Cuando los ministros cobran de más y los parados, de menos.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Soraya, portavoz y ministra de presidencia.
Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy es el primero de los ministros que sigue cobrando 870€ al mes del Congreso para afrontar los gastos de “alojamiento y manutención” en la capital, pese a que vive con su familia en el palacio de la Moncloa, lugar que acaba de contar con un Departamento de Seguridad encargado de apoyar al presidente ante situaciones de emergencias nacionales o crisis como conflictos internacionales, calamidades naturales o accidentes catastróficos. Total, que el presidente está en todo, incluso en el llamado Búnker de la Moncloa que Zapatero había eliminado durante su presidencia. Claro que las circunstancias han cambiado y los españoles nos hacemos cargo del peligro inminente que rodea al presidente. precavido hasta en estos detalles. Lástima que su diligencia no llegue a los millones de parados que viven olvidados de la Administración en el mismo país, ni al medio millar de propietarios que cada día son desahuciados de sus casas por no pagar sus desorbitadas deudas.
El líder del PP no cobra el sueldo de diputado porque la ley impide embolsarse dos salarios de la Administración pública, pero sí recibe la indemnización mensual para “cubrir gastos” que perciben todas sus señorías: 1.823,86 euros para los diputados de fuera de Madrid y 870,56 para los de la capital, como es su caso. Dicha cantidad no tiene carácter salarial y está exenta de tributación por lo que su percepción es compatible con la retribución que cobra como presidente del Gobierno, que asciende actualmente a 72.600,36 euros anuales. Ni en La Moncloa ni en Génova, la sede nacional del PP, han querido ni sabido explicar hasta el momento cuántas retribuciones del erario público recibe. Tampoco aclaran si el presidente del Gobierno tiene intención de renunciar a esa paga mensual de 870,56 euros que percibe del Congreso para alojamiento y manutención.
Y, mientras Rajoy compatibiliza su sueldo de presidente con la paga del Congreso, los ex ministros y ex altos cargos ya no podrán cobrar al mismo tiempo, como ocurría hasta ahora, un salario público o privado ni la indemnización que percibían durante los dos años posteriores a su cese, equivalente al 80% de la retribución que ingresaban cuando estaban en activo. El decreto de ajuste aprobado la semana pasada acabó con esa cesantía. La medida afecta a una veintena de ex ministros de José Luis Rodríguez Zapatero, que perderán esa indemnización bien porque cobran su sueldo de diputados, porque ocupan otros cargos públicos remunerados o porque trabajan en el sector privado. El único que ha rechazado voluntariamente esa compensación económica es Alfredo Pérez Rubalcaba, que renunció a ella tras cesar como vicepresidente del Gobierno, en julio del año pasado.
Jorge Fernández Díaz, ministro de Interior y diputado del PP por Barcelona, completa su sueldo oficial con 1.823,86 euros mensuales que le paga el Congreso para gastos de alojamiento y manutención en Madrid, pese a que vive en la propia sede del ministerio, en el paseo de La Castellana. Fernández Díaz, que ingresa un salario de 64.053,79 euros anuales, tampoco cobra el sueldo de diputado porque la ley prohíbe percibir dos retribuciones públicas, pero sí se embolsa las dietas que paga el Congreso para “afrontar los gastos de alojamiento y manutención en la capital”. Son sesenta y dos los parlamentarios que siguen percibiendo esas ayudas pese a que tienen vivienda propia en Madrid. Entre ellos, Soraya Sáenz de Santamaría, los ministros Alberto Ruiz-Gallardón, Ana Mato, Miguel Arias Cañete, Cristóbal Montoso (quien tiene tres pisos en propiedad en Madrid y que es uno de los cerebros del severo plan de ajuste impulsado por el Gobierno), Fátima Báñez (Huelva), José Manuel Soria (Las Palmas), Ana Pastor (Pontevedra). El único que ha renunciado a ese privilegio, pese a que concurrió a las elecciones en Valencia y vive en Madrid, es Toni Cantó, de UPyD. “Tengo casa aquí –declaró Cantó–; sería un timo que cobrara las dietas que me corresponden por pernoctar en Madrid en un hotel”. Pero ninguno ha seguido su ejemplo. UPyD ha pedido al presidente del Congreso, Jesús Posada, que suprima esas dietas, pero tanto el PP como el PSOE han tachado la propuesta de “populista” y “demagógica”.
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