Hilda Molina en Montevideo: “Fidel no me va a dejar descansar”
Molina es tildada en su país de "contrarrevolucionaria y apátrida" por sus críticas a Fidel Castro.
El líder cubano Fidel Castro “no me va a dejar descansar”, aseguraba Hilda Molina, médica disidente cubana de 67 años, al ser increpada por dos personas, supuestamente afines a Castro, cuando presentaba el miércoles pasado en Uruguay “Mi Verdad, de la Revolución Cubana al desencanto, la historia de una luchadora”. En sus memorias, Hilda Molina critica duramente en Monteviedo al gobierno de Cuba. “Yo sé que, hasta mi último aliento, voy a tener detrás de mí a Fidel Castro, sus prolongaciones, sus metástasis y hasta sus fantasmas. No me va a dejar descansar”, dijo Molina a la AFP, en el lanzamiento de su libro, cuatro meses después de que militantes del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba le impidieran, en medio de insultos, presentarlo en Buenos Aires.
Una docena de militantes de la Comisión Nacional de Organizaciones Sociales del Uruguay (CONOSUR) se reunía con pancartas y banderas cubanas frente al teatro en donde se desarrollaba la presentación. Gritando la consigna “Con Cuba, siempre”, en repudio a la visita de Molina, un hombre interrumpió la charla con la acusación de “traidora”. La médica, radicada en Argentina, desde que abandonara Cuba en junio de 2009, para reunirse con su madre, enferma de 90 años, hijos y nietos argentinos, tras esperar 15 años el permiso para salir de la isla, contestó: “Yo les dije, a todos los que me aseguraron que en Uruguay no sucedía esto, que conmigo iba a suceder. Detrás de esto está Fidel Castro, que no soporta que yo haya escrito el libro y que el libro esté diciendo lo que dice”.
Neurocirujana de profesión, la ex miliciana de 67 años se convirtió en férrea opositora al régimen comunista, tras renunciar en 1994 a la dirección del Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) que ella misma había fundado, por diferencias con el régimen. El gobierno de Fidel Castro aseguró que fue destituida bajo acusación de querer apropiarse de la institución en caso de caída del socialismo. “Ninguna de las personas que me critican, me insultan y gritan consignas, van a querer este proceso como yo lo quise”, asegura Molina, quien no duda en afirmar que Fidel Castro “se siente Alejandro Magno” y que es “una persona con un gran carisma, de una inteligencia superior, pero sin alma”.
Molina relató cómo fue seducida por las ideas de la revolución cubana a los 15 años, su decisión de volcar su vida a la militancia, su época de miliciana y su orgullo de haber sido alfabetizadora. Pero también recordó cómo le molestaba “la violencia verbal, la violencia física, el irrespeto” por el que pensaba diferente, las políticas “dirigidas a desbaratar la familia” o su desencanto tras participar en una misión humanitaria en Argelia. Pero, pese a su desengaño y frustración, Molina asegura que quiere volver a su país y ejercer allí la medicina. “No se qué nos deparará la vida, pero mi propósito es vivir en Cuba”.
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