¡Vive la France! El triunfo de la izquierda en las elecciones.
Icíar Gutiérrez contó, en ElDiario.es, el logro del Nuevo Frente Popular al alzarse como primera fuerza parlamentaria sin mayoría absoluta, abriendo un panorama incierto en la formación de gobierno. Pese a ello, el presidente Macron pidió a Attal seguir siendo ‘por el momento’ primer ministro. “Contra todo pronóstico, los partidos de izquierda integrados en el Nuevo Frente Popular lograron bloquear el avance de la extrema derecha de la Agrupación Nacional y alzarse como primera fuerza parlamentaria en las elecciones celebradas el pasado domingo en Francia. A medida que se intensifican las negociaciones, que pueden durar días o semanas, el centro de gravedad de la política francesa se desplaza estos días a la Asamblea Nacional, fragmentada en tres grandes bloques. De momento, no se perfila ningún candidato para reemplazar a Gabriel Attal de inmediato. ¿Cuándo y cómo se formará un nuevo gobierno? En estos momentos, una de las pocas certezas es que, como marca la tradición, Gabriel Attal quiso presentar el lunes su dimisión a Emmanuel Macron. Pero éste le pidió seguir siendo el jefe del Ejecutivo ‘por el momento’ para ‘garantizar la estabilidad del país’. ‘Nuestro país vive una situación política sin precedentes y se prepara para recibir al mundo dentro de unas semanas. Por supuesto, cumpliré con mis obligaciones’, dijo, con la mirada puesta en el inicio de los Juegos Olímpicos. Attal permanecerá en Matignon hasta que el Jefe del Estado nombre a su sucesor. Según el Consejo Constitucional, la aceptación de la renuncia ‘abre un breve periodo (de unas horas a unos días) durante el cual el primer ministro de un gobierno dimisionario es responsable de ocuparse de los ‘asuntos de actualidad’ y de las urgencias’ es decir, se encarga únicamente de la función administrativa”.
El presidente francés hizo saber que va a tomarse tiempo para examinar los resultados de las elecciones legislativas antes de decidir sobre el Gobierno que se pueda constituir. Macron “esperará a la estructuración de la nueva Asamblea Nacional para tomar las decisiones necesarias”, indicaron fuentes del Elíseo. La vida parlamentaria se reanudará en la Asamblea Nacional el jueves 18 de julio, con la elección del nuevo presidente de la cámara. Para entonces, los diferentes partidos políticos deben haber formado grupos parlamentarios. En los días posteriores se procederá al reparto de cargos clave y, finalmente, a la discusión del calendario parlamentario. En otoño hay una votación clave, la de los presupuestos. “No es imposible que el presidente desee que el Gobierno actual gestione los Juegos Olímpicos de París hasta septiembre. Excepto en el periodo comprendido entre el 18 y el 31 de julio, la Asamblea Nacional no estará reunida”, confiesa en ElDiario.es Thibaud Mulier, profesor de Derecho Público en la Universidad de París Nanterre. “No obstante, durante este periodo podría presentarse una moción de censura, pero me pregunto cómo se puede censurar a un Ejecutivo ya en funciones ¿No sería políticamente peligroso censurar en pleno verano y Juegos Olímpicos?”. Por otro lado, la cámara baja no podrá ser disuelta de nuevo hasta que no transcurra un año desde las elecciones. Por lo tanto, un eventual bloqueo no podría resolverse en las urnas a corto plazo, abocando a los actores políticos a encontrar una solución. Pero sigue sin estar claro quién gobernará. “En este momento, todo es política ficción. Es difícil de decir”, responde Mulier. En teoría, el presidente Macron puede elegir a quien desee para encabezar el Ejecutivo, pero lo habitual es que tenga en cuenta los resultados de las legislativas y la lógica institucional dicta que debe nombrar a un miembro de la fuerza que gane en las urnas, en este caso el Nuevo Frente Popular. A juicio de Mulier, Macron recupera parte de las riendas. “Es él, y solo él, quien nombra legalmente al primer ministro. A continuación, debe alcanzarse un acuerdo entre él y el nuevo primer ministro para nombrar a los demás”. En este sentido, políticamente hablando, el presidente “está limitado: tiene que ver quién domina la Asamblea Nacional. En consecuencia, no puede nombrar políticamente a quien quiera, pues de lo contrario se arriesgaría a una rápida [moción de] censura del Gobierno –y a la imposibilidad de disolverlo durante un año–”, agrega. Según Thomas Ehrhard, profesor de ciencias políticas de la Universidad Panthéon-Assas de París, al no existir la amenaza de disolución de la Asamblea Nacional, que puede fomentar el desafío parlamentario, “la única consecuencia de una moción de censura aprobada será la dimisión del gobierno”. “Por lo tanto, existe una fuerte probabilidad de inestabilidad gubernamental. Esto significa que la solución que se adopte deberá ser sólida”.
Con los resultados en la mano, Macron se enfrenta a la perspectiva de tener que nombrar a una figura de la coalición de izquierdas, en un acuerdo conocido como “cohabitación”, como se denomina a la convivencia con un primer ministro de un color político distinto al del presidente. Bajo el actual sistema político, Francia ha vivido tres cohabitaciones, la primera de ellas de 1986 a 1988, cuando el socialista François Mitterrand nombró jefe del Ejecutivo al conservador Jacques Chirac. Tras el sorprendente vuelco en el escenario político, los dirigentes de las distintas familias que integran el Nuevo Frente Popular, como el socialista Olivier Faure o el líder de Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, han exigido que el próximo gobierno sea de la coalición de izquierdas. Su intención es designar esta semana a un candidato a primer ministro. Las negociaciones ya están en marcha: ese mismo domingo por la noche ya hubo una primera reunión entre los líderes del Nuevo Frente Popular Marine (ecologistas), Manuel Bompard (LFI), Olivier Faure (socialistas) y Fabien Roussel (comunistas). “El trabajo continuará y los días siguientes”. El nombre de Jean-Luc Mélenchon es una fuente de tensión dentro del Nuevo Frente Popular, ya que muchas figuras dentro de la alianza se oponen a la llegada del líder insumiso a Matignon. Algunas voces de la izquierda han propuesto el nombre del exdirigente sindical Laurent Berger alegando que podría ser una figura unificadora y una alternativa popular a Mélenchon. En resumen, se supone que Macron debe elegir un candidato que pueda obtener el apoyo de una mayoría de diputados o al menos que no sea rechazado por una mayoría, para que resista posibles mociones de censura. Y es un hecho que, en estos momentos, la izquierda está en una situación delicada si quiere gobernar. Sin una mayoría clara, con menos del 35% de los escaños, queda a merced de la oposición, que podrá presentar mociones de censura fácilmente, particularmente si el centro y la extrema derecha unen sus fuerzas. En este sentido, un primer escenario que se abre es la posibilidad de un gobierno en minoría de la izquierda, sin contar con el apoyo explícito –aunque sí tácito–, de una mayoría absoluta en la Asamblea. Este ha sido el caso de los gobiernos de los macronistas Elisabeth Borne y Gabriel Attal, que contaban solo con una mayoría relativa de asientos en la Asamblea saliente. Los aliados del presidente han tenido que buscar mayorías para votar cada proyecto de ley, y han echado mano recurrentemente del artículo 49.3, un mecanismo controvertido para esquivar el Parlamento. Si la izquierda logra gobernar en solitario, podría tender puentes para crear alianzas texto a texto, ya que la falta de mayorías claras exige que los legisladores se pongan de acuerdo. Sin embargo, a estas alturas, flotan en el aire algunas dudas sobre cómo pondrán en marcha su programa. “Me pregunto cómo nos las arreglaríamos para aprobar un presupuesto que pudiera aplicar el programa anunciado por la izquierda. Sería paradójico que la izquierda recurriera al ‘49.3’, aunque lo haya denunciado repetidamente”, señala el constitucionalista de la Universidad de París Nanterre. Otra posibilidad evocada por algunos medios franceses es que la coalición de Macron conserve el poder en minoría, pero, para ello, tendría que convencer a diputados de otros colores políticos, lo cual también se presenta difícil. “Mientras que el Nuevo Frente Popular reclama legitimidad para gobernar debido a su alto puntuación, Macron podría estar dispuesto a abrir a la derecha Los Republicanos y otros pequeños grupos de derecha, que juntos obtuvieron poco más de 60 escaños. No sería suficiente para obtener una mayoría absoluta, pero podría permitir la formación de un gobierno minoritario de centroderecha”, dice Célia Belin, directora de la oficina del think tank ECFR en París, quien sostiene que “durante los próximos días o semanas, Macron explorará formas de retener el poder”.
Ehrhard cree que el escenario de nombrar un primer ministro con solo una minoría de escaños “es demasiado arriesgado”. “Sometido a la Asamblea, caería rápidamente”, agrega. Según su análisis, lo más probable es que el Gobierno permanezca en funciones hasta que se forme uno nuevo, como ocurre en “la mayoría de los países europeos que experimentan una cámara de diputados muy dividida, con extremos fuertes pero minoritarios, y partidos de gobierno debilitados y minoritarios”. “En este escenario, tras la disolución, la formación del gobierno podría llevar varias semanas, o incluso meses, lo que es habitual en otros países”, agrega. La falta de mayorías de los grandes bloques políticos también abre la puerta a forjar una coalición entre diferentes grupos, una hipótesis planteada por algunos dirigentes franceses antes de la segunda vuelta, con alusiones, por ejemplo, a un “gobierno de unidad nacional”. Pero este escenario tampoco se antoja fácil dadas las posiciones de las que parten los partidos. Los macronistas y los conservadores han mantenido hasta ahora un veto al partido de izquierdas Francia Insumisa, que es la fuerza que más diputados sentará bajo el paraguas del NFP. El aliado de Macron y antiguo primer ministro Édouard Philippe ha movido ficha pidiendo “un acuerdo” de “las fuerzas políticas centrales” que excluyan a la extrema derecha y a Francia Insumisa –anticipando, no obstante, que este pacto “no será duradero”–. La líder ecologista Chandelier ha defendido que Francia Insumisa es esencial si se quiere formar mayoría en la Asamblea Nacional. “Los que nos dicen que van a formar una mayoría sin LFI (La France Insoumisse) no tuvieron los mismos profesores de matemáticas que yo (...). No veo cómo es posible”, ha dicho. Por su parte, el socialista Faure ha asegurado que la alianza de izquierdas no aceptará “ninguna coalición de contrarios”. Laurent Wauquiez, hombre fuerte de LR (La Republique) elegido gracias al frente republicano, ha descartado que la derecha participe en una “coalición”, rechazando “combinaciones para construir mayorías antinaturales”. Las coaliciones no son algo arraigado en la cultura política francesa de la V República. Mulier opina que una alianza es posible, “pero habría una configuración o bien dominada por la izquierda, que captaría parte del centro; o bien dominada por el centro, que captaría parte de la izquierda y de la derecha, lo que parece improbable”. Ehrhard coincide en la posibilidad de una coalición, y tampoco cree que haya un gobierno con “una izquierda y una derecha transpartisana”. Otro escenario sobre el que se han escrito ríos de tinta que se fijan en experiencias como la de Italia es el del nombramiento de un gobierno técnico, en caso de que haya que encontrar una solución si la situación se bloquea o se vuelve ingobernable, eligiendo a una personalidad sin adscripción política y un ejecutivo formado por altos funcionarios. En este caso, “tendría una legitimidad resultante de la experiencia, no de la legitimidad política derivada de las urnas”, puntualiza Ehrhard, quien cree que esta alternativa “es posible pero poco probable”.
Los partidos de la
izquierda alternativa toman aire a raíz de la victoria de los de Jean-Luc
Mélenchon, casi un año después del 23J español en el que la movilización del
electorado progresista frenó a la ultraderecha. Así lo explica Alexis Romero en
Público: “La victoria del Frente Popular en la segunda vuelta de las elecciones
legislativas de Francia ha tenido muchos efectos más allá de las fronteras del
país galo, pero en España uno de los que más se ha dejado notar es el anímico.
La izquierda alternativa arrastra en 2024 un ciclo electoral nefasto para los objetivos
del espacio y afronta una nueva reconfiguración tras abandonar Yolanda Díaz el
liderazgo orgánico del mismo. El épico triunfo de los de Jean-Luc Mélenchon
(orquestado entre la unidad del Frente Popular y el cordón democrático frente a
la extrema derecha al que se ha unido Macron) ha roto un ciclo de malas
noticias en España y en Europa, especialmente después de unas elecciones al
Parlamento Europeo que visibilizó la debilidad de las izquierdas e instauró una
sensación de inevitabilidad del avance de la ultraderecha en el continente. Todos
los partidos de la izquierda alternativa española coincidían el pasado lunes en
un mensaje, desde Podemos hasta Izquierda Unida, pasando por Movimiento Sumar:
la ultraderecha no es inevitable; un mensaje que hasta hace unas semanas
hubiera sonado a arenga ideológica para convencidos, pero que ahora es una
posibilidad sostenible en datos empíricos”. La ciudadanía progresista española
se movilizó antes que la francesa (algo menos de un año antes) y este hecho,
destacan voces del espacio, no puede desmerecerse, aunque el estado anímico de
la izquierda esté en la actualidad de capa caída por los resultados del nefasto
ciclo electoral que concluyó con las europeas. “Quienes han sacado lecciones
son los franceses de los españoles, recuerda el coordinador federal de
Izquierda Unida, Antonio Maíllo. Partiendo de esta premisa, hay varias
conclusiones que destacan por encima del resto y que inspiran a una izquierda
alternativa que afronta una nueva reconfiguración en los próximos años. El
primero, defendido por partidos como Movimiento Sumar e IU, es que Francia
demuestra una vez más que sin unidad electoral no hay victoria posible frente a
las opciones conservadoras y de extrema derecha. La izquierda en España parece
que ya no utiliza de manera recurrente la unidad como una aspiración moral
superior de tintes mitológicos o como un fetiche vacío, sino que cada vez más
se asume, al menos en privado, como una simple pero indispensable fórmula para
tener opciones electorales. La unidad no es el punto de llegada, sino el punto
de partida de una ecuación que requiere de más elementos para tener éxito. “La
unidad es la única fórmula posible para frenar el avance reaccionario y tiene
que ser un instrumento para seguir consolidando una Europa progresista. Si
fuéramos fragmentados a cualquier convocatoria electoral esos objetivos no se
conseguirían”, apunta Maíllo. La segunda clave que la izquierda española
rescata del triunfo del Frente Popular en Francia es la articulación de un
programa eminentemente laborista y de izquierdas. Tres de las principales
medidas del programa de los de Mélenchon fueron la subida del salario mínimo a
1.600 euros, la marcha atrás en las reformas de las pensiones para devolver a
los franceses la posibilidad de jubilarse a los 60 años, y la intervención de
los precios de los alimentos en un contexto de evidente inflación. “El Frente
Popular se articuló en 24 horas y a las 72 horas tenía un programa político. No
se para a la extrema derecha con un programa sólido de izquierdas que recoja
temas como los salarios, los precios o las pensiones”, explicaba el lunes
Elizabeth Duval, portavoz de Sumar. El tercer eje de la victoria progresista en
Francia, ligado al asunto del programa, es el de la defensa de un discurso de
izquierdas claro, sin complejos. "No tener complejos no es gritar más
fuerte o decir cosas aparentemente más de izquierdas para competir con los
compañeros, sino defender sin miedo tus posiciones en el contexto más difícil.
Mélenchon ha ganado hablando del trabajo, de las pensiones o de los salarios en
un contexto en el que la ultraderecha parecía que iba a arrasar con sus
discursos racistas y contra la inmigración”, apuntan voces de la izquierda
alternativa. “El pueblo francés nos enseña que el avance de la extrema derecha
no es inevitable y se para con izquierda”, explica Javier Sánchez Serna,
portavoz de Podemos. Sobre la aplicación práctica de la experiencia francesa,
en la izquierda alternativa de España se apela al 23J y a la previsible lejanía
de unas elecciones generales: “Nosotros estamos gobernando, no podemos caer en
el derrotismo; y ahora tenemos un tiempo para reflexionar, debatir y
organizarnos para recuperar nuestro poder de movilización” explican fuentes del
espacio. “Francia y España se están convirtiendo en dos pilares alternativos al
avance de la extrema derecha y a la configuración de Europa actualmente”,
señala Lara Hernández, portavoz de Movimiento Sumar. La receta parece estar
clara para todos los actores, cosa distinta es ponerse a cocinarla.
Otros comentarios,
imágenes, fotos y fotomontajes:
En Francia, Mélenchon sorprende y gana las elecciones legislativas con su confluencia de Izquierdas, Macron resiste y es 2ª y la ultraderecha de Le Pen, que esperaba aspirar a la mayoría según los sondeos, sufre un batacazo. El cordón sanitario a la ultraderecha ha funcionado... de momento. Porque no vale solo con frenarlos, luego tienen que venir políticas de altura que dé soluciones a las personas más allá de la campaña de frenar al fascismo. Por otro lado, estos resultados dejan más retratados aún al PP, como de las pocas “derechas moderadas” de un gran país europeo que pacta con la extrema derecha. O a lo mejor es que no tenemos “moderados”. Pero también queda retratada la izquierda del PSOE por su incapacidad para unir fuerzas.
Francia ha conseguido frenar a la extrema derecha y algunos de los protagonistas son sus propios jugadores. El reciente fichaje madridista, Kylian Mbappé, alzó la voz contra la extrema derecha y llamó a la ciudadanía a combatirla en las urnas. Otro jugador francés del club, Aurélien Tchouaméni, celebró el freno a los ultras: “La victoria del pueblo”, publicó en sus redes sociales. ¿Quién iba a decir que el Real Madrid se convertiría en un bastión de la izquierda? Entre los franceses alzando la voz contra los ultras y la cruzada de Vinicius contra el racismo, el vestuario está a un contrato para Carvajal en Arabia Saudí de constituirse en asamblea ciudadana. “Yo pienso que más que nunca hay que ir a votar. Hay una urgencia. No podemos dejar nuestro país en manos de gente como ellos, es verdaderamente urgente”, dijo Mbappé sobre la formación de Marine Le Pen antes de las elecciones.
Nacho Cano, mítico miembro del grupo Mecano reconvertido en una especie de mascota musical con fondos públicos del reinado madrileño de Isabel Díaz Ayuso, ha sido detenido por supuestos delitos contra los derechos de los trabajadores de su musical ‘Malinche’, al contratar de manera irregular a ciudadanos extranjeros sin papeles, que le han denunciado. La paradoja se explica sola si sabes que la historia de Malinche es la de las mujeres esclavas entregadas a los españoles en el siglo XVI, aunque su versión (muy exitosa entre el público madrileño) esté bastante edulcorada. Nacho Cano, puesto en libertad tras declarar en comisaría, ha dado una rueda de prensa. Estas son sus explicaciones sobre la detención: “La única razón es porque apoyo a Ayuso. Como han ido a por el novio, el hermano y el padre, el único que les queda soy yo”. Cano cree que hay una operación contra él por apoyar a Ayuso: “El criminal no soy yo, es la Policía”.
¿Cómo vas a ser ¡FIGURA!
en una Eurocopa si acabas de debutar en un torneo internacional? ¿Cómo vas a
ser ¡¡LÍDER DE ASISTENCIAS!! en la Euro si apenas estás en tu primera temporada
como futbolista profesional? ¿Cómo vas a marcar un ¡¡GOLAZAZAZO HISTÓRICO!!
ante Francia en unas semifinales de la Eurocopa si apenas tienes 16 años de
edad? Ya no hay palabras, ya no hay adjetivos y ya no hay manera de explicarlo.
No importa de qué equipo seas, a este chico solo queda reconocerlo, disfrutarlo
y valorarlo porque es lo NUNCA visto.
¡¡TODOS DE PIE ANTE
LAMINE YAMAL, POR FAVOR!! (Invictor)
Lamine lo ha celebrado haciendo el código postal (304) de su barrio obrero de Rocafonda y que la ultraderecha de VOX llama “estercolero multicultural”. Enorme.
La mejor España deportiva: una
gallega, un catalán y un navarro.
El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Vergara, Indígoras y Pachi, Chaunu, Miliki y Duarte, Morgan, Puebla, Santygutiérrez, Malagón, Ermens…
Armamento israelí
Los vídeos de esta
semana:
ELECCIONES FRANCIA: GANA
el NUEVO FRENTE POPULAR, MACRON SEGUNDO y EXTREMA DERECHA TERCEROS | RTVE
EUFORIA y alegría en las
calles de FRANCIA: la unión de la IZQUIERDA gana las elecciones
Qué es el Nuevo Frente
Popular de izquierda y cómo logró frenar a la extrema derecha en Francia
Lecciones de Francia
contra la extrema derecha · UN TEMA AL DÍA
Mélenchon y el discurso
que todo el mundo debería escuchar: "¡Viva la vida!"
Marta Rovira en su
regreso: “Hemos venido a unir al independentismo y a acabar lo que empezamos”
La izquierda se planta
ante la xenofobia de Vox: "Es de ser mala persona"
Cisma PP-Vox: el pretexto, las claves y las víctimas · UN TEMA AL DÍA
No hay comentarios:
Publicar un comentario