martes, 12 de noviembre de 2013

El suicidio de Canal 9.

  Miles de personas durante la manifestación convocada por el Comité de Empresa de RTVV bajo el lema “RTVV no es tanca. És la teua”.

 
José A. Pérez, ha escrito opinión en Público, Orsai y El Correo. Ahora lo hace en Rolling Stone, Jot Down y El Confidencial.  Además, tiene una sección en "Hoy por Hoy" (Cadena SER) y otra en "Más que palabras" (Radio Euskadi) y mantiene un blog  www.mimesacojea.com, donde publica “lo que nadie en su sano juicio me publicaría. Dice ser “de extrema derecha por la mañana, sobre todo cuando madrugo, pero me reconcilio con los derechos civiles después del segundo café”. Es el autor del artículo que sigue, titulado ‘El suicidio de Canal 9’, en el que dice:

“Algunos periodistas de Canal 9 han descubierto esta semana que llevan una década manipulando a la opinión pública. El trago ha debido de ser peliagudo. Imagine usted que llega un martes cualquiera a la oficina y, de golpe y porrazo, descubre que lleva diez años poniendo cara y palabras a la propaganda de una panda de corruptos medio tarados. Un shock.

“Porque, claro, de haberlo sabido antes, podrías haber hecho algo. Podrías haberte negado o, qué sé yo, haberlo denunciado. En última instancia, incluso podrías haber dejado el trabajo, pero, ¿cómo ibas a suponer que estaba ocurriendo algo así? Al fin y al cabo eres periodista, no adivino. A ti te decían di esto y tú lo decías lo mejor que sabías, bien vocalizado y con una sonrisa.

“Y eso no es lo peor. O igual sí, vaya, pero no es el único disgusto que se han llevado los currelas de Canal 9 esta semana. Resulta que, al mismo tiempo que se descubrían cómplices involuntarios de la manipulación política, han sido informados de que están a punto de dejar de serlo. Por fin de obra.

“Para exponer su desacuerdo con el cierre de la herramienta propagandística en cuestión, sus trabajadores han decidido ocuparla. La consecuencia para el espectador ha sido, como mínimo, sorprendente. Por primera vez, los informativos de Canal 9 han atacado al Gobierno autonómico. Y como la gente está ávida de motines, la audiencia de la cadena se ha doblado. Es normal, después de todo, ¿quién ha visto alguna vez a una televisión autonómica atacando al gobierno que la mangonea? Desde un punto de vista televisivo, es algo tan exótico como un perro en un monopatín o una llama conduciendo un Twingo.

"Alguno de los periodistas okupas, arrebatado por el aroma de la libertad recién conquistada, ha declarado que "nunca había trabajado con tanta independencia". Claro que en la entrevista no especifica si lo había intentado alguna vez.

“El presidente de la Generalitat, por su parte, dice que él no va a cerrar un colegio para salvar una televisión. Menos mal que todavía quedan hombres con las prioridades así de claras. Imagínense ustedes a un niño muriendo en una esquina porque el dinero de su terapia se ha gastado en, póngase por caso, un plano aéreo de las fallas. Ni siquiera la habilidad dialéctica de los líderes de la Generalitat podría justificar tal cosa (salvo que el niño muerto sea moro o negro, en cuyo caso empezarían a surgir los matices).

“Y en un giro de trama propio del mejor Mihura, el president, alarmado por la okupación de la tele y los titulares que está generando, ha declarado, con escándalo manifiesto, que los periodistas manipulan. Y no solo manipulan, ¡es que manipulan con dinero público!

“No es difícil imaginar a Fabra, cabreadísimo en su despacho, gritando a algún subalterno:

- ¡Esos cabrones están manipulando al revés!

“Hace diez años, los ciudadanos de Valencia perdieron su televisión. La agonía ha sido lenta y trabajosa, como cualquier proceso en la administración pública española. Esta semana, por fin, Canal 9 ha fallecido. Causa de la muerte: suicidio. Tenía 24 años y toda la vida por delante”.

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