domingo, 1 de junio de 2014

En Francia, Grecia Holanda y Dinamarca, sobresalen los ultras; en España, “Podemos”.


 
El bloque de izquierdas (social-democracia, izquierda radical y Verdes) lograba el domingo pasado, en las elecciones europeas, cierta ventaja respecto al centroderecha (PPE y otros partidos conservadores) con los liberales a medio camino entre unos y otros y los populistas en alza, especialmente por parte de Francia, Grecia, Reino Unido y Dinamarca. España expresaba con sus votos un bipartidismo de capa caída (PP-PSOE) y una izquierda que avanzaba mientras que, en Francia, el Frente Nacional de Le Pen se imponía por primera vez con el 26% de los votos, frente al 20,6% de la UMP y el 13,8% del Partido Socialista, el más bajo de su historia. Los ultras confirmaban su alza imparable. El FN cuadriplicó los resultados de hace cinco años, pasando a tener 24 diputados, un tercio de los 74 que Francia aportaba. La ola blue Marine se llevó también por delante a los Verdes. Con un renovado discurso patriota, xenófobo y populista, Marine Le Pen, de 44 años, fue la primera líder que compareció en televisión, pidiendo al presidente de la República que tomase “las medidas que se imponen para que la Asamblea vuelva a ser nacional, representativa del pueblo, y capaz de llevar a cabo la política de independencia que el pueblo ha elegido”. En su opinión, “el pueblo soberano ha hablado fuerte y claro” para decir “que quería asumir las riendas de su destino” y que se aplique “la política de los franceses, para los franceses y con los franceses”. El propio primer ministro, Manuel Valls, dijo que el resultado de las elecciones “no es un alerta, sino un tsunami político, un seísmo, para todos los responsable políticos” y añadió, preocupado: “El momento es grave para Francia y para Europa”. En los últimos meses, Marine Le Pen había dado un empuje al FN, mezclando propuestas clásicas de la ultraderecha, como el cierre de las fronteras comerciales y el férreo control de la inmigración, con proclamas de un antieuropeísmo primario e ideas antiglobalizadoras tomadas de la extrema izquierda. Preconizó un referéndum para aprobar la salida de Francia de la moneda única y la devolución de la soberanía presupuestaria, fiscal y monetaria a los Estados nación. Sus ideas calaron entre los menores de 35 años y las clases populares, obteniendo el apoyo del 30% de los jóvenes y del 43% de los obreros, mientras que los socialistas solo recogieron el voto del 8% de los obrer
 
                                                                       Miembros de Amanecer Dorado.                                                 

En Austria, la extrema derecha del Partido Liberal FPÖ se colocó como tercera fuerza, consiguiendo casi un 25% de escaños. En la misma posición se situaban los neonazis griegos de Amanecer Dorado (9,4% de los votos) y los ultras, Verdaderos Finlandeses (12,9%). El partido ultraderechista quedó en Grecia en tercer lugar, con un 8,3 % de los votos que le permitía entrar con dos diputados en la Eurocámara. No obstante, el partido Sirias lograba la victoria en las elecciones europeas, con un 26,7 por ciento. Se trata de la primera victoria en unas elecciones nacionales del partido anti-austeridad griego. En Holanda, las primeras estimaciones electorales relegaron al ultraderechista Wilders a la cuarta plaza. Y, en Dinamarca, el ultranacionalista y xenófobo, Partido Popular Danés, ganó con el 23,1%. El Partido Socialdemócrata de la primera ministra Helle Thorning-Schmidt quedaba en segundo lugar, con el 20,5%. Ultras y antieuropeos sumaban uno de cada cuatro votos en la UE. La ultraderecha xenófoba lograba un triunfo rotundo con más de la cuarta parte de los votos, e infringía una dura derrota a socialdemócratas y liberales. El ultranacionalista Partido Popular Danés estaba representado con cuatro de los trece escaños daneses en disputa. Los demócratas suecos, socios europeos de Le Pen, lograrían 2 eurodiputados. Le Pen se consolidaba como la punta de lanza de la extrema derecha en Europa y del avance del populismo. Las grandes familias políticas mantenían su posición. Los conservadores ganaban las elecciones tras sufrir un serio correctivo. Las fuerzas euroescépticas, que han experimentado un auge en buena parte de países de la Unión Europea a raíz de la crisis económica, sumarán en la futura Eurocámara un centenar de escaños. Los mayores exponentes de esas formaciones son el FN de la líder francesa Marine Le Pen, y el partido independentista británico (UKIP) de Nigel Farage, con el 30% de la representación en Reino Unido. Estos resultados dibujan un panorama claro del próximo Europarlamento que nace con el ascenso de ultras y antieuropeos, tras la imposición de la política de recortes y de la mayor crisis de legitimidad de las instituciones europeas. Con su victoria en Francia, la presidenta del FN se posiciona como el adalid de postulados xenófobos, amenazando con condicionar la agenda comunitaria sobre cuestiones como la inmigración o la libre circulación de personas.
 
Los ultras vencen en Francia.

Sin duda, el mayor protagonista de la jornada electoral europea ha sido el terremoto, por otra parte esperado, del FN en Francia. Un partido de extrema derecha que ha arrasado, literalmente, al conseguir el 24% de los votos, con los que aspira a hacerse con entre 23 y 25 escaños de los 74 que están en juego en el país galo. La extrema derecha consigue también grandes resultados en Dinamarca, Grecia, Austria o Hungría. El socialista alemán, Martín Schulz, candidato a la presidencia de la Comisión Europea y presidente de la Eurocámara saliente, señala que el resultado obtenido por Le Pen supone que esta jornada “es un mal día para la UE. El que haya ganado el Frente Nacional en Francia... No es el único país”. El alemán se refiere también a los resultados que se han dado en Reino Unido, donde UKIP se postula como primera fuerza con cerca del 30% de los votos y 15 de los 73 escaños británicos. El racista y populista Farage, que reclama abandonar la UE, se convierte así en el aglutinador del castigo contra los laboristas (24%) y los conservadores (23%). El batacazo total sería para los liberaldemócratas de Nick Clegg, que perderían al menos cinco eurodiputados y por ahora no obtendrían representación en el Parlamento europeo. Tanto Farage como Le Pen intentarán formar grupo parlamentario en la Eurocámara. La francesa anunció su intención de formar el grupo de la Alianza Europea con la Libertad con los demócratas suecos, el PVV holandés, el Vlaams Belang en Bélgica, el FPO austríaco y la Liga Norte italiana. Sin embargo, necesitará también sumar los escaños de alguna formación nueva para compensar la pérdida del socio eslovaco.  Nigel Parage, líder del UKP, critica a Le Pen, que tachó a su partido de racista y ésta suelta andanadas contra la prensa francesa, acusándola de  conspirar contra su partido. Tanto  los extremistas galos como los nacionalistas británicos se encuentras alejados de su objetivo final para el que requieren el visto bueno de partidos que sumen en total más de 25 eurodiputados y que estén radicados en, al  menos, siete estados miembros. Objetivo que supondría formar grupo propio, contar con más financiación y servir de altavoz para lograr la trascendencia de sus mensajes. Pero, la suma del FN, UKIP y el resto de partidos radicales eurófobos no alcanza el 13% del recién elegido hemiciclo, llegando sólo a la quinta parte del Parlamento Y sólo si Le Pen no logra aumentar su nivel de apoyo parlamentario, se vería abocada a una situación peor en la que podría echar mano de los neonazis, los griegos de Aurora Dorada, o del parlamentario alemán del NPD.


La Unión Europea cuenta con un total de unos 505 millones de personas en los 28 países miembros. Pero sólo 390 millones fueron llamados a votar a los miembros del Parlamento Europeo. Según el Eurobarómetro, sólo tres de cada diez europeos creen en la UE. Los expertos apuntan que, a excepción de Alemania, España y Portugal, esta desafección ha traído consigo una amalgama de partidos populistas y xenófobos a los que han puesto la etiqueta de “eurófobos” o contrarios a la idea de Europa. Son los partidos que buscan acabar con “dos elementos clave del proceso de integración europea: la moneda común y la libertad de circulación de personas”. En el panorama político comunitario, están representados por formaciones como el Frente Nacional de Marine Le Pen, en Francia, el partido independentista UKIP, en el Reino Unido, o el neonazi Aurora Dorada, en Grecia, unos de los muchos integrantes de un movimiento populista que aflora en Europa. “El populismo es un movimiento que tiene que ver contra la globalización, contra el multiculturalismo”, explica Ignacio Molina, investigador del Instituto Elcano, quien alega que se trata de “una reacción en un contexto de postmodernidad” que se apoya en el discurso del miedo para convencer de que Europa es la madre de todos los males. El odio a los inmigrantes, uno de los temas que más preocupa a los grandes partidos, es el argumento estrella de los eurófobos, que promueven políticas xenófobas contra la población gitana, subsahariana y, a veces, contra países occidentales como España. Ejemplo de ello fue el vídeo viral del pasado año en el que una ciudadana inglesa insultaba a una joven sevillana por ser española. La protagonista del incidente, Bárbara Iniesta, asegura a Efe que se trató de un episodio puntual, aunque “incorrecto e inhumano”, con el que muchos inmigrantes que viven en Europa “pudieron sentirse identificados”. Sofía Martínez escribe en El Imparcial (‘Populistas y xenófobos, en alza’): “Ante la cuestión sobre qué harían los eurófobos si llegaran al Parlamento, los expertos responden: ‘A nivel práctico, no tienen por qué dificultar la política’. Xavier Casals, profesor de Historia Contemporánea de Europa en la Universitat Pompeu Fabra, considera que la mayor parte de los eurófobos son partidos de extrema derecha que nacen de diferentes coyunturas estatales y a los que les une una agenda negativa, con lo cual ‘teniendo en cuenta que el mejor de los casos es que consigan el 15 % del parlamento’, es cuestionable que acaben uniendo sinergias y siendo efectivos. En este puzzle político antieuropeo, España, Portugal y Alemania se postulan como excepciones, pues ninguno de ellos presentó a estas elecciones a partidos eurófobos de extrema derecha, un signo que Ignacio Molina de Elcano atribuye al trauma histórico de estos países con su pasado y al rechazo sistemático de la extrema derecha. ‘Pero el terreno está bastante abonado’, recuerda el investigador ante la posibilidad de que surja en España una opción eurófoba”.


Mientras tanto, la extrema derecha europea, refugiada en su mayoría bajo la etiqueta de euroescepticismo populista, ha elevado su presencia en el Parlamento Europeo hasta rozar un cuarto de los escaños. Para ello se sirve de temas de actualidad como las fronteras y la inmigración, el desempleo, la defensa de las identidades nacionales y, sobre todo, el descontento por la gestión de la crisis. Su ascenso se explica, además de por su retórica eurófoba, por la elevada y esperada tasa de abstención, el sistema proporcional de los comicios, que beneficia la llegada de partidos pequeños, y por haberse convertido en el gran aglutinador de la desafección política provocada por los recortes. Con sus diferencias y peculiaridades, incluso ideológicas, que explican el éxito en sus respectivos países, comparten un lema estrella: el odio al inmigrante. Los mensajes xenófobos se entremezclan con las puñaladas a las instituciones europeas, a la política comunitaria económica o al euro para que se devuelvan competencias a los Estados miembro. Una mayoría de políticos no han tratado de criminalizar a los migrantes ni usarlos como ganchos populistas de campaña electoral. Aunque el tratamiento informativo y político de la situación reciente en Melilla resulta muy preocupante en este sentido. La instrumentalización política de la migración alcanza niveles alarmantes en Francia, Reino Unido o Italia. O por una parte no despreciable del espectro político, no sólo de extremistas. “Con la economía absorbiendo todos los focos de atención –escribe Sergio León, en Público.es–, la tragedia de Lampedusa, en la que murieron más de 300 personas, volvió a ponerla encima de la mesa. Sin embargo, la presión de los ultras obligó a retrasar cualquier debate hasta después de las elecciones. Además, los eurófobos también han sacudido uno de los principios fundamentales de la UE, la libre circulación de personas. La CE y el Parlamento Europeo han corrido a rechazar las proclamas “populistas” de los que buscan cerrar las fronteras a los ciudadanos rumanos y búlgaros con el argumento de que abusan de los sistemas de seguridad social de los países de acogida. Y a pesar de que la UE eliminara en enero las trabas que aún existían contra los trabajadores de estos países, algunos Estados miembro se mantienen en sus trece. Reino Unido ha endurecido su política migratoria y los Gobiernos de Francia no han tenido ningún reparo en atacar a la población gitana. Curiosamente se trata de dos países donde los postulados eurófobos han calado más entre la opinión pública. ‘Esa involución autoritaria que hay en el terreno de la inmigración y el racismo institucional tenderá a aumentar por la presión de los grupos xenófobos’, advierte Josep Maria Antentas, profesor de Sociología de la UAB. ‘El resto de espectros o de grupos políticos tienden a adaptarse a su agenda y a intentar competir con el mismo discurso’”.

 
El Frente Nacional se presenta con una nueva imagen populista con Marine Le Pen, la poli buena, la cara presentable, pero en realidad sigue siendo el mismo partido que el de su padre. El miembro del colectivo UCFR diferencia el caso francés con el de Wilders o de Farage: “Son otro tipo de partidos, populistas de derechas. A diferencia del FN, no están construyendo un movimiento fascista, aunque entre ellos sí hay gente que lo defienda. Sin embargo, con sus discursos potencian la xenofobia. De hecho, los laboristas holandeses han empezado a tomar medidas contra los inmigrantes. Como la Liga Norte en Italia, son ejemplos de cómo la extrema derecha puede empezar como populismo pero puede convertirse en racismo puro y duro. Los cerca de 100 eurodiputados, entre unos partidos y otros, que los sondeos dan a la extrema derecha serán los encargados de perturbar el debate europeo. Y, a pesar de que los ultras tengan mayor o menor fuerza para impregnar la discusión parlamentaria con sus postulados, conservadores y socialistas seguirán siendo mayoría.  


En España, “Podemos”, la formación del profesor Pablo Iglesias sorprende y consigue un 7,9% de los sufragios y cinco eurodiputados. En algunas comunidades, entre ellas Madrid, se sitúa como tercer partido, superando a IU. “Podemos” adelanta a UPyD en respaldo popular al superar a la formación de Rosa Díez en más de 200.000 votos. Y comienza a hacer sombra a IU, de la que se queda a tan sólo 300.000 sufragios. De hecho, el partido de Pablo Iglesias ha ganado al que hasta ahora era el único referente electoral a la izquierda del PSOE en una comunidad emblemática para las huestes de Cayo Lara como es Madrid. En ella, “Podemos” se ha hecho con cerca de 250.000 votos, un 11,26% de los sufragios, y relega a IU al quinto lugar, por detrás incluso de UPyD. Madrid es, de hecho, una de las cinco comunidades donde esta nueva formación irrumpe como tercera fuerza política. Las otras son Aragón, Cantabria, Baleares y Asturias. En esta última, obtiene el mejor porcentaje de votos, con un 13,7%, tras lograr 51.435 sufragios. Además, en otras dos comunidades, Canarias y Galicia, se coloca como cuarta fuerza política, siendo especialmente llamativa su posición en esta última, donde ha superado a una formación de peso en el escenario político regional como es el BNG. También significativos son los resultados de la formación en el País Vasco, donde aglutina el 6,9% de los apoyos con más de 52.000 votos, lo que le permite superar a una fuerza con representación en la actual Cámara vasca, como es UPyD. Los peores resultados, en Cataluña, Extremadura, Ceuta y Melilla. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, dijo, nada más conocer el resultado de las elecciones, que estaría dispuesto a ser el cabeza de lista de su formación política en las próximas generales que se celebrarán el año que viene, después de que su partido se haya convertido en la cuarta fuerza política en España, con 5 diputados y más de un millón de votos.
 

“En España solo hay un ganador: Pablo Iglesias Turrión y su grupo Podemos –escribe en Crónica Popular Santiago Artesilla, doctor por la UCM en Economía Política y Social–. Podemos no es la troskista Izquierda Anticapitalista (no solo), ni es solo el asambleario 15M (que bebe en buena medida de él), ni tampoco es solo un grupo de desencantados del socialdemócrata PSOE (sobre todo aquellos que en 2004 le dijeron a Zapatero “no nos falles”). Es un partido con casi 1 millón trescientos mil votos, que lo coloca como cuarta fuerza electoral en España, por detrás del Partido Popular, el Partido Socialista Obrero Español (en descomposición gracias a Zapatero) e Izquierda Unida, la cual ha aumentado sus votos, ha mantenido un electorado mayoritariamente fiel con un “background” distinto a Podemos, pero puede verse rebasada por éstos en un momento determinado, teniendo ahora que elegir si se va a un Frente Amplio político como en Uruguay o si la cosa queda como en Grecia, con un KKE (comunistas) y una Syriza (más en la línea de Podemos) que pactan alguna vez pero juegan por separado”.
 
Pablo Iglesias, líder de Podemos, rodeado de otros miembros de su partido.

Tertuliano, opinador y profesor universitario, Pablo Iglesias Turrión (35 años) presenta una biografía claramente de izquierdas. Su madre es una abogada laboralista y su hijo inició la militancia a la edad de 14 años en las Juventudes Comunistas, compartiéndolas luego con sus estudios universitarios en Ciencias Políticas, obteniendo licenciatura y doctorado. Participó en  movimientos antiglobalización y de resistencia civil en Italia, Suiza, México y Estados Unidos. Llevó a cabo una tesis doctoral que se titula Desobedientes. Escribe sobre cine y política, participa o funda asociaciones como Juventud sin futuro, Promotora de Pensamiento Crítico, Asociación contra el poder… Su compañera es una diputada de IU en la asamblea de Madrid y él  podría haber sido un teórico de la izquierda, un simple profesor alejado de la calle. Pero, terminó siendo un  experto en comunicación política, un personaje mediático y, desde el domingo, un político que consiguió, para su primer partido de cuatro meses, 1.240.000 votos y cinco diputados, gracias a su don de gentes y a su poder de convicción. Es la tercera fuerza en Madrid, Asturias, Aragón, Baleares y Cantabria. Pablo Iglesias y sus colaboradores divulgaron sus ideas a través de Internet o de canales de TDT, como Canal K o Canal 33. Comenzaron con la Tuerka, un programa de televisión como Fort Apache. “En ellos –escribe Luis Gómez–, Iglesias se formó como presentador, entrevistador y como hombre de televisión. Un hombre de ideas radicales con guantes de seda, sin perder jamás su compostura… Un hombre tranquilo con un mensaje duro, dirigido a los desheredados, a las víctimas de la crisis y a las clases medias que se han empobrecido… Un hombre, que, cuando habla a su audiencia, en la calle, pide un aplauso para los miembros de las fuerzas de seguridad ‘que están deseando recibir la orden de esposar a un banquero corrupto”. De esta manera, al acercarse la primera prueba de las elecciones al Parlamento Europeo, se prepara para demostrar que sus ideas han calado. “Hemos nacido prácticamente en campaña –afirma Íñigo Errejón, de 30 años, doctor en Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid y director de campaña de ‘Podemos’–. Hasta hoy, somos un equipo de campaña, no un partido propiamente dicho. Ahora hay que abrir un proceso de constitución”.
 
Errejón y Suñén,en Ponterrada, momentos antes del acto para la presentación de la candidatura de Podemos

Se trata de un partido sin carnés y en construcción permanente, donde las decisiones solo se toman por unanimidad y en el que el liderazgo de Pablo Iglesias es, por el momento, personalísimo. Él ha sido el rostro de la operación electoral desde su plataforma de tertuliano en televisión. “No somos el 15-M –advierte Errejón–, aunque no habríamos sido posibles sin él”. Hasta ahora, la participación en el partido se ha hecho a través de los “círculos”, unos 300 grupos de trabajo, diseminados por barrios y pueblos, en los que miles de personas han ido lanzando ideas para un partido que pretende ser de nuevo tipo. Agrupaciones “sin consenso ideológico pleno” y unidas solo por el objetivo de “recuperar una democracia secuestrada”. Errejón reconoce que “partidos ya hay muchos”. Y, en el momento de lanzar su mensaje y entrar en la campaña, deciden no pedir préstamos ni a bancos ni a constructores, “para no deberles nada”, financiándola con aportaciones voluntarias. Si Errejón vivió en Ecuador, en Venezuela lo hizo uno de los fundadores e ideólogos de “Podemos”: Juan Carlos Monedero. Profesor de Teoría Política en la Universidad Complutense de Madrid, Monedero, de 51 años, es compañero de tertulias de Pablo Iglesias en La Tuerka, de TeleK. Fue dueño del dominio noalaguerra.org, militante de IU, entre 1986 y 2005, y asesor de Gaspar Llamazares cuando este era coordinador de la tercera fuerza política española. Fue también asesor durante nueve años del presidente venezolano, Hugo Chávez, aunque en algún momento llegó a cuestionar su “hiperliderazgo”. Podemos –dice Monedero, en referencia al partido sorpresa– no tiene un solo origen, sino muchas circunstancias. Su origen es mi fracaso en otros partidos, la experiencia luminosa del 15-M, que politizó a tanta gente, la experiencia en el Frente Cívico de Julio Anguita y mi experiencia como asesor de Llamazares, cuando me di cuenta de que el 80% del tiempo se iba en luchas internas”. Lanza al aire una advertencia: “Quien dice que queremos convertir a España en Venezuela es un idiota”. Y resume así su visión de ‘Podemos’: “Queremos que sea la llave para la construcción de un frente amplio como el de Uruguay, un punto de encuentro entre partidos y movimientos sociales que nos permita reinventar la democracia y crear un proceso constituyente. Así fue en Bolivia, Venezuela y Ecuador”.
 
Teresa Rodríguez, de Podemos.

Además de Pablo Iglesias, cuatro personajes componen el grupo de representantes que trabajarán en el Parlamento de Bruselas para esta iniciativa ciudadana: Teresa Rodríguez, profesora gaditana de 32 años, profesora de lengua en Secundaria y activista de la Marea Verde; Carlos Jiménez Villarejo, exfiscal jefe anticorrupción; Lola Sánchez, politóloga, al tiempo que “exiliada”, ‘la camarera del gintónic', y Pablo Echenique-Robba,  científico del CSIC, con una discapacidad del 88%. “Hay que recuperar el hilo violeta en un momento en el que las mujeres pierden sus derechos más básicos” declara la primera, haciendo “un llamamiento a la gente que lucha a dar un golpe en la mesa. Hay que mover ficha y el propio tablero sobre el que nos hacen jugar. Disputarles las calles, donde están incómodos, y disputarles también sus lugares de poder, como las instituciones”. Teresa defiende el derecho al aborto libre, gratuito y la sanidad pública. Reconoce que “no será el Parlamento Europeo donde cambiarán realmente las cosas”, sino que éste les dará “una oportunidad para visibilizar un determinado discurso y una determinada práctica política, que tenga su correlato en las siguientes citas electorales a nivel estatal, autonómico y municipal”. La gaditana piensa que Bruselas también es un buen espacio para denunciar a una casta política que escapa a todo control ciudadano y que se desarrolla con total impunidad, especialmente en las instituciones europeas”.
 

Carlos Jiménez Villarejo, exfiscal jefe anticorrupción hasta 2003, se ha caracterizado durante toda su carrera por su firme compromiso político. Este malagueño, nacido en 1935 y residente en Barcelona, ha defendido en su actividad profesional numerosas causas relacionadas con la participación ciudadana en la política y contra los escándalos de corrupción. Villarejo dice que “Podemos es una forma de estimular la participación ciudadana y la democracia directa”. A sus 80 años que cumple este mes de junio, decidió sumarse a “Podemos” porque le parecía “una iniciativa muy importante, con su origen en el movimiento ciudadano y en el 15-M. Por él, quiero aportar mi grano de arena mientras el cuerpo aguante”. De esta forma, destaca que, mediante los círculos y las votaciones abiertas a cualquier persona, este proyecto político es “una forma de estimular la participación ciudadana y la democracia directa, sin mediación de los partidos”. Entre las medidas que recoge esta directiva se incluye la obligatoriedad de que pasen al menos 10 años para acceder desde un cargo público a la empresa privada y que, en ningún caso, se pueda acceder a los Consejos de Administración. La directiva también plantea la incompatibilidad entre el ejercicio de un cargo público y cualquier otra actividad remunerada, además de la eliminación de privilegios fiscales, de jubilación y decimonónicos, como el aforamiento. Incluye, además, una propuesta de limitación de los sueldos, como ejemplifican los propios parlamentarios de “Podemos” reduciendo su salario a, como máximo, tres salarios mínimos españoles (unos 1.900 euros) y apostando por fórmulas de transparencia e independencia en los partidos políticos como la prohibición de pedir préstamos o créditos a los bancos o la aplicación real de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, de 2003.
 
 
Lola Sánchez, 36 años y de Cartagena, se licenció en Ciencias Políticas y, como tantos otros jóvenes españoles, tuvo que guardar la cola del INEM, hasta que, harta de esperar, decidió hacer las maletas e irse a trabajar como “exiliada económica” a Islandia, Escocia y Estados Unidos, donde sólo encontró, una vez más, trabajos precarios. Luego, volvió a Cartagena para trabajar de camarera. Lola suele contar la anécdota que ella misma rememoró en su primera intervención pública como portavoz del círculo de su localidad. Fue en la pasada Navidad, al trabajar de camarera en un restaurante al que llegaron un grupo de concejales, “todos juntitos y tan contentos: del PSOE, del PP y uno de Izquierda Unida”, recuerda. Mientras pedían gin tonics, una de las concejalas le espetó: “¿Cómo es que una chica con tantos estudios como tú está trabajando de camarera?” A Lola le dieron ganas de romperle el plato en la cabeza, “pero como el puesto de trabajo va delante me tuve que guardar las ganas”. Lola reconoce que son pocos “pero vamos a ser muy folloneros. Vamos a ser esa chinita en el zapato de los políticos del Parlamento”. Del resultado que han obtenido en las urnas destaca “el trabajo” que han llevado en los círculos “como hormiguitas”, además del equipo de campaña, dirigido por Íñigo Errejón. Y destaca que la verdadera campaña la ha hecho “la gente de a pie, hablando con sus familias y con sus amigos”.

Pablo Echenique, diputado electo de Podemos,  dirigiéndose a los ciudadanos en la Plaza del Pilar, de Zaragoza.

Nacido en la Argentina hace 35 años, Pablo Echenique vive en España desde hace dos décadas. Es doctor en Física y trabaja como investigador del CSIC. Pablo se autodefine como “retrón, que recuerda a retarded, en inglés, o a retroceder, que suena mejor que discapacitado”, al sufrir una enfermedad degenerativa que le causa un 88% de discapacidad. “Lo que ocurre es que los retrones casi nunca detentamos poder, casi nunca participamos en debates políticos, casi nunca nos tenemos que subir a un escenario porque no pintamos nada en esta sociedad. La opresión a la que estamos sometidos nos condena a ser, casi siempre, sujetos de caridad, oyentes o televidentes”, afirma en su blog de eldiario.es, tras saber que ahora va a ser, además, eurodiputado. Asegura que, en su caso, “el techo no es de cristal. Es de hormigón armado”. Residente de Zaragoza, Pablo se  mueve en su silla de ruedas, participa en el círculo “Podemos” de esa ciudad y en el de Discapacidad, que le avaló en las primarias que celebró la formación y en las que fue elegido para el quinto puesto de la lista electoral. “Harto ya de que millones de personas sufran hambre, privaciones y miseria, mientras un puñado de psicópatas sin empatía se compran más yates, más cuadros y más mansiones que nunca, decidí, recientemente, que no me bastaba con mi trabajo de científico en el CSIC y que tenía que hacer algo para parar esta sangría de derechos humanos, empezando por echar de las instituciones a los lacayos de los marqueses del IBEX”, comenta en su blog, añadiendo que, “con este deseo” en su mente, empezó a participar en “Podemos”. Pablo señala que, además de “recabar el descontento de la gente hacia una casta política que gobierna para una derecha económica, sin fijarse demasiado en el bienestar del público”, los votantes han entendido que “Podemos, está formado por gente corriente”. Y apunta que los ciudadanos “no aguantan que les sigan pisando, malvendiendo, desahuciando y pasando de sus condiciones de vida”. Desea quePodemos” sea “la herramienta para ese cambio” y “para la gente”. Y asegura que, en Aragón, donde son la tercera fuerza en estos comicios, van a afrontar las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015 “con mucha ilusión”, tras este “primer paso de intentar conseguir una mayoría social, que siembre ha sido el objetivo de Podemos”. En este punto, aclara: “Podemos no ha sido creada para tener un tercer puesto, un gobierno de coalición o para ser partido bisagra, sino para intentar cambiar este país y, como tal, aspiramos a una mayoría que intentaremos conseguir”.

Cayo Lara y Pablo Iglesias.
 
Bajo el titulo “Después de las elecciones, ¿grandes coaliciones?”, R. G. Almazán  apunta en su web, Kabila, los resultados de las mismas: “Hundimiento del bipartidismo, aumento de los pequeños partidos estatales y aparición en la escena política de un nuevo partido, ‘Podemos’, que, de golpe y con sólo cuatro meses de vida, ha captado al 8% de los electores (más de 1,2 millones de votos). ¡Una pasada! Así, mientras el PSOE tiene bastante con mirarse a sí mismo, de hecho ya hay dimisiones anunciadas por Rubalcaba y por Patxi López, el PP se ha dedicado a descalificar a ‘Podemos’, y eso que no debería ser competencia suya. Pero no pueden ver a un grupo de izquierdas que se ha nutrido del 15-M, y, en 48 horas, les han llamado de todo: antisistemas (cuando son ellos quien se están cargando el sistema), friquis, perroflautas, indignos, comunistas retrógrados, populistas, scracheros, y les han comparado con Hitler. En fin, está claro que les ha hecho pupa. Basta ver cómo han reaccionado estos tramposos, mentirosos y desvergonzados peperos.  Por cierto que el PP no ha sido el único partido que ha vertido insultos, inconsistencias y estupideces contra ‘Podemos’. Había que ver a la Sra Díez diciendo que el programa de ‘Podemos’ coincide bastante con el del Frente Nacional de Le Pen. ¡Qué barbaridad! Habrá que recordar que esa patria una, grande y libre, por la que tanto aboga UPyD, o ese amor a las concertinas que vi defender a Javier Nart (hoy, eurodiputado por ese partido), o ese cariño que tienen para defender que ETA sigue siendo ETA hoy y que hay que aumentar las penas a los terroristas aunque sea en contra de lo que ha sentenciado el tribunal de Estrasburgo, estas cuestiones sí que están más cercas del pensamiento fascista. Pues bien habría que recordarles aquella frase de D. Quijote: ladran, luego cabalgamos.”

 Pedro Montes, economista.

“Es lamentable, pero así sucede –escriben el economista, Pedro Montes, y el periodista Enrique Vázquez de Prada, en Crónica Popular– que ese euroescepticismo alimentado por las políticas de austeridad, que tanto sufrimiento y desigualdades están originando, sea capitalizado por partidos de extrema derecha, con especial relevancia en el caso de Francia. Hay que tener en cuenta, o así lo creemos, que no es tanto un desplazamiento ideológico de las sociedades como una omisión muy peligrosa de la izquierda, que se ha dejado arrastrar por el proyecto neoliberal de Europa y no ha tenido la audacia de romper con las políticas de austeridad. Todo indica que las convulsiones económicas que ha venido sufriendo la unión monetaria se agudizarán a partir de ahora por la confrontación ideológica que se ha abierto en el seno de los países, en torno a la necesidad de reforzar la soberanía nacional frente a las instancias antidemocráticas europeas… El bipartidismo no ha resistido la prueba de estas elecciones, lo que representa sin duda el dato político de mayor interés. Tanto PP como PSOE han sufrido un duro varapalo, más grave para el PSOE por perder las elecciones, seguir una tendencia imparable de descrédito y estar en la oposición de modo que el grande ha sido para el PP, que salva los muebles con averías graves en Catalunya o Andalucía. La crisis económica, el desgarro social, el desdoro institucional que sufre el país no va a cambiar como resultado de estas elecciones pero ya todo se ha removido. Aunque se intentará por todos los medios hacer caso omiso de esos resultados y de prolongar hasta donde sea posible la situación política descarnada del país, que sigue acumulando presión e inestabilidad”.

 El fin del bipartidismo.

“IU precisa dejar de mirarse el ombligo y proyectarse hacia afuera. Es decir, tiene que acabar con sus rocambolescas y extrañas alianzas internas entre grupos y facciones que no representan opciones distintas desde el punto de vista ideológico y político sino simplemente la suma de ambiciones de poder sin más y que luego se traducen en luchas intestinas que salpican las páginas de los medios de comunicación. El desenlace del conflicto interno en Rivas y los resultados de IU en Madrid son sumamente elocuentes al respecto. Y, al tiempo, precisa atraer hacia su programa político y sus candidaturas a personalidades de la izquierda que continúan siendo hoy referentes incontestables de rigor intelectual y honestidad sin tacha. La participación en las elecciones del ex fiscal anti corrupción, Carlos Jiménez Villarejo, militante del PSUC durante la dictadura, ignorado por IU y fichado para su candidatura por Podemos es todo un símbolo… IU y el nuevo Bloque Social y Político que la izquierda precisa y los desafíos del tiempo presente exigen, necesita proyectar hacia el conjunto de la sociedad el valor de la coherencia, de la solidez profesional y de la autoridad moral que sitúe a la coalición en las antípodas del proceloso mar de la corrupción que infecta al bipartidismo. Es un desastre para la izquierda que todas las fuerzas políticas de la extrema derecha hayan avanzado de modo tan significativo agarrándose firmemente a la necesidad de romper la Europa actual, mientras que la izquierda, en un alarde de ceguera de incoherencia política, se haya entretenido en el mejor de los casos, en hablar de políticas progresistas imposibles en el marco de la crisis y la naturaleza de la integración monetaria. El Frente Cívico ha pretendido poner en el centro del debate la necesidad de la recuperación de la soberanía económica y monetaria, pero no ha logrado divulgar sus posiciones suficientemente ni emplazar al resto de las fuerzas políticas de la izquierda a tener que definirse. Ello no resta interés a su trabajo porque la crisis económica y social sigue esperando soluciones. Pasó el tiempo de la palabra: nos espera la fase de los hechos”.


Strambotic, una sección de Público.es, nos muestra la resaca electoral: El PP celebra la victoria en diferido y Cañete fundando ‘Comemos’. Las fotografías de la misma nos sirven para ilustrar los fotomontajes de esta semana.




Los dibujos de Erlich:


 




En el humor semanal destacamos a Forges, El Roto, J. R. Mora, Pat, Peridis…










 
Desde Mallorca Pep Roig nos presenta: Vete tu a saber, Vamos a contar mentiras, La pela es la pela, La fe de los politicos y Espantada.




 
Terminamos con tres vídeos. La semana pasada publicábamos el de la niña que riñe con mucho cariño a su pollito cuando éste empieza a comer en la mesa donde ella está haciendo unas tareas escolares. Esta semana publicamos otro de política que parodia al primero. Rajoy riñe a Pablo Iglesias de la misma forma que la niña al pollito “por liarla” al irrumpir con tanta fuerza en el panorama político español.
 


Agradecimiento a los aficionados republicanos que ya disfrutan de la camiseta de la selección española de fútbol (versión republicana) de la marca 198 Aficionados con la camiseta republicana de la selección española.
 
 
 
Vota a Mono como Ministro de Economía. Descubre su programa.
 

Buen fin de semana a todos y buen comienzo de la siguiente.

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