domingo, 2 de abril de 2017

Cospedal, comoTrump, equipara la seguridad con el aumenta de gasto militar.

Dolores de Cospedal, en la Pascua Militar del 6 de enero pasado.

En la Pascua Militar del 6 de enero pasado, María Dolores de Cospedal decía: “Lo que fuimos explica lo que somos”. Y pedía un acuerdo sobre financiación del Ejército “que esté por encima de ideologías”. Como primera medida, en las cuentas de 2017, preveía incluir el pago de 1.824 millones por programas especiales de armamento en concepto de facturas pendientes de 2016 y de este año. Y, mientras los recortes del Estado de Bienestar, de Sanidad y Educación no habían dejado de crecer, la ministra de Defensa decidía duplicar en los próximos siete años el presupuesto de Defensa. El mismo día que salían a la calle miles de españoles para defender la educación pública, la ministra de Defensa, aseguraba que “la inversión en defensa tiene una prima de riesgo cero y todo son ventajas”. Eso mismo dijo De Cospedal durante su intervención en la conferencia-coloquio organizada por el Club Siglo XXI, en la que apostó firmemente por la UE a dos velocidades como “la mejor manera” para garantizar que el proyecto europeo siga adelante. Cospedal utilizó como argumento la amenaza del terrorismo islamista radical que obligaba, según ella, a reforzar la seguridad y a contar con más medios militares. “Por cada concesión que hacemos al miedo, más crece la amenaza. La única manera de apaciguar a una fiera es que la fiera te devore”. Y advertía: España es un país “serio, solvente y cumplidor” y por ello, reiteraba que el presupuesto de defensa alcanzaría el 2% del PIB, en 2024, lo que suponía duplicar la partida actual, que estaba en el 0,9%. En su opinión, si, “por falta de medios o por planteamientos políticos o ideológicos equivocados, un estado es incapaz de interponer un escudo protector entre su libertad y los enemigos, de poco va a servir el dinero” destinado a pensiones, sanidad o educación. 

       Cospedal, en una visita oficial.

De Cospedal, secretaria general del PP y ministra de Defensa, sostiene que el que España sea un actor relevante en la defensa común europea hará que tenga un “mayor potencial” en la OTAN y en el contexto internacional. Recuerda que el compromiso de elevar hasta el 2% el gasto militar se adoptó en la cumbre de la OTAN de 2014, “no desde que Donald Trump es presidente de Estados Unidos”. Y defiende la Europa a dos velocidades al ser “seguramente la mejor manera de garantizar que la UE continúe”. “Los Veintisiete –reflexiona en voz alta la ministra– no tenemos la misma capacidad de avanzar, ni las mismas ganas, ni la misma manera de hacerlo”. De no apostar por un cambio de estrategia en la construcción europea, Cospedal advierte de que la UE corre el riesgo de “anquilosarse, de quedarse atrás” y de “dejar de ser una referencia mundial en materia económica, comercial, de derechos humanos, de libertades y de defensa”.  Esta misma tesis fue defendida por ella tras la cumbre celebrada hace unos días en Versalles entre los líderes de España, Francia, Alemania e Italia, en la que analizaron cómo avanzar tras la crisis generada en la UE por el brexit. La salida del Reino Unido del club europeo fue, según ella, una oportunidad para “dejar atrás, de una vez por todas, alguno de los frenos que han lastrado” los intentos de fraguar una política común de defensa y seguridad europea. En relación con el caso del Yak-42, Cospedal explica que aquel viaje “nunca se llegó a pagar”. Pero, sobre todo, subraya lo que ella considera “lo más importante” de todo este asunto: el esfuerzo que se ha hecho para que las familias “sientan que el reconocimiento de su país a sus familiares es auténtico y de verdad”. “Fueron militares –declara solemnemente–  quienes dieron la vida por su país y les debemos la consideración, la solidaridad y el cariño para sus familias. Para mí, eso es lo más importante”.

Los nazis y los escraches, según De Cospedal.

Las máximas y discursos de Cospedal no han dejado de ser alabados por los suyos y severamente criticados por una mayoría. En una Carta abierta a Dolores de Cospedal y publicada en el Diari Catalunya Lliure, Manel Mas se dirigía a ella: “He querido escuchar sus antiguos discursos para ver la tónica general de su vocabulario. Y he vuelto a escucharla decir que aquellas personas que hacían escraches delante los domicilios de los políticos, eran considerados por usted como nazis. ¿Tiene idea de lo que es nazismo? ¿No se pasó de rosca con estas manifestaciones? Declarar ‘nazismo puro’ los escraches le costó la reprobación de los supervivientes del campo de prisioneros de Buchenwald. En el discurso de la Pascua Militar ha exaltado las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil, cosa que no le reprocho, pero no ha estado a la altura en algunas manifestaciones. Ha tenido un recuerdo para aquellos que, durante el 2016, perdieron su vida en actos de servicio, pero ignoró los 62 muertos del IAK-42, tragedia que el Consejo de Estado atribuyó al Ministerio de Defensa y a quien era entonces su responsable. Al hacer referencia a la conquista de Granada, quiso confirmar los años de existencia de la nación española. Una vez más reinventando la historia. Y, para acabar, da por hecho que las Fuerzas Armadas son la garantía de la unidad patria y los fieles defensores de la Constitución. Como siempre ha hecho España, los problemas se han de resolver a base de guerra. No sabemos hacer otra cosa. Ahora, por el hecho de pertenecer a la OTAN, hacen servir a los tribunales. Todo menos dialogar, negociar y pactar. No es difícil, pero no saben o no quieren hacerlo. Por cierto, ¿en dónde está la operación diálogo, señora Cospedal? Si usted trataba de nazi a quienes luchaban ¿qué opinión le merecen los que quieren una Catalunya republicana e independiente. No hace falta que responda, ya me puedo imaginar”.

        María Dolores de Cospedal y James Mattis.

“Si no queréis que EEUU rebaje su apoyo, tenéis que demostrar que vais a respaldar nuestro sistema de defensa común”. James Mattis, secretario de Defensa de Donald Trump, y general de Infantería de Marina recuperado de la reserva por Trump para la secretaría de Defensa, dijo esta frase en las decenas de conversaciones que mantuvo con sus homólogos de los 27 países socios de la OTAN. Y lo volvió a repetir ante María Dolores de Cospedal, que llegó el 23 de marzo al Pentágono con el compromiso de que España, por primera vez desde su entrada en la organización atlántica en 1986, aumentase su gasto en defensa de manera significativa. Que la Unión Europea “costee su propia defensa por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial” fue una de las prioridades de la Administración Trump en política exterior. Y la responsable del Ministerio de Defensa español trata de doblar el gasto en menos de siete años. “España –comenta Ángel Villarino en El Confidencial– es uno de los países que más presiones recibirán para elevar su gasto militar, por su tasa de crecimiento económico y, sobre todo, porque es el tercero por la cola en el listado que elabora la propia OTAN con criterios propios. Quitando a Luxemburgo, una nación con 450 soldados profesionales cuya debilidad militar es un género humorístico en el norte de Europa, solo Bélgica dedica menos porcentaje de sus recursos que España para la defensa de sus fronteras”. Pero, desde Defensa insisten en que es un compromiso internacional que quieren blindar en esta legislatura ante un eventual cambio de Gobierno. “Lo que pide la OTAN es que se supere ese 2%, algo que hoy solo cumplen Reino Unido, Polonia, Grecia y Estonia. Son objetivos razonables para la seguridad de España”, subrayan, aunque admiten que los plazos podrán ampliarse siempre que empecemos a incrementar el gasto de manera sustancial. 

El F-35 Lockheed Martin.

Desde el Ministerio de Defensa aseguran que a la OTAN no se la puede engañar con trampas contables. “Ellos tienen su propia metodología para medir el gasto. Los parámetros son claros y dicen lo que es gasto militar y lo que no”. Llegar al 2% del PIB, concluyen, significa gastar más. “Los presupuestos de Defensa bajaron un 30% y en inversiones, un 50%. Y hay sistemas de armas imprescindibles que están en el último tercio de su vida útil y deberían ser renovados. Por ejemplo las fragatas F-80”. En los próximos meses, se definirá cuáles son las necesidades de las Fuerzas Armadas a largo plazo y se cerrarán las primeras propuestas para planificar el aumento progresivo del gasto comprometido con la OTAN y EEUU. El reparto genera expectativas diferentes en una institución que, como ocurre con la Educación o la Sanidad, ha sufrido duros ajustes durante la crisis. Jorge Bravo, presidente de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), cree que la gran prioridad debería ser dignificar las condiciones laborales de la tropa y la marinería. “Se ha reducido el personal en más de 10.000 personas y no ha cambiado el modelo, por lo que hacemos el trabajo de los que se han ido. Cada vez tenemos que hacer más labores de limpieza, jardinería. Hay cuarteles muy viejos, con falta de higiene. Cuando salimos de misión, comparamos con otros países y es sangrante”. En el ministerio, aseguran que el dinero también se utilizará para mejorar la situación de algunos cuarteles, aunque lo más acuciante es pagar los PEAs (los llamados Programas Especiales de Armamento) y modernizar el armamento. “Algunos cuarteles podrían estar mejor, es cierto, y tendríamos que seguir trabajando en ello, pero lo importante es la operatividad de las unidades”. Lo más urgente para Defensa es “mantener el nivel tecnológico de nuestro ejército, renovar esas capacidades basándonos mucho en la industria española, que da puestos de trabajo y trae I+D”. Es decir, gasto en armamento, tecnología e investigación militar. Y la renovación de los Harrier, cuya vida no irá más allá de 2025. Su sustituto natural son los F-35, a 120 millones de euros la unidad y 40.000 euros de mantenimiento por hora de vuelo. Los fabrica la empresa estadounidense Lockheed Martin.



            El exministro de Defensa, Pedro Morenés, nuevo embajador en EEUU.


   El Consejo de Ministros aprobaba el viernes, 24 de marzo, el nombramiento de Pedro Morenés, anterior ministro de Defensa, como embajador en EEUU, relevando a Ramón Gil Casares, miembro del cuerpo diplomático. Tras el cese de Federico Trillo, también extitular de la cartera de Defensa, por su papel en el accidente del Yak-42, Morenés pasa a ser el segundo embajador español que no pertenece a la carrera diplomática. El otro titular es el exministro de Educación, José Ignacio Wert, que hoy preside la legación española ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con sede en París. Alfonso Dastis, actual ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, es partidario de reservar los nombramientos de embajadores para los diplomáticos –cuerpo al que él pertenece–aunque no se cierra en banda a que pueda haber alguna excepción cuando las circunstancias así lo aconsejen. Su antecesor en el cargo, José Manuel García-Margallo, se había comprometido a no nombrar embajadores políticos, salvo si las condiciones así lo exigían. Tras conocerse el nuevo puesto de Morenés, la portavoz de Unidos Podemos en el Congreso, Irene Montero, señala que “las embajadas no son premios por los servicios prestados” y “tendrían que ser para la gente que defienda los intereses de los españoles”. Y pide que Morenés comparezca en el Congreso para explicar cómo piensa afrontar las relaciones con la Administración Trump desde su nuevo puesto.






    Pedro Morenés sustituye a Ramón Gil-Casares, embajador desde 2012. 
     
     En los últimos días, el Gobierno español recibió mensajes positivos de la Administración de Donald Trump (Departamento de Estado) sobre la solicitud del plácet para que el exministro de Defensa Pedro Morenés pudiese ser nombrado embajador del Reino de España en Estados Unidos en pocas semanas, incluso antes de lo habitual en estos casos. Y una vez encajados los relevos en los principales puestos del Departamento de Estado, los trámites en marcha cerraron el nombramiento en dos o tres semanas, antes de que terminase marzo. En La Moncloa estaban satisfechos con los primeros pasos dados en la relación con el equipo de Trump, pese a los equívocos de la conversación telefónica que mantuvieron Rajoy y el presidente estadounidense, al menos en el ámbito de la política nacional. Ramón Gil-Casares, el actual embajador en Washington, con mandato 'caducado' y pendiente de relevo desde hace un año, llevaba al frente de la delegación española desde el 13 de abril de 2012. Pese a la estabilidad de la Administración de Barack Obama y las buenas relaciones entre ambos ejecutivos, el proceso se alargó 60 días justos. Y, después de formar en noviembre el nuevo gabinete en el que María Dolores de Cospedal entró en la cartera de Defensa, Rajoy propuso a Morenés el destino de embajador en Washington. A la espera de que se sustanciase la oferta, desde diciembre pasado, el exministro percibió la indemnización que le corresponde como tal, 4.644 euros brutos mensuales, al no puede volverse a la empresa privada por las incompatibilidades contraídas como miembro del Consejo de Ministros.




     El Tribunal de Cuentas cuestiona la gestión del exministro de Defensa, Pedro Morenés.

     No obstante, antes de desplazarse a Washington, el Tribunal de Cuentas insistía en que el Ministerio de Defensa no fue realista en los presupuestos de los PEAs, entre 2012 y 2014. Denunciaba sobrecostes, retrasos en las entregas y opacidad en muchos de sus planes. Y el presidente, Ramón Álvarez de Miranda,  pedía en el Congreso que Defensa hiciese presupuestos realistas y rigurosos de las misiones internacionales en las que participan las Fuerzas Armadas. Fátima Iglesias escribía en Vozpópuli: “El presidente del Tribunal de cuentas ha presentado este martes en el Congreso de los Diputados un informe en el que denuncia sobrecostes, retrasos en la entregas, sobrefinanciación a la industria de armamento y falta de penalizaciones. Mantiene  además que Defensa no desarrolló ‘una gestión ordenada y eficaz de los créditos destinados a los Programas Especiales de Armamento, los conocidos como PEAs’. Este es el término con el que se definen los programas de adquisición de sistemas de armas iniciados entre 1997 y 2006. Los PEas son el auténtico agujero en el bolsillo del Ministerio de Defensa. En su informe, el Tribunal de Cuentas acusa al ministerio que dirigía durante las fechas fiscalizadas Pedro Morenés, de abusar excesivamente de ‘la financiación a través de créditos extraordinarios y de pagar con cargo a la Deuda Pública la mayoría de estos proyectos en vez de hacerlo con cargo al Fondo de Contingencia como sería deseable’. Además denuncia ‘la escasez de efectivos dedicados a la gestión de estos programas y la alta rotación de personal’. El Tribunal insiste en que Defensa tenía que haber establecido un control estricto y permanente de la gestión internacional de los programas ‘profundizando en la mejora de la gestión de datos financieros y elaborando presupuestos más ajustados’. Recomienda el Tribunal de cuentas que ‘se arbitren medidas que permitan proporcionar un marco estable de financiación de los PEAs y dotarlo de la flexibilidad necesaria para evitar la incertidumbre financiera que afecta a estos programas ya contratados’. E impone penalizaciones en los contratos cuando no se cumplen los plazos”. 




  María Dolores de Cospedal, al lado de Mariano Rajoy y Fernando Martínez Maíllo.



Una de las críticas más recurrentes a la gestión del ministerio de Defensa es la opacidad presupuestaria de gran parte de los proyectos. En esta línea, según publica Vozpópuli, la nueva ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, quiere incorporar a los Presupuestos de este año la partida completa de la inversión en armamento, algo que ya ha negociado con el PSOE y con Ciudadanos. Cospedal cuenta, por tanto, con el respaldo de la mayoría del Parlamento. Durante varios ejercicios, el Gobierno recurrió a créditos extraordinarios para encarar ese tipo de gastos, siguiendo una actuación que fue también costumbre en los Gabinetes socialistas. Después de la llegada del PP al ejecutivom a finales de 2011, el PSOE llevó esa práctica al Constitucional y el verano pasado falló que todo el gasto militar debe consignarse con cargo a las cuentas Públicas.

En los pasillos del Hospital Militar Gómez de Ulla se detuvo el tiempo en algún momento de los años setenta.

Pero la inversión en armamento poco tiene que ver con la situación en la que vive la tropa. Año tras año, los soldados sufren recortes sustanciales, sufriendo a menudo los cuarteles situaciones de precariedad con reparaciones urgentes aplazadas y escasez de material básico. “En los pasillos del Hospital Militar Gómez de Ulla –escribe Ángel Villarino en El Confidencial– se detuvo el tiempo en algún momento de los años setenta. Los viejos carteles con indicaciones para llegar a la cafetería, las puertas de madera de los despachos, los suelos y la decoración de las salas de espera parecen un decorado de 'Cuéntame cómo pasó' y piden una renovación a gritos. Las instalaciones se mantienen limpias y operativas, en una escasez digna, como si fuese una metáfora de la situación que atraviesa el Ejército español. Con pequeños altibajos, las Fuerzas Armadas han perdido progresivamente protagonismo en las cuentas del erario público desde la llegada de la democracia, una tendencia que se intensificó durante la crisis. Según las cifras oficiales, el gasto en Defensa cayó el 30% entre 2008 y 2016. Incluso informes críticos como este (de una de las ONG pacifistas más activas de España) asumen que la partida se redujo en esos años en torno al 20%, más de lo que se recortó en Sanidad o Educación. Una situación que podría revertirse pronto. Después de décadas de ajustes, España ha renovado su compromiso de doblar el porcentaje del PIB dedicado a Defensa antes de 2024, situándolo en torno al 2%. Se trata de una exigencia de la OTAN y EEUU que se empezará a ver reflejada en los próximos Presupuestos Generales del Estado y que supondría el mayor incremento del gasto militar desde la llegada de la democracia. Y la pregunta empieza a cobrarse terreno: ¿cómo se repartirá ese dinero?”.

Manifestación convocada por la Asociación Unificada de Militares Españoles.

Los principales problemas castrenses son del día a día, como la falta de agua caliente y calefacción en muchos cuarteles durante el invierno, el deterioro del material con el que trabajan o el hecho de tener que pagarse la comida durante las maniobras. En el otro lado de la balanza, más de 750 afiliados de la AUME (Asociación Unificada de Militares Españoles) se quejan en El Confidencial de lo que consideran “derroches” y “gastos superfluos”, como la construcción y mantenimiento de pistas de pádel y golf para los altos mandos, o las fiestas y conmemoraciones. “Pasamos semanas sin gasoil para la calefacción en pleno invierno, tenemos todas las duchas rotas, falsos techos rotos y desprendidos en los alojamientos de la tropa… Hay vehículos, como los Aníbal Santana, que es un 4x4 básico, cuyo mantenimiento es lamentable”, se quejaba uno. “Los WC de las compañías no se desinfectan porque no hay material de limpieza. Tampoco hay trapos para limpiar los vehículos y llevamos años sin calefacción en los vestuarios”, dice otro. “Nos vamos de maniobras y tenemos que gritar 'fuego, fuego' en tres polletes San Gregorio porque no hay dinero para fuego real. No hay dinero para mover los vehículos, que escasean. Falta buen material por todos lados, por no hablar de los salarios y la alimentación. Se aparenta lo que se puede, pero es todo mentira. La situación es muy, muy precaria ahora mismo”, comenta un tercero. “Las residencias militares están reventadas y necesitan una inversión urgente. El sueldo es de pena. Un soldado no llega a los 1.000 euros trabajando muchísimo. Se hacen muchas más horas al año de lo estipulado y no se paga un duro por ellas”, se queja otro. En el ministerio aseguran que un aumento del presupuesto podría mejorar la situación de la tropa, pero que la prioridad del gasto ahora mismo es “renovar los sistemas de defensa” que están “al final de su vida útil” y que suponen un importante desembolso. Otra queja frecuente es el desequilibrio que perciben entre número de oficiales, suboficiales y tropa, así como la escala salarial y los privilegios de los altos mandos. “El gran derroche que yo veo que se produce de forma constante es el de los pabellones de cargo de los jefes de la UCO. Aparte de la gratuidad total de la vivienda, tampoco pagan luz, agua, gas, e incluso tienen teléfono gratis. Son prebendas vergonzosas en pleno siglo XXI y con una gran crisis económica”, se quejan.


Jorge Bravo, presidente y secretario general de AUME, sugiere que habría otras maneras de repartir el gasto en las que la tropa y marinería adquiriesen un mayor protagonismo y recibiesen más formación. Pere Ortega, presidente del Centro Delás sostiene desde hace tiempo que el Ejército español gasta mucho en armas que no se van a utilizar de manera efectiva en las operaciones internacionales en las que participan, por ejemplo, los tanques. “Compramos cosas como los submarinos de Navantia que se hunden pero no flotan. Son gastos que se hacen para que esas industrias puedan sobrevivir. Morenés tenía un informe en un cajón en el que se decía que se podría pasar de 123.000 a 80.000 efectivos y no ocurriría nada. La solución sería tender hacia un ejército más pequeño y más moderno, con capacidad real de despliegue. Pero habría que asumir que sufrirían mucho las empresas armamentísticas”, concluye. Frente a estas propuestas, fuentes de Defensa aseguran que el Ejército español no puede rebajar la adquisición de armamento si quiere tener un papel dentro del paraguas de la OTAN y mantener el tipo ante el resto de países europeos. “La seguridad –repiten – es lo primero para cualquier país”.

Soldados forman durante el izado de la bandera del desfile militar del 12 de octubre

“El régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas no tolera en ningún caso el castigo físico –escribió Carlos Del Castillo, en Público del 26 de marzo pasado–. Golpear a un soldado, ordenarle hacer flexiones o ponerlo a correr por un error o incumplimiento de una orden es considerado un delito de abuso de autoridad por los tribunales. Sin embargo, los militares avisan de que sigue siendo una práctica habitual en algunas unidades. En esta dirección apunta una grabación a la que el diario tuvo acceso, presentada como prueba por un militar que denunció a su mando directo por acoso laboral, por someterle a trato vejatorio y por abuso de autoridad. En la grabación, no es el denunciando –con rango de cabo– el que reconoce que el castigo físico en el Ejército está a la orden del día, sino un sargento. Este habla con tres soldados, testigos de uno de los sucesos en los que se basa la denuncia: una bofetada propinada por el denunciado en una clase de instrucción, al comprobar que el denunciante se había quedado ‘traspuesto’ después de una jornada de 24 horas de maniobras. Este sargento intenta evitar que los testigos declaren a favor del denunciante, y para ello intenta transmitirles la normalidad del castigo físico, que trae menos ‘malos momentos’ que utilizar el procedimiento reglamentario. ‘Yo lo último que hago siempre es dar un parte. Prefiero un castigo físico que dar un parte. Con un parte se monta una pelotera’, confirma a los soldados sobre sus métodos para sancionar a sus subordinados. El sargento trata en todo momento de transmitir a los soldados lo útil que resulta el castigo físico como una manera informal de imponer disciplina, pese a no ser reglamentario. Por ello se excusa en que el denunciante era ‘calamar’ (torpe), resta importancia a los hechos afirmando que más mandos le hacían ‘pilladas’ e intenta que los soldados entiendan lo ‘gordo’ que va a ser el ‘castigo’ al cabo: ‘Le puede acarrear meco’, afirma, en referencia a la prisión militar de Alcalá Meco (Madrid)”.


“Aunque la norma deja clara la prohibición del castigo físico, su interpretación sigue abierta y las discrepancias llegan hasta el Tribunal Supremo. En una sentencia emitida a finales de febrero, la sala de lo militar del alto tribunal condenó a un teniente que pateó a un cabo durante el ensayo de un desfile militar en Córdoba. Tres jueces del Supremo no ven delito en que un teniente patee a un cabo. El mando intentó corregir varias veces los movimientos del subordinado, y al ver que este no modificaba su actitud, le propinó una patada en el muslo por detrás. El teniente afirma que fue en ese momento cuando se percató de que el cabo llevaba tapones en los oídos en prevención de las salvas que, creía, se producirían durante los ejercicios. El veredicto dividió a la sala, puesto que hasta tres de los ocho jueces eran partidarios de absolver al teniente e imponer solo una sanción disciplinaria. El Supremo mantuvo los tres meses de prisión impuestos por el Tribunal Militar Territorial al teniente, que arguyó que la patada fue ‘con la planta de la bota’ y sin intención de agredir al subordinado. La mayoría de la sala señaló que ‘cualquier acto de violencia física, que aun revistiendo mínima entidad deba conceptuarse como agresión’, puede ser considerado un delito de abuso, recordando además que este, ‘en su modalidad de maltrato de obra a un inferior’, es delito pluriofensivo en el que confluyen hasta tres bienes jurídicos objeto de protección que son la integridad física y corporal, la dignidad personal y la disciplina”.

El teniente Luis Gonzalo Segura, con la boca amordazada.

“Es imposible escuchar a María Dolores de Cospedal hablar sobre el gasto en Defensa y no percatarse que la extrema derecha forma parte del Partido Popular y del Gobierno. Entre otras cosas porque lo dicho por Cospedal habría sido firmado por Trump o Le Pen: ‘Si no tenemos seguridad, da igual tener sanidad pública o educación’. Tal expresión sitúa a Cospedal en el territorio del embuste y en las cloacas de la manipulación”. Así se expresa Luis Gonzalo Segura, en el artículo “Cospedal, entre el embuste y la manipulación”, aparecido en Público el 30 de marzo pasado. “Es evidente –prosigue– que un país que se encuentra inmerso en un conflicto bélico puede estar justificado a aumentar el gasto en Defensa, pero de ahí a que Cospedal entienda que ese país amenazado por la seguridad sea España hay un abismo. Si necesita ‘vender’ el aumento en el gasto en Defensa que le exige Trump debería a hacerlo de forma honesta, sin aprovecharse de los atentados y sin hablar de la seguridad en condicional como si a día de hoy la misma estuviera amenazada. Ciertamente, hay datos más que evidentes para demostrar que nuestra seguridad no se encuentra amenazada a día de hoy: Ni España ni los países que nos rodean cuentan con suficientes militares como para acometer la invasión del país vecino. Por tanto, en cuanto a integridad física se refiere la amenaza no es real a corto plazo”. Gonzalo Segura advierte que el terrorismo no es la mayor amenaza para el mundo, más de 100 millones de personas podrían perecer por hambruna, ni para España, más de 7.200 muertos al año por pobreza. En cualquier caso, la mayoría del armamento y del dinero gastado en Defensa jamás nos permitirán defendernos de ataques terroristas, menos aún de los cometidos por lobos solitarios. De hecho, el mayor enemigo de nuestros soldados desde hace mucho tiempo es nuestra propia cúpula militar: helicópteros ‘canibalizados’, explosivos en mal estado, guardias civiles sin chalecos, vehículos en estado cochambroso, suicidios…


“Si Cospedal quiere convertir España en un país más seguro –insiste Gonzalo Segura– bien podría optar por desmantelar la séptima industria militar del mundo, la nuestra. Existen pruebas fehacientes que demuestran que nuestras armas han aparecido en casi todos los conflictos bélicos producidos en los últimos años y solo es cuestión de tiempo que un desgraciado cometa un atentado con nuestras propias armas. Nadie puede negar que, a más armas y más conflictos, mayor es la incidencia y el crecimiento de los movimientos terroristas. Una segunda medida que ayudaría a reducir el terrorismo sería comenzar a invertir en integración y educación, pues debería saber Cospedal que es más fácil llegar a la seguridad por la educación que por las armas. Cospedal debería explicar sinceramente el motivo que subyace tras el aumento del gasto presupuestario: ‘Españoles, no necesitamos aumentar el gasto militar y una prueba de ello es que el mismo lleva lustros disminuyendo en toda Europa, pero vamos a gastar más dinero en Defensa porque nuestro jefe, Donald Trump, así nos lo pide y aquí estamos a la orden. Por ello, aprovecho que hay unos cuantos cadáveres encima de la mesa para que seáis más receptivos a dilapidar el dinero. Gracias, en diferido, por vuestro voto’ ”.

Cospedal, nuestra ministra de Defensa.

¡Y mañana, Gibraltar!



Al acto no faltó nadie.

Españoles, Franco ha vuelto. Por Anacleto Panceto.

 Los límites del humor. Si los chistes son delito, vamos a tener que construir más cárceles.

  Tremending Topic. Proscojoncio.


1  El fundador de Inditex hace una donación multimillonaria y desata el debate en Twitter. “Amancio Ortega, no quiero tu caridad, quiero que pagues los mismos impuestos que pago yo”.

Cuando vas a pedir ayuda a Hogar Social Madrid


El Hogar Social Madrid procediendo al reparto de galletas.

De El Jueves.
 Comentario de Patricia López: “Como en el caso de Zapata e Irene Villa, la que ha dado una lección a la Audiencia Nacional y a la Fiscalía es la nieta de Carrero Blanco”. 

Los tuiteros esperan “sentados” el apoyo del PSOE a Cassandra.

El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Forges, Peridis, Ferrán Martín, Manel F, Vergara, Erlich, Pat, Atxe…





















Pep Roig, desde Mallorca: Se acabó la diversión, llegó el PP y mandó a parar, Silencio, se encarcela, Brigada antichistes, El humor, un peligro y Tot se compra.






Repasando vídeos: COSPEDAL: LOS ESCRACHES SON NAZISMO PURO - 13/4/2013 GRUPO INTV GRUPO INTV
Gobierno nombra a Pedro Morenés embajador en EEUU Europa Press
LATE MOTIV - Monólogo de Andreu Buenafuente. "Susana y la FAJA" | #LateMotiv212 Susana respaldada por la "Faja", Felipe, Alfredo, José (Luis) y Alfonso. Una de pachachos para pacharlo y otra de Puigdemuá, publicado el pasado lunes Late Motiv Late Motiv ate Motiv Declaraciones de Cassandra Vera, quien hizo chistes en las redes sociales sobre Carrero Blanco, del humorista Facu Díaz, y del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. El de Podemos ha denunciado que las grabaciones del sumario del caso Púnica que investiga el juez Eloy Velasco, que afectan al presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, son “enormemente graves" y que, por lo tanto, el jefe del Ejecutivo murciano "debería estar fuera de la política”. Iglesias exige que el presidente de Murcia deje la política Europa Press  
La historia de este corto comienza en 1938, cuando Walt Disney creó la historia de un toro que, en lugar de embestir al torero en la plaza, se dedicaba a oler flores o a tumbarse bajo un alcornoque. La vida de Ferdinand –que así es como se bautizó al bóvido– está basada en un cuento para niños del escritor Munro Leaf y el ilustrador Robert Lawson. La intención y el tono del cuento, según los propios autores, no era sino puro divertimento para los niños, sin ningún tipo de pretensión más allá de extraer los tópicos que rodean al mundo taurino. Sin embargo, el noble Ferdinand fue objeto de un debate a nivel global. Ferdinand the Bull (1938) TheDisneyChannelNL  
“En España –cuenta ElPlural.com, la derecha se mostraba radicalmente en contra de esta historia aduciendo que se trataba de una maniobra en favor del pacifismo y la República. En contraposición, la izquierda no encontró otra interpretación más allá del pacifismo. El corto de Disney se estrenó ese mismo año, aunque no todos los ciudadanos del mundo pudieron disfrutarlo, ya que este 'mosqueó' a un tal Adolf Hitler y a su homólogo español, Francisco Franco. El filme se ganó el odio de sendos dictadores y de sus partidarios, lo que llevó a Franco a censurar el mismo y prohibir su difusión, aunque eso no le impidió a la Academia otorgarle un Oscar al corto de Disney. Años después, el cuento será trasladado a la gran pantalla de la mano del estudio que creó la conocida saga de Ice Age y el largometraje Rio”. El estreno de la cinta está previsto para el mes de diciembre del presente año. Una versión en la que se podrá visualizar, por ejemplo, la plaza de toros de Las Ventas (en Madrid), entre otros lugares con enjundia para el mundo taurino. El filme contendrá el mismo tono que el cuento de Leaf, con los clichés taurinos que el escritor quiso reflejar. Sin duda se reavivarán viejas polémicas. Pero esta vez, no podrá ser censurado, a priori, en ningún lugar. Ferdinand the Bull (1938) TheDisneyChannelNLFerdinand (2017) Primer Tráiler Oficial Español Trailers In Spanish
Snack Attack Eduardo Verastegui  

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