caballo de Troya, a las tesis de Narcís Serra de ir ocupando
peldaño a peldaño los escalones que llevan hasta La Moncloa. Hasta la fecha no
le está dando muy buen resultado, si vamos a lo total, pero en pequeñas
parcelas nadie le negará que ha posicionado muy bien a personas de su entorno,
con las que mantiene una relación personal basada una lealtad incuestionable…
Nada de esto augura, sin embargo, un porvenir halagüeño para los socialistas en
Cataluña. Si se rompe la relación PSC-PSOE, malo. Si no se rompe, malo también.
Los derechos a decidir han empapado y envenenado la vida política de tal forma
que ahora no hay quien los detenga. ¡Qué ironía! Iceta, partidario del viejo
centrismo democrático, de las ejecutivas fuertes, del aparato sólido al que
nadie discute, se erige ahora en defensor de las consultas a las bases. Sabe
que éste es un camino que no tiene marcha atrás y sabe también que, ya que de
bailar se trata, a él le ha tocado hacerlo con la más fea”. En su intervención a
puerta cerrada, de los dirigentes socialistas en el dividido Comité Federal Iceta
optó por la abstención ante Rajoy. “El problema del PSOE –dijo– es España; el
del PSOE es Rajoy, pero desde luego no es el PSC”. Y, mientras el PSC ratifica
el 'no' a Rajoy... las bases del PSOE hablan de “ruptura unilateral”.
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