domingo, 4 de septiembre de 2011

Los abuelos pobres del 15-M y el impuesto de los ricos.





Los parados y jubilados con más sesenta años no han querido pasar desapercibidos y han levantado su voz en el movimiento 15-M. Ocurría en la asamblea del pasado domingo. Frente a miles de jóvenes, Lázaro Sola, un indignado jubilado propuso su deseo de que “los abuelos del 15-M” hicieran una acampada junto al Congreso. Fue el momento en que se oyeron los aplausos más intensos. “Lo hago en parte porque quiero levantar a la gente de tercera edad –cuenta–. Quiero servir de espejo y que digan: ‘Si este tío, con 70 años, lo hace, ¿por qué no lo puedo hacer yo?’. Necesitan ese empujoncito, que se sientan ellos también protagonistas”. Lázaro esperaba que, a lo largo del día, más veteranos se fueran uniendo a la acampada. “En las manifestaciones y asambleas, hay más abuelos de los que la gente piensa”, aseguraba Violeta. “Pero parece que lo único que interesa es reflejar solo a los jóvenes y pintarlos además de perroflautas”. Y, tras la asamblea multitudinaria en Sol, cerca de 200 personas escoltó en silencio a seis indignados “veteranos” –Violeta tiene 59 años; Juan Felipe, 60; Pilar, 68 años; Lázaro Sola, 70; Román, 76; Ángel, 70–, que se dirigieron al césped, entre las glorietas de Neptuno y Cibeles, donde tenían previsto montar las tiendas.


Lázaro Sola, el indignado jubilado que participó en la asamblea de Sol del pasado domingo – foto de Guillermo Sanz.




Por el camino, en un par de ocasiones, Román, uno de los abuelos pobres del 15-M, no pudo evitar gritar contra los congresistas que, esta misma semana aprobaron la reforma constitucional: “Que no, que no, que no nos representan”. A los seis mayores el Movimiento 15-M la hazaña que iban a protagonizar les había devuelto la energía. “Para mí – aseguraba Lázaro– ha sido una fuerza que me ha dado juventud y me he transformado totalmente. Mis hijos me dicen que parezco otro”. Ángel, un ex técnico de telecomunicaciones, coincide con él: “Esto me da fuerzas. Lo que no he hecho a mis 20 años lo voy a hacer ahora”. Ninguno de ellos parece dejarse abatir por la incomodidad de dormir en la calle. “Es una experiencia que me costará –reconoce Ángel–. Pero es algo nuevo, y, al final, la ilusión puede mucho más”. Violeta tiene claro la importancia de las acampadas: “Los huesos te duelen más que a otra edad, pero lo que está pasando es muy grave y a la gente que está próxima a jubilarse nos afecta muchísimo”. Los seis “veteranos” acampan en la noche del 31 de agosto en el Paseo del Prado para protestar contra la reforma, el segundo cambio constitucional acometido por la democracia, que fue aprobado con 9 votos menos que el texto nacido en 1978 y que verá la luz, si no hay cambios, sin referéndum. A las tres y media de la madrugada se acuestan en los colchones. “Me indigna tanto esta reforma –explica Violeta– que lo menos que puedo hacer es acampar. Siendo mujer y con 59 años, nadie me va a dar trabajo –asegura–, con lo cual voy a pasar del paro a la jubilación con una pensión mínima. La reforma puede suponer que, en algún momento, en lugar de pagar las pensiones, paguen la deuda, y esto es muy grave. El PSOE y el PP han puesto el capital por encima de las personas”. Ángel lamenta el conformismo que hay entre la gente de edad avanzada. “Decimos: bueno, mientras no nos toquen la pensión... Pero, claro, luego piensas en tus hijos, que si uno está en paro, que si otro pierde su trabajo, y de ahí viene la indignación”.






Este hombre de la tercera edad daba el 20 de mayo pasado un discurso ante miles de jóvenes.





La acampada de los mayores, en el Paseo del Prado, tenía previsto durar cuatro días. Luego, según lo que votasen los diputados respecto a la reforma pactada por el PSOE y el PP para limitar el déficit, decidirían si quedarse más tiempo o levantar las tiendas. “Meteremos presión -comentaba Lázaro medio en broma– y a ver qué hacen. Si viene la policía y nos pega o qué. Si por mí fuera, no estaría metido ya en berenjenales –explica–, pero tengo 5 nietos… Decían que la juventud estaba dormida, pero ahí la tienes, despierta”. Lázaro recuerda que, el 15 de mayo, acudió “un poco engañado” a la manifestación que pedía una democracia real, porque pensaba que era “en apoyo del juez Garzón”. Aquel día vio nacer el movimiento de los indignados. “Ver lo que se produjo, me dio vida”, asegura. “Los de mi edad, hace 35 años, estábamos peleando en la calle, así que algo tendremos que hacer ahora”.






El abuelo cebolleta.





Pero, curiosamente, un gran número de efectivos de la Policía Municipal y la Policía Nacional se presentó en la madrugada, con indumentaria antidisturbios, como si temieran la reacción que aquellos seis mayores pudieran despertar, y les conminó a levantar el campamento para que los trabajadores del servicio municipal de limpieza pudieran hacer su trabajo en el lugar y poner punto final a aquella aventura Y la acampada no fue más allá de aquella noche. “Nosotros somos pacíficos y obedecimos, pero hemos llamado a nuestros abogados y a todos los medios de comunicación y nos quedaremos por aquí” aseguran ellos. Tenían previsto mantener la acampada hasta el próximo 2 de septiembre para “dar a entender que se hacía una reforma de la Constitución a espaldas del pueblo con nocturnidad y alevosía”. Y los seis veteranos, cuatro hombres y dos mujeres, arropados por un centenar de indignados, tuvieron que retirarse ante la fuerza acumulada contra ellos.


Viky Frías, en su blog (toleranciaintolerancia.blogspot.com) titula “Lenin ha perdido el corsé”, en el que escribe:
“Se sientan en las plazas,
visten amplias faldas
y abundantes pendientes;
llevan pancartas
donde escriben verdades como puños;
levantan tiendas:
una para Moisés, otra para Elías
y la tercera para la justicia.
Herederos en imaginación
de los abuelos,
también son pacifistas,
pero no arrancan adoquines,
no usan armas
ni levantan barricadas.
Una red virtual los aglutina,
atentos a todo tipo de signos y palabras.
Son jóvenes portadores de utopías
y siguen ahí, mecidos por los sueños
de tantas esperanzas muertas, con ellos renacidas”.






José Blanco, ministro de Fomento.





En el otro extremo de estas protestas, otro colectivo, el de los ricos, se atrinchera gracias a los mismos políticos que, desde el Congreso, parecen tratarlos con guantes de seda. Y, para equilibrar los esfuerzos y salir de la crisis, al Gobierno se le esfuma la posibilidad de imponer una mayor carga fiscal a los que más tienen. No es la primera vez que el Consejo de Ministros tiene esta opción encima de la mesa pero los ricos, al contrario de los pobres, siempre salen, en este país, indemnes de las peores tormentas financieras. Ni el paso adelante que dieron los ricos franceses esta misma semana para pagar más impuestos, asumido en cuestión de horas por las autoridades galas, ni la iniciativa italiana en este mismo sentido, ni la alemana, han convencido a las autoridades españolas. El Gobierno, al que muchos sectores de su propio partido, el PSOE, hace tiempo que le piden un guiño hacia la solidaridad repartida entre todos, ha vuelto a dar marcha atrás. Ninguna de las propuestas sugeridas ha sido aún aprobada, pese a la posibilidad de revisar la fiscalidad de las altas fortunas. Ni una palabra sobre ello en la presentación de las medidas tomadas en el Consejo de Ministros. La expectativa era tal que la primera pregunta de los periodistas a José Blanco, ministro de Fomento y portavoz, fue sobre este tema. “Es evidente que en el Consejo de Ministros de hoy –zanjó el alto cargo– no se ha abordado este asunto, porque si no, se lo habría contado”. En mayo del año pasado, durante uno de los momentos más duros de la crisis, cuando el Gobierno tomó la decisión de recortar los sueldos de los funcionarios e incluso se tocaron las pensiones, también se puso encima de la mesa del Consejo de Ministros un impuesto especial a los más ricos. Y tampoco esa vez salió.






“Algunos millonarios franceses y de otros países –escribe Fernando Villaspín en el artículo “Izquierdas al borde de un ataque de nervios” – se ofrecen a que les aumenten los impuestos, avergonzados quizá por todo lo que han venido acumulando en los últimos, años, pero ninguno propugna el cierre de los paraísos fiscales”. Pero, en nuestro país se han ahorrado hasta este gesto. De Cospedal, secretaria general del PP, acusa al PSOE de “intentar engañar” a la gente al anunciar que subirá los impuestos a los ricos, ya que, según dice, los hechos y la política que ha practicado el Ejecutivo socialista “desmienten” esas promesas. Cospedal recuerda que el Ejecutivo socialista “quitó” el “impuesto de patrimonio” y la “desgravación fiscal” por la compra de la primera vivienda y aprobó una bajada del IVA del 8 al 4 por ciento para la compra de una vivienda “sin límite de renta y sin que sea vivienda habitual”. Y recomienda al PSOE que “no intente dar lecciones” porque los hechos “le contradicen”. Claro que la presidenta de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y número 2 del Partido Popular afirma que el Partido Popular está en contra de recuperar el Impuesto de Patrimonio, ya que, “más impuestos equivale a más paro”. En una rueda de prensa, en Toledo, tras la reunión del comité de dirección, presidido Mariano Rajoy, señala que los españoles saben que “generalmente las grandes fortunas no pagan el impuesto de patrimonio” y, por lo tanto, “es una mentira” y “demagogia” que el PSOE diga ahora que se va a crear ese impuesto para que paguen los ricos.






Esteban González Pons explicó esta semana que el PP no llevará en su programa electoral una subida de impuestos (incluida la programada sólo a los más ricos), pero reiteró, curiosamente, que las grandes fortunas deberían seguir el ejemplo de Francia y arrimar el hombro para que los impuestos de los ricos “no los acabe pagando, como siempre, la clase media”. Al final, el gesto del vicesecretario de Comunicación del PP se quedó en dar ánimo a los más ricos para que arrimen el hombro, porque la intención de los conservadores no está en gravar a las grandes fortunas. “El PP –recalcó Pons en una entrevista en la cadena COPE –no llevará en su programa electoral una subida de impuestos porque hacerlo “es dejar escrito que no tienes ni idea de cómo salir de la crisis”, y descartó incluir una subida a los más ricos. Pero no dejó de insistir: “El ejemplo de las grandes fortunas francesas –que han pedido que les suban los impuestos– vale para las españolas”. Y pidió un esfuerzo para que los impuestos de los ricos “no los acabe pagando, como siempre, la clase media”, que, en su opinión, es lo que pasará con los impuestos que el candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba quiere proponer. Porque, como propone su colega, Cospedal: “Más impuestos equivale a más paro”. Y la secretaria general del PP dejó clara su posición: “El PP está en contra de crear o de volver a poner el impuesto de patrimonio. Y decir que las grandes fortunas lo van a pagar es una mentira. Es hacer demagogia.






Y sin embargo, la gente rica de algunos países, como Francia y Alemania o EEUU, han propuesto a su Gobierno que les suban los impuestos. Alguno de los mega-ricos norteamericanos, como Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del mundo, con una fortuna estimada en 50.000 millones de dólares, quiere pagar más impuestos. De hecho, se escandaliza porque su secretaria paga más que él. Dieciséis millonarios franceses, encabezados por la dueña de L'Oréal, Liliana Bettencourt, piden que les suban la presión fiscal un día antes de que Sarkozy, con el objetivo de reducir el déficit, pusiera una tasa del 3% a los que ganan más de 500.000 euros. Igualmente, se han sumado un grupo de 50 millonarios alemanes. Pero el ejemplo ofrecido no ha servido de nada en España, en donde ninguna de las grandes fortunas ha dicho ni palabra. Han guardado un prudente silencio como el mantenido cuando sucesivos gobiernos aprobaron rebajas fiscales que les beneficiaron. Y callado permanece, por ahora, el Consejo de Ministros, aunque se haya barajado la posible recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio. Las arcas públicas han sufrido una sustancial caída de ingresos durante esta crisis, pero ¿cuánto han dejado de pagar los ricos en los últimos años? En los últimos 15 años, según los datos publicados, el tipo efectivo de las rentas altas ha bajado del 49,15%, en 1994, a 30,8 %, en el 2008. Lo que supone que el tipo efectivo para las rentas más altas ha bajado más de 18 puntos. Y a los ricos-ricos, los que declaran más de 600.000 euros, su tipo efectivo baja al 27,4% en 2008. Ya en 1998, la Memoria que elaboró el Ministerio de Hacienda destacaba que algunas deducciones son regresivas: benefician más cuanto más ganas. La conclusión es que los más ricos pagan ahora en el IRPF menos de dos terceras partes de lo que pagaban hace casi 20 años. La rebaja fiscal más importante se produjo con la reforma fiscal del PP que entró en vigor en 1999.






“Los ricos –dice Ignacio Zubiri, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad del País Vasco– utilizan mecanismos de elusión y evasión y hay una tolerancia terrible en la sociedad hacia los defraudadores, a los que siguen considerando buenos ciudadanos”. Y, mientras existan, los poderosos –observa Carlos Martínez, presidente de la plataforma Attac-España–, tendrán una válvula de escape para su dinero. Por eso, Zubiri propone, en un artículo de “El País”, que la Administración haga pública la lista de defraudadores como reproche social. Y Eduardo Gutiérrez, economista del Gabinete Interfederal de CCOO, destaca que los ricos no tributan en el IRPF, sino que lo hacen a través de empresas: “Muchas de ellas son las sociedades de inversión de capital variable (SICAV), que permiten tributar a un ventajoso 1%, y, en otros casos, simples sociedades tenedoras de valores, sin plantilla y con declaraciones que suelen estar repletas de deducciones”. Gutiérrez recalca que las grandes empresas apenas tienen un tipo efectivo del 10% sobre sus beneficios, muy inferior al de las rentas del trabajo. “La normativa hace posible que haya instrumentos que se cuelan por los recovecos de la ley para no tributar. Y estas personas, que tienen unos elevados patrimonios, con un adecuado asesoramiento y sin recurrir a ilegalidades, casi no pagan impuestos”, denuncia José María Mollinedo, secretario general del sindicato de técnicos de Hacienda, Gestha. “Los tipos impositivos en España no están entre los más bajos de Europa y, sin embargo, España es el país que menos recauda –explica Zubiri–. La crisis que vivimos es en buena parte una crisis de ingresos”. En 2010, en la Europa de los 15, el único país que recaudaba menos que España era Irlanda; hasta Grecia recaudaba más.






Una oleada de solidaridad 'millonaria' recorre el mundo, pidiendo una subida de impuestos para las grandes fortunas, con el fin de contribuir a la salida de la crisis mundial. Cuatro conocidos millonarios alemanes han hecho un llamamiento a través del semanario político Die Zeit para elevar la tributación de las grandes fortunas del país y contribuir así a incrementar los ingresos de las arcas del Estado en tiempos de crisis financiera. Jürgen Hunke, empresario retirado que hizo su fortuna con el sector de los seguros, Hunke es partidario de incrementar masivamente los impuestos de transmisión, mientras Michael Otto, propietario de la multinacional de venta por catálogo que lleva su apellido, asegura que “no tendría problema alguno si incrementan el IRPF” a quienes tienen los ingresos más abultados. También Martin Kind, propietario de una empresa de audífonos y presidente del club de fútbol Hannover 96, expresa su disposición a pagar más impuestos “con la condición de que el Estado se comprometa a utilizar esos ingresos suplementarios exclusivamente en amortizar su deuda”.






El impuesto a las grandes fortunas y la desvergüenza del Gobierno.






Y, mientras tanto, en España, el Gobierno juega, desde hace más de un año, con el globo sonda de una posible subida de la tributación de los 'ricos', algo que contenta a la mayoría de la sociedad pero que los expertos ponen en entredicho. Alegan que habría espantada de grandes fortunas y hay quien considera que lo pagarían las clases medias. Zapatero niega, una vez más, ese aumento de impuestos, al menos antes del final de legislatura. Pero... ¿en qué piensa realmente el Gobierno? En su comparecencia junto al primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, Zapatero, preguntado por si el Ejecutivo contempla entre sus medidas económicas alguna tendente a subir los impuestos a las rentas más altas, contestó: “No está previsto”. Y Blanco dice que no hay tiempo para un impuesto para los ricos. Pero, tanto el uno como el otro se olvidan de que, en ocho años, tampoco lo ha habido. Según estos gurús, ahora no es tiempo para una reforma fiscal. Pero sí lo es para reformar la Constitución.






Desde Mallorca, Pep Roig presenta la mejor composición humorística sobre el tema de la semana: “La patrona observa la mercancía”. Otros dibujantes de la semana inciden en lo mismo: Ferrán 2011, MSCOY, Raúl Salazar, El Roto y el dibujo aparecido en el diario portugués “Espresso” sobre el desequilibrio entre pobres y ricos.










Manel Fontdevila se pregunta ¿Y si…?, se mete en la política catalana, hace una alusión curiosa y sigue dibujando el “Bendito verano”.





Territorio Vergara nos dibuja el veto de Llamazares, la dieta de Cospedal y continúa con su Diccionario Biográfico español (Díaz Ferrand, Méndez y Toxo y Gonzalo Anes.









Y Pep Roig nos presenta el hambre de la cultura, el optimostólogo, y sigue con las Noticias alegres de Tot Vabe: Rajoy y cierra España, y La izquierda, de derechas.






Román y Julio, jubilados, se unían el 17 de mayo a la acampada protesta de la Puerta del Sol.

Francisco Román Otero, el abuelo que representa a buena parte del espíritu del 15-M, hablando el 9 de junio pasado a la gente congregada frente al Congreso. Tiene 76 años, militó en el PC y se define como revolucionario. Lleva en la Puerta Sol desde que comenzó el movimiento y se ayuda de un megáfono para agitar a las masas. Sus palabras son escuchadas con atención por los “indignados”, que han encontrado en este viejo militante de izquierdas a un nuevo icono.

El gobierno busca ricos. (Humor)

Los ricos sacan su dinero de España. (Humor)

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