Darfur bajo asedio, un callejón sin salida.
En estos momentos, Sudán
es un auténtico infierno sobre la faz de la Tierra. Un ejército sediento de
sangre ha violado y masacrado a miles de personas. Existen pruebas de que niños-soldados
combaten y mueren y de fosas comunes por todo el desierto. Ahora mismo, la
capital de Darfur está asediada y hay casi un millón de refugiados acorralados.
Los expertos dicen que la ciudad es “un callejón sin salida”.
Todo sucede, según las
campañas de Avaaz en defensa de los derechos humanos, al amparo de un silencio
informativo casi total. La autoridad militar ha bloqueado el acceso a Internet,
ha arrestado a periodistas locales y prohibido la entrada a la prensa
extranjera, lo que quiere decir que apenas hay cobertura mediática. Pese a ello,
un pequeño equipo de investigación especializado en crímenes de guerra está
consiguiendo documentar la violencia con una combinación de imágenes
satelitales de tecnología de punta y testimonios de testigos presenciales. El
proyecto ya ha sacado a la luz importantes noticias y ha propiciado la
intervención extranjera, lo que ha contribuido a desencadenar sanciones para
los peores caudillos militares.
Sin embargo, mientras el
asedio en Darfur continúa, el trabajo es más necesario que nunca y requiere
urgentemente de fondos para seguir adelante. La guerra ha generado una de las peores crisis
humanitarias del planeta. En 2004, una enorme campaña de toma de conciencia
hizo que el genocidio encabezara la lista de prioridades de la agenda mundial,
y consiguió salvar vidas. Con todo, 300.000 personas murieron en aquel entonces
y no podemos permitir que vuelva a suceder.
En estos momentos, Avaaz advierte que, si se reúne
dinero suficiente podremos:
-
Financiar vigilancia por satélite (un “ojo
que todo lo ve”) para monitorear a las tropas en tiempo real, desenmascarar a
los actores extranjeros que potencian estas atrocidades y utilizar los datos
recolectados para proteger a los civiles alertando a los medios y a los
gobiernos.
-
Ejercer presión sobre los gobiernos de
todo el mundo con giras en las principales capitales clamando por acción
urgente en diversas instancias de la ONU, desde el Consejo de Seguridad hasta
los equipos humanitarios.
-
Financiar una operación mediática
internacional para documentar la crisis humanitaria y asegurar que los
principales medios de comunicación se hagan eco de la violencia genocida.
-
Reservar un fondo de respuesta de
emergencia para impulsar campañas urgentes que protejan a la población civil
atrapada en la guerra.
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