“Carlitos”, presa fácil de caza.
Unos 1.500 vecinos de
Linarejos, aldea remota de Zamora, vieron crecer a “Carlitos”, un ciervo que, a
lo largo de ocho años, fue aumentando de tamaño, al igual que su cornamenta, de
catorce puntas, y al que habían alimentado desde pequeño al tiempo que crecía
también su confianza y falta de recelo hacia los vecinos. De tal manera que era
muy frecuente verlo en los alrededores del pueblo. Y los vecinos, aunque son
pocos, querían y esperaban que Carlitos siguiera vivo, visitándoles cuando le
apeteciera, porque no hacía ningún daño. Era un ejemplo de lo que debería ser
la Sierra de la Culebra: un paraíso lleno de vida. Hasta que, bajo la excusa de
que “molestaba”, algo que no es cierto de ninguna manera, “Carlitos” pasó a ser
una presa fácil de caza.
Para salvarlo y que no
fuera cazado, los vecinos de Linarejos habían organizado una campaña que logró
más de 54.000 apoyos a través de Internet. Hasta que, el pasado martes, el
cadáver de un ciervo apareció sin una de sus patas traseras, sin su cornamenta
y sin parte de su cabeza en el paraje de Ramisqueo, cercano al casco urbano de
esa aldea. La Junta de Castilla y León sostuvo que no había forma
de saber si ese ciervo muerto era “Carlitos”. Pero, el ciervo apareció muerto cuando
se cumplía una semana de la iniciativa para que no fuera cazado por el cariño
que le tenían los vecinos del pueblo. Ellos aseguran haberlo identificado a
partir de las marcas en una de sus orejas y en el cuerpo. Y Pilar Devesa, indicó
a Efe que estaba segura de que ese ciervo era “Carlitos”, ya que, aunque le
faltaba esa pata, tenía otras marcas en una oreja por las que en Linarejos
sabían que se trataba de ese ejemplar y no otro el que les visitaba y al que
querían salvar la vida.
La negativa de la delegada
territorial de la Junta en Zamora, Leticia García, no era suficiente. “Los
ciervos no son animales domésticos que puedan tener chip como los perros, sino
que son salvajes y además son susceptibles de ser cazados, en este caso, porque
son una especie cinegética”, afirmó García, defendiendo que ese abatimiento estaba
dentro de los cupos de caza previstos y se llevó a cabo en el marco de la
actividad cinegética permitida, por lo que era “conforme a la legalidad”. Y
añadió: “Puede que ese ciervo al que se refieren los vecinos se haya ido a otro
sitio, puede que esté en otra parte, no lo podemos saber con ninguna claridad,
no tenemos identificación para saberlo”.
Sin embargo, Julio
Fernández, el coordinador de Ecologistas en Acción de Zamora y vecino de
Manzanal de Arriba, ayuntamiento al que pertenece Linarejos, lamenta que se
haya abatido a “Carlitos” después de la movilización que hubo en toda España
para salvar su vida y cuando existen otras muchas zonas en la Sierra de la
Culebra para matar venados y cumplir con los permisos de caza concedidos. Y tildó
de “cruel” la forma en la que se le dio muerte, despiezándolo a última hora de
la tarde para intentar esconderlo”. Fernández
pide que se suspenda la caza de ciervos en época de berrea, producida en
circunstancias en las que los animales no tienen ninguna posibilidad de
salvarse, ya que se les atrae con paja para que lleguen primero las hembras y
detrás de ellas los machos a los que se abate a no mucha distancia.
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