Jean-Luc Mélenchon, candidato a las presidenciales francesas.
Jean-Luc Mélenchon, en el mitin de Marsella.
El día en que los católicos de todo el mundo celebraban el Domingo de Ramos, Jean-Luc Mélenchon, rama de olivo en mano, protagonizó una ceremonia cívica cargada de simbolismo ante varias decenas de miles de personas en el puerto viejo de Marsella. “Con el Mediterráneo de fondo –escribe Guillermo Fernández Vázquez en un artículo en Cuartopoder–, el candidato de La France Insoumise, guardó con los presentes un minuto de silencio memorable en recuerdo de las 30.000 personas desaparecidas en sus aguas, mientras el grito mudo y frío corría por el mar violeta, en el silencio de la muerte. El viejo puerto enmudeció. ‘Cada día, dos niños se ahogan en el mar’ dijo mientras pedía a los asistentes un pensamiento para todos esos padres que aguardan en vano noticias de sus hijos. Como si de una misa laica se tratara, en otro momento los asistentes se tomaron de la mano en señal de paz, mientras discurría un discurso cargado de referencias a la herencia cultural mestiza de la sociedad francesa. Comunión de ceremonia republicana: Mélenchon espera resucitar en Pascua.
Se trata del candidato más popular en redes que roza la barrera del 20% de intención de voto según los últimos sondeos. Supera incluso a François Fillon y avista ya de cerca la cabeza de carrera compuesta por un Emmanuel Macron que se estanca y una Marine Le Pen declinante. El candidato de La France Insoumise ha ganado 6 puntos respecto al mes de marzo y experimenta un ascenso súbito que no tiene precedentes en la historia reciente de la política francesa. Algunos medios de comunicación hablan ya de ‘La Primavera Mélenchon’ o describen este fenómeno utilizando una palabra en castellano: ‘remontada’. El mítin del pasado domingo en Marsella es una buena muestra de que La France Insoumise ha variado su estrategia respecto de los meses precedentes y ha pasado a la ofensiva. En los mítines de La France Insoumise ya no se canta La Internacional, no se ven banderas rojas ni se observa ningún símbolo identificador de la izquierda. Tampoco se perciben banderas de ningún partido u organización. Y Mélenchon ha sido claro desde su canal de youtube: ‘A mí también me gustan las banderas rojas, pero esto ha de ser una demostración de fuerza ciudadana’.
“Las banderas rojas y las siglas de los partidos –recuerda Fernández Vázquez– han sido sustituidas por la bandera nacional francesa. La tricolor, antes rara avis, es hoy omnipresente en los mítines de La France Insoumise. Esta utilización de la bandera nacional por parte de ‘la izquierda de la izquierda’ ha dejado perplejos a los periodistas que siguen al candidato Jean-Luc Mélenchon. Su partido ha modificado los códigos comunicativos habituales dentro de ese espectro político y ya no apela sólo a la izquierda sino al conjunto de los franceses: ‘he hecho la apuesta de no dirigirme a electorados pre-establecidos, sino a todo el mundo, o sea al conjunto del pueblo francés’, declaró Mélenchon un día antes del mitin de Marsella. Ante la sorpresa de su interlocutor, se justifica: ‘yo soy una persona de izquierdas, pero no les pido estar de acuerdo con la izquierda, sino con lo que estamos proponiendo’. Y añade: “No os pido que os caséis conmigo, ni que soportéis mi carácter, sino que apoyéis este proyecto”. La última genialidad de la campaña es organizar un mítin en 7 ciudades simultáneamente a través de un holograma: Dijon, Nancy, Clermont-Ferrand, Montpellier, Le Port, Nantes y Grenoble, todas de medio tamaño. Así consigue llegar a ciudades a las que de otro modo le costaría ir en campaña. Pueden imaginarse el desconcierto de sus rivales que le consideran un hombre del pasado”. El resultado en Francia es impredecible. Lo que está claro, según concluye Fernández Vázquez es que en Marsella asistimos a la entrada triunfante de Jean-Luc Mélenchon (rama de olivo en mano) en domingo sagrado. Ahora algunos le piden dar un paso más: que camine sobre las aguas.
MÉLENCHON : Meeting pour la paix à Marseille - #JLMMarseille
JEAN-LUC MÉLENCHON
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