Susan George: “Los españoles son ratas de laboratorio: a ver cuánto castigo toleran sin rebelarse”.
Susan George, presidenta del consejo del Intituto Transnacional (Ámsterdam), especialista en distorsiones y desigualdades vinculadas a la mundialización, presidenta de honor de ATTAC (Asociación para la Tasación de las Transacciones Financieras y la Ayuda a la Ciudadanía), es una activista y pensadora estadounidense de 78 años, afincada en Paris. En su ensayo “El Informe Lugano. Cómo ganar la guerra de clases”, Susan imagina un terrorífico escenario ecológico, económico, laboral y social, hacia el que aboca el capitalismo del siglo XXI. El subtítulo procede de una frase de Warren Buffet, la tercera fortuna del mundo, que escribió: “Hay una guerra de clases, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y la estamos ganando. ¡Claro!”. Frente a él, la filósofa propone unirse y no dejarse perder. “Porque la democracia y todo lo que hemos hecho desde el siglo XVIII, todo aquello que los europeos hemos conseguido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial está en juego. Y todo lo que los españoles han hecho desde el final del franquismo”.
Hace un mes y medio, George inauguraba en Valencia el IV Master en Derechos Humanos, Democracia y Justicia Internacional de la UV. Y el pasado 17 de octubre advertía en una entrevista con Paco Cerdá, redactor a Levante-EMV: “La democracia esta en peligro ante el ataque de la clase de Davos: una clase transnacional desvinculada de la suerte del resto de la sociedad y compuesta por las altas finanzas, las empresas transnacionales y algunos gobiernos que consideran que la democracia es demasiado lenta”. George considera inaceptable la actual política de austeridad, en particular, la de Grecia y España. “Es inaceptable –contesta– que la mitad de jóvenes españoles no tenga trabajo. Las constituciones de Estados Unidos, Francia –y me imagino que también la de España– subrayan que el pueblo es soberano. Pero con este principio de austeridad aprobado por Europa, ¿se gobierna para la gente o para los mercados financieros? Porque el pueblo se está convirtiendo cada vez menos en soberano. Y, con el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza de la UE, se esta robando no solo el poder a los ciudadanos, sino también a los representantes de los ciudadanos. Por tanto, ni tenemos democracia directa, ni democracia representativa”.
Hace un mes y medio, George inauguraba en Valencia el IV Master en Derechos Humanos, Democracia y Justicia Internacional de la UV. Y el pasado 17 de octubre advertía en una entrevista con Paco Cerdá, redactor a Levante-EMV: “La democracia esta en peligro ante el ataque de la clase de Davos: una clase transnacional desvinculada de la suerte del resto de la sociedad y compuesta por las altas finanzas, las empresas transnacionales y algunos gobiernos que consideran que la democracia es demasiado lenta”. George considera inaceptable la actual política de austeridad, en particular, la de Grecia y España. “Es inaceptable –contesta– que la mitad de jóvenes españoles no tenga trabajo. Las constituciones de Estados Unidos, Francia –y me imagino que también la de España– subrayan que el pueblo es soberano. Pero con este principio de austeridad aprobado por Europa, ¿se gobierna para la gente o para los mercados financieros? Porque el pueblo se está convirtiendo cada vez menos en soberano. Y, con el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza de la UE, se esta robando no solo el poder a los ciudadanos, sino también a los representantes de los ciudadanos. Por tanto, ni tenemos democracia directa, ni democracia representativa”.
George corrobora que la gente tiene miedo de perder su trabajo. Y comprende ese miedo, “porque es la disciplina de una sociedad capitalista, que usa el miedo individual para disciplinar y calmar la población con el objetivo de que acepte lo que le digan. De hecho, creo que los griegos y los españoles son como ratas de laboratorio para ver que nivel de castigo y sufrimiento puede ser aceptado por esta sociedad sin que la gente se rebele. Eso puede alentar al fascismo”.
La filósofa explica la actual crisis como la continuación de lo que ocurrió en el 2007 y 2008 por culpa de los banqueros y, en España, de la burbuja inmobiliaria, que al final también es culpa de los bancos por dar préstamos imprudentes y alimentarla. “Cuando estalla la burbuja, fue el Estado el que asumió la deuda privada. La deuda pública de España cuando llega la crisis era muy moderada. Sin déficit y con el 50% de deuda publica, cuando se permitía tener hasta el 60%. ¡Estabais perfectos, mejor que Alemania! Pero el Estado cargó con la deuda de los bancos. Y ha gastado muchísimo dinero para capitalizar y salvar los mismos bancos que habían causado el problema. Por eso la deuda pública aumentó muy rápidamente. Es una respuesta muy larga a la pregunta, pero no es el coche oficial de los políticos lo importante, sino que el Estado gobierna para los mercados financieros y no para el pueblo. Se ha castigado a los inocentes y los culpables han sido recompensados”.
George recomienda a estudiante, parados, jubilados, trabajadores, sindicalistas, agricultores y al resto de la sociedad unirse. “Todo el mundo ha de unirse contra esta realidad. Porque la clase de Davos, que es la que gobierna por ellos, está muy unida”.
2 comentarios:
La afirmación de la ¨
Sra. George, implica el castigo como correspondencia del delito. Para algunos el pecado o la amoralidad, o todo ello a la vez. No parece apropiado el término "castigo," ya que la generalidad de la ciudadanía española es inocente. La rebelión entendida como hasta hoy no es posible. Las sociedades modernas, -pese a todas las apariencias- son eminentemente policiales y represivas. (no podemos imaginar hasta que punto) El sistema administrativo-público-policial, se nutre de todas las manifestaciones, huelgas, y protestas, y sucede que estas surten el mismo efecto que los tratamientos con antibioticos sin terminar la preescripción. Es decir, -ninguno.- De manera que para otras ocasiones no servirán para nada, al estar asimilados por el organismo que lo fagocita todo. (bacterias y actitudes en este caso) Sólo se observan rebeliones anecdóticas de individuos aislados, como el autónomo que el otro día atracó un banco en una acción premeditada de mentirijillas. Su verdadera pretensión era entrar en prisión para conseguir cama y comida. Fue fagocitado y condenado inmediatamente a su libertad.
Las rebelión de nuestros días será tecnológica-informatica, o no será.
Un buen caos de siete días...
chiflos.
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