martes, 24 de enero de 2012

Matanza de zorros en Galicia por el placer de matar.


Raposos mortos en Galicia.


Alguna de las fotografías que acompañan este escrito fue tomada el sábado pasado tras el “campeonato” gallego de caza y muerte del zorro. Los “deportistas” de la muerte salieron al monte, con total desprecio por el riesgo en que ponían a los demás ciudadanos y se dedicaron a arrebatar al medio natural una fauna que es patrimonio de todos. Los participantes en esta caza del zorro han matado ya a más de cien animales en Galicia, según denuncian organizaciones animalistas. La Federación Gallega de Caza organiza y consiente este tipo de descalabros insensatos, como consiente que violen la ley de caza y se dediquen a disparar cuando la visibilidad está seriamente reducida. Nuestras mediocres autoridades, la Xunta de Galicia, consiente este tipo de descalabros y que unos cuantos 'intelectuales' de la escopeta se dedican a diezmar a un animal noble y libre, extendiendo la temporada, de forma injustificada, hasta el 10 de febrero y autorizando batidas contra él”.

Año tras otro y gobierne quien gobierne, se montan orgías de acoso al único mamífero que aún sobrevive silvestre en el monte. La Federación intenta convencer de que hay algo noble en sus insensibles almas, al intentar justificar sus estériles y sangrientas matanzas, diciendo que con esta actividad “controlan” el número de individuos. Como si en esta comarca, o en cualquier otra, incluso donde no se realizan estos deplorables campeonatos, hubiera problema alguno con el zorro.

“La gente enferma de crueldad –denuncian la organizaciones animalistas–, de sadismo y egoísmo. Y mata por placer, por darse el gusto de quitar la vida a un ser noble y hermoso, que solo posee su vida, que no molesta a nadie y que solo pretende criar a sus hijos. Por el contrario, quien disfruta matando sin necesidad, sin aprovechar nada de sus víctimas a las que tira a la basura, se divierte quitando una vida inocente... Es gente sin escrúpulos, embrutecida, sádica, egoísta e ignorante, capaz de cualquier crueldad y carente por completo de empatía. Si pretenden ser cazadores solo porque se visten en la misma boutique, están equivocados. Ser cazador era otra cosa. Ahora, quienes así actúan son escopeteros. O ni eso siquiera, porque lo que hacen es muy, pero que muy cobarde”.

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