Arrasa el "código 271".
Desde que el periodista Montazer Al Zaidi se desprendió de su par de zapatos para arrojarlos contra el mandatario más poderoso, hace exactamente una semana, la noticia ha dado varias veces la vuelta al mundo. Pero, si alguien tiene motivos para estar agradecido al aguerrido reportero, es el empresario Ramazan Baydan, presidente de la Baydan Shoes Company de Turquía quien, desde hace cinco años, fabrica los zapatos «código 271», uno de cuyos pares a punto estuvo de dejar huella en la cara de Bush. “Yo mismo diseñé ese modelo en 1998, nunca pasado de moda –señala desde Ankara el afortunado industrial, que ha prometido surtir de zapatos gratis de por vida a Al-Zaidi y familia–. Ahora, se ha convertido en un símbolo de democracia para el pueblo de Irak y me siento emocionado por ello”. No en vano, su negocio ha recibido de repente pedidos que suman 300.000, una cifra que deja a la altura del betún los 15.000 pares anuales facturados para Irak, y los 1.800 para EE UU. El empresario turco ya trabaja en una campaña publicitaria cuyo eslogan es “Adiós Bush, bienvenida democracia” para promocionar el emblemático modelo, vendido hasta ahora al módico precio de 19 euros, al menos para los americanos. Un grupo de pacifistas se concentró el jueves frente a la Casa Blanca para pedir la liberación del periodista, que permanece detenido desde el pasado domingo, tras protagonizar su hazaña. E imágenes como ésta, de Reuters, frente a la residencia oficial y lugar de trabajo del presidente de los EEUU, hacen pensar en una batalla de imagen que puede terminar con Bush, a punto de retirarse por la puerta de atrás.
Son decenas de calzados donados, con etiquetas que llevan los nombres de los muertos en la guerra de Bush “Estos zapatos –dijo un miembro de “Code Pink”, organización conocida por sus acciones contra la guerra en Irak– simbolizan a gente real, hombres, mujeres y niños que han muerto por las políticas de esta administración”. Por cierto, ¿conocen las palabras del presidente Bush, inmediatamente después de ser llamado “perro” y de burlar el par de zapatazos de Al-Zaidi? Vale la pena traducir sus palabras y recordarlas…
Los manifestantes ante la Casa Blanca gritan consignas destinadas al presidente, como: “En nombre de los ciudadanos estadounidenses”, “Por todo lo que has hecho”, “Por criminal de guerra”… Mientras que Medea Benjamín, activista de la organización, señala que la acción del periodista iraquí “representa el sentir de millones de personas en Estados Unidos” que no están de acuerdo con la guerra. A su juicio, es Bush quien tendría que estar en la carcel y no el periodista iraquí, quien “debería ser liberado inmediatamente y sin cargos”. En este acto simbólico, también participa Geoffrey Millard, de la asociación de veteranos contra la guerra de Irak. Millard agradece la acción del periodista iraquí que “habló por todos los que estamos en contra de la ocupación de Irak”. Y Jim Goodenow, procedente de Texas, quien ha pedido al Fiscal General que arreste a Bush por esta “guerra ilegal” y que, cuando el próximo 20 de enero, deje la Casa Blanca, no le permita “volver tranquilamente a su casa de Dallas para descansar y oír música”. En el mismo lugar, se practica el tiro de zapatos a un muñeco que representa a Bush, tal como lo vimos el domingo pasado en Bagdad, en compañía del primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki.
Montazer, el periodista que le insultó y le lanzó sus zapatos envió, según fuentes oficiales, una carta al primer ministro, Nuri al Maliki, para pedirle disculpas por su “horrible acto”. Pero Udai, el hermano mayor de Zaidi, muestra su escepticismo sobre el fondo de la carta. “Esta información –afirmó– no es totalmente cierta. Es mentira. Es mi hermano y sé que él no pediría disculpas”. Y añade que, si realmente la escribió, fue “bajo presión”. El periodista, de 29 años, fue agredido y tiene contusiones en la cara. Además, presenta, según su hermano, hemorragias internas y fractura del brazo. El juez encargado del caso informa que, tras el incidente, Montazar fue golpeado e investiga de oficio para dar con los responsables. Pero, pese a las peticiones de libertad provenientes de todo el mundo, el periodista sigue detenido y podría ser condenado a entre 5 y 14 años de prisión por “agresión a un jefe de Estado extranjero de visita oficial”. Muchos son los que lamentan que no consiguiera acertar en pleno rostro. Aunque simbólicamente tuvo que humillarse, bajando su figura.
Mientras tanto, en Grecia, siguen las protestas de los estudiantes desde el pasado 6 de diciembre, en que una bala lanzada por un policía alcanzaba a Alexis Grigoropulos, un adolescente de 15 años, provocándole la muerte. Desde entonces no han parado los enfrentamientos entre estudiantes y antidisturbios con numerosos detenidos y heridos. Unos paros que obligaron a cancelar y a modificar decenas de vuelos, al participar los controladores aéreos en la protesta. En Salónica (norte de Grecia), se celebraron dos manifestaciones pacíficas convocadas por funcionarios locales y sindicatos de docentes. Más de 700 colegios de educación secundaria están ocupados o cerrados desde hace más de dos semanas, lo mismo que la mayoría de las facultades universitarias griegas. Y hasta la Acrópolis llegaron las protestas.
Los primeros datos conocidos del informe balístico sobre la muerte del joven griego por disparos reflejan que el proyectil rebotó contra una superficie dura antes de alcanzar a la víctima. Los medios griegos filtraron parte de las conclusiones. Epaminontas Korkoneas, policía autor de los disparos y acusado de homicidio intencionado, declaró que el día de los hechos fue agredido junto a su compañero por un grupo de treinta radicales y explicó que, asustado y temiendo por su vida, sacó el revólver y efectuó dos o tres tiros al aire. Sin embargo, Vlasia Sergaki, abogada de la familia del joven, insiste en la tesis del homicidio y señala que el informe pericial no cambia nada, ya que “existen diversos testimonios que aseguran que el policía acusado apuntó contra la víctima”.
En España, los universitarios intensifican sus acciones contra el Plan de Bolonia. Seis alumnos de la Universidad Autónoma de Barcelona que protagonizaron una serie de actos violentos en una manifestación contra el plan europeo el mes de mayo del año pasado, ha sido expulsados entre uno y tres años, prohibiéndoles durante este tiempo hacer uso de la Universidad pública. Una sanción considerada por los estudiantes como “abusiva y que no facilita el diálogo con el decanato”. Otro grupo de encapuchados insultó a la decana y a su equipo y bombardearon con huevos y pintura la puerta del decanato. Una treintena de universitarios de la Universidad Politécnica de Barcelona han decidido secundar las protestas contra el Plan de Bolonia y, desde la noche del miércoles, ocupan las aulas. En otras universidades, los estudiantes continúan con sus acciones de protesta
El pasado jueves, Ayuntamiento de Santander retiraba de su plaza principal la última estatua ecuestre de Franco en España que permanecía en un espacio público. La efigie del dictador montado en su caballo, de siete metros de altura y más de cinco toneladas, presidía, desde 1964, la Plaza del Ayuntamiento, denominaba Del Generalísimo hasta 2001. La escultura, obra de José Capuz, era gemela a la que se retiró de Valencia, en 1983, y a la de los Nuevos Ministerios, de Madrid, retirada hace más de tres años. Varios centenares de personas aguantaron el frío y la lluvia durante las casi cuatro horas que duró el desmontaje. El acuerdo municipal incluía, en el mismo plato de la balanza, la dictadura y un régimen democrático, retirando un escudo de la IIª República situado justo frente a la estatua. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica mostró su satisfacción por la retirada de la última estatua ecuestre de Franco, pero lamentó la decisión municipal de retirar simultáneamente un escudo republicano que había resistido los 46 años de dictadura franquista y que “representaba un periodo democrático”.
El mismo día, en Mallorca, la juez decretaba la libertad sin fianza con cargos de homicidio por imprudencia para los tres detenidos por el hundimiento, el pasado martes, del hotel Son Moll, en Capdepera, en el que, tras derrumbarse tres de las nueve plantas, murieron cuatro obreros que trabajaban en la rehabilitación del edificio, sin licencia de obras. Se trataba del arquitecto del proyecto, Arturo Vila, el aparejador Joan (o Josep) Lluís Pujol, y el jefe de obras Joan Bonet, a quienes la titular del Juzgado tomó declaración durante unas diez horas. Los tres podrían enfrentarse a penas de entre cuatro y seis años de prisión si, finalmente, se demuestra que han incurrido en un delito de homicidio por imprudencia temeraria o contra la seguridad de los trabajadores.
José Mas, secretario de Acción Sindical de la Federación de Metal, Construcciones y Afines y responsable de prevención de riesgos laborales de UGT, exige prisión para el alcalde de Capdepera, Bartomeu Alzina (PSIB), por no haber enviado a la Policía Local para paralizar las obras ilegales mientras que Rafael Palomino, secretario de Organización de la Federación de Construcción de CCOO, desveló que los abogados de su sindicato están elaborando informes del siniestro, con el fin de denunciar ante los tribunales a los responsables del derrumbe del establecimiento.
Severiano Ballesteros acaba de ganar su último partido a la muerte. El golfista, que ha recibido recientemente el alta médica de un tumor cerebral tratado, será premiado con la máxima condecoración del Comité Olímpico Español (COE), según anunció su presidente, Alejandro Blanco, durante la Gala presidida por los Príncipes de Asturias.
El español Javier Gómez Noya ha acabado el año como número uno del mundo en la Lista de Puntos de la Federación Internacional de Triatlón (ITU) por segunda vez consecutiva.
1 comentario:
Es más que probable que si el tal Montazer (nuevo héroe del neolitico tardío, como Che Guevara) considera en algún momento que su esposa le ha ofendido, la arroje piedras, -no zapatos- en compañia de sus congéneres islámicos y machistas, o le vierta ácido en el rostro, oculto bajo el burka. En Pakistán las están quemando vivas. No me pondré nunca unos zapatos 271 pero si estaría dispuesto a calzar de nuevo unas buenas botas de Segarra si la reserva activa lo requiere. Dispararé mosquiteros para parar piedras, zapatos, malaria y ahorcamientos, que son -como todo el mundo sabe- armas de destrucción masiva.
chiflos.
Publicar un comentario