Volvió el humor a la Audiencia.

Fotocomposición en cuestión.

Los dibujantes José Antonio Rodríguez y Javier Ripa, así como el escritor Nicola Juan Rococo, en la Audiencia Nacional.

No es habitual que unos humoristas sean citados por la Audiencia Nacional, pero ayer tres de ellos fueron de nuevo juzgados por una viñeta y un artículo aparecido en octubre del 2006 en los diarios “Deia” y “Gara”. El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, ya había archivado la causa a principio de abril de este año, al considerar que los hechos estaban amparados en el derecho a la libertad de expresión (ver crónica: “La cinegética y la Corona”, del 4 de abril en estas páginas). Pero, el Ministerio Fiscal obligó el pasado mes de junio a reabrir esta investigación. E insistió en imputar a los mismos de un delito de injurias graves a la Corona. En la fotocomposición sobre la caza del oso “Mitrofan”, se veía al Rey, Juan Carlos, junto a un oso muerto y hacía alusión a una cacería en Rusia en la que participara. Según denunciaban algunas autoridades locales, se emborrachó con vodka a un oso pardo, de nombre Mitrofán, para que fuese capturado por el monarca. El fiscal, Pedro Rubira, seguía considerando injuriosa la caricatura humorística y pedía para los tres autores, los dos humoristas gráficos, Jose Antonio Rodríguez y Javier Luis Ripa, y el articulista Nicola Juan Lococo, una multa de 10.950 euros por haber achacado al Rey el “carácter de alcohólico”.

En sus declaraciones, tanto el articulista como los dos humoristas gráficos aseguraban que, en ningún caso, su intención era insultar al Rey y alegaban que su objetivo era hacer humor de un hecho recogido por otros medios de comunicación. En el fotomontaje, aparecía la imagen del Rey junto a un oso muerto apoyado en un barril de licor con la leyenda “Bodegas Caza-Illa, para sentirse como un Rey”. En un rótulo podía leerse: “Mitrofan era un oso de feria, le metieron en una jaula y lo pusieron a tiro del Rey, tras emborracharlo con vodka y miel”. Y el fiscal los acusaba de un delito de injurias graves al Rey, por hacer una crítica sobre dicha cacería en la que vertían una serie de expresiones “vejatorias, humillantes, atentatorias contra la dignidad y el honor del Jefe del Estado, manifiestamente superfluas e innecesarias para el ejercicio de la libertad de expresión”.

El fiscal acusaba a Nicola Lococo de referirse al monarca como “soberano irresponsable” y de otras expresiones que “de forma directa” eran “denigratorias” para el Rey y su Familia Real, como la que decía: “No estaría de más que se diera la voz de alarma a los ositos de peluche, incluidos los de Froilán y toda la cuchipanda, no sea que el mequetrefe de su abuelo, despechado por no encontrar ejemplares en la fauna, la emprenda a tiros con ellos”. El fiscal Rubira consideraba “indudablemente ofensivos” otros párrafos y argüía que, para apoyar este artículo y hacerlo “más hiriente y vejatorio”, los otros dos acusados –Antonio Rodríguez y Javier Ripa– realizaron una fotocomposición en la que se veía al Rey junto a un oso muerto que reposaba sobre una barrica de alcohol. “No de otro modo se puede entender la frase: 'Mitrofán era un oso de feria, lo metieron en una jaula y lo pusieron a tiro del rey tras emborracharlo con vodka y miel. ¿Lo harían para que estuviera en igualdad de condiciones?”.

El Ministerio Público consideraba estas frases “ofensivas, impropias, injustas y oprobiosas” y de un evidente menosprecio a don Juan Carlos y a la Corona, “superándose con mucho lo que pudieran considerarse críticas hirientes, molestas o desabridas”. Pero, José María Vázquez Honrubia, juez central de lo Penal de la Audiencia Nacional, absolvió de nuevo a los humoristas. Y admitió que hay “dudas razonables para entender que los procesados tuvieran la intención de injuriar a la Monarquía”. Aunque les advirtió que “por poco, por muy poco, no han traspasado” la línea legal que distingue las palabras amparadas en el derecho a la Libertad de Expresión de las constitutivas de injurias.