El Congreso que cedió a los bulos y abrió la veda para cazar al lobo.
Hace diez días, se votó en el Congreso de los Diputados la Ley de desperdicio alimentario en la que el Partido Popular trataba de acabar con la protección del lobo ibérico. La enmienda, apoyada en el Senado por el PP, VOX, PNV y Junts, buscaba retomar la persecución sistemática del lobo por razones puramente políticas, y no contó con ningún tipo de aval científico. El futuro del lobo ibérico y los esfuerzos para la coexistencia entre esta especie única y la ganadería extensiva pendieron de un hilo tras la maniobra legislativa del PP con el apoyo de VOX, PNV y Junts. La enmienda introducida en el Senado no contó con ningún tipo de aval científico y abrió la puerta nuevamente a las matanzas de lobos en España. Además, la enmienda sentó un gravísimo precedente para la protección de la naturaleza al modificar el estatus legal de una especie de manera arbitraria y sin participación pública, a través de una disposición adicional en una ley que nada tiene que ver con la conservación de la naturaleza. La diputada socialista, Patricia Otero, acusó a los grupos de la derecha de convertir el debate de esta ley en un “show”, con la presentación de enmiendas que nada tenían que ver con lo que se debatía, “para ensuciar, como siempre, una buena ley”. “No puede utilizarse el Senado como su cortijo -añadió- en referencia al PP y Vox. No se puede “defender por la mañana la Constitución e incumplirla luego”. Por parte de los grupos que apoyaron la enmienda del PP, el diputado del PNV, Joseba Aguirretxea, dijo que “en Euskadi, la ganadería extensiva es incompatible con el lobo”. El diputado vasco manifestó su apoyo a la enmienda para sacar al lobo del Lespre, tras acusar al Gobierno de no escuchar “ni a los afectados” por los ataques del animal, “ni a las comunidades, ni al sector ganadero”. En Isidre Gavin i Valls, de Junts, aprovechó su discurso para defender a los ganaderos. Por su parte, Tomás Fernández Ríos, de Vox, instó a sacar del Lespre al lobo, pero no sólo al norte del Duero sino también en la zona sur, en donde también hay casos de ataques, dijo tras reprochar al PP no haber sido más beligerante previamente en Europa para modificar directivas.
Manada de lobos (Foto Freepik)El Congreso aprobó, con su mayoría de PP, Vox, Junts y PNV, la matanza de lobos en España. Fue un triunfo de la demonización del lobo. El PP llegó a decir que, gracias a su gestión. se podrá “mandar a los niños al colegio sin miedo”. Sus votos decidieron que pueda volver a matarse ejemplares de estos animales al norte del río Duero como medida de gestión de la especie. La decisión, según explica Raúl Rejón, en ElDiario.es, ha satisfecho a gran parte del sector ganadero. La secretaria general de COAG-Asturias, Mercedez Cruzado, ha calificado la iniciativa de “muy buena, muy esperada y muy peleada”. El presidente de la patronal ASAJA en Castilla y León, Donaciano Dujo, felicitó a quienes votaron a favor en el Pleno parlamentario y dióo las gracias al Partido Popular por impulsar la enmienda. “El lobo causa daños, eso no vamos a negarlo”, explica el coordinador de conservación de WWF, Luis Suárez. Otra cosa es que las partidas de muerte “resuelvan el conflicto”, continuó, porque cuando podían matarse lobos los ataques no desaparecían. La medida adoptada, según los argumentos esgrimidos desde hace tiempo por estos grupos parlamentarios, ha terminado por afianzar algunos bulos que se han conformado alrededor de la figura del Canis lupus. Desde un supuesto gusto por el ganado por encima de los animales silvestres hasta el peligro para las vidas humanas, pasando por la explosión de las poblaciones en las sierras españolas de una especie que, en realidad, está calificada como en mal estado de conservación.
El Congreso de los Diputados decidió que el lobo ibérico vuelva a ser cazado al norte del Duero. La votación, impulsada por el PP y respaldada por Vox, Junts y el PNV, supuso la salida del lobo del Listado de Especies en Régimen de Protección Especial (Lespre). “El lobo, asegura Spanish Revolution, apenas ha disfrutado de esa protección durante tres años y medio desde que fue incluida en el listado en septiembre de 2021. La maniobra fue burda pero efectiva: el PP introdujo una enmienda para desproteger al lobo dentro de la ley de desperdicio alimentario, sin debate público ni informe científico actualizado que respalde la medida. El objetivo estaba claro desde el principio: cazar al lobo para contentar a los ganaderos y al lobby de caza. La organización WWF denunció que esta decisión era directamente ‘un ataque a la ciencia’. El Comité Científico de Flora y Fauna, que asesora al Ministerio de Transición Ecológica, había avalado en 2020 la protección del lobo, certificando que la especie estaba en mal estado de conservación y que necesitaba protección legal. Pero la derecha decidió que las presiones políticas y los intereses económicos estaban por encima de los datos científicos. El argumento de que la población de lobos ha explotado en los últimos años es una mentira fabricada por el lobby cazador. No existe ningún censo oficial que respalde esta afirmación. De hecho, las cifras que han remitido las comunidades autónomas al Ministerio apuntan a una estabilización o un leve incremento de las poblaciones, pero nada que justifique una ‘invasión de lobos’. Las cifras sobre ataques a ganado también son inconsistentes y manipuladas. El PP sostiene que el lobo ha matado 14.000 reses al año, lo que equivaldría a cuatro millones de kilos de carne ‘desperdiciada’. Pero nadie explicó cómo se ha llegado a ese cálculo ni cuántas de esas muertes pueden atribuirse realmente a ataques de lobos. Es más, los estudios científicos sobre la dieta de los lobos en la sierra de Guadarrama muestran que el 80% de su alimentación proviene de ungulados salvajes (corzos y venados), no de ganado doméstico. No hay explosión demográfica. No hay una amenaza para el ganado fuera de lo normal. Y, sobre todo, no hay peligro para las personas. El CSIC confirma que en todo el siglo XXI no se ha registrado ni un solo ataque de lobos a seres humanos en Europa. Pero nada de eso importa cuando lo que está en juego es satisfacer al lobby cinegético y ganadero”.
La propaganda sobre el lobo ha alcanzado niveles de histeria. La diputada del PP, Milagros Marcos Ortega, llegó a afirmar que la situación era una “pesadilla” para la población rural, porque la presencia de lobos les impedía “ir al centro de salud o a la iglesia” y “mandaba a los niños al colegio con miedo”. No hay un solo dato que respalde esa afirmación, pero el relato del lobo como amenaza directa para las comunidades rurales ha calado entre una parte de la población gracias a la insistencia del PP y Vox. El discurso de terror sobre el lobo encaja perfectamente con la narrativa de la extrema derecha, que explota el miedo rural para avanzar en su estrategia política. Vox ha convertido la defensa de los cazadores y la ganadería en una bandera ideológica, y el PP ha asumido ese marco para captar voto rural. El lobo no es solo una víctima de la caza, es una víctima de la guerra cultural de la derecha. La Fundación Artemisán, uno de los principales lobbies cazadores de España, fue una de las primeras en celebrar la decisión del Congreso. Esta organización lleva años presionando para desproteger al lobo y ha encontrado en el PP y en Vox los aliados perfectos para su causa. El mismo grupo que defiende la caza indiscriminada ha sido el que ha facilitado las cifras manipuladas sobre ataques de lobos que ahora estos partidos han esgrimido en el Congreso. La decisión también ha sido celebrada por las patronales ganaderas. El Ministerio para la Transición Ecológica ha calificado la decisión de “movimiento profundamente irresponsable”. El equipo de la ministra Sara Aagesen ha denunciado que las comunidades autónomas estaban a punto de remitir los últimos datos sobre el estado de la población de lobos y que habría sido posible tomar una decisión informada en pocos meses. Pero la urgencia política ha prevalecido sobre la responsabilidad científica. La aprobación de esta medida no solo supone un retroceso en la conservación del lobo ibérico, sino que sienta un peligroso precedente. Si se puede anular la protección de una especie amparándose en argumentos políticos y en cifras manipuladas, ¿qué será lo siguiente? ¿El oso pardo? ¿El lince ibérico? La caza del lobo ha sido presentada como una “gestión” de los daños al ganado, pero en realidad es una victoria para los intereses económicos de la industria ganadera y del lobby cazador. El Congreso no solo ha traicionado la ciencia sino también a la conservación y a la protección de la biodiversidad. El lobo ibérico, símbolo de los ecosistemas españoles y pieza clave en el equilibrio natural, ha sido sacrificado para satisfacer los intereses de una minoría con poder político y económico. La caza del lobo es el triunfo de la manipulación y el fracaso de la responsabilidad política.
El Pleno del Congreso de los Diputados dio luz verde a la vuelta de la caza deportiva del lobo ibérico al norte del río Duero.Cuando los ambientalistas hablan de ir en contra del criterio científico, respaldan esa afirmación, entre otras cosas, con el dictamen que elaboró el Comité Científico, creado por la ley de Biodiversidad. Este órgano asesor certificó, en febrero de 2020, que la situación del lobo justificaba incluir todas las poblaciones (al norte y al sur del Duero) en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial. Un listado que modificó la enmienda aprobada: el lobo del norte tiene que ser excluido. Los grupos que respaldaron las enmiendas insistieron en que, desde que se protegió al lobo en toda España, la especie experimentó una especie de boom demográfico, a pesar de que el censo oficial no se ha culminado. Con todo, los datos que han ido llegando desde las comunidades autónomas al Ministerio de Transición Ecológica han reflejado una estabilización o leve incremento. En este sentido, el PP llevó al Congreso, sin mencionarlo explícitamente, cifras sobre aumento de manadas de lobo expuestas por el lobby cazador, Fundación Artemisán. La diputada del PP, Milagros Marcos Ortega, presentó un panorama de terror en las localidades donde hay manadas. Habló de “pesadilla” a la hora de “acudir al centro de salud o la iglesia” porque se encuentran lobos a las puertas. Dijo que su enmienda permitirá estar “sin miedo a encontrar el ganado asesinado en los pastos. A mandar a los niños al colegio”. Sin embargo, en todo el siglo XXI no se ha documentado un solo ataque de lobos a humanos en toda Europa. El biólogo de la Estación de Doñana del CSIC, Alberto Fernández Gil, aclaró a Efe: “El hecho de que, en España, haya más de 47 millones de personas usando todos los rincones sin que haya ataques de lobos nos dice cuáles son los riesgos reales”. El científico calificó de “falaz” que la especie suponga un peligro para las personas. “El lobo no es compatible con la ganadería extensiva. Nunca lo ha sido”, dijo el diputado del PNV, Joseba Andoni Agirretexea. Argumento repetido en muchas otras partes al referirse a los ataques al ganado. Lo que los científicos han comprobado en el campo es que los lobos prefieren cazar piezas silvestres: corzos o venados. Un grupo de investigadores publicó, en 2024, conclusiones sobre la dieta de las manadas en la sierra de Guadarrama: comen sobre todo animales salvajes. El argumento con el que el PP ha conseguido desproteger al lobo a través de una enmienda a otra ley, es quizá el más rebuscado. La enmienda que presentaron en el Senado a la ley de desperdicio alimentario sostenía que es necesario regular la presencia del lobo porque sus ataques provocan toneladas de cadáveres. El texto de los populares asegura que ha habido 14.000 reses muertas al año, que suman cuatro millones de kilos de carne “desperdiciados”. Sin embargo, no explican ni cómo se ha hecho ese cálculo ni cuántos de estos ataques pueden achacarse directamente a los lobos. En cualquier caso, piden “gestionar” el tema, una forma de decir que se pueda matar ejemplares sin restricciones. Y eso es lo que han conseguido.
El Pleno del Congreso dio luz verde a la vuelta de la caza deportiva del lobo ibérico al norte del río Duero, gracias al apoyo de PP, Vox, PNV y Junts.El Congreso de los Diputados acaba de ver la cristalización de cómo algunos partidos políticos catalizan la revuelta agraria que exige deshacerse de cortapisas ambientales a su producción. El Pleno aprobó la toma en consideración de una ley específicamente diseñada para desproteger el lobo en España. En otras palabras: volver a autorizar las cacerías de ejemplares. El motivo aducido es “la cohabitación con la ganadería extensiva”. Varios de sus argumentos han sido calificados de “bulos” por las organizaciones ecologistas. Se habla de más manadas de lobos. Silverio Argüelles García, diputado del PP, encargado de defender la proposición, segura en la tribuna parlamentaria que la población de lobos ha crecido notablemente: “En el año 2014 había 312 manadas y en el año 2023 más de 400”, avanzó sin citar de dónde salían esos datos, aunque coinciden con los publicitados por el lobby de la caza Fundación Artemisán. El propio texto de la proposición de ley escribe “la población del lobo es cada vez mayor, por tanto, no debería ser necesario mantener unas medidas tan estrictas de protección”. Sin embargo, los recuentos que están haciendo las propias comunidades autónomas –remitidos al Ministerio de Transición Ecológica– no indican que la protección de los lobos haya supuesto una explosión en el número de manadas. De hecho, en zonas como Galicia y Asturias, los censos de esos ejecutivos dicen que la población está “estabilizada”. Y el PP escribe en su borrador de ley que es “evidente” que no organizar batidas antilobo ha conllevado “un número creciente de ataques” a la cabaña ganadera. Argüelles García también asegura que “la presencia del lobo hace imposible tener animales en extensivo para producir la leche” en algunas zonas como el área productora de Cabrales. El portavoz de Vox, Ángel López Maraver, redobló la apuesta en el debate parlamentario y espetó que “el lobo mata por hambre y mata por placer. El mismo placer con el que este Gobierno está matando al campo, al mar, a los ríos al mundo rural sus gentes, costumbres y tradiciones”. “El lobo ataca al ganado, cuando el ganado no está defendido por pastores o perros mastines. Si no, el lobo prefiere cazar ungulados silvestres como corzos o ciervos”, contesta la portavoz de WWF, Laura Moreno. En este sentido, la última actualización del seguimiento de manadas que se hace desde el Parque Nacional de Guadarrama (y su zona periférica) mostró en marzo de este año que, desde que comenzó su estudio en 2017, el 80% de la dieta de los lobos es a base de ungulados silvestres (corzo y jabalí). El porcentaje de presas domésticas está invariablemente en torno al 20%. “No se trata de descartar por completo los ataques al ganado, pero sí queda probado que su consumo es muy residual”, describe el análisis. Que haya especies silvestres es, según concluye este artículo científico “la mejor herramienta disuasoria para evitar ataques al ganado y conflictos con este aprovechamiento tradicional”. El encargado de biodiversidad en Ecologistas en Acción en Acción, Theo Oberhuber, añade taxativamente que “el PP miente descaradamente cuando dice que las poblaciones de lobos están aumentando y que los ataques han aumentado, ya que no existe ningún informe científico ni censo que lo diga”.
España autoriza la caza de centenares de lobos, pero oculta el número total de muertes.El texto, nos recuerda Raúl Rejón en ElDiario.es, expone que la inclusión del lobo en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial (LESPRE) se realizó “sin aval científico”. Pero el Comité Científico de Flora y Fauna Silvestres de Transición Ecológica firmó un dictamen “por unanimidad” en 2020 que recomendaba la inclusión del Canis lupus signatus en ese listado por “su importancia como patrimonio cultural, científico, así como los servicios ambientales que produce la presencia de este carnívoro en los ecosistemas naturales”. Fuentes del Ministerio de Transición Ecológica cuentan que “el PP pretende modificar la normativa nacional, para adaptarla a un marco europeo que, a fecha de hoy, solo existe en su imaginario ya que la directiva Hábitats no ha sido ni derogada, ni modificada. Y el sentido y alcance al que se llegue respecto a un cambio en el nivel de protección del lobo a nivel europeo no puede anticiparse”. Sin embargo, la toma en consideración de esta nueva norma ha pasado el primer filtro parlamentario al unirse a los votos del PP y Vox el apoyo del PNV y Junts –además de la abstención de Bildu–. En esta cuestión del lobo, se ha roto la mayoría que invistió a Pedro Sánchez. “Es un contraataque por razones políticas”, analiza Laura Moreno. En este sentido, la diputada de Sumar-Comuns, Júlia Boada, entiende que esta proposición “forma parte de la batalla cultural para ganar el campo en la que PP y Vox van a saco, pero que ahora PNV y Junts han entrado en el juego”. Isidre Gavin, el portavoz de Junts en el pleno lobuno, se alineó sin muchos matices al afirmar que “hay que revisar las políticas de protección de la fauna porque el resultado ya se conoce: cada vez hay más osos, más lobos, más jabalíes, más corzos y cada vez hay menos payeses y menos ganaderos y menos ganado pastando en nuestras montañas”. Boada, que también intervino, considera que “se utiliza el lobo como munición política y se instrumentalizan los ataques del lobo a la ganadería”. A cuenta del voto favorable de PNV y Junts, Oberhuber recuerda que “en Euskadi hay de 3 a 5 lobos, sin ningún grupo reproductor desde 2016. Y en Catalunya no hay conflicto alguno. Solo tienen los lobos que entran ocasionalmente desde Francia”. La cuestión es que el mismo congresista popular confirmó cuál es la línea del partido al añadir que su política agraria pasa por “flexibilizar la Política Agraria Común (PAC) y las políticas medioambientales. Reducir la burocracia, suspender el impuesto al plástico y el pago de indemnizaciones de manera inmediata” –esto último es, en realidad, responsabilidad de las comunidades autónomas–. Laura Moreno resume que, “el bulo es, en general, la imagen que se quiere transmitir del lobo como una especie dañina cuando es fundamental para el medio ambiente. Otorga más beneficios que perjuicios”. En la otra punta, el resumen lo ofrece la ultraderecha de Vox: “Saquen al lobo de la lista de especies protegidas, al norte y al sur del Duero”. Barra libre.
Bajo el título “Los defensores del lobo contraatacan con un fondo
económico para protegerlo”, la redacción Nortes publica el pasado miércoles: “La
Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica (PDCC) ha decidido crear
un fondo económico para la protección del lobo ibérico con el objetivo de ‘frenar
la actual ofensiva legislativa y mediática contra una especie autóctona’. Se
trata de fondolobo.org, y se destinará a ‘sustentar acciones basadas en
evidencias científicas frente a los intereses particulares de los grupos de
presión antilobo’. La PDCC ha tomado esta decisión a raíz de que, la semana
pasada, el Congreso aprobase la salida del lobo del Listado de Especies Silvestres
en Régimen de Protección Especial (Lespre) con lo que comunidades autónomas
como Asturias podrán retomar los planes de gestión de la especie que incluyan
la caza y muerte de algunos animales. Creada en 2004, la PDCC, cuenta con la
experiencia previa del Fondo para la Defensa Jurídica de la Cordillera
Cantábrica que se desarrolló contra el despliegue de algunos proyectos eólicos
en Galicia, Asturies, Castilla y León, Cantabria y Euskadi. La organización
quiere ahora replicar esta experiencia en la protección del lobo. ‘El retroceso
que se puede originar con esta retirada de la protección a la especie nos
conduce a un escenario de muerte de ejemplares, barnizada de los
eufemísticamente llamados «controles poblacionales». Una sociedad moderna no
debe tolerar este tipo de derivas autoritarias, disfrazadas de intervención
parlamentaria, que retrotraen la coexistencia con la fauna salvaje a tiempos y
formatos medievales’ señalan en un comunicado. La conciliación de la presencia
de grandes carnívoros y ganadería debe regirse por el fomento de medidas
preventivas, el peritaje y pago ágil de los daños que los lobos ocasionan, en
el marco de acciones de educación y divulgación”. La plataforma añade: “Permitir
su caza es rendirse a intereses particulares, no gestionar el medio ambiente.
Es el primer capítulo de la guerra total contra el lobo”.
Otros comentarios, imágenes, fotos y fotomontajes:
“El deterioro del debate público y de los servicios básicos va de la mano con la glorificación de la miseria moral, la criminalización del pensamiento crítico y la renuncia a un horizonte de derechos y bienestar. Desde quienes normalizan la crueldad hasta los que callan ante la militarización de nuestras vidas, estas voces denuncian lo evidente: el verdadero problema no está fuera, sino en quienes gobiernan y en los valores que premian”. (Spanish Revolution)
Dijo una vez Joan Manuel Serrat: “Prefiero los caminos a las fronteras porque los caminos unen, mientras las fronteras separan. Prefiero la razón a la fuerza, porque con la razón se convence y con la fuerza solo se impone. Y prefiero el instinto a la urbanidad cuando esta se vuelve apariencia vacía. El instinto no miente, no pretende, simplemente es. En un mundo lleno de máscaras, ser uno mismo es el verdadero acto de valentía.”
Dijo una vez Robert De
Niro: “Un día, en un funeral, vi un ataúd con un letrero que decía: ‘Aquí nadie
se lleva nada. Sé humilde, sé agradecido y vive tu vida al máximo’. Me quedé
mirándolo y pensé en cuántas veces vivimos como si fuéramos a estar aquí para
siempre, acumulando cosas, rencores, preocupaciones… y al final, todo queda
atrás. La vida no se mide en lo que posees, sino en lo que compartes, en lo que
amas, en lo que dejas en los demás. Así que vívela bien, porque nadie se lleva
nada.”
El humor en la prensa de esta semana: Ángel Víctor Torres, El Roto, Peridis, Eneko, Manel F., Vergara, Garçía Morán, José Morgan, J. M. Nieto, J. R Mora…
Pep Roig, en Mallorca:
Los vídeos de esta semana:
El Congreso aprueba que el lobo se vuelva a cazar al norte
del Duero | EL PAÍS
PP, VOX, Junts y PNV aprueban una enmienda para MATAR
LOBOS IBÉRICOS
El pla seqüència del Polònia
La legislatura de Sánchez té fuites
Pedro Sánchez i la despesa social
AITOR ESTEBAN se despide del Congreso: "Animo a
los jóvenes que se mojen en la política" | EL PAÍS
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