De infantas y progenitores.
Los reyes y los príncipes.
“Hace poco más de un año –escribe Sabino Cuadra Lasarte, diputado de
SORTU, en el artículo ‘De infantas y progenitores’, en Cróncias Popular– el
prestigioso diario The New York Times calculaba el patrimonio del rey
Juan Carlos en unos 1.800 millones de euros, afirmando que se trataba de una ‘fortuna opaca’. Lo decía, más que
nada, porque cuando fue nombrado sucesor de Franco, accedió al cargo con poco
más que una mano por delante y otra por detrás, ya que la paga que le daba su
padre no le daba para ahorrar mucho. Para el diario, era ‘un secreto cómo ha amasado su considerable
riqueza personal’ hasta situarse en la lista mundial Forbes, de
millonarios, entre las primeras fortunas reales europeas. Porque, claro está,
con los escasos 8 millones de presupuesto para toda la Casa Real , llegar a los
1.800 actuales exige tener unas muy altas habilidades en el terreno de los
negocios.
“Como es lógico, las explicaciones que, caso de
darlas, pudiera dar el propio rey para aclarar lo anterior (según la ley no
está obligado a dar cuenta alguna de su patrimonio) no pueden tener mucha
credibilidad. Quien en su día juró ante Dios y los Santos Evangelios ‘lealtad a su excelencia el Jefe del Estado
–es decir, el genocida Franco- y fidelidad a los principios del Movimiento
Nacional y demás Leyes Fundamentales del Reino’ y después se ha
autoaireado como paladín de la democracia, no resulta muy de fiar. ¿Y qué decir
de quien desde 1968 ha
sido presidente de honor de la
ONG WWF , protectora de los animales, y no ha
tenido empacho alguno en pluriociosear su cargo con la participación en
safaris, en Bostwana, abatiendo elefantes africanos en peligro de extinción a
30.000 euros la pieza? Luego, claro está, como le pillaron en fuera de juego,
soltó entre pucheritos aquella trabajada frase que tanto nos conmovió: ‘Lo siento mucho. Me he equivocado. No
volverá a ocurrir’. Los de la
ONG no le creyeron y le botaron de la presidencia. No era
para menos.
“Por primera vez en la historia de la familia
real se anuncia el desglose de los ingresos públicos (sueldos más gastos)
asignados a cada uno de ellos: el rey Juan Carlos, 292.752 euros; la reina
Sofía, 131.739 euros; el príncipe Felipe, 146.376 euros y la princesa Letizia,
102.464 euros. Claro está, al margen de lo que se piense de estos sueldos, es
evidente que con ellos no da ni de coña para que el patrimonio de uno alcance
los 1.800 millones de euros. La explicación habrá que buscarla pues en las
cordiales relaciones –llamémoslas así- que el monarca ha mantenido desde
siempre con los grandes prebostes de la Banca española y las satrapías petroleras del
Golfo Pérsico.
“Tras la declaración de la infanta ante el juez
Castro me he hartado de leer y oír en todo tipo de medios que su respuesta a
las seis horas de interrogatorios se han resumido en una sola idea: ella tenía
plena confianza en su marido y desconocía todo lo que éste hacía. En cualquier
caso, si mal no lo he aprendido en la carrera de Derecho, la confianza plena en
el pichurri conyugal no es eximente penal alguna. Pero igual cuela, ¡vaya vd. a
saber! De todas maneras, visto lo visto, hay una pregunta que queda en el aire.
Caso de que la infanta sea declarada responsable y condenada por los delitos de
fraude fiscal y blanqueo de capitales, ¿cuál puede ser la explicación de su
conducta, el amor ciego que profesaba a su consorte o la cosa era más bien
genética y le venía de casa? La
respuesta está en el viento, que diría Dylan”.
1 comentario:
a) La ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento.
Lo aprendí cuando lo de Lola Flores.
b) Si tanto ama a su marido: ¿Cómo es que ahora le culpabiliza de todo y lo abandona a su suerte?
c) ¿Cómo es que teniendo todo tipo de información a su alcance lo ignoraba todo?
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