domingo, 13 de marzo de 2011

Las que sostienen el mundo en sus espaldas.



El pasado martes, 8 de marzo, se celebró el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Desde hace 100 años, se recuerda ese día en el que 140 trabajadoras, la mayoría inmigrantes, murieron abrasadas por las llamas en la fábrica Triangle, en la ciudad de Nueva York. Las mujeres se habían encerrado, reivindicando condiciones dignas de trabajo y el patrón provocó el incendio. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos. En el año actual, la conmemoración coincide con la peor crisis económica desde la década de los treinta. “Una crisis que, en su largo coletazo –escribe Marco Schwartz en Público–, comienza a golpear con especial dureza al colectivo femenino. En el incierto escenario económico que se abre, en el que Europa se juega el futuro del Estado del bienestar, no basta ya con luchar contra la discriminación salarial de las mujeres, que lamentablemente sigue existiendo y ha de combatirse sin tregua, sino que resulta inaplazable una apuesta decidida por la incorporación masiva de la mujer al mercado laboral. Para ello es necesario, entre otras cosas, revisar la organización del trabajo, desarrollar una red potente de guarderías y aplicar con más eficacia la Ley de Dependencia, de modo que la procreación o la necesidad de atención de familiares no deje a miles de mujeres al margen del mundo laboral... Por desgracia, en gran parte del mundo, donde la mujer apenas carece de derechos, este debate sonará a metafísica”.




Pero, pese al tiempo en que se reconoció a la mujer trabajadora, los altos cargos de empresas, asociaciones, sindicatos, siguen ocupados, en su mayoría, por hombres y las oportunidades no son iguales para las mujeres. Cierto que hoy éstas ingresan en la universidad española y hasta un 60 por ciento de los universitarios son hembras, pero esta proporción desaparece a la hora de ocupar cargos directivos. La mujer sigue ganando un salario inferior al del hombre para el que se le reservan los puestos mejor calificados. La discriminación por su condición femenina es constante. Las mujeres que trabajan en Madrid son las que sufren la mayor brecha salarial con respecto a los varones. Según el informe “Retribución laboral por géneros” elaborado por el colectivo de Técnicos de Hacienda (Gestha), los hombres cobran en Madrid casi 8.000 euros más que las mujeres, exactamente 7.965 euros. Y la retribución media anual de los varones en España se sitúa en 21.433 euros, mientras que la de las mujeres no supera los 16.110 euros. Diferencia salarial que es debida a factores como la incorporación más tardía de las mujeres al mercado laboral, pero fundamentalmente a que, en España, las mujeres “aun son penalizadas en su vida profesional por ser madres y a la resistencia de las empresas en promocionarlas a puestos de responsabilidad”. Tras Madrid, se sitúa Asturias como la segunda comunidad con mayor brecha salarial, donde una mujer cobra de media 6.599 euros menos que un hombre; Cantabria con 6.233 euros y Cataluña con 6.181. En el extremo opuesto se sitúan Canarias y Extremadura, donde las mujeres cobran, respectivamente, 3.044 euros y 3.493 euros menos que los varones. Los resultados de este informe muestran que la brecha salarial entre hombres y mujeres se ha agrandado con respecto a los datos oficiales de 2008. España, pese al impulso a las políticas de Igualdad dado por el primer gobierno de Zapatero, se encuentra aún muy lejos de la media europea, donde la brecha salarial es del 17,5%.


Según Almudena Fontecha, secretaria de UGT, el paro es superior entre las mujeres (20,79%) que entre los hombres (19,95%) debido a que muchas de ellas manifiestan su voluntad de trabajar después de que el cabeza de familia haya perdido su trabajo y a que hay más mujeres jóvenes que quieren trabajar. Asegura Fontecha que el paro aumenta más entre las mujeres jóvenes que entre los hombres, a pesar de que un 59% de los titulados universitarios son mujeres. Añade que “en términos generales, los trabajadores jóvenes viven el desempleo de forma dramática y, en los últimos meses, son las mujeres jóvenes las que están en una peor situación”. Y apunta que un 45% de las que aceptan un trabajo a tiempo parcial lo hacen “porque no encuentra otro a tiempo completo”. Fontecha lamenta que, a las dificultades económicas actuales, “se una que la crisis ha vuelto opaca la situación que las mujeres vivían antes de esta situación” y que, a pesar de que al comienzo de los problemas económicos, la pérdida de trabajo se producía en sectores “masculinos”, como la construcción, en los últimos meses “se ha producido un desplazamiento a sectores ocupados por mujeres. Cuando este ciclo acabe, seguirá perviviendo la crisis que viven las mujeres, aun viviendo en buenas situaciones económicas, porque las oportunidades de trabajo no se repartieron de forma igualitaria entre hombres y mujeres”. Y asegura que “apostar a favor de la igualdad no debe ir en detrimento del bienestar”.


La ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, y la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton.



Curiosamente, los organismos internacionales no tienen mujeres en los altos cargos. Ni la ONU, ni la OTAN, ni el FMI, ni el Banco Mundial, han tenido una mujer en los despachos más elevados. Ni siquiera la UE, formada por 27 estados miembros. Las listas de presidencias, direcciones o secretarías generales están llenas de varones. Sólo cuatro mujeres representan a los países miembros de la OTAN: una eslovaca, una islandesa, una alemana y una croata. Tres mujeres en el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, Estados Unidos y Dinamarca. Setenta y cinco personas han pasado por la presidencia de la Asamblea General de la ONU. Y sólo tres de ellas fueron mujeres: Vijaya Lakshmi en 1953, Angie E. Brooks en 1969, y Jequesa Haya Rashed en 2006. En 2004, entró en el Consejo Económico Social la primera mujer presidenta, la finlandesa Marjatta Rasi. La segunda y última, la luxemburguesa Sylvie Lucas, se convirtió en presidenta en 2009. Desde su creación, sólo ellas han podido ocupar el despacho más elevado. De las quince personas que ejercen como jueces en la Corte Internacional de Justicia, órgano judicial principal de Naciones Unidas, sólo dos son mujeres: la china Xue Hanquin y la estadounidense Joan E. Donoghue. No obstante, el Tribunal Penal Internacional, presidido por un hombre, cuenta con once mujeres como juezas y ocho jueces.


Michele Bachelett, directora ejecutiva de ONU Mujeres, durante el lanzamiento de la agencia.


La ONU tiene, sólo a partir de julio pasado, una mujer como directora ejecutiva, la chilena Michelle Bachelet que preside uno de los principales órganos: ONU Mujeres, la entidad para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer. En cuanto al Banco Mundial, ni una sola mujer ha ocupado el cargo más elevado de la institución. Tampoco el Fondo Monetario Internacional. Por el contrario, la Organización Mundial de la Salud y la UNESCO cuentan con féminas en sus cargos ejecutivos.


Tres de cada diez abuelas españolas dedican la mayor parte de su tiempo a cuidar de sus nietos. Ello permite a sus hijas seguir trabajando. Según reconoce el ministerio Igualdad en un informe, el valor económico de este trabajo supone un 0,8% del PIB y el 12% del gasto en pensiones de jubilación y viudedad. Pero estas mujeres no quieren que sus cuidados se vean como una obligación: “Si las mujeres de hoy han estudiado y tienen trabajo es gracias a que las mayores dijimos: ‘Mi historia no se repite'. Y para que eso no ocurra, ahora cuidamos de los nietos. Pero cuando no cuidamos, nos sentimos culpables. Tenemos que cuidar, pero no como un deber. Debemos liberarnos de la culpa”, destaca Mariqueta Vázquez, presidenta de la Asociación de Mujeres por un Envejecimiento Saludable. Además, son precisamente las mayores quienes cargan con el cuidado de las personas dependientes, como destaca Luis Martín Pindado, vicepresidente del Consejo Estatal de Mayores Ellas enviudan mucho más: un 44,5% perdió a su marido, mientras que sólo hay un 12,2% de viudos con más de 65 años. “Viven más, pero no tienen mejores condiciones de vida: tienen mayor probabilidad de vivir una situación de dependencia, con menos ingresos”.


Las mujeres vlencianas decimos "¡Basta!" a Camps.



En Valencia, las siete mujeres que presentan la plataforma “Les dones diem prou a Camps” (Las mujeres decimos basta a Camps) eligen un lema y una imagen muy conocidos para caracterizar su movimiento. El lema es “We can do it “(Podemos hacerlo). La imagen es la de una mujer arremangada que mira con cara de mucha indignación al espectador mientras le hace un corte de mangas. Las mujeres que presentan el movimiento usan el verbo “arremangarse” para definir su razón de ser y sus objetivos. “Arremanguémonos –resume la escritora Rosa Roig– que ya está bien y hay mucho que hacer”. Y “lo que hay que hacer” es mostrar un profundo desacuerdo con la política de Francisco Camps, presidente valenciano. Son un total de 300 mujeres que están en contra de la “situación de emergencia” en el País Valencià. Las quejas concretas de la plataforma son varias: la semi-privatización de la Sanidad, la manipulación de Canal 9, el “menosprecio” del valenciano en las escuelas o la presunta corrupción que salpica a la cúpula del PP regional, incluido el propio Camps. En la plataforma hay actrices, periodistas, escritoras, maestras o sindicalistas, aunque el manifiesto presentado no olvida dar visibilidad a la vertiente privada de las firmantes, recordando que son también “hijas, madres, abuelas o nietas”. Su objetivo es crear un movimiento transversal que esté por encima de las ideologías. Se trata de superar la extrema división que padece la izquierda valenciana, para pasar a la acción “a través del trabajo en red, cooperativo y no competitivo, que es como han trabajado las mujeres durante milenios”.


Las “Heroínas” conquistan el Tyssen.



Y, coincidiendo con Día Internacional de la Mujer, Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid reúnen cerca de 120 obras de todas las épocas, cuyas protagonistas son mujeres “independientes y fuertes”. Así lo explica Guillermo Solana, conservador-jefe del Museo Thyssen que ha preparado la exposición “Heroínas”, abierta hasta el 5 de junio. Son obras de arte en las que la mujer desempeña un papel activo, repartidas entre esculturas y pinturas. Datan del Renacimiento en adelante, aunque la mayoría corresponden a la Edad Contemporánea. Hay figuras mitológicas como Artemisa, Ifigenia y Medea; guerreras como Juana de Arco; místicas como Santa Teresa y Santa Eulalia; y artistas como Safo, Artemisia Gentileschi y Frida Kahlo. Todas ellas ejercen su poder sobre otros y han sido retratadas por diversos pintores como Caravaggio, Rubens, Rembrandt, Goya... Aunque también fueron retratadas por otras mujeres como Mary Cassat, Berthe Morisot y Marina Abramovic.



Son mujeres cazadoras, atletas, guerreras, amazonas, magas y, cómo no, grandes pintoras que muestran su fuerza y su poderío. “El objetivo de esta exposición –explica Guillermo Solana– es mostrar imágenes femeninas diferentes al modelo de mujer ‘complaciente’, ‘maternal’ o ‘seductora’ que aparece en la mayoría de las representaciones artísticas. Es una exposición irreverente y estimulante por el modo en el que están mezcladas las obras, que consiguen provocar en el espectador una chispa de comprensión”. En 'Heroínas', la figura de mujer es la protagonista absoluta. Una mujer fuerte, independiente, luchadora y triunfante, que se aleja del más que habitual rol erótico y maternal con el que muchas veces se representa la feminidad en el arte. Obras que van desde la mitología griega hasta la visión de las artistas feministas contemporáneas. La muestra no está organizada en orden cronológico, sino agrupada por temáticas: soledad, campesinas, mártires, amazonas... 11 salas para disfrutar de la independencia y la valentía de la mujer a lo largo de la historia. Hasta el 4 de mayo, especialistas en la materia dan un curso monográfico sobre la exposición en el propio salón de actos del museo. Las sesiones son todos los miércoles a las 17.30 horas. Además, los sábados a las 12.00 horas hay un ciclo de conferencias a cargo de Guillermo Solana sobre 'Mujeres modernas en la Colección Thyssen' y, en colaboración con “Ellas Crean”, dos conciertos de jazz, de Sidsel Endresen y Marilyn Mazur.




“Durante siglos el papel de la mujer como creadora fue marginal –escribe Miguel Lorenci–. Ocupó, por contra, un papel primordial como objeto artístico y paradigma de la maternidad y objeto de deseo masculino. En el último siglo las cosas cambiaron. La mujer creadora irrumpió en el mundo del arte con una inusitada y renovadora potencia. Del paso de una a otra situación, de la sumisión al arquetipo erótico y maternal fijado por los siglos al reciente y asalto de la mujer, el centro activo de la creación se ocupa la muestra 'Heroínas', otro brillante fruto de la alianza entre el Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid. Ambos han alzado una ‘irreverente y provocadora’ ciudad de las mujeres mediante un centenar largo de piezas en una interesante batida por medio milenio de la historia del arte en la que los maestros del pasado (Goya. Tintoretto) y la modernidad (Degas, Rodin) contraponen sus trabajos con el de las creadoras de ayer y de hoy. Del papel pasivo de la mujer objeto saltamos al de las mujeres activas, independientes, desafiantes, inspiradas, creadoras, dominadoras, triunfantes que acceden un espacio vedado durante siglos. Figuras femeninas fuertes y muy diferentes de las mujeres seductoras o complacientes, vencidas o esclavizadas, pintadas y esculpidas durante centurias”. Guillermo Solana resume: “Son imágenes alternativas al ideal conformista de la mujer madre y objeto de deseo erótico. Algo que nunca han abordado los museos históricos. Se trata de sacar al espectador del confortable y aburrido ámbito de la convención: provocar una chispa de comprensión y hacer que ponga en duda sus creencias y se distancie de un estereotipo dominante durante siglos”.


Toda heroína que se precie se encuentra a gusto en su cuerpo, como en las esculturas de mujeres voluptuosas de Gaston Lachaise.


De la mitología griega pasamos a las imágenes subversivas de artistas feministas contemporáneas, de grandes figuras del cristianismo a anónimas lectoras de prensa. Exploramos los escenarios y las vocaciones de las heroínas: la iconografía de la soledad de la mujer recluida en casa, el trabajo, la guerra, la magia, la embriaguez, el deporte, la religión, la lectura y la pintura. “No es una compilación de imágenes de mujeres sin columna vertebral –advierte Solana–. Buscamos mujeres activas, fuertes independientes en un sentido amplio”. Sin orden cronológico, en cada capítulo de la muestra se yuxtaponen obras de distintas épocas, lenguajes y géneros para reflexionar sobre qué cambia y qué permanece a través de esas diferencias. En cada uno de los seis apartados una o varias voces de grandes mujeres artistas responden a las imágenes creadas por sus ilustres colegas varones.


El objetivo de “Heroínas”, según Solana, es mostrar imágenes femeninas diferentes al modelo de mujer “complaciente”, “maternal” o “seductora” que aparece en la mayoría de las representaciones artísticas.



“Heroínas” abarca desde la mitología griega a las imágenes más subversivas de las artistas feministas contemporáneas. Nos muestra a mujeres fuertes, activas, independientes, dominadoras o desafiantes alejadas de los modelos sumisos y pasivos que representan las mujeres seductoras o complacientes, vencidas o esclavizadas. Reúne un completo catálogo de personajes femeninos de distinta índole y época: desde las diosas griegas Artemisa o Atenea, a las bacantes vetadas a los hombres, las ménades furiosas y salvajes, la contestataria heroína Atalanta, una de las mejores cazadoras y la mujer más veloz del mundo, o las magas Circe y Medea. Sin olvidarse de las vírgenes y mártires Juana de Arco, que derrotó en innumerables batallas al Ejército inglés, y Santa Catalina de Alejandría, capaz de convertir mediante el debate filosófico a 50 sabios paganos, o Santa Eulalia y Santa Teresa.



Explosiones en una central nuclear en el Japón.

(Mientras confeccionamos estas páginas destinadas a la mujer, una ola de muerte y destrucción asola Japón. Un terremoto destructivo de magnitud 8,9, el mayor registrado hasta el momento en este país y el cuarto mayor por intensidad de los que se tiene registro, sacude su costa noreste y provoca un tsunami con olas de hasta diez metros que arrasaron pueblos enteros, dejando miles de muertos –podría haber hasta 88.000 desaparecidos– y otros tantos heridos. El seísmo, unas mil veces más fuerte que el de Haití, de 7 grados, libera una energía equivalente a 200 millones de toneladas TNT. El mayor peligro aparte del tsunami, son los incendios provocados en centrales nucleares al apagarse los sistemas de refrigeración. Medios japoneses informan de una explosión registrada en la planta nuclear de Fukushima. El Gobierno ordena evacuar a toda la población en 20 kilómetros a la redonda. Once reactores nucleares paralizan su actividad y el primer ministro de Japón, Naoto Kan, decreta la alerta atómica, aunque el gobierno asegura que no se han detectado fugas radiactivas en o cerca de las plantas nucleares. Pero, en un reactor, el nivel de radiactividad alcanzó mil veces el normal).



Pero volvamos al tema de hoy, la mujer, contemplada ahora con los ojos del humor. Tras la ironía en color de Derkaou, sonreímos con el ingenio de J. R.Mora y de Forges, en blanco y negro.







Así dibuja Manel Fontdevila el Día de la Mujer Trabajadora, Los 110 kilómetros por hora, La corrupción en Andalucía, El manifiesto del PP contra la corrupción y La reacción de Gadafi frente al plante telefónico de Zapatero.






Territorio Vergara expone: Antes y ahora, Por el aro, Escalada de precios, Reacciones y Noticia de alcance.






Finalmente, Pepe nos sorprende con La amenaza pendiente, Cualidad indispensable, Borrón y cuenta nueva; Nos toman por rehenes y Se llega igual, pero más tranquilo.








Terminamos con cuatro vídeos. El primero, son las palabras recogidas el pasado martes del humorista Forges, al inaugurar la exposición sobre su libro Los Forrenta Años, en la Fábrica del Humor (Alcalá de Henares, Madrid)





Los otros tres son sobre el pasado Día Internacional de la Mujer: de un cantautor como Miguel Bosé, de una política como Elena Valenciano y un documental en homenaje a todas aquellas mujeres que lucharon y aún luchan por la misma igualdad de derechos y de oportunidades.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nadie parece atreverse a decir nada....
El silencio y la resignación a largo plazo configuran un potente veneno aniquilador.Cuando lo descubran será violencia de género.

chiflos.

Binggo dijo...

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