sábado, 11 de enero de 2025

Tom Harrell, entre la potencia de Clifford Brown y la lírica de Chet Baker.

 

Nacido el 16 de junio de 1946 en Urbana, Illinois, Tom Harrell, toca la trompeta con sólo nueve años. Tras sucesivas crisis nerviosas, se diagnostica como esquizofrénico en 1967, y desde entonces, permanece en continuo tratamiento. Pese a ello, es capaz de enfrentarse con coraje a una grave enfermedad, y de salir adelante para convertirse en uno de los mejores trompetistas de jazz de los años ochenta y noventa. Sobre el escenario, se concentra absolutamente en su música y sólo parece estar vivo cuando improvisa. Tom Harrell es un improvisador inusual (enérgicamente introvertido sería una manera de calificarlo) y un compositor que el crítico Bill Milkowski ha llegado a definir como 'el que escribe con más inteligencia, profundidad y corazón del jazz actual'.

En 1983 conoció a Phil Woods, quien lo integró en su grupo, el «Phil Woods Quintet», con el que recorrió el mundo y al que perteneció hasta 1989. Después, dirigió sus propios grupos y grabó, entre otros sellos, para Contemporary y Chesky, antes de recalar en RCA y  en Bluebird. Su estilo destila una lírica impresionante tras la que se esconde una enorme tensión musical en la construcción de sus solos. Estos son estructurados, combinando el poder de Clifford Brown, con la suavidad y el intimismo de Chet Baker.

Harrell es un artesano de la melodía, con un lirismo y poesía en trompeta y fliscornio de una belleza inigualable. Músico enciclopédico, compositor de silencios e improvisador certero, es uno de los referentes indiscutibles del jazz moderno que, en su visita al CNDM, estará asistido, nada más y nada menos, que por el saxofonista Mark Turner, el guitarrista Charles Altura, el contrabajista Ugonna Okegwo y el baterista Jonathan Blake, reunidos todos en torno al disco Infinity. Sin duda alguna una de las grandes trompetas del post-bop.



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